«Cricket Australia» es blanco de críticas por despedir a empleada por tuits sobre la reforma de la ley del aborto

It's just not cricket

Composición del autor con una imagen de Wikimedia Commons y una captura de video de 9Honey.

Cricket Australia, organismo nacional que regula el críquet en Australia, enfrenta una controversia pública por despedir a la empleada Angela Williamson después de sus críticas en Twitter sobre la política local sobre el aborto.

Representantes de Cricket Australia afirman que los tuits de Williamson perjudican su relación con el Gobierno.

Williamson, exresponsable de Cricket Australia para políticas públicas y relaciones con el Gobierno, tuiteó en junio de 2018 en su cuenta personal que el rechazo por parte del Parlamento de Tasmania a restablecer los servicios de aborto era «tremendamente irresponsable (…) cobarde e insensato». La mujer tuvo que trasladarse a Australia continental desde la isla de Tasmania este 2018 para interrumpir su embarazo, ya que la última clínica del estado fue clausurada en diciembre de 2017.

Angela Williamson lucha por recuperar su trabajo en el tribunal de relaciones industriales, Fair Work Commission (Comisión de Trabajo Justo). También inició una petición en línea en la que solicita «aborto accesible y asequible» en Australia:

I’m speaking publicly now, waiving my privacy, because nobody should have to go through what I went through to access a legal health procedure.

Estoy hablando ahora en público, renuncio a mi privacidad, porque nadie debería pasar por lo que yo he pasado para acceder a un procedimiento legal de salud.

No obstante, parece que los tuits en cuestión fueron borrados y la cuenta de Williamson se volvió privada. Mientras tanto, los internautas australianos no tardaron en responder de forma muy crítica a Cricket Australia, dando por hecho que la decisión viene dictada por la misoginia y el sexismo. La reportera Rebecca Sullivan de Lifestyle resumió la reacción:

Cricket Australia despide a trabajadora por serie de tuits sobre el aborto
A Angela Williamson le comunicaron que su campaña en medios sociales sobre la reforma del aborto había insultado al Gobierno tasmanio.
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Los hombres pueden engañar, protagonizar escándalos sexuales o atacar a sus parejas, y conservar su trabajo. Para una mujer, basta un aborto, unos cuantos tuits y se acabó.

Zombie Mao recurrió al humor negro y se refirió al icónico uniforme de «El cuento de la criada» (The Handmaids Tale), serie de televisión que retrata un mundo donde los derechos de las mujeres están fuertemente comprometidos:

Cricket Australia anuncia el nuevo uniforme para su Día de las Mujeres.

En un artículo para The Big Smoke, Gay Mackie duda que se trate de un incidente aislado:

Surely it had to pass through many hands before it was rubber stamped.

Which is the issue, we’re not dealing with one person, we’re dealing with a culture. Clearly 1951 rolls on down the corridors of Cricket Australia, a halcyon place where a woman’s place is out the door.

It’s not Cricket. It’s institutional misogyny.

Seguro que tuvo que pasar por muchas manos antes de recibir el visto bueno.

Ese es el problema, no tratamos con una persona, estamos tratando con una cultura. Está claro que 1951 impera en los pasillos de Cricket Australia, un lugar feliz donde el sitio de la mujer es de puertas para afuera.

No es críquet. Es misoginia institucional.

Ciertamente, el régimen liberal de Tasmania podría haber influido en el despido de Williamson cuando en marzo de 2018, presumiblemente una alta funcionaria de nombre Martine Haley informó a Cricket Australia sobre este aborto. Haley, integrante del Partido Liberal, fue obligada a dimitir cuando se descubrió que estaba utilizando una cuenta falsa en los medios sociales para acosar a Williamson y otras personas. Women's Agenda informó:

Making matters worse, a senior staffer of the Liberal Party allegedly was the first to complain to Cricket Australia about Williamson’s tweets and breached privacy by notifying the organisation of Williamson’s pregnancy termination.

Para empeorar las cosas, una alta funcionaria del Partido Liberal presuntamente fue la primera en quejarse a Cricket Australia sobre los tuits de Williamson, y violó su privacidad cuando notificó a la organización la interrupción del embarazo de Williamson.

La escritora local tasmana Melanie Tait cree que el Gobierno tiene mucho que explicar:

¿Despedir a una mujer por sus opiniones sobre el aborto? A Cricket Australia debería darle vergüenza.
Pero el verdadero villano del despido de Angela Williamson es el Gobierno tasmano por su vil política del aborto
.
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El auténtico malo de esta película es el Gobierno de Tasmania. Hace ocho meses que una mujer tasmana no puede hacerse un aborto quirúrgico en su propio estado.

Mi artículo sobre Angela Williamson en The Guardian Australia.

El internauta Roy Brown decidió obtener una respuesta directa de Cricket Australia, pero quedó decepcionado con su contestación:

Envié un mensaje a Cricket Australia en respuesta a al mensaje «Familia de críquet», para dejar muy claro mi punto de vista que su posición es inaceptable. Respuesta: «El problema no es el aborto, la extrabajadora ofendió a un accionista, sujeta a acciones legales». Qué asco de respuesta. La peor de todos los tiempos.

También se habló de la libertad de expresión como una de las cuestiones más influyentes en la situación de Williamson, sobre todo cuando existen opiniones distintas:

También se necesita que nos preguntemos si estamos dispuestos a aplicar esta norma universalmente —aunque hablar libremente signifique ir contra los valores que defendemos.
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En mi opinión, Cricket Australia le niega a Angela Williamson los derechos humanos más básicos. Pero si nos escandalizamos por ella, también debemos escandalizarnos por los que son despedidos por mostrar opiniones distintas a las nuestras.

Murray Campbell no aprueba el aborto pero tampoco el despido de Williamson, e intervino en el debate desde el blog que lleva su propio nombre, que habla de la cultura y las iglesias de Melbourne desde la perspectiva del Evangelio:

[…] not because I like what she said, but because in a civil society, citizens have a right to voice opinions about social and political issues.

(…) no porque me guste lo que dice, sino porque en una sociedad civil, los ciudadanos tienen derecho a expresar sus opiniones sobre temas sociales y políticos.

Mientras tanto, WORK180, red internacional de trabajo, sacó a Cricket Australia de su lista de «empleadores acreditados» mientras se resuelve el caso de Williamson:

Cricket Australia debe perder su calificación de ‘empleador elegido’ por la condición de la mujer. Claramente, son empleadores contra la elección.
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En vista del caso de Angela Williamson, suspendemos la calificación de Cricket Australia como empleador acreditado para mujeres. Mientras Fair Work Australia investiga el caso, exhortamos a Cricket Australia a reconsiderar su decisión.

No obstante, Cricket Australia se muestra inflexible, y ha publicado una oferta de empleo para sustituir a Angela Wiliamson que se encuentra activa desde el 2 de agosto:

LinkedIn me recomendó que solicitara la plaza de Gestión de Políticas Públicas y Relaciones con el Gobierno en Cricket Australia por, supongo, mi semejanza con las otras 1500 feministas escandalizadas que visitaron el enlace con horrorizada incredulidad.

De momento, la última palabra corresponde a Madeleine Northam, representante sindical del sector público en Tasmania. Casualmente, en su perfil de Twitter, afirma: «Todos los tuits son míos».

Despedida por expresar una opinión sobre el aborto.
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Frente al [estadio] Blundstone Arena, comunicando a Cricket Australia que despedir a una mujer por hablar del aborto no es críquet.

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