Actual crisis del agua en la región iraní de Ahvaz amenaza con convertirse en desastre

En esta imagen se ve al fondo a tres búfalos de agua cuya piel se partió por las altas temperaturas y salinidad del agua y a la escasez de agua en los pantanales de la región de Ahvaz. Una agricultora ahvazí muestra las palmas en señal de exasperación en una granja árida. Fotografía de la agencia de noticias Mehr, publicada con la intención de ser redistribuida.

Pese a los constantes esfuerzos del Gobierno iraní por bloquear la información de los medios de comunicación, crece sostenidamente el conocimiento sobre la terrible crisis del agua que empeora rápidamente en Ahvaz, región tradicionalmente árabe, en el sur y suroeste del país. Para los observadores que desconocen la situación, puede parecer que esta creciente catástrofe es un desastre natural derivado del cambio climático.

No obstante, quienes conocen estas políticas saben que los sucesivos Gobiernos instituyeron un programa masivo para construir represas y desviar ríos en la región, para reencauzar el agua de sus alguna vez abundantes ríos, a otras zonas no árabes de Irán. Estas políticas generaron consecuencias inevitables –desertificación y migración masiva de ahvazíes a otras áreas de Irán u otras naciones simplemente para sobrevivir.

El pueblo ahvazí no considera este programa como el resultado de la incompetencia, sino como parte de una política deliberada de depuración étnica planeada a largo plazo cuyo objetivo es cambiar el equilibrio demográfico en la región, cuna de más del 95 % de los recursos de petróleo y gas reclamados por Irán. En este escenario, la finalidad es obligar la salida de la mayoría de árabes y poner fin a su derecho de soberanía y propiedad de sus recursos. En el proceso, los hábitat naturales, la vida silvestre, los cultivos y los animales de crianza sufren terriblemente, por lo que los ecologistas advierten una catástrofe ecológica si no se abordan esos problemas.

La devastación del río Karún es característica del daño masivo que provocó este programa. Antes era un canal importante que alimentó los afamados pantanales y estuarios del Golfo, atestado de navíos oceánicos y botes pesqueros y que proporcionaba agua para la agricultura y la ganadería. Ahora, todo se ha reducido a un riachuelo en algunas partes y la vida marina que antes abundaba casi se ha extinguido en su totalidad. Se considera que la construcción del régimen de represa Gotvand, cuyo lecho se edificó sobre un plano de sal, es el factor principal de esta devastación. La represa, ampliamente condenada como una «fábrica de salinidad», una «exposición de lecciones ambientales», un «desastre ecológico» y «el mayor error nacional», incrementó en un 25 % el nivel de salinidad del río, por lo que el agua se volvió tóxica para la vida marina y no apta para el consumo de otras especies. Tampoco se puede utilizar para irrigar cultivos.

Hamza Kaabi, granjero árabe del área rural de Howeyzeh, dijo desconsolado a Global Voices en conversación por WhatsApp:

We’ve been abandoned here. We had six million palm trees in this region – now five million have died due to the high salinity levels of the water. Our environment’s polluted, our animals such as water buffalos are dying. Is this the justice that the Islamic Republic promised for us? So many locals here have been poisoned by drinking the contaminated water, with many, including children and elderly people, having severe dysentery. We don’t even have an emergency health clinic to go to for treatment – we have to travel hundreds of kilometers to get to the hospitals in Ahwaz.

Nos dejaron abandonados aquí. Teníamos seis millones de palmeras en esta región –ahora cinco millones murieron por los altos niveles de salinidad del agua. Se contaminó nuestro entorno, nuestros animales, como los búfalos de agua, mueren. ¿Es esta la justicia que la República islámica nos prometió? Bastantes lugareños se envenenaron por beber el agua contaminada, y muchos, entre niños y ancianos, padecieron de disentería severa. Ni siquiera tenemos un centro de salud que atienda emergencias al que acudir –tenemos que viajar cientos de kilómetros para llegar a los hospitales en Ahvaz

Y continuó:

Our ‘unforgivable sin’ is that we were born Arab, which is why we’re subjected to all this misery and suffering. When we look around at our conditions, our burnt lands and our devastated environment we can imagine Hell. We see and breath only dust here. The regime massacred and buried all of us, human and animals alike. Where are those humanitarians and environmental activists who fight for the environment to help stop our slow death?

Nuestro ‘pecado imperdonable’ es haber nacido como árabes, por eso nos someten a toda esta miseria y sufrimiento. Cuando echamos un vistazo a nuestras condiciones, a nuestras lamentables tierras y a nuestro entorno devastado podemos imaginar el infierno. Aquí solo vemos y respiramos polvo. El régimen nos masacró y nos enterró a todos, humanos y animales por igual. ¿En dónde están esos humanitarios y activistas que luchan por el medio ambiente para que ayuden a detener nuestra muerte lenta?

De acuerdo con las agencias de noticias iraníes, el deterioro de la calidad del agua potable, salobre y fétida, que se dio los ahvazíes provocó el envenenamiento de muchos habitantes árabes en las ciudades de Rofaye, Howeyzeh y Ramez. Entretanto, la escasez de agua para uso agrícola conllevó a que los agricultores quedaran al borde de la miseria, pues los cultivos se marchitan debido a la salinidad y toxicidad del suministro de agua restante contaminado, que se contamina fuertemente por la descarga de aguas residuales directamente en las vías fluviales, y también por las refinerías de petróleo y gas que liberan químicos tóxicos ahí. Esta situación se agravó más debido a los planes de Gobierno de convertir gran parte de la región en un programa carísimo de cultivo de caña de azúcar, que cuesta más de lo que genera, pues las refinerías construidas a orillas del río utilizan el agua restante de los ríos en el proceso de refinado intensivo antes de devolver los residuos contaminados con químicos al agua. La antes reconocida vida marina de la región quedó en gran parte eliminada, y los peces y las aves que acaparaban ríos y humedales en el estuario del Golfo desaparecieron en su totalidad o se desvanecen rápidamente.

Los agricultores en Ahvaz temen que las plantaciones de palmeras de dátiles, cuya dulce producción fue famosa a lo largo de la región, se extingan después de que el Gobierno construyera represas y desviara los ríos, antes abundantes y que se usaron durante generaciones para regar tierras con aguas que mantenían a las palmeras, ahora se desvían a otras zonas persas de Irán –las palmeras se marchitan y mueren.

Las súplicas de los agricultores para proveer fuentes alternativas de agua no han sido escuchadas, y la desertificación se acelera a medida que los ríos se reducen a riachuelos salados, lo que deja a los agricultores sin agua para sus tierras de labranza e inclusive para su propia supervivencia y la de su ganado.

A pesar de que las palmeras pueden sobrevivir en el duro calor del desierto, requieren de agua, y la salinidad del agua restante causa la muerte de las palmeras de Ahvaz. En un documento sobre la crisis actual, el representante de la Organización Cooperativa Rural de Ahvaz explicó que «el volumen de afluencia del río Karún se redujo seriamente. Como consecuencia del bajo nivel del agua, vimos un repentino surgimiento de agua salada del Golfo en el río Karún, que aumentó el nivel de salinidad del agua en este río’.

El agricultor Khalaf Ghezi, de las zonas rurales ahvazí, estaba entre la desesperación y el enojo por la lamentable situación y la negativa del régimen de intervenir o ayudar al pueblo:

Why don’t the authorities listen to our voices? Our Buffaloes are dying because of the river drying up. We don’t have jobs. Our only source of income is our livestock. If these animals are starved, we will starve too. While the massive profits from the oil and gas resources from the Ahwaz region goes straight to the Iranian regime’s coffers, with the Ahwazi people attaining no benefit from their natural resources; it’s common to hear Ahwazis lament the discovery of oil and gas since both are widely seen as having brought nothing but oppression, poverty and suffering, along with the pollution from their extraction.

¿Por qué las autoridades ignoran nuestras voces? Nuestros búfalos mueren porque el río se está secando. No tenemos trabajo. Nuestra única fuente de ingreso es nuestro ganado. Si estos animales mueren de hambre, nosotros también moriremos. Aunque las grandes ganancias de los recursos del petróleo y gas de la región de Ahvaz van directo a las arcas del régimen iraní, el pueblo ahvazí no obtiene ningún beneficio de sus recursos naturales. Es muy común escuchar a los ahvazíes lamentar el descubrimiento del petróleo y gas, pues consideran que no aportaron más que opresión, pobreza y sufrimiento, junto con la contaminación por su extracción.

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