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Destituyen a otro primer ministro australiano por golpe al interior del partido

Categorías: Oceanía, Australia, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Refugiados
Sit-in prayer vigil at Scott Morrison's office 2014Love Makes a Way [1]

Concentración ante la oficina de Scott Morrison en 2014. Imagen cortesía de la cuenta de Flickr Love Makes a Way (CC BY-SA 2.0).

El primer ministro Malcolm Turnbull ha sido derrocado en una semana amarga de luchas políticas internas en Australia. Su sustituto, Scott Morrison, es el sexto primer ministro del país desde la derrota de John Howard en las elecciones generales de 2007. Es el cuarto derrocamiento consecutivo de un primer ministro por una revuelta interna de partido.

Este dramático suceso se originó en la incapacidad del Gobierno de obtener el apoyo del Congreso sobre la propuesta de Garantía Nacional de Energía [2] (NEG, por su nombre en inglés), cuyo objetivo era lograr el abastecimiento seguro de energía, reducir el precio de la electricidad y reducir entre 26 y 28&nbsp%; los niveles de 2005 de emisiones de carbón de Australia 2030. Es más, algunos parlamentarios liberales querían retirarse del Acuerdo de París [3].

Como respuesta, el entonces primer ministro Turnbull pidió una votación secreta sorpresa para la dirección del Gobierno el 22 de agosto de 2018, que ganó por 48 votos a 35. El fallido contrincante fue el ministro de Interior, Peter Dutton, quien anunció su dimisión al gabinete y su intención de volver a competir por el máximo cargo.

Surgió el caos: los ministros de Gobierno ofrecieron su renuncia y las principales figuras políticas cambiaron de bando. En referencia a su apoyo a los matrimonios del mismo sexo, Concetta Fierravanti-Wells, ministra de Turnbull, renunció a su cargo y lo acusó de ignorar la base conservadora del partido, si bien no todos sus colegas liberales estuvieron de acuerdo [4].

En una acción sin precedentes, la respuesta de Turnbull fue recoger firmas de una mayoría (43 miembros) del seno de su partido antes de solicitar una reunión especial. El seno del partido comprende a todos los miembros del Partido Liberal [5], tanto de la Cámara de Representantes como del Senado.

Turnbull también se refirió a la elegibilidad constitucional de Dutton como parlamentario para la Fiscalía General, cuestión secundaria que no resultó concluyente [6]:

Según el Fiscal General, Peter Dutton «no es incompetente»…
¿No les encanta una doble negación antes del primer café del día?

Tras la declaración del primer ministro de que no sería candidato si en la reunión se aprobaba una moción de confianza [9], Scott Morrison, tesorero del partido, y Julie Bishop, que ejerció como ministra de Asuntos Exteriores y como vicepresidenta del Partido Liberal, anunciaron su candidatura en caso de aprobarse la moción. Ambos fueron partidarios de Turnbull.

Pese a que se le considera político divisivo con poca popularidad fuera de Queensland, su estado natal, los principales medios predijeron la victoria de Dutton. Como ministro responsable de la inmigración, indignó a muchos australianos que consideraron que su trato a refugiados y solicitantes de asilo eran hostiles y crueles. En particular, el drama de los detenidos [10] en Nauru y en la isla de Manus (Papúa Nueva Guinea) ha sido muy polémico. El periodista iraní Behrouz Boochani, uno de los detenidos, publicó varios tuits en esos días sobre cómo veía el papel del ministro:

«Contagio» de autolesiones en Nauru, refugiada de 12 años intenta prenderse fuego.
Otra muchacha, de 17 años, está en huelga de hambre y en condición crítica mientras las autolesiones y los intentos de suicidio se vuelven más comunes
.
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Mientras Peter Dutton postula a primer ministro, otra chica de 12 años de Nauru lucha por su vida. Esta chica debería estar en la escuela y no en una cama de hospital. Esta la realidad de Australia, no el rostro sonriente de Dutton en la televisión nacional.

Dutton encabezaba el ala conservadora de derecha en su partido, en la que muchos estaban contra la NEG. En cambio, apoyan la energía a base de carbón y se oponen a las acciones por el clima y los objetivos de emisiones. A Dutton se le ataca por ser la marioneta del ex primer ministro Tony Abbott, a quién sustituyó [13] Turnbull en una votación interna del partido en 2015.

El científico y político Chris Pepin-Neff, acusa a Abbott de villano:

Espero que la historia registre que fue la venganza de Tony Abbott la que permitió la fallida moción de Dutton. Destruyó el gobierno de Gillard, el suyo propio y el de Turnbull. Seguro que esta es la noticia de la semana. Cómo un hombre se ha cargado a tres primeros ministros.

Por su parte, el actor Rhys Muldoon expresó [19] cómo se sentían muchos votantes:

Tony Abbott acaba de destrozar el Partido Liberal. Su tonto compañero, Dutton, era solo la granada de mano. El odio en el seno de este partido podría ser una fuente alternativa de energía.

No solo los periodistas y comentaristas políticos más relevantes interpretaron el reto de Dutton como una venganza de los partidarios de Abbott. Otros congresistas liberales mostraron una opinión parecida [21] acerca del ex primer ministro y de sus aliados en el partido.

Con la derrota de Dutton por parte de los propios partidarios de Turnbull, parece que el acosado primer ministro ha superado a sus oponentes y dicho la última palabra. En 2015, el ala de Abbott se sintió traicionada [22] y creyó que Scott Morrison no le había dado todo su apoyo, pese a ser cristiano conservador.

Hubo otro giro: cuando Julie Bishop renunció a la vicepresidencia, su sustituto fue Josh Frydenberg [23], ministro responsable del malogrado Esquema Nacional de Energía.

Algunos usuarios de Twitter se burlaron tanto de Turnbull como de Dutton. A principios de año, ambos acusaron al Gobierno del estado de Victoria de no enfrentar la supuesta violencia callejera de jóvenes africanos en la capital del estado, Melbourne. Dutton sugirió incluso que la gente tenía miedo de ir a restaurantes:

La gente está demasiado asustada como para salir a cenar en Camberra. Hay bandas de blancos con corbatas azules que se apuñalan por la espalda. Deberían volver al lugar del que vinieron.

Sin embargo, no pasó por alto entre los partidarios de los solicitantes de asilo que Scott Morrison fue el arquitecto de la política de Abbott de detener los botes [28]:

Se nos olvida lo malo que fue Morrison en su vileza contra los solicitantes de asilo. Sus creencias religiosas no significan nada cuando se trata de personas desesperadas que luchan por una vida más segura lejos de la guerra.

Pese al cambio en el liderazgo, a muchos australianos les parece que seguirá siendo más de lo mismo. Mehreen Faruqi, senadora de New Greens, tuiteó:

Como primer ministro, Morrison sigue siendo entrega de limosna para la corporación, el fracaso del cambio climático y la crueldad hacia los solicitantes de asilo.
Sus terribles antecedentes hablan solos.

El ecologista Sam Regester, del grupo activista GetUp [32], fue mucho más duro:

El aviso de Scott Morrison es tan malvado como el de Peter Dutton, aunque parezca simplemente menos escalofriante. Su crueldad como ministerio de Inmigración fue inimaginable.

Kyle Bolto resumió en su tuit la reacción arrolladora de los australianos:

¡Que una maldición caiga sobre sus casas! Seriamente, resulta embarazoso explicárselo al mundo.

Los votantes están de acuerdo en una cosa: se debería permitir a los primeros ministros gobernar durante su mandato de tres años y ser destituidos por parte del electorado y no de sus colegas parlamentarios:

Desde que puedo votar, ningún primer ministro ha durado un mandato completo… Menuda broma. Es gracioso que digan que los jóvenes se ofenden por nada y que se sienten con derecho a todo, cuando ellos mismos son los más emotivos, inconsistentes e interesados de todo el país.

Que una semana es mucho tiempo en política es un antiguo cliché, pero si se tiene en cuenta que no hay razón para celebrar elecciones federales hasta mediados de 2019, puede que parezca una eternidad hasta que los votantes decidan quién les lidere.

Puedes seguir las noticias en Twitter con la etiqueta #libspill [36], o el apodo del nuevo primer ministro, #ScoMo [37].