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Australia niega entrada a Chelsea Manning, pero Nueva Zelanda sí le aprueba la visa

Categorías: Oceanía, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Censura, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Migración e inmigración
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Chelsea Manning en entrevista a través de videoenlace en el Sídney Opera House el 2 de septiembre. Foto: captura de pantalla en Instagram del usuario the_adventuresofsyd.

El domingo 2 de septiembre, Chelsea Manning [2], exsoldada estadounidense convertida en informante y activista, habló en el Sydney Opera House a través de un videoenlace, luego de que las autoridades australianas anunciaron que no le otorgarían la visa para que llegara a tiempo a la entrevista por «razones de carácter [3]«.

Por el contrario, en Nueva Zelanda, donde tenía compromisos el 8 y 9 de septiembre, sí se la otorgaron. En una declaración pública, el Departamento de Inmigración neozelandés dijo que Manning no había reincidido desde que salió de prisión, y que su probabilidad de cometer algún delito en Nueva Zelanda era muy baja.

Manning fue condenada a 35 años de cárcel en 2013 luego de haber entregado casi 750 000 documentos militares confidenciales a Wikileaks, que consiguió gracias a su cargo de analista de inteligencia en Ejército de Estados Unidos. En 2017, el entonces presidente Barack Obama le conmutó la sentencia.

Manning también tenía compromisos para disertar en Melbourne y Brisbane el 7 y 11 de septiembre respectivamente, y no se supo hasta el último momento si podría asistir personalmente.

El gobierno de Morrison/Dutton debe pensar que vivimos en la Edad de Piedra si cree que negándole la visa a Chelsea Manning va a impedir que los australianos la escuchen.

El tema desató un acalorado debate en ambos países en septiembre.

Los defensores de los derechos humanos de Australia trataron de impedir que vetaran su ingreso. Entre ellos se encontraba el Castan Centre:

No debe prohibirse al entrada a Australia de la activista estadounidense Chelsea para que dé sus charlas públicas. Por eso, mañana nos dirigimos al Departamento del Interior.

Muchos piensan que la decisión tuvo más que ver con motivaciones políticas que con una genuina preocupación por la seguridad:

Vetar a Chelsea Manning en Australia es un «ardid político» para satisfacer a Trump.
Defensores de derechos humanos se manifiestan en apoyo a informante estadounidense, dicen que si el Goiberno «se considera defensor de la libre expresión, deberían dejarla entrar’
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Vetar a Chelsea Manning en Australia es un «ardid político» para satisfacer a Trump.

Contrariamente, Rodger Shanahan, del grupo de expertos en políticas Lowy Institute, cuestiona [14]:

The Australian Government is well within its rights to question whether someone convicted of espionage, dishonourably discharged from the US military and whose reckless actions while deployed on operations were described by a judge as dangerous to others should enter the country, let alone be paid for her appearance. Manning is not, and never has been, a whistleblower. She is someone convicted of espionage who was given a long prison sentence.

El Gobierno australiano tiene todo el derecho a preguntarse si puede entrar al país alguien condenado por espionaje, con baja deshonrosa del Ejército de Estados Unidos y cuyo irresponsable accionar mientras estaba en operaciones fue descrito por un juez como peligroso para otros, menos que se le pague por su presencia. Manning no es y nunca fue informante. Es una persona condenada por espionaje a quien dieron una larga sentencia.

La escritora y periodista Clementine Ford pidió que se firmara una pertición en apoyo a la vista de Manning:

Una noche con Chelsea Manning
Firma la petición
Dejen que Chelsea Manning venga a Australia.

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Esto es realmente indignante. Con racistas e incitadores al odio como Lauren Southern y Milo no parecía haber problema, pero a una heroína como Chelsea Manning la consideran una amenaza. Al diablo con este gobierno. Que Chelsea Manning pueda visitar Australia. ¡Firmemos la petición!

A Lauren Southern [18], personalidad canadiense de YouTube, y Milo Yiannopoulos [19], comentador político británico, ambos activistas de extrema derecha, les concedieron visa para una gira de charlas en Australia durante 2017.

En Nueva Zelanda es otra la historia

Un debate similar surgió en Nueva Zelanda durante las semanas previas a la visita de Manning, pues algunos miembros del opositor Partido Nacional pidieron que se prohibiera su entrada [20] para dar unas charlas en el país.

Bryce Edwards abordó el tema en el newsroom.pro [21] de Nueva Zelanda:

The National Party didn’t take long to show themselves as hypocrites on freedom of speech. Michael Woodhouse’s call to deny Chelsea Manning a visa to enter New Zealand shows that his party is willing to clamp down on political freedoms based on the politics and ideologies of the individuals involved.

El Partido Nacional no tardó mucho en mostrarse como los hipócritas que son en materia de libertad de expresión. El pedido de Michael Woodhouse de negar la visa a Chelsea Manning para entrar a Nueva Zelanda demuestra que su partido es capaz de frenar las libertades políticas según cuáles sean las políticas e ideologías de las personas involucradas.

El derecho a la libertad de expresión ha sido el pilar central de quienes apoyan la aprobación de la visa de Manning para entrar a Nueva Zelanda. Sin embargo, las acusaciones de hipocresía salen de ambos lados del debate.

En referencia a casos anteriores, Martyn Bradbury criticó la hipocresía de gente de las dos partes del espectro político. Según escribe en el sitio web progresista The Daily Blog [22]:

“It’s only free speech when we agree with what you are saying”, isn’t of any value to anyone.

Watching the Woke Left & Feral Right contort themselves into impossible positions over free speech when they both held polar opposite stances barely a month ago would be hilarious if it weren’t so fundamental to us as a democracy.

“Solo es libertad de expresión cuando estamos de acuerdo con lo que dices”, eso no tiene valor para nadie.

Ver a la izquierda despierta y a la derecha salvaje retorcerse en posturas imposibles sobre la libertad de expresión cuando ambas sostenían opiniones polarizadas opuestas apenas hace un mes sería hilarante si no fueran tan esenciales para nosotros como democracia.

Por otro lado, en Twitter, el usuario Stu culpa a los fantasmas:

Negar la entrada de Chelsea Manning en estos países parece más un asunto de los Cinco Ojos que un tema de libertad de expresión.

Australia y Nueva Zelanda son miembros de la alianza de inteligencia Cinco Ojos, que también incluye a Canadá, el Reino Unido y Estados Unidos.

Golriz Ghahraman, parlamentaria del Partido de los Verdes, que apoya el otorgamiento de la visa, dijo:

Golriz Ghahraman dice que los Verdes están con Chelsea Manning y su derecho a venir a Nueva Zelanda para asistir a un encuentro. Es la misma Golriz Ghahraman que se opuso a que dos oradores canadienses de extrema derecha hablaran en un encuentro público. Su hipocresía es impresionante.