Periodistas brasileños enfrentan ataques informáticos y amenazas en época electoral

Periodistas en pleno trabajo en Brasil | Imagne: Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (ABRAJI).

Después de publicar uno de los informes más importantes de esta temporada electoral en Brasil, Patricia Campos Mello pagó un alto precio.

La reportera de Folha de São Paulo, uno de los medios de comunicación más importantes del país, descubrió un plan usado en la campaña de Jair Bolsonaro para difundir noticias falsas en WhatsApp. Según el artículo de Mello, socios comerciales de la campaña pagaron cerca de 3 millones de dólares a las empresas que manejaron el plan. El candidato nunca declaró el dinero, como lo establece la ley electoral.

Poco después de la publicación del artículo, Mello empezó a recibir amenazas y atacaron su cuenta personal de WhatsApp. Los atacantes borraron algunas conversaciones y enviaron mensajes a favor de Bolsonaro a sus contactos. El periódico publicó:

Entre sexta-feira (19), dia seguinte à publicação, e esta terça (23), um dos números de WhatsApp mantidos pelo jornal recebeu mais de 220 mil mensagens de cerca de 50 mil contas do aplicativo. (…)

[Patricia] recebeu duas ligações telefônicas de número desconhecido nas quais uma voz masculina a ameaçou.

As ameaças à jornalista também se alastraram por grupos de apoio ao presidenciável do PSL no WhatsApp. Foram distribuídas mensagens convocando eleitores do capitão reformado para confrontar Patrícia no endereço onde aconteceria um evento que seria moderado por ela, na próxima segunda-feira (29).

Entre el viernes (19 de octubre), día siguiente de la publicación, y este martes (23 de octubre), uno de los número de WhatsApp de Folha recibió más de 220 000 mensajes de 50 000 cuentas diferentes (…).

[Patricia] recibió dos llamadas telefónicas de números desconocidos en las que una voz de hombre la amenazó.

Las amenazas a la periodista también se difundieron en diferentes grupos de apoyo a Jair Bolsonaro en WhatsApp. También se difundieron mensajes de llamados a los electores del capitán retirado para que confrontaran a Patricia en una conferencia donde sería moderadora, el lunes (29 de octubre).

La votación final se llevó a cabo el 28 de octubre, y múltiples encuestas mostraron que Bolsonaro era el gran favorito para ganar [N. del T.: al momento de la traducción de este artículo, con un 88 % de urnas escrutadas, se daba como ganador a Jair Bolsonaro, con un 55,7% de votos válidos, contra 44,3 % de Haddad].

El caso de Patricia Campos Mello, ahora bajo investigación de la Policía Federal, fue el último de una serie de amenzas a periodistas que trabajaron en Brasil durante el ciclo electoral. Dos reporteros que colaboraron en el mismo artículo también recibieron amenazas. Los datos de un reportero de Estado de São Paulo fueron difundidos al público después de que escribiera un artículo relacionado. Un abierto partidario de Bolsonaro difundió en línea su número de teléfono personal.

Según la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (ABRAJI), se registraron 141 casos de amenazas y violencia contra periodistas durante la cobertura de las elecciones de 2018. La mayoría se atribuyen a partidarios de Bolsonaro, pero también hay casos vinculados con votantes del Partido de los Trabajadores. Daniel Bramatti, presidente de ABRAJI, expresó:

A fim de demonstrar comprometimento com a preservação da democracia, ambos os candidatos devem condenar qualquer ameaça ou ataque contra jornalistas por fazerem seu trabalho e devem se abster de qualquer discurso que incite a violência.

A fin de demostrar compromiso con la preservación de la democracia, ambos candidatos deben condenar toda amenaza contra periodistas por hacer su trabajo y se deben abstener de cualquier discurso que incite a la violencia.

Un día después de que Mello diera a conocer el plan, Bolsonaro suscribió una declaración con la Asociación de Prensa Brasileña, en la que expresa su compromiso a respetar la libertad de prensa. Sin embargo, su tono cambió después de la publicación del artículo de Mello.

En una transmisión en vivo ante una multitud reunida a su favor en la Avenida Paulista, importante vía de São Paulo, Bolsonaro calificó a Folha de la “mayor noticia falsa de Brasil” y defendió “derechos de prensa libre, pero con responsabilidad”. Repitió su mensaje en Twitter:

La vida fácil de Folha de São Paulo está a punto de terminar, ¡pero no con censura! El dinero público que recibe para hacer activismo político está a punto de secarse, ¡con su credibilidad por el desagüe con información tendenciosa menos serias que una revista de comedia!

Un artículo de The Intercept Brazil señala que solamente en 2018, Bolsonaro inició 23 acciones para retirar de internet noticias y publicaciones que lo critican negativamente.

Isso faz dele o político que mais acionou o Judiciário este ano para silenciar opositores. O levantamento foi feito com a ferramenta Ctrl+X, da Associação Brasileira de Jornalismo Investigativo, a Abraji, que monitora tentativas judiciais de impedir a divulgação de informações.

Esto lo convierte en el político que más ha recurrido al Poder Judicial esta año para silenciar opositores. El estudio se hizo con una herramienta llamada Ctrl+X, creada por la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (ABRAJI), que da seguimiento a intentos judiciales de impedir divulgación de información.

The Intercept Brazil también reveló que las amenazas contra los trabajadores de los medios vienen de dentro de las salas de redacción. El medio publicó una muestra de cómo los reporteros del portal de noticias R7 recibieron órdenes de presentar notiicias positivas sobre Bolsonaro y negativas de su oponente, Fernando Haddad.

R7 es es una empresa vinculada con la Iglesia Universal del Reino de Dios, propietaria del segundo mayor grupo de medios de Brasil encabezado por Edir Macedo, figura evangélica multimillonaria que ha estado involucrada en múltiples escándalos financiers durante años y ha enfrentado acusaciones de tráfico de niños.

Después de negarse a participar en debates con sus opositores, Bolsonaro accedió a dar una entrevista exclusiva a Record TV, del grupo de Macedo, tres días antes de la primera vuelta electoral. La semana antes del voto final, un periodista salió del programa de radio después de que le pidieron que no hiciera preguntas al candidato en otra entrevista exclusiva por teléfono. El episodio fue grabado por una estación de radio local del sur de Brasil que también pertenece a Record.

Días después de la aparición del artículo de The Intercept, R7 publicó otro texto que ataca al fundador del sitio, Glenn Greenwald, y al editor brasileño, Leandro Demori, a nivel personal. El artículo acusaba a The Intercept de tener fines políticos y de promover el trabajo del esposo de Greenwald, David Miranda, concejal de Río de Janeiro que representa al partido de izquierda Socialismo y Libertad (PSOL).

El reportero respondió a los ataques:

It was in that context that Macedo-machine journalists began widely complaining, from behind a protective wall of anonymity, that they have been converted from journalists into hostage-like messaging machines for a candidate widely, and credibly, viewed as fascist. And that was what enabled The Intercept to report on the inner workings of R7 and the severe pressure its writers are under to distort the truth and churn out pro-Bolsonaro, anti-PT agitprop.

But it’s one thing for Macedo to use his massive wealth and media empire to elect a fascist. It’s another entirely for him to exploit and abuse those media outlets to intimidate, investigate, and threaten journalists for the crime of reporting on Bolsonaro and his media outlets. That conduct is a serious threat to a free press: it is virtually impossible to freely report on Bolsonaro if one knows that Macedo’s infinite wealth and powerful outlets will be used to smear not only the journalists responsible but their family members as well.

Fue en ese contexto que los periodistas de la maquinaria de Macedo empezaron a quejarse ampliamente, desde detrás de un protector muro de anonimato, de que habían pasado de periodistas a máquinas de mensajería parecidas a rehenes para un candidato considerado amplia y creíblemente como fascista. Y eso fue lo que permitió a The Intercept informar de los trabajos internos de R7 y la fuerte presión a la que están sometidos sus redactores para distorsionar la verdad y producir en masa a favor de Bolsonaro y contra el Partido de los Trabajadores.

Pero una cosa es que Macedo use su gran patrimonio e imperio de medios para elegir a un fascista, y otra cosa completamente diferente es que explote y abuse de esos medios de comunicación para intimidar, investigar y amenazar periodistas por el delito de informar sobre Bolsonaro y sus medios de comunicación. Esto lleva a un gran amenaza a la libertad de prensa: es virtualmente imposible informar libremente sobre Bolsonaro si se conoce la riqueza infinita de Macedo y que sus poderosos medios pueden usarse para calumniar a los periodistas y a sus familias también.

Complicados antecedentes de Brasil en libertad de medios

Este año, el índice de Reporteros sin Fronteras (RSF) de libertad de prensa en el mundo coloca a Brasil en el puesto 102 entre 180 países, por debajo de otros países donde los periodistas enfrentan considerables riesgos en su trabajo diario, como Hungría, Nicaragua y Kirguistán.

RSF identificó como los principales problemas la falta de un sistema nacional para proteger a los profesionales de los medios y de custodiar contra la impunidad:

En medio de una gran inestabilidad política –como lo muestra la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, en 2016– y de la incertidumbre que rodea las elecciones presidenciales de 2018, la libertad información está lejos de ser una prioridad para los poderes públicos. El paisaje mediático sigue estando muy concentrado en Brasil, muchos medios de comunicación están en manos de grandes familias de industriales, a menudo cercanas a la clase política. Con frecuencia no se respeta el secreto de las fuentes y muchos periodistas de investigación enfrentan procesos judiciales abusivos

El Comité para Proteger Periodistas en las Amáricas (CPJ) hizo un llamado a las autoridades brasieñas para garantizar la seguridad de los profesionales de medios:

Las autoridades brasileñas deben garantizar la seguridad de los periodistas brasileños que están cubriendo las elecciones en el país. En una democracia turbulenta como Brasil, la libertad de expresión es un derecho fundamental, antes y después de las elecciones del 28 de octubre.

Una comisión especial de la Organización de Estados Americanos enviada a observar las elecciones en Brasil declaró que la circulación de noticias falsas por WhatsApp durante la campaña “no tuvo precedentes”. Un juez negó el pedido de Bolsonaro de un editorial en el que pudiera responder al artículo de Mello en páginas de Folha, luego de las noticias del plan de WhatsApp, con el argumento de que carecía de justificación pues la información no era “inverídica”.

Junto con diversas organizaciones de derechos humanos que pedían protección para los periodistas, Maria Laura Canineu, directora de Human Rights Watch para Brasil, afirmó:

Qualquer um pode discordar de uma reportagem, e deve ter o direito de fazê-lo publicamente, mas ameaçar o jornalista e incitar outros a fazer o mesmo não só põe em perigo a segurança pessoal dos jornalistas, mas prejudica a liberdade de expressão e a democracia. Os candidatos à presidência devem defender o direito dos jornalistas de informar o público e o direito do público de ser informado.

Cualquiera puede discrepar con un reportaje, y debe tener el derecho de hacerlo públicamente, pero amenazar al periodista e incitar a otros a hacer lo mismo no solamente pone en peligro la seguridad personal de los periodistas, también perjudica la libertad de expresión y la democracia. Los candidatos presidenciales deben defender el derecho de los periodistas de informar al público y el derecho del público a ser informado.

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