Todo arte es político: Conversación con Patricia Kaersenhout

«Adivina quién viene a cenar también», por Patricia Kaersenhout. Imagen entregada por la artista, usada con autorización. Fotógrafo: Aat Jan Renders.

Las conversaciones sobre la raza y el racismo pueden ser particularmente intensas en los Países Bajos, donde la tolerancia es un valor principal. De todas maneras, la representación de negros todavía sigue siendo características de las celebraciones de San Nicolás, y su papel en la trata trasatlántica de esclavos se ignora extensamente. En el transcurso de las últimas décadas, académicos, artistas, activistas y escritores han estado explorado los límites de la tolerancia holandesa. Una de estas personas es la artista holandés-surinamesa Patricia Kaersenhout.

La primera vez que me encontré con la obra de Patricia Kaersenhout fue «Adivina quien viene a cenar también«, su respuesta a «La cena» de Judy Chicago. Se considera a la cena como la «primera obra de arte épica feminista», pero ha sido criticada por no incluir a mujeres de color. Más de 40 años después de Judy Chicago, Kaersenhout respondió con una obra en la que incluye a mujeres negras.

En esta entrevista, Kaersenhout habla sobre loa africanos que viven fuera del continente, su arte y activismo cultural.

Sobre el racismo en los Países Bajos

Tori Egherman: mis amigos de color holandeses me dicen que los estadounidenses son mejores para lidiar con el racismo que los holandeses, algo que me causó confusión pues el impacto del racismo es obviamente peor en los Estados Unidos.

Patricia Kaersenhout: It’s out in the open in the United States. Americans «do» race. Even though I find it difficult when I go to the States and encounter this blunt open racism, and I think oh my, here we go again, at least it’s out in the open. What happens here [The Netherlands] is under the skin. It’s less visible. You feel it. You know it. But it’s always that you are questioning whether or not what you are experiencing is racism. You ask yourself, is this really what I am experiencing?

The Dutch don’t do race. But now there is a black voice, a voice of color, that speaks back. Black people and people of color are no longer in a state of confusion about race. We know we are experiencing racism.

Of course, the scholars Gloria Wekker and Philomena Essed have been very important when it comes to this discussion. Now there is a narrative about the Netherlands and race, and many Dutch don’t like that narrative. They see themselves as kind and liberal and open to everybody. But this liberal attitude is really a way of earning money. It brings in a lot of tourists and a lot of expats who want to be here — it’s a money thing. They earn money with this so-called liberal and open society. But the question is: how liberal and open are you when you only tolerate the other when they behave the way you want them to behave? That’s not tolerant. That’s why I hate the word tolerance.

Patricia Kaersenhout: Es de conocimiento público en Estados Unidos. Los estadounidenses lo aceptan. Aunque me parece difícil cuando visito ese país encontrarme con ese racismo público directo, y pienso «por Dios, aquí vamos de nuevo, por lo menos es algo público». Lo que sucede aquí [Países Bajos] es solapado. Es menos visible. Lo sientes. Lo sabes. Pero siempre te cuestionas si lo que experimentaste es o no racismo. Te preguntas si es realmente eso lo que experimentaste.

Los holandeses no lo aceptan. Pero ahora existe una voz negra, una voz de color, que se defiende. Las personas negras y de color ya no se encuentran en un estado de confusión con respecto a la raza. Sabemos que experimentamos el racismo.

Por supuesto, las académicas Gloria Wekker y Philomena Essed han sido muy importantes en esta discusión. Ahora existe una narrativa que trata sobre los Países Bajos y la raza, y a muchos holandeses no les agrada esa narrativa. Se consideran amables, liberales e imparciales con todos. Pero esta actitud liberal es en realidad una manera de generar dinero. Atrae a muchos turistas y a muchos extranjeros que quieren estar aquí –es cuestión de dinero. Generan dinero con esta supuesta sociedad liberal y transparente. Pero la pregunta es: ¿qué tan liberal y sincero eres cuando solo toleras a la otra persona si se comporta como deseas que se comporte? Eso no es ser tolerante. Esa es la razón por la que odio la palabra tolerancia.

TE: Me encantaba la palabra hasta que me mudé aquí…

PK: Power structures for privilege are passed down from generation to generation, sometimes without even understanding how they work. Let me give you an example. A teacher asks the children in her class to crumple a piece of paper and throw it into the trash can. The first row of students has no problem. For each successive row, it is more difficult. The teacher asks the children if this was a difficult task. Of course, those in front say no. Then she asks, “Did you ever think to look behind to see how the others were doing?” That’s privilege.

PK: Las estructuras de poder para los privilegiados se pasan de generación en generación, a veces, sin siquiera entender cómo funcionan. Déjame darte un ejemplo. Una maestra solicita a sus alumnos que estrujen una hoja de papel y que la lancen al contenedor de basura. La primera fila de estudiantes no tiene ningún problema. Con cada fila subsecuente la dificultad aumenta. La maestra le pregunta a los niños si fue difícil esta tarea. Por supuesto, los que están en la primera fila dicen que no. Luego ella pregunta, «¿Pensaron alguna vez en voltear a ver cómo lo estaban haciendo los demás?». Eso es privilegio.

Destruir la historia

De la seire «El sueño de mil naufragios», por Patricia Kaersenhout. Durante su vida estudiantil en los Países Bajos, a Kaersenhout no le enseñaron sobre el papel del país en la trata trasatlántica de esclavos. «Mejor hablaremos sobre el comercio de esclavos estadounidense», decían los profesores. Uno de sus primeros proyectos de arte implicó la destrucción de libros de historia. Imagen entregada por la artista, usada con permiso.

TE: ¿Puedes ahondar más sobre la destrucción de libros de historia?

PK: That’s my meditation. It helps me relieve my anger. It reminds me of when we got to the Dutch slave trade in school and the teacher said, let’s skip it. We’ll talk about the American slave trade instead. It made me angry, this erasing of my history. But when I talked to my mother, she also said let’s not talk about it. It’s too painful. At a certain point, I felt a need to do something about these books. Maybe it was a way to take revenge on them. If it’s not about me, that my history as a black woman is not included in this history, why not do with it what I want to?

This is also a project which evolved. I started to do this at the Decolonial Summer School where I teach. Most of the students are privileged. Books are sacred to them. Books with white history are sacred. I needed to de-sanctify this knowledge. I needed to create a feeling of discomfort and pain because this creates a different awareness. So I had them mutilate the books. I told them they had to do it meticulously and consciously, being aware of what they’re doing. It was so difficult for them. They felt so many emotions. They were crying. And while they were doing it, I walked around them in circles reading a poem I wrote, «The Daughter of Diaspora.» While they were cutting holes in history, I was filling the holes with my words. It was a way of reclaiming my place in history. Afterward, I asked what happened? Some of them were crying. Students of color were angry. They felt that they could finally do something with all this knowledge that had been forced upon them. I did this a couple of times with different groups of young people and every time it evokes so many emotions.

PK: Es mi meditación. Me ayuda a liberarme de mi ira. Me recuerda el momento en que llegamos al tema del comercio de esclavos holandés en la escuela y el profesor dijo, omitámoslo. Mejor hablaremos del comercio de esclavos estadounidense. Me enfureció esta omisión de mi historia. Pero cuando le conté a mi mamá, también me dijo que no habláramos de eso. Era demasiado doloroso. En cierto punto, sentí la necesidad de hacer algo con esos libros. Quizá fue una manera de vengarme. Si no se trata de mí, que mi historia como negra no está incluida en esta historia, ¿por qué no hacer con esto lo que plazca?

Este también es un proyecto que evolucionó. Comencé a realizarlo en la Escuela de Verano para la Decolonización donde imparto clases. La mayoría de los estudiantes son privilegiados. Los libros son sagrados para ellos, en especial, los que tratan sobre la historia de la raza blanca. Necesitaba deshonrar este conocimiento y crear un sentimiento de incomodidad y dolor, pues crea una conciencia diferente. Así que les obligué a cortarlos. Les dije que tenían que realizarlo meticulosa y conscientemente, ser conscientes de lo que estaban haciendo. Les fue muy difícil. Sintieron muchas emociones. Lloraron. Y mientras llevaban a cabo la tarea, yo caminaba a su alrededor recitando un poema que escribí, «La hija de la diáspora». Mientras hacían agujeros la historia, yo con mis palabras los llenaba. Fue una manera de reclamar mi lugar en la historia. Después, pregunté ¿qué sucedió? Algunos lloraron. Los estudiantes de color se enfadaron. Sintieron que finalmente podían hacer algo con todo ese conocimiento que les obligaron a aprender. Hice este ejercicio un par de veces con diferentes grupos y cada vez evocó muchas emociones.

Modula tu voz

TE: Desde que me mude a los Países Bajos, a menudo me dicen que soy demasiado bulliciosa y emocional, y que mi voz tiene demasiado registro. Nunca voy a poder hablar en un tono uniforme. Mi voz es muy confrontacional para muchos holandeses. Me he percatado de que muchas mujeres de color exitosas susurran en el país. Esto también te incluye. ¿Eres consciente de esto?

PK: Yes I am. I’ve heard that before. I think it has to do with having children. When they were little I was really good at soothing them by making my voice lower and calmer, and it sort of stayed that way.

But this is a good question. I am thinking of the generation of my mother. I am thinking about how voice changes depending on who is in front of you. Because if you are with a group of Black women, it’s loud. It’s really loud.

It really depends. Amongst each other it gets loud.

PK: Sí, lo estoy. Lo he escuchado anteriormente. Pienso que se relaciona con tener hijos. Cuando eran pequeños, me era fácil tranquilizarlos si modulaba mi voz en un tono más bajo y calmado, y se quedó así.

Pero esta es una buena pregunta. Pienso en la generación de mi madre. También en cómo la voz cambia dependiendo de quién esté frente a ti. Porque si estás con un grupo de mujeres negras, es fuerte. Es realmente fuerte.

En realidad depende. Entre ellas se vuelve un bullicio.

«Manéjese con cuidado»

«El manto del amor» del proyecto denominado «Manéjate con cuidado» por Patricia Kaersenhout y Jimini Hignett. El proyecto interpreta la trata de mujeres vulnerables en los Países Bajos, África Subsahariana y los Balcanes; las artistas tomaron las historias de estas mujeres y las interpretaron a través del teatro y el arte. Imagen entreegada por la artista de una exhibición de 2013, en el Museo Tropen en Ámsterdam. Se utiliza con permiso. Fotógrafo: Gert Jan van Rooij.

PK: I just returned from Albania where I was preparing a project started with my dear friend Jimini Hignett in 2013. The project is on forced prostitution and female trafficking. It’s really under my skin what’s happening there.

Jimini is doing interviews with survivors of human trafficking. It’s too painful for me. I get too emotional. With local women, I am making a carpet with red female clothing. It’s called the Mantle of Love. The carpet is about covering up the things which are painful in society.

Even though I am thinking of handing the project to Jimini, I want to keep on supporting her. The project will travel from Albania to Macedonia to Kosovo and in the region. There will be media attention and we hope to provoke public discussion on the issue. We hope that politicians will make a decision to address human trafficking.

PK: Acabo de regresar de Albania, donde preparaba un proyecto que comencé con mi querida amiga, Jimini Hignett, en 2013. El proyecto trata sobre la prostitución forzada y la trata de mujeres. Realmente me molesta lo que sucede ahí.

Jimini entrevista a las supervivientes de tráfico humano. Es muy doloroso para mí. Me pone muy emotiva. Con las mujeres de lugar estoy haciendo una alfombra con ropa de mujer de color rojo. La bautizamos como el Manto del Amor. La alfombra trata de cubrir las cosas que son dolorosas en la sociedad.

Aunque estoy considerando cederle el proyecto a Jimini, quiero continuar apoyándola. El proyecto viajará de Albania a Macedonia, a Kosovo y por la región. Habrá atención de los medios de comunicación y esperamos que estimule la discusión pública sobre el problema. Albergamos la esperanza de que los políticos tomen la decisión de abordar el problema del tráfico humano.

El «alma de la sal»

TE: Estaba en un museo y vi una escultura de Duane Hanson, que representaba a un policía que golpeaba a un hombre negro. Me conmovió, pero no difundí la obra porque pensé en lo que dijiste acerca de no siempre mostrar la violencia contra los cuerpos negros. Pensé que era suficiente para mí haber visto esta escultura y experimentarla, no necesito difundirla. Quizá esto es cierto particularmente porque soy blanca. Luego, pensé en tu proyecto «El alma de la sal». Pensé sobre cómo la obra trata de sanar el dolor de las generaciones.

PK:  Walter Mignolo talks about «the de-colonial aesthetic» — aesthesis — from the Greek word feelings, to evoke feelings. Decolonial aesthetics/aesthesis is not just about creating a beautiful piece of art, decolonial work evokes feelings of grief, sadness, and sorrow. It evokes history and the erasing of history and the things that have been done to so many marginalized groups by the dominant culture… So because I had the theory and the ingredients, the pieces of the project fell together.

I first made an installation with fabrics to represent displacement and accompanied by a mountain of salt. I had already heard the legend that Africans brought over as slaves refrained from eating salt with the idea that they would become light enough to fly back to where they came from in Africa. So I had 147 kilos of salt, referring to 147 years of abolition, and I thought it would become a mountain, but it was a really tiny mountain. This has no impact, I thought. I need to do this differently.

So I thought about making something even bigger, with only salt. For the celebration of 150 years of abolition, I was invited to make the mountain of salt. I thought the mountain of salt needs to have more impact. I started working with these undocumented refugee women who had cut themselves off from the men. And I thought, how can I support them, also financially? So I brought them into the project. And then I learned this 19th-century slave song and thought, what if they also learn the song? I found all this through serendipity.

And then I thought, it’s not enough to do a performance. The salt needs to be blessed. So I approached this spiritual woman, Marjan Markelo, and asked her, why not do a ceremony? She agreed to do this because salt is a very important element in the Afro-Caribbean tradition. And then I thought, we also need to do something with the audience. Otherwise, they are just observers. And no one gets to touch the art. So I thought, let’s have them touch the artwork, bring some salt home with them. And now I am talking to another spiritual leader because I am not totally satisfied. I really want to do more with the ritual of bringing the salt home. It should be a ritual. There should be words. There should be song.

I brought some salt home from Palermo's Manifesta 12 where «The Soul of Salt» is on display. The salt is also migrating. Moving from one place to another. Salt from Amsterdam is in Senegal and now I have salt from the Mediterranean in Amsterdam.

Bonaire gave me 8,000 kilos of salt. In Bonaire, there are huge salt planes. But I have to arrange transport and that is too difficult. So a friend said, why don’t you go there? Do the project there? So I am talking to a woman about doing the ceremony in Bonaire and then Aruba and then Curacao.

These things happen when you are working. You cannot plan or invent. It happens because you are working.

PK: Walter Mignolo habla sobre «la estética decolonial» –sensación– término que se deriva de la palabra griega sentimientos, evocar sentimientos. La estética/sensación descolonizadora no solo consiste en crear una pieza de arte hermosa, sino que este tipo de obra evoca sentimientos de aflicción, tristeza y agonía. Esto provoca historia y eliminar de la historia y las cosas que la cultura dominante hizo a muchos grupos marginados… Así que como ya tenía la teoría y los ingredientes, las piezas del proyecto se integraron.

Primero, creé una instalación con telas para representar el desplazamiento y lo acompañé con una montaña de sal. Escuché la leyenda de que los africanos traídos como esclavos no consumían sal pues tenían la idea de que así se volverían lo suficientemente ligeros como para volar de regreso a su lugar de origen en África. Así que utilicé 147 kilos de sal, aludiendo a los 147 años de abolición, y pensé que se volvería una montaña, pero resultó ser una montaña pequeñísima. Esto no tiene impacto, pensé. Necesito hacerlo diferente.

Por consiguiente, pensé en crear algo más grande, solo con la sal. Para la celebración de los 150 años de la abolición, me invitaron a realizar la montaña de sal. Pensé que necesitaba tener más impacto. Comencé a trabajar con mujeres refugiadas indocumentadas que se habían separados de los hombres. Pensé, ¿cómo puedo apoyarlas, también de manera financiera? Así que las incluí en el proyecto. Luego, aprendí una canción de los esclavos del siglo XIX y pensé, ¿qué tal si ellas también la aprendieran? Se me ocurrió todo esto de manera fortuita.

Después pensé, no es suficiente hacer la interpretación. Necesitamos bendecir la sal. Así que me acerqué a esta mujer espiritual, Marjan Markelo, y le pregunté, ¿por qué no realizas una ceremonia? Estuvo de acuerdo en hacerla, ya que la sal es un elemento muy importante en la tradición afrocaribeña. Luego pensé, necesitamos hacer algo con la audiencia. De lo contrario, solo son observadores. Y nadie tiene la oportunidad de tocar el arte. Así que pensé, permitamos que toquen la obra, que lleven un poco de sal a sus hogares. Y ahora, estoy en contacto con otro líder espiritual porque no estoy completamente satisfecha. Realmente quiero hacer algo más con el ritual de llevar sal al hogar. Debería ser un ritual. Debería haber palabras. Debería haber una canción.

Traje a casa un poco de sal de Manifesta 12 de Palermo, donde «el alma de la sal» está en exhibición. La sal también está emigrando. Se traslada de un lugar a otro. La sal de Ámsterdam se encuentra en Senegal y ahora tengo sal del Mediterráneo en Ámsterdam.

La isla de Bonaire me dio 8000 kilos de sal. Allí existen enormes salares. Pero tengo que organizar el traslado y eso es demasiado difícil. Así que un amigo me dijo, ¿por qué no vas  y realizas el proyecto allá? Así que contacté a una mujer para que realice la ceremonia en Bonaire, y después en Aruba, y posteriormente en Curacao.

Estas cosas suceden cuando estás trabajando. No puedes planearlas o inventarlas. Se manifiestan porque estás trabajando.

TE: Fue interesante observar que la exreina holandesa tomara sal de tu instalación, sabiendo que representa los pecados del pasado, particularmente su pasado.

PK: Yes, the royal family is the result of colonialization. We are all suffering from the wounds of colonialization. Not just the oppressed, but the oppressor as well. It’s easier to identify yourself as a victim than perpetrator. There is a wound.

PK: Sí, la familia real es el resultado de la colonización. Todos sufrimos por las heridas de la colonización. No solo los oprimidos, sino también los opresores. Es más fácil identificarte a como víctima que como autor de un delito. Existe una herida.

TE: Esto me hace pensar en tu proyecto de las mujeres de Dahomey [actualmente Benín]. Desde un punto de vista, eran secuestradoras y traficantes de personas. Desde otro, son valientes guerreras y la resistencia.

PK: We all have ways in which we are a victim and a perpetrator. When we talk about the transatlantic slave trade, there is a difference. Yes, small-scale slavery existed in Africa. Even so, enslaved people were seen as human beings, not as a commodity. They could become part of the family. Being brought to the New World as animals were something done by colonizers. That is an important difference. It’s a different kind of slavery. Europeans were also sold as slaves, people say. Yes. Slavery is very old. But we are still feeling the consequences of the transatlantic slave trade.

PK: Todos tenemos diferentes maneras de convertirnos en víctima y en autor de un delito. Cuando hablamos sobre la trata trasatlántica de esclavos, existe una diferencia. Sí, la esclavitud a escala pequeña existió en África. Incluso en esas circunstancias, a los esclavos se les consideraba como seres humanos, no como mercancía. Podían convertirse en parte de la familia. Los colonizadores los llevaron al Nuevo Mundo como animales. Esa es una diferencia importante. Es una clase de esclavitud diferente. Se dice que a los europeos también los vendieron como esclavos. Sí. La esclavitud data de tiempos antiguos. No obstante, aún sentimos las consecuencias de la trata trasatlántica de esclavos.

“Todo arte es político”

Imagen proveniente de la interpretación «Una historia de aflicción» realizada por Patricia Kaersenhout. Die Volksbuhne, Berlín 2016. Fotografía proporcionada por la artista, usada con permiso. Fotógrafo: Miguel Gomez.

PK: Some of my Dutch students come in and say, my work is about nothing. I say study something else. Do advertising. Art is not about nothing. Art students are supposed to be the new avant-garde. Art is not nothing.

This feeling that art can be about nothing is embedded in the national innocence.

At art school, they said that my work was too narrative. So I said this is a good starting point. I’ll make it more narrative. I tell the critics, my culture is narrative. We share our history through stories because you won’t write about our history.

All art is political.

PK. Algunos estudiantes holandeses se acercan y me dicen, mi obra no se trata de nada. Yo les respondo que estudien otra cosa. Haz publicidad. El arte no se trata de nada. Se supone que los estudiantes de arte tienen que ser vanguardistas. El arte no es nada.

Este sentir que el arte puede tratar de nada está incrustado en la inocencia nacional.

En la escuela de arte, dijeron que mi obra era demasiado narrativa. Así que dije que este es un buen punto de partida. Lo haré más narrativo. Le digo a los críticos, mi cultura es narrativa. Compartimos nuestra historia por medio de relatos porque ustedes no escribirán sobre nuestra historia.

Todo arte es político.

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