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La agencia de noticias más progresista de Rusia está atrapada en el lado equivocado de #MeToo

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Medios ciudadanos, Mujer y género, Periodismo y medios, RuNet Echo

Ivan Kolpakov, ex editor en jefe de Meduza, renunció tras conocerse las acusaciones de acoso. Imagen del perfil de Ivan Kolpakov en Facebook.

“Eres la única persona de esta fiesta que puedo acosar y salirme con la mía».

Esas fueron las palabras de Ivan Kolpakov, editor jefe de Meduza, sitio web de periodismo de investigación ruso, mientras agarraba a la esposa de un colega por el trasero en una fiesta del personal.

A finales de octubre de 2018, Galina Timchenko, fundadora y editora de Meduza [1], publicó un mensaje [2] en su página de Facebook en el que revelaba que Kolpakov había sido acusado de comportamiento inapropiado en una fiesta de empresa, y había dimitido a la espera de una investigación más profunda de la junta directiva de Meduza.

La escena descrita llegó rápidamente a las noticias, gracias a filtraciones de la redacción e investigaciones de otros medios informativos, además de las propias declaraciones [3] de Meduza en medios sociales. El asunto ha conmocionado el sector de medios de Rusia.

Meduza es un sitio web de noticias en ruso con sede en la vecina Letonia, donde fue fundada por el antiguo equipo editorial de «Lenta.ru», sitio web independiente de noticias que en 2014 fue absorbido de forma hostil por una editorial leal al Kremlin. Establecida como cercana al público ruso al que va dirigida, pero fuera del alcance de los censores del Kremlin, Meduza no tardó en convertirse en una de las fuentes de noticias en línea más populares.

Tiene reputación de ser uno de los pocos sitios web defensores de valores progresistas, lo que se aprecia en sus crudos editoriales [4], que condenan el acoso sexual, y en su cruzada contra un poderoso congresista acusado de toquetear a mujeres periodistas [5] en los pasillos del Parlamento ruso.

Leonid Slutsky debe renunciar a la Duma estatal.
Un editorial de Meduza
No se necesita mayor evidencia de que Leonid Slutsky, diputado de la Duma estatal y jefe del Comité de Asuntos Internacionales, acosó sexualmente a periodistas del grupo de prensa parlamentario
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Ya disponible en inglés: editorial de Meduza que pide la renuncia del diputado de la Duma Leonid Slutsky. Se le acusa de acosar sexualmente a varias periodistas.

Pero las credenciales progresistas de la propia Meduza han estado bajo un feroz ataque cuando se reveló el acoso sexual cometido en su ámbito, y cuando se hizo público el incidente de la fiesta de empresa. Cuando el marido de la víctima, que trabajaba en Meduza como programador de software, se quejó a la dirección, Kolpakov pidió disculpas a la pareja, y se retiró como editor de la publicación… durante dos semanas.

El periodista fue formalmente censurado por la junta directiva y luego reincorporado a su puesto. La dirección de Meduza consideró impropias sus acciones, pero contradictorias con su comportamiento anterior y no lo suficientemente graves como para un despido definitivo.

Siguieron saliendo a la luz detalles desagradables. Una filtración reveló la identidad la víctima y a su marido, a pesar de su claro rechazo a convertirse en el blanco de un escándalo público. Cuando la dirección de Meduza regresó a Kolpakov a su puesto, el esposo dimitió a su empleo como programador de Meduza en protesta.

Poco después se reveló que Meduza, a pesar de su línea editorial abiertamente progresista, ni siquiera tiene una política empresarial de prevención del acoso.

Meduza no castigó a su editor por atacar sexualmente a la esposa de un trabajador y decir «no me va a pasar nada». Ahora el trabajador ha renunciado. Si Meduza se va a definir como el medio ruso más progresista, tienen que hacerlo infinitamente mejor.
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No deja de ser sorprendente que Meduza publicara el año pasado un editorial titulado «Mi jefe se me insinúa, ¿qué hago?», pero que no tuviera una política real contra el acoso sexual para tratar este incidente.

Algunos partidarios salieron en defensa de Meduza y Kolpakov, citaron el impecable historial de Meduza y definieron a Kolpakov como un buen amigo y mejor editor, a pesar de su comportamiento abusivo con las mujeres.

Algunos restaron importancia al incidente, mientras que otros culparon al marido de la víctima por no «arreglarlo con Kolpakov como haría un hombre de verdad», en lugar de hacer público el escándalo y socavar a su propia empresa. El tono tribal de estos comentarios causó aún más indignación:

Estrategia de prensa de la oposición rusa: se ignora el acoso porque «es un buen amigo y el mejor editor del país».

Las declaraciones de Meduza y la avalancha de apoyo provocaron auténtica indignación en medios sociales, donde comentaristas y medios conservadores partidarios del Kremlim señalaron descaradamente la hipocresía del defectuoso programa progresista de Meduza, y su incapacidad para poner en práctica lo que predican.

Muchos feministas rusos se sintieron ofendidos. Nika Vodwood escribió en Facebook [11]:

Что-ж, Иван Колпаков [12] сказал, что ему «за это ничего не будет» — так и случилось. Мир все то же говно, мудаки все так же без каких-либо последствий домогаются до женщин, и их жалеют, поздравляют и покрывают. Медуза — лицемерное говно, и никакие «прогрессивные» материалы не помогут это отмыть. Очень сочувствую сотрудницам издания и всем женщинам, которые лишний раз увидели, что что-то говорить бесполезно. В общем-то, я испытала это на практике сама, когда до меня домогался начальник (он все ещё начальник, а я уволилась в большой степени из-за этого). Ничего не меняется. Спасибо, Медуза.

Bien, Ivan Kolpakov dijo «no me pasará nada», y eso es lo que ha ocurrido. El mundo es un asco, cualquier imbécil puede seguir acosando a las mujeres sin que haya consecuencias, los consolarán, los felicitarán y se echará tierra sobre sus acciones. Meduza es una porquería hipócrita, y ningún editorial «progresista» puede enmendarlo. Mi sentir está con sus empleadas y con todas las mujeres que han aprendido otra lección: denunciar no sirve de nada. Yo misma he sufrido algo similar en mi trabajo, cuando mi superior me acosó (sigue siendo el jefe y yo tuve que renunciar, sobre todo por ese acoso). Nada cambia. Gracias, Meduza.

Para echar más leña al fuego, apareció en YouTube un corto promocional de la revista Sol’ («Sal»), que se edita en Perm, la ciudad natal de Kolpakov. A los 0.23″, se ve a Kolpakov persiguiendo mujeres por la calle y levantándoles la falda. El video [13] fue retirado inmediatamente de la plataforma, que alegó violaciones de los términos sobre desnudez, pero volvió a aparecer en otros medios sociales. Lo que probablemente parecía una idea divertida para un anuncio viral en su momento propinó un golpe tremendo a la reputación de Kolpakov.

El 8 de noviembre, el sitio en inglés de Meduza publicó una recapitulación neutra y equilibrada [14] de los hechos, que incluyó varios comentarios críticos, y provocó otra ola de consternación, pues el destacado sitio web ruso ha guardado total silencio sobre el escándalo de acoso en sus filas. Al 9 de noviembre, el resumen no tenía versión en ruso.

Muchos ven en el hecho de que Meduza decidiera publicar primero el artículo en inglés ─maniobra claramente dirigida a su relativamente pequeño público extranjero─ una falta de respeto hacia sus lectores rusos. Otros señalaron que en el artículo faltaban algunos detalles críticos (y autoincriminatorios).

Escándalo de acoso en Meduza
En las últimas dos semanas, Meduza ha estado en el centro de un escándalo de acoso sexual que involucra a su editor en jefe
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Lamentablemente, Meduza ha olvidado citar a su directora ejecutiva, Galina Timchenko, cuando dijo que «Ivan es también el mejor editor de nuestro país. Y los que dicen no haber cometido nunca un error o no haberse comportado de forma incorrecta o poco apropiada son simples mentirosos o una verdadera basura».

Espero que una respuesta vía Twitter sea adecuada.
1. Si Kolpakov hubiera dimitido ayer, todo el mundo lo habría alabado por ser un hombre valiente y responsable.
2. Si Meduza lo hubiera despedido ayer, todo el mundo habría alabado a Meduza por ser una empresa íntegra.
3. Meduza va por mal camino.

Finalmente, el 9 de noviembre, Kolpakov anunció su dimisión [20] en una noticia del sitio web en ruso de Meduza, pero ya era demasiado tarde. El anuncio citó estas palabras de Kolpakov: «Es la única forma de neutralizar la crisis que ha sepultado al equipo editorial y de minimizar el daño a su reputación».

La noticia no mencionaba la naturaleza de las acusaciones contra Kolpakov. En una entrada en Facebook [21], Kolpakov parecía aún menos arrepentido y más beligerante:

С этой минуты я не главный редактор «Медузы».

Я ухожу, потому что не вижу иного выхода. Потому что так будет лучше для «Медузы».

Все же позволю себе сказать, как я это чувствую. Я ухожу, потому что мне больно видеть, как вы уничтожаете то, что я строил. Потому что мне противна несправедливость. Потому что не все, что сломалось, нужно обязательно чинить.

По поводу так называемого инцидента. Я категорически отказываюсь признавать обвинения в харассменте и сексуальных домогательствах. Но я оказался в ситуации, когда невозможно и бессмысленно себя защищать. Впрочем, об этом как-нибудь в другой раз.

Con efecto inmediato, ya no soy el editor jefe de Meduza.

Me voy porque no veo otra forma de salir de esta [situación]. Porque es mejor para Meduza.

Permítanme decir por fin lo que siento. Me voy porque es doloroso ver cómo destruyen lo que he construido. Porque odio la injusticia. Porque no hace falta arreglar todo lo que está descompuesto.

Ahora, en lo que respecta a este incidente, me niego categóricamente a aceptar las acusaciones de acoso e incorrección sexual. Hoy estoy en una situación en la que defenderme es imposible e inútil. Pero algún día lo conseguiré.

Kolpakov también añadió que no abandonaba Meduza por completo, sino que seguiría trabajando con la publicación aunque fuera de la dirección. No solo se negó a aceptar la responsabilidad de su presunto comportamiento, sino que contradijo sus propias declaraciones anteriores en Facebook [22], en las que admitió haber cometido una «grave imprudencia» y haber «hecho daño a la esposa de un trabajador» cuando estaba muy borracho. La cuenta de Twitter en ruso de RT señaló sarcásticamente:

Con efecto inmediato, ya no soy el editor jefe de Meduza.

Me voy porque no veo otra forma de salir de esta [situación]. Porque es mejor para Meduza.

Permítanme decir por fin lo que siento. Me voy porque es doloroso ver cómo destruyen lo que he construido. Porque odio la injusticia. Porque no hace falta arreglar todo lo que está descompuesto.

Ahora, en lo que respecta a este incidente, me niego categóricamente a aceptar las acusaciones de acoso e incorrección sexual. Hoy estoy en una situación en la que defenderme es imposible e inútil. Pero algún día lo conseguiré.
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En el comentario de Kolpakov [en Facebook] en el que niega las acusaciones de acoso sexual, sus seguidores le preguntan: «Entonces, ¿por qué te disculpaste en un comentario anterior?».
Eso, ¿por qué?

El popular viñetista Sergey Elkin creó una sátira sobre la incapacidad de Meduza de estar a la altura de sus propios parámetros progresistas:

Ian, esto es el fin.

El escándalo ha dejado la frágil escena de medios independientes de Rusia profundamente dañada, afectada y más fragmentada que nunca. En una pírrica victoria del movimiento #MeToo en el país, uno de sus mayores partidarios se ha convertido en el primero en dimitir públicamente por acusaciones de acoso sexual en Rusia.