El 29 de octubre de 2018, el Gobierno de Arabia Saudita ejecutó a la trabajadora indonesia Tuty Tursilawati sin enviar una notificación consular para dar a conocer al Gobierno de Indonesia de su intención.
Según la Unión de Trabajadores Migrantes Indonesios, que estuvo investigando el caso de Tuty desde 2010, Tursilawati fue encarcelada después de que mató al padre de su empleador, a quien acusó de abusos sexuales en su contra. En ese momento, ella tenía trabajando ocho meses con la familia, pero solamente había recibido el pago por los dos primeros meses.
Tras el homicidio, Tursilawati huyó a La Meca con joyas robadas y dinero. En su camino, le dijo a la ONG que la asistió que la habían violando y asaltado una banda de nueve hombres.
La organización sin fines de lucro Migrant Care dio a conocer la noticia en medios sociales:
Kabar duka kembali datang dari Arab Saudi. Tuty Tursilawati, pekerja migran Indonesia asal Majalengka, dieksekusi mati pada 29 Oktober 2018 kemarin.
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Eksekusi hukuman mati ini lagi-lagi dilakukan tanpa ada notifikasi kepada Pemerintah Indonesia.#RIPTuty #stophukumanmati pic.twitter.com/pg5i52IY2Y— Migrant CARE (@migrantcare) October 30, 2018
Más noticias tristes llegaron a Arabia Saudita. Tuty Tursilawati, trabajadora migrante indonesia de Majalengka, fue ejecutada el 29 de octubre de 2018. La ejecución se llevó a cabo sin notificación previa al Gobierno indonesio. QEPD Tuty, alto a la pena de muerte.
Manifestantes indonesios protestaron en la embajada de Arabia Saudita en Yakarta, la capital de Indonesia, contra la ejecución de Tuty. Los cibernautas indonesios también expresaron su indignación en medios sociales.
Turut mengecam eksekusi mati terhadap Tuty Tursilawati. Tidak hanya karena pemerintah Saudi tidak memberi notifikasi, namun juga karena hukuman mati termasuk hukuman yang diragukan kemampuannya mencegah kejahatan.
Pertanyaan lainnya, apakah beliau mendapatkan fair trial? pic.twitter.com/2RFeKH0eEY
— Iqrak Sulhin (@iqraks) October 30, 2018
Condeno la ejecución de Tuty Tursilawati. No solamente el Gobierno saudita no notificó [a nuestro consulado], sino porque es dudoso que la pena capital evite el delito. Mi otra pregunta es: ¿tuvo un juicio justo?
En Facebook, Musliha Rofik escribió:
Tidak ada seorangpun yg niat bekerja diluar negeri bertujuan mencelakakan majikan. Apalagi melakukan kekerasan, kalau tidak mempertahankan diri, demi kehormatan dan kehidupannya. Tuty Tursilawati, bagiku pahlawan yang memperjuangkan nasib diri dan keluarganya. Sama dengan almarhumah Siti Zaenab yg juga bermimpi agar anak-anak dan keluarganya hidup berkecukupan tak kekurangan biaya hidup.Arab Saudi kapan belajar menghormati kemanusiaan…. membunuh itu adalah pelanggaran hak hidup seseorang. Sedih dan marah campur aduk, karena di negeriku sendiri hukuman mati masih ada. #stophukumanmati
Nadie que desee trabajar en el extranjero quiere lastimar al patrono. [Nadie quiere] actuar violentamente, si no es en defensa propia, para defender su honor y su vida. Para mí, Tuty es una heroína que luchó por su destino y el de su familia. Como la fallecida Siti Zaenab [otra trabajadora migrante indonesia ejecutada en 2015] que soñaba con llegar a fin de mes por sus hijos y su familia. Cuando Arabia Saudita aprenda a respetar la humanidad … matar significa violar el derecho a la vida de otro. [Estoy] triste y furiosa, porque la pena capital se sigue aplicando en mi país. Alto a la pena de muerte.
Y Lexy Rambadeta dijo:
Selamat jalan Tuti. Apa yang bisa dilakukan secara efektif agar hal ini tak terulang lagi? Dan apakah pemerintah Indonesia atau siapa saja bisa melakukan apa pun (mungkin semacam gugatan) yang bener-bener serius, agar kematian Tuti tidak sia-sia?
Adiós, Tuti. ¿Cuál será la manera más efectiva para evitar que esto se repita? ¿Y puede el Gobierno indonesio o alguien hacer algo serio [como una fuerte demanda] para que su muerte no sea en vano?
Grietas en la diplomacia
Arabia Saudita ha ejecutado reiteradamente a trabajadores indonesios en años recientes. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Indonesia, Arabia Saudita ha sentenciado a muerte a cerca de 103 indonesios entre 2011 y 2018.
Tuty no es la primera trabajadora migrante indonesia en ser ejecutada por el Gobierno saudita en 2018. También en 2018, Arabia Saudita ejecutó a Muhammad Zaini Masrin, indonesio que dijo que fue forzado a firmar una confesión de haber matado a su empleador. Fue sentenciado en 2004, pasó 14 años en prisión antes de ser ejecutado. El consulado indonesio en Yeda supo de la odisea de Masrin recién cuando se anunció su sentencia.
El presidente indonesio, Joko Widodo,dijo que lamentaba la muerte de Tuty Tursilawati. El ministro de Asuntos Exteriores de Indonesia, Retno Marsudi, expresó su desaprobación y convocó al embajador de Arabia Saudita en Indonesia, Osama bin Mohammed Abdullah Al Shuaibi, a una reunión.
En una conferencia de prensa, Al Shuaibi ofreció una explicación totalmente sorda que sugería que la ejecución de Tuty tenía la intención de absolverla del pecado que cometió. El embajador también descartó las afirmaciones de que Tuty actuó en defensa propia pues el hombre a quien mató era un adulto mayor. También señaló que el delito de Tuty era «had ghilah», o premeditado, así que no hubiera sido posible dejarla en libertad, aunque la familia de la víctima hubiera accedido a perdonarla.
En 2015, Indonesia dejó de enviar trabajadores migrantes a Arabia Saudita ante los maltratos denunciados contra trabajadores domésticos, pero la moratoria oficial no impidió que los traficantes ilegales enviaran a trabajadores indocumentados con documentos de identificación falsos. El ministro de Fuerza Laboral de Indonesia, Hanif Dhakiri, dijo a inicios de noviembre que la moratoria sigue vigente y que Yakarta no tiene planes de dejarla sin efecto.
Adel al-Jubeir, ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita, fue a Yakarta para una reunión con su homólogo, el ministro Retno Marsudi, una semana antes de la ejecución. Pero no queda claro si en la reunión se discutió la ejecución de Tuty y los casos de otros trabajadores migrantes indonesios.
Luego de las críticas por la ejecución de Tuty, Indonesia quiere que Arabia Saudita suscriba un acuerdo de notificación consular obligatoria. Esto permitiría que Indonesia estuviera informado de ciudadanos con necesidad de asistencia legal en Arabia Saudita. Actualmente, solamente tres países han suscrito acuerdos de notificación consular obligatoria con Indonesia — Australia, Filipinas y Brunéi.
Sistema kafala
Defensores de derechos humanos del mundo han criticado el sistema de kafala (auspicio) como una «puerta a la esclavitud». El sistema kafala se practica en los países del Golfo Árabe y también en El Líbano y Jordania.
Según la periodista Mona Eltawahy, el kafala atrapa sistemáticamente a las trabajadoras migrantes:
I often talk about #Saudi repression of women’s rights which I call gender apartheid, enforced by guardianship system. It’s even worse for domestic workers who are doubly marginalized as women & as migrant workers effectively trapped by the kafala/sponsorship employment system.
— Mona Eltahawy (@monaeltahawy) October 30, 2018
Arabia Saudita ejecutó a trabajadora doméstica indonesia sin notificar al Gobierno indonesio.
Migrant Care, grupo que defiende a trabajadores migrantes indonesios, dio a conocer hoy [30 de octubre de 2018] la trágica noticia de que una trabajadora doméstica indonesia de nombre Tuty Tursilawati fue ejecutada ayer [29 de octubre de 2018] en Arabia Saudita luego de ser sentenciada a muerte hace ocho años por asesinar a su empleador.
El lunes [29 de octubre de 2018], Arabia Saudita ejecutó a la trabajadora doméstica indonesia Tuty Tursilawati. Tuty fue arrestada en 2010 y sentenciada a muerte por matar a su empleador, según dijo en defensa propia para proteger de abusos sexuales.
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Suelo hablar de la represión saudita de los derechos de la mujer, lo que llamo apartheid de género, aplicado por el sistema de tutoría. Es peor para las trabajadoras domésticas, que son doblemente marginadas, como mujeres y como trabajadoras migrantes, atrapadas en el sistema de empleo de kafala/auspicio.
Bajo el sistema de la kafala, los empleadores y las agencias de contratación tienen el derecho de confiscar el pasaporte de los trabajadores y tomar decisiones que afectan profundamente los destinos y bienestar de sus trabajadores.