Cómo la negligencia del Gobierno ayudó al Talibán a sumir en el caos una de las últimas regiones pacíficas de Afganistán

Una familia internamente desplazada en Khas Urozgan. Foto de Aseef Yousufi para Hazara International Network

«Nunca pensé que vería a mi abuela de 85 años desarraigada a la fuerza de su hogar. Me atormenta verla en un video sobre el ataque a Jaghuri. Necesito su ayuda para contar al mundo esta crisis humanitaria que afecta a 500 000 hazaras indefensos atacados por el Talibán en Afganistán..

Esto es lo que Shukufa Tahiri, oficial de policía del Consejo de Refugiados de Australia, escribió en Twitter tras ver la foto de su abuela desplazada en los medios sociales.

Su tuit incluía una foto familiar de su abuela posando feliz con su cosecha junto a una captura de pantalla de la misma mujer con un manto negro y la expresión ausente típica de los que huyen de un conflicto.

Nunca pensé que vería a mi abuela de 85 años desarraigada a la fuerza de su hogar. Me atormenta verla en un video sobre el ataque a Jaghuri. Necesito su ayuda para contarle al mundo esta crisis humanitaria que afecta a 500 000 hazaras indefensos atacados por el Talibán en Afganistán

Desde comienzos de noviembre de 2018, los distritos de Malistan y Jaghuri, en la provincia afgana de Gazni, habitados mayoritariamente por miembros de la etnia hazara, han sido el foco de un violento ataque planeado y ejecutado por el Talibán.

El envío de refuerzos llegó con retraso, y logró expulsar al Talibán de Malistan, aunque en Jaghuri siguen en marcha las operaciones militares.

Han ardido casas, escuelas y edificios, y cientos de civiles ha muerto o han sido secuestrados, según los informes. Se han cortado las telecomunicaciones, lo que ha provocado la desesperación de la gente, que no puede obtener noticias de sus familiares atrapados en esos distritos.

Mohamed Bashir Bakhtyari, consejero presidencial y miembro de la comisión enviada a evaluar la situación en Malistan y Jaghuri, dijo a la BBC que alrededor de un 60 % de civiles de los dos distritos se ha visto obligado a huir de los ataques del Talibán. Los distritos vecinos de Gazni y Bamiyán están saturados y ya no tienen la capacidad de aceptar más desplazados internos, comentó.

Según varias fuentes de medios sociales, como la cuenta en Twitter de un piloto afgano, uno de estos desplazados sería Murtaza Ahmadi, el pequeño aficionado al fútbol cuyas fotos con una camiseta hecha en casa con el famoso número 10 de Lionel Messi se hicieron virales hace un par de años. Los medios no han verificado aún este hecho.

Distritos estables

A pesar de su pobreza, Jaghuri y Malistan son conocidos por ser dos de los distritos más pacíficos y progresistas de Afganistán. Aquí, las estudiantes superan a sus compañeros hombres en resultados académicos, existe una sólida sociedad civil, las mujeres trabajan fuera de casa y se producen tan pocos delitos que ni siquiera hay cárceles en estos territorios.

Hospitales y escuelas funcionan a pesar de casi no tener financiación del Gobierno central, gracias a las donaciones de las familias ricas de la zona.

Estos son algunos logros que han convertido estos distritos en objetivos tan apetecibles para el Talibán, que lleva mucho tiempo cultivando un resentimiento sectario contra los hazara.

El Talibán afgano quiero lo que no ha podido tener: regiones hazara
Alentado por su éxito en otras partes del país, el Talibán intenta tomar control de zonas hazara para demostrar que es viable
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No hay cobertura de prensa sobre esto: El Talibán ha lanzado una importante ofensiva contra los progresistas hazara. En la región de Jaghuri la educación de las niñas es prácticamente universal, y las mujeres trabajan fuera de sus hogares y conducen.

En un principio, algunos habitantes de los dos distritos se quedaron en casa, con la esperanza de que el ataque fuera repelido. Otros huyeron en cuanto comenzó la incursión. Había una gran lógica en preferir la opción que eligió la abuela de Shukufa Tahiri.

Antes, el Gobierno ha sido lento al responder a ataques del Talibán en regiones pobladas por la minoría hazara. Mientras tanto, el Talibán no ahorra sangre civil en estos ataques.

El historial de este grupo de delitos contra los hazara se remonta a principios de la década de q990, y ha continuado desde que fueron desalojados del poder durante la invasión liderada por Estados Unidos en 2001.

Miembros de la comunidad hazara en Australia y parientes de víctimas del ataque en Jaghori y Malistan rezan en las ceremonias de hoy. Hay 45 víctimas solamente de Hutqol, muchos son civiles.
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Estoy en una ceremonia en Brisbane en la que cinco familias lloran el asesinato de sus seres queridos, entre ellos niñosy ancianos. Una familia de Hotqol se rindió solo para ver como abatían a tiros a su hijo de 23 años y al padre de 70 ante sus propios ojos, y cómo el Talibán se llevaba a su bebé de 2 años.

Surgen las protestas

El caos ha provocado protestas en Kabul y otras ciudades.

El 11 de noviembre, Ahmad Javid, que vive en la capital, escribió en Facebook: «Salgo en este momento para manifestarme hacia el palacio de Arg. Quien quiera unirse a mí, que venga a la plaza de Haji Nawrooz».

Cientos de personas se reunieron rápidamente en la plaza. Jóvenes de ambos sexos pidieron al presidente Ashraf Ghani que enviara refuerzos en cuanto fuera posible para evitar una catástrofe humanitaria en los distritos sitiados.

Otras protestas estallaron en Mazar-e Sharif, Bamiyán, Herat y Daykundi. Las manifestaciones continuaron hasta el 12 de noviembre, cuando un ataque terrorista contra la manifestación de Kabul provocó diez muertos y decenas de heridos.

Continúa el genocidio hazara en Afganistán. En el ataque terrorista contra manifestantes hazara en Kabul perdí a dos parientes y un amigo. Fatima mi prima, mi sobrina Frishta e Ismail Bashardost, mi amigo de colegio.
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Todo lo que piden son derechos como ciudadanos de Afganistán. ¿Cuántos millones de millones de dólares más deben gastarse y cuántos miles de personas más tienen que morir para garantizar la seguridad de los ciudadanos afganos?

El 11 de noviembre, el presidente Ghani aseguró a los manifestantes que pronto se desplegarían tropas, pero lo refuerzos llegaron recién dos semanas después. Aun así, las fuerzas gubernamentales se tomaron su tiempo antes de atacar las posiciones del Talibán.

La comunidad internacional tampoco ha querido expresar su preocupación por la crisis, ya que los actores extranjeros se centran en sentar al Gobierno y al Talibán a la mesa para que inicien conversaciones. Fuentes locales de Malistan y Jaghuri dijeron a Global Voices que tras comenzar el ataque, varios F-16 sobrevolaron la zona durante días sin intervenir.

Por el momento, el Talibán ha sido expulsado de Malistan, mientras sigue la batalla en Jaghuri. Pero el grupo ha dejado una estela de ruina, desesperación y un miedo atroz a futuros ataques en los antes pacíficos distritos.

Mientras tanto, algunos activistas hazara han comenzado una «Marcha por la Justicia» desde Malmö, en Suecia, hasta la sede de la OTAN en Bruselas.

Piden la inmediata protección de la gente atrapada en los distritos atacados por el Talibán y una operación militar contra el Talibán en los distritos adyacentes que neutralice su capacidad para perpetrar futuros ataques en las zonas montañosas centrales.

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