Británico exhorta a Reino Unido a vetar televisora estatal china por participación en confesión forzada

Dibujo de la confesión forzada de Peter Humphrey. Ilustrado por Alexey Garmash a través de Hong Kong Free Press.

El siguiente artículo fue escrito por Kris Cheng y se publicó en Hong Kong Free Press el 23 de noviembre del 2018. Se reprodcue aquí en base a un acuerdo de colaboración.

Un investigador de fraudes británico ha presentado una denuncia ante la autoridad de las telecomunicaciones del Reino Unido contra la Televisión Central de China (CCTV) por haber ayudado a organizar una confesión forzada en 2013 y 2014.

En 2013 y de nuevo en 2014, Peter Humphrey, experiodista de Reuters, fue obligado a confesar en la televisión china delitos que no había cometido en un episodio que dice que «siempre lo perseguirá».

Humphrey y su esposa fueron contratados por la gigante farmacéutica GlaxoSmithKline para llevar a cabo una investigación interna en la sede de la compañía en enero de 2013. En julio de ese mismo año, Humphrey y Yu fueron detenidos y acusados de «adquisición ilegal de información personal» de ciudadanos chinos.

Humphrey fue obligado a confesar en la televisión estatal en agosto de 2013, y de nuevo en julio de 2014. Humphrey y Yu fueron a juicio en agosto de 2014 y recibieron sentencias de 30 y 24 meses de cárcel respectivamente. Fueron liberados en junio de 2015 tras la presión diplomática.

El 23 de noviembre de 2018, Humphrey presentó una denuncia ante la Oficina de Comunicaciones del Reino Unido (Ofcom) en un intento por revocar la licencia y las credenciales de CCTV, y de su rama internacional (CGTN), en el Reino Unido. Si la denuncia resulta fundada, la emisora estatal de China será expulsada del Reino Unido.

En su denuncia, Humphrey dice:

They drugged me, locked me to a tiger chair, and placed me and the chair inside a small metal cage. China Central Television journalists then aimed their cameras at me and recorded me supposedly reading out the answers already prepared for me by the police.

Me drogaron, me inmovilizaron en una silla, y así sentado me colocaron en una pequeña celda de metal. Entonces, los periodistas de la Televisión Central de China me enfocaron con sus cámaras y me grabaron, supuestamente leyendo las respuestas que ya me había preparado la policía.

La denuncia fue presentada apenas semanas después de que la CCTV inaugurara su centro de operaciones europeo en Chiswick Park, Londres. Será la oficina en el extranjero más grande de CCTV, y se dice que tiene proyectado contar con más de 300 trabajadores.

Humphrey dice que presentó la denuncia años después porque tuvo que someterse a un tratamiento de cáncer de largo plazo tras su liberación, pues le negaron el tratamiento mientras estuvo en prisión. También recibió tratamiento por estrés postraumático y fisioterapia para sus articulaciones y nervios dañados.

Tres años después de su liberación, dijo a HKFP:

I continue to suffer from nightmares, flashbacks and bouts of depression over my ordeal, my entire family’s ordeal. The forced TV appearance [in] the cage is a trauma that will never leave me. I just have to learn how to manage my trauma.

This action is one of a number of actions that I intend to take focused upon the illegal acts perpetrated against me and my family by the Shanghai regime, against certain individuals who played criminal roles in our persecution, victimisation, unlawful imprisonment, and material damage.

Sigo teniendo pesadillas, recuerdos y brotes de depresión por este suplicio. La aparición forzada en televisión [en] la celda es un trauma que nunca me abandonará. Solo tengo que aprender cómo sobrellevar ese trauma.

Esta es solo una de las medidas que pretendo tomar por los actos ilegales perpetrados contra mí y mi familia por el régimen de Shanghái, contra algunas personas que tuvieron un roles criminales en nuestra persecución, trato injusto, encarcelación ilegítima y daño material.

Confesiones televisadas

Las confesiones forzadas televisadas han ocurrido con frecuencia en China continental desde que el presidente Xi Jinping alcanzó el poder en 2012.

Humphrey cuenta con la asistencia del activista sueco Peter Dahlin,director de Safeguard Defenders, organización cuo objetivo es luchar contra esta práctica. Dahlin también fue obligado a confesar en CCTV en enero de 2016 por otro asunto.

Safeguard Defenders lanzará un nuevo libro «Trial By Media» (Juicio de los medios) sobre confesiones en televisión. El libro incluye, entre otros, testimonios de Humphrey, Dahlin, la abogada de derechos humanos Wang Yu y el librero de Hong Kong Lam Wing-kee.

Dahlin dijo a HKFP que en la denuncia de Humphrey se identifican más de 20 diferentes violaciones del código de transmisión de Ofcom por parte de CCTV, que abarca cuatro tipos de violaciones:

Mr. Humphrey has a strong argument for why the complaint should be accepted… If it is, there is literally no situation or interpretation where CCTV will not be found to have grossly violated the broadcasting code.

El señor Humphrey tiene un fuerte argumentación para que su denuncia sea aceptada… De ser así, no hay literalmente una sola situación o interpretación en la que no se determine que CCTV violó el código de transmisión.

Dijo que su petición de retirar la licencia de CCTV se basaba en el código de transmisión de la Oficina de Comunicaciones, y en un caso de 2009. En ese año, la iraní PressTV transmitió una confesión en las ondas del Reino Unido del periodista iraní-canadiense Maziar Bahari, que entonces estaba en prisión.

Bahari presentó una denuncia a la Oficina de Comunicaciones, y en 2011 PressTV perdió su licencia para transmitir en el Reino Unido.

Humphrey espera que defensor del pueblo «se lo tome en serio para defender la leyes, regulaciones y valores británicos de una agencia de noticias falsas cómplice de crímenes contra los derechos humanos». Añadió:

The upholding of the complaint and sanctions against CCTV in the UK would send a strong signal to Beijing and would alert the world to the dangers posed by [CCTV]. A denial of the complaint would be a dark day for democracy, for the rule of law and for human rights.

La aceptación de la denuncia y las sanciones contra CCTV en el Reino Unido enviarían un fuerte mensaje a Pekín, y alertaría al mundo de los problemas causados por [CCTV] Un rechazo de la denuncia sería un día oscuro para la democracia, para el estado de derecho y para los derechos humanos.

Humphrey dijo a HKFP:

This experience and struggle does not diminish my love for the Chinese people and their culture after 43 years of involvement with China. The Chinese people deserve better governance than they have today.

Esta experiencia y esta lucha no reduce mi amor por el pueblo chino y su cultura después de 43 años de relación con China. El pueblo chino merece un mejor gobierno que el que tiene actualmente.

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