Nuevas leyes de internet de Rusia –y el consentimiento de gigantes tecnológicos estadounidenses– presagian problemas para voces disidentes

Marcha contra la censura en línea en Kaliningrado, Rusia. El letrero dice: «Respeten la Constitución rusa». Foto de Alexandr Podgorchuk, Klops.ru. (CC BY 4.0).

A comienzos de diciembre entró en vigencia una ley de 2017 que regula la actividad en línea y el discurso anónimo.

La ley “sobre información y tecnología de la información» estipula qué proveedores de búsqueda de contenidos son legalmente accesibles. El Servicio Federal Ruso para la Supervisión de las Comunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios Masivos (Roskomnadzor, conocido como el «ministerio de la censura») ya tiene un registro de sitios prohibidos, creado en 2012. La lista abarca sitios de apuestas en línea hasta el material extremista e información sobre el uso de narcóticos. Ahora, los motores de búsqueda tienen prohibido mostrar estos sitios en sus resultados de búsquedas.

Con la idea de facilitar la implementación del registro, las agencias rusas crearon el Sistema Federal de Información del Estado para que hiciera las veces de enlace entre el registro y los proveedores de búsqueda. Ahora, estos proveedores tienen la obligación legal de conectarse al sistema mediante una interfaz de programación de aplicaciones (API), de manera que los sitios prohibidos se filtran automáticamente. Yandex, el principal motor de búsqueda de Rusia, se conectó al API. Google, por su parte, hasta ahora no cumple con el nuevo requerimiento, lo que puede acarrearle una pequeña multa (para la magnitud de Google) de hasta 700 000 rublos, alrededor de 10 000 dólares estadounidenses.

La ley también establece cuándo y cómo puede usarse internet de manera anónima, por ejemplo, con un software VPN (red privada virtual) que enmascara el origen del tráfico mediante servidores de otros países para así eludir la censura y las restricciones locales.

Durante un tiempo, Google ha venido censurando resultados de búsqueda en Rusia de conformidad con las leyes locales. En el transcurso de un año, fueron desapareciendo de Yandex y de Google los enlaces a populares sitios torrent rusos porque Roskomnadzor los consideraba ilegales. Tal como lo informó antes RuNet Echo, Google también fue acusado de cumplimiento excesivo de las solicitudes de censura del Gobierno ruso, como eliminar videos de YouTube publicados por el opositor Alexey Navalny y, más recientemente, bloquear el video musical de un controvertido rapero.

Desde hace algunos años, Google trasladó varios servidores a Rusia de acuerdo con las leyes que obligaban a las empresas a almacenar los datos de los usuarios rusos dentro del territorio nacional. Ahora, con algunos servidores en el país, las autoridades tienen formas más directas de obligar a la empresa a cumplir con la regulación local.

Hace tiempo que los usuarios recomiendan utilizar VPN para eludir estas medidas, pero las disposiciones legales también tuvieron eso en cuenta: los proveedores de VPN deben bloquear los sitios si no quieren que los bloqueen a ellos. No obstante, es más fácil decirlo que hacerlo. El Gobierno ruso prohibió Telegram a comienzos de 2018, pero la aplicación sigue en línea y se usa en toda Rusia sin VPN. Otros intentos de bloquear las VPN han tenido un éxito muy limitado debido a su infraestructura descentralizada. Esto conlleva que la amenaza de multas sea la primera opción al alcance de Roskomnador para combatir las VPN y los proveedores de búsqueda que no se conectan al nuevo sistema federal.

Si bien la multa propuesta puede parecer insignificante desde la perspectiva de los gigantes de la tecnología como Google, algunas fuentes cercanas a las operaciones tecnológicas rusas afirmaron que se trabaja en enmiendas para aumentar drásticamente las multas. En lugar de poner un límite de 700 000 rublos, se dice que las nuevas disposiciones establecerían multas equivalentes al 1 % de los ingresos de la compañía.

Aunque el usuario final de internet no deba preocuparse por esas multas excesivas, pronto podría sufrir consecuencias derivadas del uso anónimo de internet. Roskomnadzor impulsó nuevas normas que requieren que las aplicaciones de mensajería identifiquen a los usuarios a través de su proveedor de telefonía móvil. Efectivamente, esto vincula el número de teléfono del usuario a su identidad.

Las aplicaciones como Signal y Telegram se jactan de permitir al usuario comunicarse de manera prácticamente anónima si lo desea. Obligando a las aplicaciones a verificar la identidad de un usuario a través de su proveedor de servicios, el Gobierno ruso busca silenciar la disidencia y lo que perciben como actividades delictivas. Telegram se registró voluntariamente con Roskomnadzor en 2017, hecho que lo hace responsable bajo la nueva ley. Signal no tiene servidores en Rusia y puede correr el riesgo de quedar prohibida por no cumplir con las normas, pero cuenta con una base de usuarios relativamente pequeña en Rusia.

Aleksandr Zharov, jefe de Roskomnadzor, declaró abiertamente:

Возможность анонимной коммуникации в мессенджерах затрудняет деятельность правоохранительных органов при расследовании преступлений. Нынешнее постановление правительства – необходимый шаг к созданию безопасной коммуникационной среды как для граждан, так и для государства в целом

La capacidad de comunicarse de forma anónima a través de las aplicaciones de mensajería dificulta el trabajo de las fuerzas de seguridad en la investigación de delitos. El nuevo decreto del Gobierno es un paso necesario para crear un ambiente comunicativo seguro para el estado y los ciudadanos en conjunto

En muchas ocasiones, la capacidad de publicar contenido anónimamente resulta muy atractiva para los usuarios. Poder expresar una opinión o exponer una injusticia sin usar la propia identidad es más importante que nunca hoy en día, en vista de la cantidad de gente que fue procesada penalmente solo por publicar memes.

Ya en varias oportunidades se vieron las consecuencias de eliminar el anonimato de un usuario. Tras el atentado suicida de noviembre de 2018 en el Servicio Federal de Seguridad (la agencia de seguridad nacional rusa), arrestaron al administrador de un canal anónimo de Telegram por difundir mensajes que enaltecían al atacante. Se desconoce si Telegram cooperó con las fuerzas de seguridad para exponer al usuario, pero si las aplicaciones de mensajería empiezan a seguir estas nuevas normas, se pueden esperar más arrestos y procesamientos, junto con una drástica disminución de las voces disidentes en línea.

Las nuevas leyes y normativas, sumadas a una muchas otras leyes que regulan la recopilación de los datos de usuarios en línea, dificulta el uso de las plataformas web para expresar el descontento en Rusia. En un momento en que el espacio público y digital de Rusia sufre mayores limitaciones para la expresión, las restricciones adicionales deberían preocupar por igual a rusos y no rusos. Aunque algunos usuarios pueden adoptar medidas para proteger sus cuentas, como la verificación de dos pasos, no hay mucho que puedan hacer para protegerse de una transmisión por puerta trasera de sus datos a las autoridades.

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