Brasil: Joven escritor de la periferia de São Paulo vende libros de mano en mano para ir a Alemania

Alexandre Ribeiro escribió «Inflorescencia» (Lucas Sampaio)

Este texto se publica como una colaboración entre Global Voices y la Agência Mural. El autor del texto es Diego Brito.

Una foto de la escritora negra Carolina Maria de Jesus (1914-1977) autora de «Habitación de desechos», y variados discos de rap adornan la oficina improvisada en la casa del productor cultural Alexandre Ribeiro, de 20 años. Vive en el barrio Canhema de la ciudad de Diadema, en la región metropolitana de São Paulo. Los artículos decorativos son las pistas para conocer los gustos y hábitos del joven escritor, periodista y militante del movimiento hip hop.

En mayo de 2018, lanzó el primer libro de su carrera. La publicación recibió el nombre de “Inflorescencia” y consta de 25 poesías. Con el fin de recaudar dinero para financiar parcialmente una beca de trabajo voluntario en Alemania, Ribeiro decidió vender el libro de la manera que mejor sabe: de mano en mano por las calles de São Paulo.

“Lo hicimos en formato pequeño para poder venderlo por la calle. Ya tenía experiencia con discos de rap. Vendí 2000 ejemplares de mano en mano desde mayo. El precio era totalmente libre. Llego donde las personas y les cuento sobre el proyecto. Les explico que el libro cuenta toda mi historia y que nació para apoyar un sueño», dice.

“Inflorescencia significa algo más bien técnico, pero utilicé el término para buscar las flores que habitan en mí en medio de la guerra que vivimos. El libro fue pensado como un conjunto de poemas para florecer. Hasta hice una selección para incluir los más introspectivos», analizó.

Además del dinero recaudado con la venta de los ejemplares, Ribeiro inició la campaña #DaQuebradaProMundo [de la quebrada al mundo] en la plataforma Catarse – sitio web de financiamiento colectivo, también conocida como una colecta virtual. La meta era conseguir 8500 reales (poco menos de 2300 dólares). El proyecto superó las expectativas y llegó a cerca de los 10 000 reales (casi 2700 2300 dólares) a finales de noviembre.

“Durante el viaje, voy a hacer trabajo voluntario en instituciones sociales, a perfeccionar mi alemán, actualmente con un nivel intermedio, y expandir mi literatura», explica.

El activismo siempre estuvo presente en la vida del joven escritor. Con 13 años, empezó a involucrarse con el movimiento hip hop por medio de las batallas de MC (competencias en las que los raperos tienen que improvisar y gana quien rime mejor, según con el público). «Comencé a rimar, pero era muy malo, entonces paré», bromea.

A los 17 años, participó de la primera ocupación contra la reorganización escolar del Gobierno estatal, en la escuela estatal de Diadema (antiguo Cefam, en el centro de la ciudad). La reorganización causó polémica, pues preveía el cierre de salas de clase y la transferencia de estudiantes a unidades más distantes. Alumnos y profesores cuestionaron la falta de diálogo para llevar a cabo acciones. En su momento, las manifestaciones impidieron el proyecto.

Esas y otras experiencia de vida están reflejadas en los poemas de Ribeiro, que mezclan afecto, política y cuestiones sociales. Perdió a su padre cuando tenía 11 años.

“Mi padre no era un lector asiduo, pero me obligaba a leer por lo menos cinco páginas antes de dormir. Adquirí la costumbre cuando era niño y después la lectura me sirvió para intentar rescatar algunas cosas de él. Es una memoria afectiva que me funciona muy bien», resulta. «Cuando murió fue un choque muy grande».

Alexandre vive en Diadema, ciudad de 420 000 habitantes en São Paulo (Lucas Sampaio)

La primera novela

Además de comenzar el intercambio en agosto, Ribeiro va a lanzar su primera novela en febrero. El libro, que está en proceso de edición, ya tiene nombre: «Reservado».

La publicación relatará la historia de un niño de la periferia, el personaje de João Victor. “Es un chiquillo ni muy negro ni muy blanco. Hago una broma sobre ese Brasil que percibo, de esas personas que están en el limbo de no ser ni negras ni blancas. Intentaré traer un debate más profundo», dijo.

Durante un viaje por Mozambique y por Sudáfrica que comenzó a reflexionar sobre el tema. «Es un choque cultural muy fuerte. El brasileño de las periferias, que tiene un poco de educación, es politizado como persona negra y tiene un romance con esa cuestión de ser negro en el mundo. En África me llamaron blanco. Fue cuando caí en cuenta de mi realidad», afirmó.

“Puedo darme golpes al pecho y hablar de que soy negro en varios lugares, pero sólo en el ámbito académico voy a decir que soy negro. En mi vecindario los chicos dicen que estoy intentando ser negro. Levanto menos sospechas que mis amigos de piel más oscura. Es un hecho y tenemos que entenderlo», explicó.

En algunos momentos, el libro parece coquetear con la propia trayectoria del escritor. “João Victor es un un chiquillo de favela, su madre es una señora de limpieza como la mía, su padre ha fallecido como el mío. João Victor somos nosotros. Es simple, común, pero tiene una vida de periferia con la que muchos se sienten identificados».

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