Nigerino está varado en aeropuerto etíope desde hace meses

Eissa Muhamad, de Níger, está varado en el Aeropuerto Internacional de Bole en Adís Abeba, Etiopía, desde inicios de noviembre de 2018. Foto de Eissa Muhamad, usada con autorización.

Eissa Muhamad, de Níger, dice que ha estado varado en la sección de tránsito del Aeropuerto Internacional de Bole en Adís Abeba, Etiopía, más de dos meses, desde el 6 de noviembre de 2018. Muhamad, de 24 años, fue deportado de Israel, donde vivió ocho años como migrante.

Conocí a Muhamad el 12 de diciembre de 2018, en el Aeropuerto Internacional de Bole, mientras estaba en tránsito en Adís Abeba.

Muhamad me contó que lo deportaron dos veces de Israel en 2018. Cuando regresó a Níger la primera vez, sus documentos de viaje israelíes tenían validez, seguían vigentes, así que regresó y reservó otro vuelo para volver a Israel. Cuando llegó a Israel, las autoridades confiscaron sus documentos de viaje y lo deportaron de vuelta a Níger. Cuando Muhamad regresó a Níger por segunda vez, las autoridades le pidieron una prueba de ciudadanía, pero no pudo presentar documentos válidos, ni israelíes ni nigerinos, para demostrar su ciudadanía.

Muhamad se quedó en custodia nigerina durante ocho días antes de ser deportado de vuelta a Israel vía Etiopía en un vuelo de Ethiopian Airlines. Cuando llegó al Aeropuerto Internacional de Bole en Etiopía, las autoridades de ese país, en colaboración con el Gobierno israelí, le impidieron abordar su conexión a Israel. Le informaron que Israel no estaba dispuesto a aceptarlo, y desde entonces, ha estado varado en del aeropuerto, estancado entre Níger e Israel.

I slept on the chairs, sometimes I slept in the mosque, I didn’t take [a] shower for two months because [the] airport [has] no place for a shower, I only wash my face, my hands and my legs, that’s all.

He estado durmiendo en sillas, a veces en la mezquita. No me he duchado dos meses porque [e]) aeropuerto no [tiene] lugar para una ducha, solamente me he lavado la cara, las manos, las piernas, nada más.

Muhamad ha intentado contactar con la Embajada de Níger en Adía Abeba, pero como no tiene documentos que prueben su ciudadanía nigerina, Muhamad dice que no pudieron ayudarlo.

Los documentos de viaje israelíes de Eissa Muhamad tenian validez, pero ya no están vigentes y él está varado entre países como migrante. La validez de estos documentos no se ha podido verificar.

Para 2018, Israel tenía 34 000 migrantes africanos que emprendieron viajes peligrosos a Israel en busca de una vida mejor. Pero Israel sostiene que muchos son migrantes económicos que han sobrecargado la economía. Decidir quedarse significaba cárcel y significativamente menos opciones de reasentamiento.

El primer ministro Benjamin Netanyahu y Likud, partido de derecha, siguen atentos a atacar a quienes consideran «infiltradores». Un estudio del Instituto de Democracia de Israel dice que el 66 % de israelíes está a favor de políticas gubernamentales para deportar a nmigrantes africanos.

Muhamad sostiene que vivía legalmente en Israel y que trabajaba en una fábrica, y me dijo que el Gobierno quiso retirarle la condición de residente y echarlo del país.

Las autoridades etíopes no han arrestado a Muhamad y le han dado comida en su estadía en el aeropuerto. Técnicamente, Etiopía es signatario de la Convención de 1951 relacionada con la Condición de Refugiados, el Protocolo de 1967 y también el Convenio de la Organización de la Unidad Africana (OUA) de 1969 que regula los aspectos específicos de los problemas de los refugiados en África. A casi todos los refugiados que entran a Etiopía se les concede asilo con indicios razonables, pero Muhamad me dijo que no desea solicitar asilo en Etiopía.

En esta etrnevista, Muhamad me explica cómo ha sido estar atrapado en el aeropuerto de Adís Abeba sin una idea clara del futuro:

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