Naciones del Caribe decididas a expresar su postura sobre Venezuela

Manifestantes de la oposición venezolana en mrzo de 2017. Foto: Dominio público vía Wikimedia Commons.

El jueves 7 de febrero, una delegación de la Comunidad del Caribe (CARICOM) asistirá a una reunión en Montevideo, Uruguay, para analizar la situación de Venezuela. La reunión está organizada de manera conjunta por Uruguay y México, contará con la participación de “más de diez países y organizaciones”, y reunirá a las partes que han tomado una postura neutral sobre la situación venezolana, una cohorte que ha sido marginada por la cobertura de los medios masivos internacionales sobre la crisis de Venezuela, que se centra en los que reconocen a Juan Guaidó como presidente interino y en el pequeño grupo (Rusia, China, Turquía e Irán) que apoya rotundamente la presidencia de Nicolás Maduro.

Con la presencia de miembros de la Unión Europea y de otras naciones de América Latina, la pequeña CARICOM deberá luchar para hacer oír su voz en Montevideo. Sin embargo, lo que pasa en Venezuela es de una importancia geopolítica extrema para la región del Caribe, y CARICOM ha modificado su postura últimamente. Primero, se apartó de la opinión internacional y adoptó una postura no intervencionista sobre el problema de Venezuela. Luego siguió la reprimenda pública del 31 de enero a Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, para exigirle que “aclare públicamente que no hablaba en nombre de todos los estados miembro” cuando reconoció a Guaidó como presidente interino de Venezuela.

CARICOM también envió una delegación a la reunión del 28 de enero en Nueva York con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. El 4 de febrero, Guterres informó a la prensa que Naciones Unidas no apoyaría ninguna de las iniciativas de resolución de la crisis de Venezuela.

Repercusiones locales

Trinidad y Tobago, la isla caribeña más cercana a Venezuela, también ha lidiado con las diferencias de opinión internas sobre la situación venezolana. Miembros de la nutrida población venezolana en la isla organizaron una marcha en la capital de Trinidad el 2 de febrero para manifestar su apoyo a Guaidó. En la marcha, repartieron copias de una carta abierta al Primer Ministro Keith Rowley en que lo instan a hacer lo mismo. Según las estimaciones, unos 60 000 venezolanos viven en Trinidad.

La oposición del país también expresó su apoyo a Guaidó. Durante una sesión parlamentaria, la líder opositora y ex primera ministra Kamla Persad-Bissessar advirtió que las acciones del Gobierno los «haría despedirse del acuerdo Dragón», en referencia al acuerdo energético de Trinidad y Tobago con el régimen de Maduro de agosto de 2018, que permitía a la isla el acceso al campo gasífero Dragón. Como señaló una economista, con el cierre de la refinería de Petrotrin de 2018, Trinidad y Tobago se encuentra en una postura de incertidumbre energética que podría exacerbarse con las sanciones que impone Estados Unidos a PDVSA, la petrolera estatal de Venezuela.

La situación de Venezuela ya ha tenido un impacto sobre el sector energético de Jamaica. A comienzos de enero, poco antes de votar en apoyo a la decisión de la OEA de declarar ilegítimo el segundo período presidencial de Maduro, el Gobierno de Jamaica anunció su intención de promulgar legislación para recuperar la participación venezolana de 49 % en la petrolera estatal, Petrojam. La oposición y otros actores observaron la coincidencia de ambos hechos, pero el Gobierno negó que hubiese alguna conexión. No obstante, Jamaica sí firmó la declaración de CARICOM del 24 de enero que sostiene la postura de no intervención y no interferencia en la situación de Venezuela.

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