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Tal vez las protestas en Haití se han detenido, pero sus frágiles instituciones siguen luchando

Categorías: Caribe, Haití, Economía y negocios, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Protesta

«Amo a Haití,» bandera haitiana. Roaring Jellyfish Designs, con licencia bajo Creative Commons Attribution 3.0. Después de nueve días de disturbios civiles en Haití, las calles están en calma —por ahora.

Nueve días después de que las violentas protestas callejeras [1] de Haití comenzaran el 7 de febrero de 2019, el Gobierno finalmente rompió su silencio y los disturbios civiles se detuvieron. El aumento de los precios de los alimentos llevó a los residentes de Puerto Príncipe y otras grandes ciudades a manifestarse [2] contra la corrupción endémica que contribuye a la crisis socioeconómica del país.

La gourde, moneda local de Haití, ha perdido un valor considerable y la inflación ha aumentado al 15 % [3], en parte por la mala gestión del país de su participación en PetroCaribe [4], programa regional de energía dirigido por Venezuela diseñado para ofrecer petróleo y sus subproductos a tarifas preferenciales. En lugar de ayudar al desarrollo nacional, el plan se convirtió en un escándalo de corrupción de 3 000 millones de dólares en el que participaron altos funcionarios gubernamentales, incluido el actual presidente, Jovenel Moise.

Como parte de los esfuerzos del Gobierno para desalentar nuevos disturbios, el primer ministro, Jean-Henry Céant, anunció un paquete de nueve medidas [5] destinadas a abordar las cuestiones de fondo. Prometió tomar medidas inmediatas para frenar el aumento de precios de los productos alimenticios básicos (especialmente el arroz, elemento importante de la dieta haitiana), reducir los gastos del gobierno en un 30 %, hacer frente a los monopolios industriales, aumentar el salario mínimo y luchar contra la corrupción apoyando el proceso judicial de PetroCaribe [1].

Si bien el anuncio de Céant apaciguó un poco la situación, algunos detalles continúan sin explicación. Fritz Jean, destacado economista y expresidente del Banco Central de Haití, expresó su escepticismo [6] sobre la capacidad del primer ministro para impulsar y llevar a cabo las medidas propuestas.

El país tiene actualmente un déficit presupuestario de 10 000 millones de gourdes (122 millones de dólares) en el primer trimestre del período fiscal 2018-2019, y no está claro si algunas de estas medidas implican la reducción de los impuestos sobre los productos agrícolas o el subsidio a los importadores de arroz.

Los residentes de Puerto Príncipe volvieron tranquilamente a su rutina diaria tras un comunicado [7] del 18 de febrero del Ministerio de Comunicaciones en el que se pedía a empresas, escuelas e instituciones gubernamentales que reabrieran sus puertas tras el cierre de las instalaciones durante las protestas.

Aunque miembros de la oposición política se han comprometido a mantener la movilización, el Gobierno estaba ansioso por demostrar que había recuperado el control y reestabilizado la nación, especialmente después de que Estados Unidos emitiera [8] una alerta de viaje de nivel 4 contra Haití y el famoso sitio de viajes Expedia clasificara [9] los dos aeropuertos internacionales del país como «ilegales».

El asediado presidente ha seguido presionando para que se establezca un diálogo nacional que reúna a todos los actores para abordar la crisis. El 22 de febrero, Moise anunció [10] la creación del Comité de Facilitación del Diálogo Nacional Interhaitiano. Según el comunicado oficial, este grupo de trabajo debía instalarse el 25 de febrero; en un plazo de dos semanas, iniciará un diálogo constructivo con los actores políticos relevantes y la sociedad civil para crear un gobierno inclusivo que aborde todas las preocupaciones.

Sin embargo, los #PetroChallengers [11] han insistido en que no se unirán [12] a este grupo de trabajo. Sostienen que como Moise estuvo implicado [13] en el escándalo de Petrocaribe, carece de la legitimidad para liderar esta iniciativa. Varios miembros influyentes de la oposición [14] haitiana también están convencidos de que la resolución de la crisis es paralela a la renuncia del presidente. La propia comisión se enfrenta a dificultades, pues uno de sus miembros ya ha dimitido [15].

¿»Seguridad» extranjera en medio?

Para complicar las cosas, la policía haitiana arrestó a ocho hombres fuertemente armados [16] –cinco estadounidenses, un ruso, un serbio y un haitiano– en un puesto de control cerca del Banco Central del país en el centro de Puerto Príncipe el domingo 17 de febrero, alrededor de las 3 p.m. Las autoridades haitianas se esforzaron por dar una explicación convincente de las acciones del grupo, pero las teorías de conspiración inundaron las redes sociales.

Pascal Adrien, portavoz del primer ministro, dijo [17] que la «misión de las personas fuertemente armadas» era «controlar la oficina del primer ministro y el Parlamento desde el tejado de la Banque de la République d'Haïti».

Los hombres usaron dos vehículos que que se relacionaron con personas asociadas con el presidente [18], y uno de los estadounidenses ha dicho que su grupo estaba ahí para hacer trabajos de seguridad [19] relacionados con el presidente. El 20 de febrero, él y sus compatriotas regresaron a Estados Unidos, aparentemente sin perspectivas de enfrentar cargos criminales [20].

El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó que los detenidos fueron puestos en libertad de acuerdo con las autoridades haitianas [21], pero las oficinas del presidente haitiano y del primer ministro dijeron que no estaban al tanto de esta decisión [22]. Este último dato ha disgustado a los haitianos, tanto en el país como en el extranjero:

Chris Osman, el exfrancotirador SEAL de la marina estadounidense que fue arrestado en #Haití dice que él estaba haciendo «trabajos de seguridad». Al parecer, uno que requiere entrada ilegal, vehículos sin matrícula, armas ilegales, 5 placas de matrícula haitianas, una lista de nombres, y un hombre todavía está entre rejas.

Gracias a los esfuerzos de un equipo legal haitiano, Michaël Estéra, presunto acompañante local del grupo, fue liberado [26] el 25 de febrero.

Estado frágil

A menudo, Haití ha luchado como un Estado frágil con un Gobierno débil, pero este período de crisis profunda y espectacular ha llevado a los internautas a contemplar esta fragilidad en su peor momento. En relación al arresto de los extranjeros, un comentario en las redes describió a las autoridades haitianas como un grupo de marionetas incapaces cuyos hilos los siendo moviendo poderosos agentes extranjeros para actuar contra la seguridad e intereses nacionales de Haití:

- ¿Quién eres?
– Mi jefe llamará a tu jefe
.
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Esto resume la interpretación de los haitianos sobre qué ocurrió esta semana con cinco estadounidenses armados enviados de vuelta a Estados Unidos.

Este último acontecimiento coloca al primer ministro y al presidente en una posición más débil para abordar la crisis socioeconómica y orquestar un diálogo interhaitiano con la esperanza de evitar más agitación política y nuevos disturbios sociales.