Aumentan tensiones entre India y Pakistán tras maniobras de represalia entre ambos países

Un helicóptero de transporte Mi-17 de la Fuerza Aérea India se estrelló el 27 de febrero por fallo técnico en el distrito de Budgam de Jammu y Cachemira; dos personas murieron. Imagen de Ieshan Wani. Usado con autorización.

Las tensiones entre India y Pakistán escalaron el 27 de febrero, después de que la Fuerza Aérea Pakistaní (FAP) declaró haber derribado dos aviones de combate indios y capturado a dos pilotos.

La acción de Pakistán siguió al ataque aéreo de la Fuerza Aérea India (FAI) el 26 de febrero sobre un campamento de entrenamiento del grupo Jaish-e-Mohammad (JeM) en Balakot, al noroeste de Pakistán. El bombardeo fue una represalia por el atentado suicida contra un convoy en Pulwama, distrito en la zona de Jammu y Cachemira, administrada por India, que causó la muerte de más de 40 policías paramilitares indios.

La situación actual supone la mayor escalada de tensiones entre las dos potencias nucleares rivales del sur de Asia en las últimas tres décadas. El ataque aéreo sobre Balakot fue la primera vez en casi 50 años que aviones militares indios entraban en el espacio aéreo pakistaní, y la magnitud de las víctimas y el impacto ha sido objeto de una fuerte disputa, al punto que las oficinas de Reuters en ambos países ofrecen reportes discrepantes.

Líneas de control

Según se informa, los aviones de la FAI que patrullaban la zona hicieron retroceder a los aviones de combate de la FAP, y ambas fuerzas aéreas perdieron aeronaves en la escaramuza.

En respuesta a los bombardeos de la FAP esta mañana, según declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores, la FAI cruzó la línea de control [entre India y Pakistán]. La FAP derribó dos aviones indios dentro del espacio aéreo pakistaní. Uno de los aviones cayó dentro de Azad Cachemira [administrada por Pakistán] y otro dentro de Cachemira, bajo ocupación india. Un piloto indio fue arrestado por las tropas sobre el terreno, dos en la zona.

Se informa que uno de los jets pakistaníes habría lanzado bombas cerca del puesto del Ejército indio, acción que el ministro de Relaciones Exteriores pakistaní defendió luiego como «ataques sobre un objetivo no militar, sin pérdidas humanas, para demostrar una correcta capacidad de defensa propia».

Jammu y Cachemira: Fotos de los cráteres formados por las bombas pakistaníes lanzadas cerca del puesto de control del Ejército indio en el sector de Rajouri. Foto cortesía de fuentes del Ejército.

Inmediatamente, India cerró los cinco aeropuertos cerca de la frontera con Pakistán, incluidos los de Srinagar, Jammu y Leh, suspendió el tráfico aéreo civil y desvió todos los vuelos dirigidos a esos aeropuertos.

Pakistán también suspendió sus operaciones aéreas nacionales e internacionales desde los aeropuertos de Lahore, Multan, Faisalabad, Sialkot e Islamabad. La imagen de Flightradar24.com de abajo indica el estado del espacio aéreo sobre las dos naciones alrededor de las 4:00 p.m. hora estándar de Pakistán:

Espacio aéreo pakistaní desierto a las 4 p.m., hora estándar de Pakistán. Captura de pantalla de FlightRadar24.com.

Según los informes, se ordenó a los habitantes de las zonas fronterizas que permanecieran dentro de sus casas y que no salieran. El servicio de ferrocarriles indio emitió una alerta de seguridad en toda su red.

Tras las acciones de la Fuerza Aérea Pakistaní el 27 de febrero, el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, se ofreció a entablar un diálogo con India para aliviar la situación.

«Entendemos el dolor sufrido en Pulwama y estamos listos para la investigación y el diálogo», dijo Khan, según informes. «Sentémonos y resolvamos esto con el diálogo», añadió.

Sin embargo, a pocas semanas de las elecciones generales en India, el primer ministro indio, Narendra Modi, quien postula a la reelección con su Partido Bharatiya Janata (BJP) en un contexto de alto desempleo y desacelaración de la economía, ha estado elogiando el éxito del ataque sobre Balakot. Durante un mitin, Modi reiteró que bajo su mando India estaba en buenas manos, sin hacer referencia específica al ataque del 26 de febrero.

Amit Shah, asistente de Modi y presidente del BJP, fue menos prudente:

Las fuertes acciones de hoy muestran la voluntad y la determinación de una nueva India.
Nuestra nueva India no perdonará ningún acto de terror a sus perpetradores ni patrocinadores.

Arden los medios sociales

El analista de política exterior Kabir Taneja opinó en Facebook que el ataque sobre Balakot fue de naturaleza mayormente «simbólica»:

Will this end terrorism? No. Will it contain it in long term? Probably not. But a lot more was achieved in signaling and significantly altering the shackles of counter-terror policies than just destroying a campsite on a hilltop.

¿Acabará esto con el terrorismo? No. ¿Lo contendrá a largo plazo? Probablemente no. Pero se ha conseguido mucho de señalar y alterar significativamente las cadenas de las políticas antiterroristas que la simple destrucción de un campamento en la cima de una colina.

Pero los medios sociales de India y Pakistán ardieron con memes y ultranacionalismo que celebra el «éxito» y el «fracaso» del ataque de Balakot. Mientras que muchos indios lo aclamaban como una victoria, con elogios a la Fuerza Aérea India (FAI), los internautas pakistaníes cuestionaron la validez de esas afirmaciones. Los ya asediados habitantes de la Cachemira administrada por India lamentaron la continua tensión.

La periodista india Barkha Dutt, a quien troles de derecha suelen acosar, se pronunció a favor del ataque de la FAI en Balakot:

Barkah Dutt, te respeto enormemente. Estás al tanto del sacrificio que sufren las fuerzas indias. Pero ¿es prudente que una periodista tan influyente e independiente aliente acciones militares, vengan de quien vengan?
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Soy una periodista india que se ha fogueado cubriendo la guerra desde la línea de fuego. No tengo ninguna falsa neutralidad hacia el hecho de que mi país lleve décadas involucrado en una guerra de baja intensidad por parte de grupos terroristas apoyados por Pakistán. Mi total apoyo a la FAI por esto. Esto no es alarmismo. Es justicia.

Dutt enfrentó la reacción negativa de tuiteros pakistaníes, como el activista político Ammar Rashid:

Conczco el costo má que tú. Tenía 26 años cuando informé de una guerra desde la línea de fuego, también iniciado por soldados pakistaníes que ocupaban cumbres indias en Kargil. Tu país no reconoce a sus propios soldados. Nuestro Ejército los enterró. Así que conozco el costo de Jaish-e-Muhammad (JeM) and Laskhar-e-Toiba (LeT).
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¿Realmente crees que la violencia puede reducirse a las acciones del estado pakistaní? ¿Que si fuera de otro modo, Cachemira estaría felizmente integrada en India?
Condeno totalmente y señalo el temerario apoyo que mi Estado otorga a la militancia. ¿Puedes tú condenar el papel represivo que juega el tuyo?

Y de la profesora universitaria pakistaní doctora Nida Kirmani:

Para quienes abogan por la guerra sin pensar (eso te incluye a ti, Barkah Dutt) como si fuera un juego, escucha las voces de la gente que vive cerca de la frontera. Son ellos y los soldados de ambas partes los que pagarán el alto precio si esto sigue escalando.

Otras voces racionales cuestionaron los «gritos de guerra fabricados en los estudios de noticias» y abogaron por la paz. Shah Faesal, exdirector de Educación en la Cachemira administrada por India, planteó la cuestión de quién se beneficiaría del conflicto:

¿Cómo pueden los dolientes de ayer convertirse hoy en animadores de la violencia?

Este belicismo, esta glorificación de la violencia, estos argumentos a favor de la necesidad de la violencia para fines políticos, estas falsas distinciones entre violencia estatal y no estatal, van en contra de los valores básicos de la humanidad.

Jahanzeb Hussain, editor del sitio pakistaní de noticias Dawn.com, tuiteó:

Es triste ver que India sigue el camino del nacionalismo de esta manera. Ha producido funcionarios públicos, académicos y docentes mucho más capaces que todo lo que Pakistán tenga. Nehru y Gandhi; combinen la inteligencia colectiva de los líderes pakistaníes y no será comparable a esos dos.

Mehbooba Mufti, ex primer ministro de Jammu y Cachemira, lamentó los gritos de guerra y su impacto en los ciudadanos de Cachemira:

Los bombardeos de hoy de la FAI fueron seguidos por una histeria de guerra masiva en los canales de noticias y en Twitter. La mayoría es ignorante que tiene suspendido el uso del sentido común. Pero es desconcertante que las personas privilegiadas y educadas estén alegrándose ante la perspectiva de una guerra. Esto es verdadera jahaalat (N. del E: ignorancia en urdu).

Otro ciudadano de Cachemira se unió a la voz del primer ministro:

Desde el ataque de Pulwama, los cachemires enfrentaron la peor parte: fuera había ataques de la mafia y dentro vivían en una atmósfera de guerra. Ahora en el presente, el miedo, la ansiedad, la pérdida de la esperanza de cualquier posible futuro pacífico que se desvanece, Cachemira sigue enfrentándose a más, y sabe que aún no ha terminado.

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