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Actuación de coro en catedral rusa de canción sobre aniquilamiento nuclear estadounidense muestra que la parodia no funciona en 2019

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Arte y cultura, Medios ciudadanos, Música, Política, Relaciones internacionales, RuNet Echo

Foto de dominio público vía Pixabay.

Muchos usuarios de medios sociales quedaron desconcertados por la reciente aparición del video de un coro de la importante catedral de San Petersburgo, San Isaac que interpreta una canción sobre la aniquilación nuclear total de Estados Unidos.

La canción incluye la siguiente letra:

На подводной лодочке с атомным моторчиком
Да с десятком бомбочек под сотню мегатонн
Пересек Атлантику и зову наводчика:
«Наводи, говорю,- Петров, на город Вашингтон!»

Тру-ля-ля, тру-ля-ля,
Все могу за три рубля!
Здравствуй, новая земля
Неприятеля!

En un submarino con motor nuclear,
que carga una docena de carga explosiva de cien megatones,
estoy cruzando el Atlántico y llamando a mi observador:
Oye, Petrov, le estoy diciendo, ¡fija tu blanco en la cudad de Washington!

Tra-la-la, tra-la-la,
¡No hay nada que ho pueda hacer por rublos!
¡Te saludo, tierra extraña y hostil!

La canción fue interpretada por el Coro de Conciertos de San Petersburgo el 23 de febrero, conocido en Rusia y otros países de la antigua URSS como el Día de los Defensores de la Patria [1]. Inmediatamente después del discurso del estado de la nación [2] de Vladimir Putin el 20 de febrero, una televisora estatal rusa también transmitió un segmento que muestra el mapa de posibles blancos nucleares en Estados Unidos [3], y muchos expresaron alarma y disgusto por el aparente triunfante militarismo de la canción y lo inapropiado de las circunstancias de la actuación. San Isaac es una iglesia donde se realizan misas ortodoxas rusas a diario.

Algunos señalaron que la canción original, escrita en 1980 por un compositor soviético disidente, tenía la clara intención de ser una parodia de la propaganda bravucona soviética (su título original es “En un submarino, o Acerca del salario de los soldados [soviéticos]»), aunque su más reciente interpretación en 2019 podría tomarse como una referencia irónica al actual clima político:

Las personas enteradas en San Petersburgo dicen que el infernal video de la destrucción de Washington, DC en una iglesia es una broma deliberada del director del coro. Lo invitaron a actuar en un concierto el 23 de febrero, y decidió responder a la atmósfera de locura llegando al punto del absurdo, bajo el principio de “al diablo con todo”.

Después de que el video se volvió una sensación en los medios, el Coro del Concierto de San Petersburgo publicó una declaración [6] en su página de Vkontakte en la que refuta las acusaciones de que la actuación podría ser un acto de subversión política:

Не можем не ответить мастерам политической аналитики:

Не стоит всерьёз вникать в рассуждения про путинские и антипутинские концерты. Это отвратительно само по себе. А для понимания того, что было на нашем концерте, достаточно знать две вещи. Во-первых, песни, которые мы поем – это документы эпохи, среды, уникальные и вполне оригинальные. Разумеется, мы не переписываем тексты ради политкорректности или какой-то ещё конъюнктуры.

Во-вторых, концерт в храме не обязывает петь только литургические произведения. Мы поздравили наших слушателей, мы показали им, что ценим их праздник, их прошлое, их труд. Что мы вместе с ними. И они были рады это услышать и прочувствовать.

Приходите на концерты, не занимайтесь политиканством!

Debemos responder a los maestros de los analistas políticas:
No desperdicien su aliento en debatir si los conciertos pueden ser a favor o contra Putin. Es desagradable así como es. Para entender mejor qué ocurrió en nuestra actuación, se debe entender dos cosas. Primero, las canciones que cantamos son documentos originales de la época, exclusivos de nuestro ambiente. Naturalmente, no vamos a reescribir sus letras para consentir a la corrección política o para encajar en otras tendencias. Segundo, mientras cantemos en una iglesia, no estamos obligados a limitarnos a salmos o himnos. Felicitamos a nuestra audiencia, les mostramos que nos preocupamos por sus fiestas, su pasados y sus trabajos. Que estamos juntos. Y disfrutaron con escucharnos y sentir que nos importa.
Vengan a nuestros conciertos, ¡dejen la politiquería!

A pesar de que el director insistió en que todo era una broma, el compositor Andrey Kozlovsky no se sintió emocionado [7] sobre la actuación. «Nada bueno saldrá de esto», dijo a un sitio web de noticias local cuando le pidieron un comentario. Y el protodiácono ortodoxo ruso Andrey Kurayev, teólogo e intelectual público y a menudo agudo crítico de la jerarquía ortodoxa, escribió en su blog de Livejournal [8] que la parodia puede haber caído en oídos sordos:

Песня сама по себе старая, из советского андеграунда. Тогда она была шуткой и даже сатирой на советский агитпроп. Но сегодня после путинских «мультиков» и «шуточек», да еще в таком суперсерьезном исполнении это никак не смотрится шуткой. Питерская подворотня перестала быть подворотней. Она рулит. И исповедует принцип «ударь первым». Потому что пролетариату нечего терять, кроме трех рублей.

La canción es surgida de las profundidades del movimiento subterráneo soviético. En ese tiempo era una broma, una postura satírica de propaganda política soviética. Pero ahora, después de las “caricaturas” y  “bromas” de Putin, y en muchas circunstancias serias, no parece una broma para nada. Porque los matones de clandestinos de San Petersburgo [referencia popular a la dura crianza [9] de Putin] no son solamente matones hoy. Están en el poder. Y su principio rector es “lanza el primer puñetazo”. Por el proletariado de hoy no tiene nada que perder, salvo sus tres rublos.

Con tanto contexto y en el actual clima político —que incluye informes del clima [10] en la televisión estatal rusa que discute posibles ataques nucleares contra Estados Unidos— no es de sorprender que la actuación del coro causara tanta indignación y alarma. Aunque apropriada para su tiempo, la parodia de la era de Brezhnev de propaganda política soviética puede no ser lo más adecuado para la era de medios sociales.