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«¡No somos bots!»: En Berlín, miles de manifestantes protestan contra proyecto de ley europea que exige filtros de carga en internet

Categorías: Europa Central y del Este, Europa Occidental, Alemania, Activismo digital, Censura, Derecho, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Protesta, Tecnología, GV Advox
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Manifestación en Berlín contra el artículo 13 de la nueva Directiva Europea sobre Derechos de Autor, 2 de marzo de 2019. Foto de Tim Lüddemann (CC BY-NC-SA 2.0.).

Unas 5000 personas se reunieron en Berlín el 2 de marzo para protestar contra la propuesta de ley europea sobre derechos de autor, que podría dar un giro dramático a la dinámica de publicación de contenido en la red.

Entre otras disposiciones, el artículo 13 del borrador de la Directiva Europea sobre los Derechos de Autor exigirá que plataformas de internet como YouTube instalen «filtros de carga», mecanismos que impedirían que los usuarios publicaran contenidos protegidos por derechos de autor e imponidría un sistema de «censura previa» en las principales plataformas de internet y medios sociales.

Esta manifestación forma parte de una serie de acciones que culminarán en una protesta en todo Europa el 23 de marzo, según informa netzpolitik.org [2].

Los manifestantes de la capital alemana se enfrentaron temperaturas bajísimas para marchar desde el edificio de Axel Springer [3], pasar por el Ministerio de Justicia y llegar a la puerta de Brandeburgo. Aunque en un principio los organizadores esperaban unos 500 manifestantes, las estimaciones multiplican por diez el número de personas que se reunieron para pedir la protección de la libertad en internet.

Manifestación contra la reforma de los derechos de autor en Berlín. #Uploadfilter

La protesta de Berlín fue organizada por la allianza «Berlin gegen 13″ [7] (Berlin contra el [artículo] 13), compuesto por organizaciones de la sociedad civil [8] que promueven los derechos digitales y la libertad de prensa, grupos no oficiales y partidos políticos que se oponen a este aspecto de la directiva.

Según la red de defensa de los derechos en internet European Digital Rights (EDRi), el artículo 13 fue el resultado de discusiones a puerta cerrada [9] realizadas en febrero entre el equipo negociador del Parlamento Europeo, Estados miembros de la Unión Europea y la Comisión Europea. El actual borrador lo redactaron Francia y Alemania [10], y se someterá al voto del Parlamento Europeo entre marzo y abril, y podría convertirse en ley acto seguido.

La EDRi advirtió que la propuesta podría conducir a restricciones ilegales de la libertad de expresión y reducir el acceso al conocimiento. Diego Naranjo, consejero superior de políticas de EDRi comentó:

The secret discussions have ended with the worst version of the “Censorship machine” we have seen so far. Citizens need to react, once again, to prevent these upload filters that threaten our freedom of expression from becoming reality.

Las negociaciones secretas han terminado en la peor versión de la «máquina censora» que hemos visto hasta ahora. Los ciudadanos tienen que reaccionar, de nuevo, para evitar que se hagan realidad esos filtros de carga que amenazan nuestra libertad de expresión.

La manifestación de Berlín fue la tercera reunión más numerosa de personas que se oponen al artículo 13. Las manifestaciones de Colonia el 16 [11] y el 23 de febrero [12] también convocaron a miles de ciudadanos.

En discurso [13] que pronunció en la manifestación de Berlín, Markus Beckedahl, fundador y editor jefe del sitio web de activismo de medios netzpolitik.org, declaró: «No estamos contra los derechos de autor. ¡Pero sí contra los filtros de carga obligatorios!».

Los manifestantes portaban coloridos carteles con los lemas «No somos bots», «Filtros de diésel, no filtros de carga», o «Salvemos internet» y corearon la canción Wir sind keine bots («No somos bots») compuesta por el youtubero Willboy especialmente contra el artículo 13:

«No somos bots».

La canción se estrenó el viernes 1 de marzo, un día antes de la manifestación, y se hizo viral con más de medio millón de visitas en pocos días.

Julia Reda, eurodiputada por el Partido Pirata Europeo advirtió que el Partido Popular Europeo, de centro derecha, que tiene la mayoría en el Parlamento Europea, había intentado llevar a cabo la votación antes de las protestas masivas convocadas el 23 de marzo por la campaña de activismo #SaveYourInternet [19].

Últimas noticias: Manfred Weber y el Grupo Popular quieren que el voto del artículo 13 y la directiva de derechos de autor se traslade a la semana que viene para eludir las protestas. Salva tu internet, alto a ACTA2. ¡Necesitamos un clamor público para evitarlo!

Se apruebe o no la directiva sobre derechos de autor, a los defensores de los derechos digitales les quedan muchas batallas por luchar a corto plazo en lo que respecta a propuestas de políticas que pretenden soluciones técnicas automatizadas a problemas de contenidos en línea. Un comité de la Comisión Europea encargado de tratar «contenidos terroristas» en línea ha propuesto una solución similar que obligaría a las plataformas de internet [26] a utilizar herramientas automáticas para «detectar, identificar y eliminar o desactivar de forma expedita el acceso a contenido terrorista».

En una conferencia pública [27] celebrada en enero, Evelyn Austin, de la organización holandesa de derechos digitales Bits of Freedom, expresó una profunda preocupación por las políticas que van camino de una censura previa:

We see as inevitable a situation in which there is a filter for copyrighted content, a filter for allegedly terrorist content, a filter for possibly sexually explicit content, one for suspected hate speech and so on, creating a digital information ecosystem in which everything we say, even everything we try to say, is monitored.

Vemos inevitable una situación en la que haya filtros para el contenido con derechos de autor, filtros para supuesto contenido terrorista, filtros para posible contenido sexualmente explícito, filtros para supuesto discurso del odio, etc., que creen un ecosistema de información digital en el que todo lo que digamos, y hasta lo que intentemos decir, sea supervisado.