Activistas juveniles de Sudán llaman la atención hacia la deforestación en Darfur

La desertificación en el norte de Darfur ha llegado hasta el sur, lo que ha llevado a mayor escasez de comida y pobreza devastadora, que a su vez lleva a más dependencia a la leña como combustible. Foto de Alaaeldein Abdelrahman Yousif, usada con autorización.

Las protestas políticas han sacudido a Sudán por meses por el deterioro económico de Sudán bajo el mando del presidente Omar al-Bashir, que ha gobernado desde 1993. La actual inestabilidad y conflicto en Sudán han llevado a la separación de Sudán del Sur y la guerra en Darfur, conocida como la guerra de los Land Cruiser.

En 2003, grupos rebeldes entraron en guerra con el Gobierno sudanés, al que acusaban de discriminación y opresión de personas no árabes. Luego vino un genocidio, incitado por conflicto étnico y político, que dejó un estimado de 500 000 muertos y millones de personas internamente desplazadas.

El prolongado conflicto ha destrozado el terreno.

Alaaeldein Abdelrahman Yousif, cocoordinador regional de la Organización Juvenil de Cambio Climático de Sudán, piensa que es crítico abordar la inminente amenaza del cambio climático en Sudán. Como inspector del Ministerio de Recursos Animales, Yousif y otros jóvenes sudaneses tienen mucho que decir sobre deforestación y su impacto en la sociedad.

“El meollo de este problema es la pobreza”, dijo Yousif. La creciente pobreza, falta de recursos y desplazamiento de personas están llevando a la deforestación en Darfur, el oeste de Sudán.

Aproximadamente 2 millones de personas languidecen ahora en campos para personas internamente desplazadas en la región de Darfur.

Las personas han recurrido a la leña para satisfacer sus necesidades diarias. Además, la demanda de más viviendas ha llevado a un aumento de la fabricación de ladrillos con madera que consume 52 000 árboles por año. Muchos en Darfur han empezado al comercio de maderos y bambú como ingresos, como fabricación de muebles. Y el cambio de la dieta de asida (tradicional avena sudanesa a base de trigo) al pan también ha aumentado la necesidad de más leña.

Deforestación lleva a pérdidas extremas

El sur de la cadena Jebel Marra tiene muchas especies de árboles que siempre se han usado para el sustento. Foto de Alaaeldein Abdelrahman Yousif, 8 de marzo de 2019. Usada con autorización.

Darfur queda en el oeste de Sudán de cara al grandioso Jebel Marra, la mayor cadena montañosa de Sudán.

La región está ubicada en el Sahel y contiene múltiples ecorregiones: desiertos al norte con transición de lluvias bajas al boscoso Sahel y bosques tropicales con altas lluevias en el sur. El noreste se caracteriza por colinas arenosas planas y bajas, mientras el oeste tiene wadis —valles secos que reúnen agua de lluvia— esencial para pastoreos en distancias largas con ganado.

La lluvia en los desiertos del norte ha disminuido en años recientes, lo que ha llevado a una disminución en la producción de comida, que a la vez ha llevado a más personas del norte a las regiones al sur de Darfur. Por su parte, el desierto ha avanzado hacia el sur al menos 100 kilómetros en las últimas cuatro décadas.

Katie Fletcher y Todd Gartner del Instituto de Recursos del Mundo explican cómo la deforestación lleva a sequías e inundaciones extremas:

Forests help control the water cycle by regulating precipitation, evaporation and flows. Layers of forest canopy, branches and roots can store and release water vapor, which controls rainfall. Deforestation weakens this process, leading to irregular rainfall patterns including drought and flooding.

Los bosques ayudan controlar el ciclo del agua pues regulan la precipitación, evaporación y las corrientes. Las capas de copas, ramas y raíces de árboles pueden almacenar y liberar vapor de agua, que controla las lluvias. La deforestación debilita este proceso y lleva a patrones de lluvia irregulares, e incluyen sequía e inundación.

Según la evaluación ambiental del conflicto de Sudán del Programa de Naciones Unidas para el Ambiente, se estima que el índice de deforestación es más de 1 % al año. En el estado de Darfur, al centro del país, la densidad de árboles ha pasado de 400 árboles por hectárea en 1998 a 27 árboles por hectárea en 2016. Algunas regiones ya tienen escasez de combustible de madera.

Los árboles en peligro inluyen a la acacia senegal, un árbol muy valioso que produce savia de goma arábiga, sustancia natural para encuadernación ampliamente vendida en mercados y que se encuentra en artículos como refrescos, dulces, pintura, tinta y artículos farmacéuticos.

A la goma arábiga se le conocía como “mercancía milagrosa de Sudán”, y en la década de 1990, contribuyó con el 90 % de la producción mundial. Pero la deforestación amenaza su posición en el mercado global. El tamarindo, árbol que se usa para medicina tradicional de bajo costo, también está en peligro.

Estas pérdidas afectan a los pobres que dependen directlamente de los productos forestales. También afecta a los cultivos y aumenta la frecuencia de las sequías, lo que genera que se tale árboles para cumplir con las necesidades, lo que aumenta el conflicto regional.

Romper el círculo vicioso

En diciembre de 2018, Yousif asistió a COP24, nombre informal de la XXIV Conferencia de Partes del Marco de Trabajo de Naciones Unidas sober Cambio Climático. Desilusionado por los procedimientos burocráticos de la conferencia, protestó en las calles de Katowice, Polonia, con la esperanza de llamar la atención a la catástrofe ambiental de Darfur como una de las regiones más secas del mundo.

Las condiciones de Darfur son extremas, pero Yousif ve más allá del pesimismo en búsqueda de soluciones aplicables:

The people are bored and annoyed by awareness sessions from organizations because real solutions are not being brought. What they are thinking is, ‘I need to feed my children.’ Concrete solutions need to be brought to fix poverty and the environment together.

Las personas están cansadas y molestas por las sesiones de las organizaciones porque no llevan soluciones reales. Lo que piensan es: ‘debo dar de comer a mis hijos’. Se debe tener soluciones concretas para arreglar la pobreza y el ambiente juntos.

Yousif cree que las aldeas tradicionales de Darfur tienen conocimiento histórico de agricultura ecológica, y dice que sus reglas de gestión ambiental se pueden restablecer para gestionar ecoaldeas.

En COP24, Yousif asistió al encuentro de la Red de Ecoaldea Global y encontró nuevas esperanzas en manejo forestal, la práctica de plantar árboles alrededor de cultivos al mismo tiempo. El manejo forestal se usa en varias comunidades Indígenas, y se basa e imita el sistema ambiental de cultivar relaciones entre la agricultura y la gestión de bosques.

Yousif lo ve como una oportunidad para volver a unir a las aldeas en sincronización con la naturaleza.

La tala desenfrenada ha deforesdo la tierra y la ha despojado de recursos esenciales y creado ciclos de pobreza en Darfur. Foto de Alaaeldein Abdelrahman Yousif, usada con autorización.

Tiene la esperanza de que esta idea encontrará el apoyo del Gobierno sudanés, que podría invertir en esta práctica con participación en proyectos de reforestación cooperativa con agricultores. El Gobierno puede comercializar o gravar recursos cultivados y, a su vez, esto puede brindar empleos y estabilizar a las comunidades locales.

Hasta puede restablecer el proceso sostenible de extracción de goma arábiga con ciclos tradicionales rotativos de cultivo. La extracción continuada de goma arábiga también es una fuente de ingresos para quienes la comercializan y la venden en el mercado.

“Un sistema de agrosilvicultura rendir razonablemente, y ser más atractivo para los agricultores”, según un ensayo del Instituto Viikki de Recursos Tropicales de la Universidad de Helsinki.

La Operación Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur, UNAMID, misión de paz de Naciones Unidas en Darfur, tiene un programa de reforestación que también podría apoyar las iniciativas de sostenibilidad y dar mayor atención nacional a la transición de energía renovable. Pero con planes de terminar la misión en 2020, el futuro del programa de reforestación es incierto.

La compleja situación política de Sudán y la rápida degradación del clima han intensificado la lucha diaria por el pueblo sudanés. Se debe abordar seriamente la deforestación en Darfur para ayudar a dirigir a Sudán hacia la paz y la estabilidad.

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