Polémica en la marcha del Día de las Mujeres en Malasia hace que organizadores sean investigados por sedición

Marcha del Día de las Mujeres en Malasia. Fotografía de Suara Rakyat Malaysia (SUARAM).

Al menos siete organizadores de la marcha del Día de las Mujeres en Malasia han sido notificados por la policía de que podrían ser sancionados por posibles violaciones a las leyes de sedición y de reunión pacífica.

El 9 de marzo de 2019, cientos de personas participaron de la marcha “Hentikan Keganasan, Hormati Perempuan» (Basta de violencia, respeto a las mujeres) que se llevó a cabo en Kuala Lumpur, la capital del país. La marcha constaba de cinco reclamos oficiales: poner fin a la violencia de género y orientación sexual, al matrimonio infantil, y también garantizar la libertad de las mujeres para decidir con respecto a sus cuerpos y sus vidas, un salario mínimo digno y la destrucción del patriarcado.

La marcha duró algo más de dos horas, a lo que le siguió un breve programa en el que varios oradores debatieron sobre los cinco reclamos. A los grupos feministas se sumaron otros sectores a la celebración del Día Internacional de la Mujer. Entre los participantes de la marcha había miembros de la comunidad LGBT. Sin embargo, algunos informes periodísticos que cubrieron la marcha destacaron la presencia de este último colectivo, lo que llevó a la caracterización errónea de la marcha como una protesta LGBT.

En seguida, grupos conservadores que se oponen a los derechos LGBT organizaron en línea una serie de ataques contra los protestantes de la marcha del Día de la Mujer. La privacidad y seguridad de algunos manifestantes fueron violadas luego de que se difundieran extensamente fotos y perfiles en grupos de chat y páginas de redes sociales. Algunos recibieron amenazas e intimidaciones de extraños, e inclusio de amigos, familiares y empleadores.

Datuk Seri Mujahid Yusof Rawa, ministro nacional de Credo, echó más leña al fuego cuando acusó a la marcha del Día de la Mujere de «hacer uso indebido del espacio democrático para defender cosas que están mal de acuerdo al islam».

La Constitución malasia garantiza la protección de las minorías, entre las que se incluyen quienes se identifican como miembros de la comunidad LGBT. No obstante, en los últimos años, grupos intransigentes se han vuelto más agresivos, exigen que el Gobierno aplique estrictamente las enseñanzas islámicas. Malasia cuenta con una población mayoritariamente musulmana.

El 14 de marzo, la policía anunció que siete organizadores de la marcha del Día de la Mujer se encuentran bajo investigación por sedición y violación de la ley de reunión pacífica.

Grupos de derechos humanos defendieron rápidamente a las líderes de las mujeres y a otros participantes de la marcha. El Grupo de Acción Conjunto por la Igualdad de Género, coalición de 13 grupos de mujeres del país, emitió un comunicado en el que insta al Gobierno a parar con la persecución de activistas de los derechos humanos:

If we do not uphold the rights of certain group of persons – to the extent that individuals cannot peacefully express their interests – our credibility as a democracy is diminished. The government must guarantee “democratic space” for everyone. Not just for people the government – or even the majority – agrees with.

We urge the government to stop harassing women human rights activists and peaceful protestors. Instead, we urge the government to reaffirm the rights of all Malaysians to peaceful assembly and expression, and to state how it plans to address the rally’s five demands.

Si no defendemos los derechos de algunos grupos (a tal punto de que las personas no puedan expresar pacíficamente sus preocupaciones), nuestra credibilidad como democracia se encuentra menoscabada. El Gobierno debe garantizar un «espacio democrático» para todos. No solo para las personas con las que el Gobierno –o, hasta, la mayoría– está de acuerdo.

Instamos al Gobierno que deje de acosar a las activistas de los derechos humanos de la mujer y manifestantes pacíficos. En cambio, queremos que el Gobierno reafirme los derechos que tienen todos los malasios de reunión pacífica y libertad de expresión y que detalle cómo planea hacer frente a las cinco demandas de los manifestantes.

Gabungan Bertindak Malaysia, otra coalición de varios grupos de sociedad civil, lamentó los ataques en líneas instigados por grupos en contra del colectivo LGBT:

The deliberate mischaracterisation and the on-going hate campaign is regretfully, legitimising violence against LGBT. Do we want to see people harmed, tortured or killed just because they live life that we do not approve of?

La caracterización errónea deliberada, así como la continua campaña de odio lamentablmente legitimiza la violencia en contra del colectivo LGBT. ¿Queremos ver gente lastimada, torturada o hasta asesinada solo porque vive una vida que nosotros no aprobamos?

Alrededor de 24 grupos de sociedad civil firmaron un comunicado en el que acusaron al ministro de Credo de «reforzar la retórica pública perjudicial y los prejuicios contra las mujeres, personas marginales y la comunidad LGBT».

The government must not take the side of the bullies. Denying a group of marginalised groups their right to participate in democracy is truly an abuse of democracy.

El Gobierno no debe estar del lado de los agresivos. Negar a un grupo de personas marginadas el derecho a participar en democracia es un verdadero abuso de democracia.

Queer Lapis publicó la historia de un participante que fue intimidado luego de la marcha del Día de la Mujer:

I have always been a resilient person, but moments like these truly break my heart. For two days after the march I was felt kinda scared and shameful of my activism, when I shouldn’t be! This is partly due to the heightened visibility and the impact on my family. People who were not there at the march don’t deserve to comment on it unless they have done their research. However, the haters’ version of “truth” is what some people want to hear and see so that they could continue to justify their hate!

I was weeping all night and through my sleep on Sunday. I knew I wasn’t alone in my struggle, I reached out to my friends, some of whom were there marching and some of whom weren’t. I’m thankful for people in my life who were truly proud of me for marching with them and on their behalf. They gave me encouraging words to honour my feelings and healings; I rebuilt my strength slowly.

Siempre fui una persona resiliente, pero situaciones como estas realmente me rompen el corazón. Durante dos días luego de la marcha me sentí algo asustado y avergonzado por mi activismo, cuando no debería ser así. Esto en parte tiene que ver con la visibilidad intensificada y el impacto sobre mi familia. Quienes no estaban presentes en la marcha no merecen hacer comentarios sin haber investigado. Sin embargo, la versión de la «verdad» de los resentidos es lo que algunos quieren escuchar y ver para seguir justificando su resentimiento.

Lloré toda la noche y mientras dormía el domingo. Sabía que no estaba solo en la lucha. Me puse en contacto con mis amigos, algunos que participaron de la marcha y algunos que no. Estoy agradecido por las personas en mi vida que estaban orgullosas de corazón por mi participación en la marcha, juntos o en su representación. Me dieron palabras de aliento para hacer honor a mis sentimientos y a la sanación: poco a poco, volví a fortalecerme.

Las siguientes publicaciones en Twitter que utilizaron la etiqueta #WomensMarchMY (Marcha de las mujeres en Malasia), desacreditaron las mentiras diseminadas por los grupos contra los LGBT sobre la marcha del Día de la Mujer:

Si te preguntas por qué hay una bandera del orgullo en la Marcha de la Mujer es porque estamos allí en solidaridad con otras minorías.

Es porque nosotras, más que nadie, deberíamos saber qué se siente la opresión y la exclusión.

Es porque creemos en la igualdad.

¿Tú no?

Caricaturizar la marcha como “mal uso de un espacio democrático” o “desagradable” solamente para mostrar un intento de dejar de lado los problemas de la mujer, que es inconsistente con el compromiso de Pakatan Harapan con la igualdad.
——–
La marcha no se organizó para promover los derechos del colectivo LGBT, sino para para con la violencia creciente en contra de las comunidades minoritarias en sintonía con el artículo 8 (2) de la Constitución, que dice que no debe existir discriminación por género.

Otro comunicado en conjunto de varios grupos de la sociedad criticó los motivos maliciosos detrás del hecho deliberado de etiquetar la marcha como un acto LGBT:

It is an irrational act to further polarise public views on LGBTIQ rights by leaning on conservative sentiments. It is an insidious attempt to weaken the existing solidarity between LGBTIQ activists and the feminist movement.

Es un acto irracional acrecentar la polarización de las opiniones del público con respecto a los derechos del colectivo LGBTIQ apoyándose en sentimientos conservadores. Es un intento insidioso de debilitar la solidaridad existente entre los activistas LGBTIQ y el movimiento feminista.

El Centro de Periodismo Independiente informó que se sospecha que dos periódicos malasios han «postergado su deber de informar con veracidad» al recurrir al sensacionalismo con respecto a la presencia LGBT en la marcha, lo que incitó al «odio hacia una comunidad que ya se encuentra marginada y en riesgo».

Por último, Human Rights Watch le recordó al Gobierno que debe mantener su compromiso de derogar la ley de sedición y reformar la draconiana ley de reunión pacífica:

Rather than using abusive laws against people marching for basic rights, Malaysia’s government should be addressing the critical women’s rights issues that the march highlighted.

En lugar de recurrir a leyes abusivas contra personas que marchan en pos de derechos básicos, el Gobierno malasio debería abordar los problemas críticos con los derechos de las mujeres que esta marcha destacó.

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