Luis Carlos y Global Voices, 12 años y contando

Parte de la familia de Global Voices con Luis Carlos (arriba a la derecha) durante nuestra Cumbre de Medios Ciudadanos 2017 en Colombo, Sri Lanka. Foto de Jeremy Clark, compartida públicamente en Facebook.

Periodista, ciberactivista, humanista, nerd y muchas cosas más, Luis Carlos Díaz Vázquez es una figura muy querida del periodismo venezolano que, en el transcurso de una década, alcanzó prominencia fuera de su país gracias a su valiosa participación en una gran cantidad de eventos sobre derechos humanos y derechos digitales. Otros proyectos innovadores le han valido también la notoriedad de su trabajo periodístico, de activismo digital y de derechos humanos en múltiples plataformas en línea como YouTube, Patreon, Telegram, Facebook, Instagram y Twitter.

Luis Carlos ocupó numerosos titulares y nos tuvo pegados a las redes cuando fue detenido a mediados de marzo de 2019.  La movilización fue masiva y puso en evidencia la magnitud de la red digital que él mismo fue tejiendo a lo largo de sus años de activismo, la misma que él llama el “enjambre”.

Para cada miembro de la comunidad de Global Voices, de la que forma parte hace exactamente doce años, Luis Carlos es un conglomerado de facetas y cualidades, entre las cuales se destacan su fortaleza, su resiliencia frente a las dificultades, su creatividad ante los obstáculos, su solidaridad y compromiso con los derechos humanos y, no podía faltar, un sentido del humor bastante suyo y muy genial.

Luis Carlos junto a Taisa, nuestra editora de noticias, y Elízabeth, entonces una de las editoras de América Latina, durante nuestra Cumbre en Sri Lanka, en 2017. Fotografía de Romina Navarro, usada con permiso.

En este espacio, queremos compartir las miradas, las anécdotas y las reflexiones sobre Luis Carlos desde la perspectiva de varios miembros de nuestra comunidad.

Luis Carlos durante la charla en Ciudad de México, 28 de febrero de 2019. Foto de Giovanna Salazar, utilizada con permiso.

Nos visitó en la CDMX y presentó su charla/stand-up «Venimos del Futuro».
Fue una delicia. Reímos, lloramos y reflexionamos en colectivo. Una bella experiencia a través de la cual Luis Carlos nos hizo caminar por los múltiples puentes que conectan a México y Venezuela. Siendo uno de ellos la solidaridad, el apoyo y el compromiso social por ver a nuestras naciones más felices, más unidas y más fuertes.

Giovanna Salazar, colaboradora de GV desde México.

I've met IRL Luis Carlos for the first time at the Budapest GV Summit back in 2008. Venezuela was a name on a continent for me before Luis Carlos and dear roomie Laura Vidal. I remember a deep conversation with him and Alaa, our Egyptian imprisoned pilar, in the Budapest hotel lobby. From afar, I had trouble telling who was who with those two. Maybe a common activist DNA ? And I remember him rushing off looking for a stable connection for radio items or Skype. Budapest-Caracas. Ten years back, it was still glamorous and adventurous.

La primera vez que vi a Luis Carlos en persona fue en la Cumbre de GV de Budapest, en 2008. Para mi, Venezuela era solo un nombre dentro de un continente antes de conocer a Luis Carlos y a mi querida compañera de habitación Laura Vidal. Recuerdo haber tenido una profunda charla con él y Alaa, nuestro héroe egipcio encarcelado, en el lobby del hotel de Budapest. A simple vista, no podía saber quién era quién de los dos. ¿Será el ADN que comparten los activistas? Y recuerdo que Luis salía corriendo para buscar una conexión estable para la radio o Skype entre Budapest y Caracas. Fue hace más de diez años, y sigue pareciéndome encantador y aventurero.

Claire Ulrich, antigua editora de Global Voices en francés, Francia.

I had a conversation with Luis during the last Summit in Colombo. It was one of those group dinners we had in one of those restaurants.
I recall asking him why he had not left Venezuela, despite having more than enough opportunity to do so. And his response struck me: his love for his country was so evident. He chose to remain because he is convinced of the service he will render staying back at home than being a migrant in another country.
This was quite edifying for me. Luis’ decision is heroic and a great lesson for many of us. As an activists who labour to see the best for our countries and the world in general, Luis is a model worthy of emulation. Our countries are ours, and we have to take care of them. That's what Luis taught me. A stance that he has made his life project. And his labour shall not be in vain!

Tuve una conversación con Luis durante la última cumbre [de GV] en Colombo. Fue en una de esas cenas grupales que hicimos en un restaurante de la zona.
Recuerdo haberle preguntado por qué no se había ido de Venezuela a pesar de tener todas las oportunidades para hacerlo. Su respuesta me sorprendió: era muy evidente que amaba a su país. Eligió quedarse porque está convencido de que puede prestar un mejor servicio si se queda en su país que como inmigrante en el exterior.
Para mi, fue muy edificante. La decisión de Luis es heroica y es una gran lección para muchos de nosotros. Como activistas que luchamos porque queremos lo mejor para nuestros países, Luis es un modelo que vale la pena seguir. Son nuestros países, y tenemos que cuidarlos. Es lo que Luis me enseñó. Hizo de esa postura su proyecto de vida, ¡y su esfuerzo no debe ser en vano!

Nwachukwu Egbunike, editor de Global Voices para África sub-sahariana, Nigeria.

We had a free afternoon during Sri Lanka [GV's] Summit, so Gabriela, Luis Carlos and I went Colombo downtown to do some sightseeing. We got a tuktuk, negotiated a fair price, squeezed into the thing and off we went. Gabriela knew about an interesting handcrafts shop, so we asked the driver to stop by and wait for us while we do some shopping. The shop was quite big and we spent some time shopping and mostly enjoying the beautiful works of those Srilankan craftmen and women. When we finished, we went out to meet our tuktuk driver, but tuktuk and driver were gone! We searched in the area around, but both were vanished! And the thing is, we hadn't paid yet, so the man took us half the way to central Colombo for free.
So, we had to take another tuktuk for the other half. And this one got lost searching for Jami-Ul-Alfar Mosque, but that's another funny story.

Tuvimos una tarde libre durante la Cumbre de GV en Sri Lanka, así que Gabriela, Luis y yo nos fuimos al centro de Colombo a pasear. Buscamos un tuktuk, negociamos la tarifa, nos apretamos adentro y salimos. Gabriela sabía de una tienda de artesanías interesante, así que pedimos al chofer que nos llevara allí y nos esperara mientras hacíamos las compras. La tienda era bastante grande, tardamos un buen rato comprando y también admirando los hermosos trabajos de los artesanos locales. Al terminar, salimos en busca dfe nuestro tuktuk, ¡pero no estaba! Registramos toda la zona circundante buscando al chofer, pero él y su tuktuk habían desaparecido. Y ni siquiera le habíamos pagado, así que el camino de ida al centro nos salió gratis.
Tuvimos que buscar otro tuktuk para volver. Este se perdió cuando trataba de llegar a la mezquita Jami-Ul-Afar, pero ya es otra historia divertida.

Lourdes Sada, traductora y escritora de Global Voices en español desde España.

A Luis Carlos lo conocí personalmente en Colombo, Sri Lanka. Conocía su fama, como seguramente la conocen todos en Global Voices, pero nunca había intercambiando comunicación alguna con él, y menos habíamos conversado. Hasta que llegó la reunión de nuestra comunidad en Colombo. En algún desayuno o almuerzo compartimos la mesa. Se ofreció a acompañarnos a Lourdes y a mí a hacer compras y pasear por las calles de Colombo. A mitad del recorrido, nos encontramos con un nutrido grupo de otros amigos de Global Voices. Regresamos todos juntos en el tren, casi cuando caía la tarde de ese día inolvidable.

Gabriela García Calderón Orbe, editora de Global Voices en español y colaboradora para Global Voices América Latina desde Perú.

Luis Carlos con Gabriela (izquierda) y Lourdes (derecha) en la Mezquita Jami-Ul-Alfar de Colombo, Sri Lanka. Diciembre de 2017. Foto de Lourdes Sada, usada con permiso.

Para las ONG de derechos humanos, Luis Carlos ha sido nuestro maestro en redes sociales cuando algunas de ellas apenas se estaban popularizando en Venezuela. En el año 2010 fui detenido en una manifestación en Maracay y fue un mensaje por Twitter el que llamó la atención sobre nuestro caso dentro y fuera del país. Luego del percance, fue Luis Carlos el que me explicó, pacientemente, toda la lógica de conectividad de esta red social y su potencialidad para el trabajo en DDHH. Luego se convertiría en un profesor recurrente en los talleres sobre redes sociales que hacíamos las organizaciones de la sociedad civil en Venezuela.

Rafael Uzcátegui, coordinador general de Provea (Venezuela) y colaborador de Global Voices.

Admiro muchísimo la tenacidad de Luis Carlos, su compromiso con el periodismo, su profesionalismo, pero sobre todo su gran corazón. He conocido a Venezuela a través de sus ojos y palabras. Es innegable el amor que tiene por su profesión y país. Siempre listo para una buena conversación, me siento honrada de decir que es mi amigo.

Elízabeth Rivera, colaboradora de Global Voices América Latina.

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