«Las lenguas no mueren, las matan»: lo que se esconde tras la extinción de las lenguas originarias en México

Captura de pantalla del video en el que se ve el discurso de Yásnaya Elena Aguilar Gil.

Para conmemorar el Año Internacional de las Lenguas Indígenas las instituciones gubernamentales, académicas y de la sociedad civil han unido esfuerzos para dar lugar a un gran número de actividades. Una de ellas tuvo lugar en la Cámara mexicana de diputados el 26 de febrero de este año. Ahí, Yásnaya Elena Aguilar Gil dio un discurso en mixe (o ayuujk), en el Palacio Legislativo de San Lázaro e hizo historia al contar en esa lengua y ese espacio cómo la vida y la muerte de las lenguas, en especial las de las comunidades originarias mexicanas, tienen mucho que ver con el avance de México como Estado. El texto, cuyo original en mixe puede encontrarse aquí, incluye reflexiones sobre la desaparición de los idiomas indígenas y su estrecha conexión con la pérdida del territorio.

México. El agua y la palabra. México y sus muchos nombres ocultos. Nëwemp: «en el lugar del agua», en mixe. Giajmïï: «sobre el agua», en chinanteco. Nangi ndá: «la tierra en medio del agua», en mazateco. Kuríhi: «dentro del agua», en chichimeco. Nu koyo: «pueblo húmedo», en mixteco. México fue el nombre que le pusieron a esta ciudad y después a este Estado, el Estado mexicano, México.

¿Qué se oculta dentro de las aguas de Nëwemp?

Pretendo hablar de algunas ideas e intentaré responder a una pregunta: ¿por qué están muriendo las lenguas? Actualmente se hablan aproximadamente seis mil lenguas en el mundo. El Catálogo de Lenguas Amenazadas de la Universidad de Hawaii reporta que, en promedio, cada tres meses muere una lengua en el mundo. La UNESCO reporta también que, en cien años, se habrán extinguido aproximadamente la mitad de las lenguas del mundo que se hablan en la actualidad.

Nunca en la historia había sucedido esto, nunca habían muerto tantas lenguas. ¿Por qué es ahora que las lenguas están muriendo? Hace aproximadamente trescientos años el mundo comenzó a dividirse y a establecer fronteras internas. El mundo quedó dividido. Sin papeles ya no era posible viajar a otros lugares. El mundo quedó dividido en aproximadamente 200 estados o países, cada uno con un gobierno, con una bandera al que rinden honores, con un modo de pensar que se privilegia y una cultura que es permitida; y para construir esta homogeneidad interna, a una sola lengua le asignaron valor como lengua de Estado.

Las lenguas distintas a la lengua del Estado y del Gobierno fueron discriminadas y combatidas.

Hace doscientos años se estableció el Estado que ahora se llama México. Trescientos años después de la conquista española, en 1820, el 65% de la población hablaba una lengua indígena. El español era una lengua minoritaria cuando se creó el Estado mexicano. En la actualidad, los hablantes de lenguas indígenas somos el 6,5%. El español es ahora la lengua que han convertido en dominante. Hace 200 años las lenguas las mayoritarias eran las nuestras: el náhuatl, el maya, el mayo, el tepehua, el tepehuano, el mixe y todas las lenguas indígenas.

En 200 años nuestras lenguas han sido minorizadas.

¿Cómo lo lograron?¿Fue que de pronto decidimos abandonar nuestras lenguas? No es así. Fue un proceso impulsado desde las políticas del Gobierno. Se quitó el valor a nuestras lenguas en favor de una lengua única, el español. Con el fin de hacer desaparecer nuestras lenguas, a nuestros antepasados se le dieron golpes, se les regañó, y se les discriminó por el hecho de hablarlas.

“Tu lengua no vale” les dijeron repetidamente, “Para ser ciudadano mexicano necesitas hablar la lengua nacional, el español. Deja de usar tu lengua”, les repitieron. Los esfuerzos realizados desde el Estado fueron arduos. Se estableció una castellanización forzada con el fin de erradicar nuestras lenguas, sobre todo desde el sistema escolar.

Fue México quién nos quitó nuestras lenguas, el agua de su nombre nos borra y nos silencia. Aun cuando recién ahora hayan cambiado las leyes, nuestras lenguas continúan siendo discriminadas dentro del sistema educativo, dentro del sistema de judicial y dentro del sistema de salud.

Nuestras lenguas no mueren solas, a nuestras lenguas las matan.

A nuestras lenguas las matan también cuando no se respetan nuestros territorios, cuando venden y hacen concesiones con nuestras tierras. Cuando las consultas sobre si queremos que sus proyectos se realicen en nuestros territorios no se llevan a cabo de la manera adecuada.

A nuestras lenguas las matan cuando asesinan a quienes defienden nuestras tierras, como ha sucedido siempre ¿Cómo vamos a fortalecer nuestras lenguas cuando matan a quienes las hablan, los silencian y los desaparecen ¿Cómo va a florecer nuestra palabra en un territorio del que se nos despoja?

Esto mismo es lo que nos está sucediendo en mi comunidad, Ayutla Mixe, en Oaxaca. No tenemos agua. Hace ya casi dos años, grupos armados nos despojaron del manantial del que hemos tomado agua históricamente y hasta ahora no se ha hecho justicia, aun cuando hayamos denunciado y demostrado nuestra razón.

Por medio de armas y de balas nos despojaron del manantial, por medio de armas tomaron y callaron la fuente de agua para nosotros. A pesar de que las leyes dicen que el agua es un derecho humano, ya el agua no llega desde hace dos años a nuestras casas y esto afecta, sobre todo, a ancianos y niños.

Es la tierra, el agua, los árboles los que nutren la existencia de nuestras lenguas. Bajo el ataque constante de nuestro territorio ¿cómo se puede revitalizar nuestra lengua?

Nuestras lenguas no mueren, las matan. El estado mexicano las ha borrado. El pensamiento único, la cultura única, el estado único, con el agua de su nombre, las borra.

El discurso puede verse, en Mixe, en el siguiente video:

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