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Libres de día, prisioneros de noche: Activistas egipcios protestan contra la libertad condicional

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Egipto, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, GV Advox, UPROAR
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Shawkan disfruta de su día libre, antes de quedar encerrado otra vez durante la noche. Foto de Wael Abbas y publicada en su cuenta de Twitter.

El reportero gráfico Mahmoud Abu Zeid, conocido como Shawkan, ha pasado cinco años en la cárcel por simplemente realizar su trabajo de periodista.

Fue detenido el 14 de agosto de 2013 mientras estaba fotografiando la masacre de la manifestación de Rabaa El Adawiyya, en la que seguidores del expresidente egipcio Mohamed Morsi se reunieron para protestar contra el golpe de estado que derrocó su presidencia el 3 de julio de ese año. Las fuerzas de seguridad egipcias asesinaron al menos a 817 personas [2] e hirieron a muchas más cuando dispersaron la manifestación, según Human Rights Watch.

Shawkan, que trabajaba para Demotix al momento de su detención, pasó [3] casi cuatro años en detención preventiva antes de su juicio, junto con otros 739 acusados, en lo que se conoció como el «caso de la protesta de Rabaa». En septiembre de 2018, el Juzgado Penal de El Cairo lo condenó [4] por asesinato y asociación con la Hermandad Musulmana y, unos meses después, fue puesto [5] en libertad.

Los defensores de Shawkan se alegraron al verlo junto a sus familiares cuando fue liberado el 4 de marzo. Sin embargo, el periodista solo es libre a medias. Todos los días a las 6 de la tarde debe volver a la comisaría para pasar la noche, hasta volver a ser libre a las seis de la mañana siguiente. Shawkan tiene que hacerlo todos los días durante cinco años desde su liberación.

«Quiero ser libre para volver a mi vida normal», contó [6] Shawkan a Deutsche Welle después de obtener su libertad en referencia a su libertad provisional.

En Twitter [1] e Instagram [7], el periodista ha mostrado y publicado su vida en estas restrictivas condiciones y sus horas de libertad diarias, de seis de la mañana a seis de la tarde.

El 31 de marzo, publicó su visita a las pirámides de Giza.

Las pirámides están al fondo.
Un viaje cerca del lugar de vigilancia [la comisaría donde tiene que pasar la noche] debido al [la falta de] tiempo.

El 6 de abril, usando la etiqueta نص_حرية# [14] («media libertad») publicó [15] una foto en Instagram, tomada desde el asiento de su moto. Explicó que, para llegar a comisaría a tiempo cada noche, viaja en moto para evitar el tráfico.

La historia de Shawkan no es la única en Egipto. El famoso bloguero egipcio y activista Alaa Abd El Fattah, que fue puesto [16] en libertad el 28 de marzo, también está en libertad provisional. Alaa pasó cinco años en la cárcel por no acatar la prohibición de protestar y, como Shawkan, tiene que pasar la noche en comisaría los siguientes cinco años.

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»Libertad para Alaa». Desde su «puesta en libertad», Alaa ha estado protestando contra las condiciones de su libertad provisional. Foto de la campaña de Libertad para Alaa.

Alaa ha estado mostrando su vida en libertad condicional.

«Me alegra ver que se alegran por mi libertad, pero desafortunadamente no soy libre», escribió [18] Alaa en Facebook días después de su puesta en libertad. «Cada día me entrego a la humillación llamada control [policial]».

En otra publicación, escribió [19]: «No sé cómo describir la preciosa sensación de ver la clase de natación de Khaled [su hijo] por primera vez. Tampoco sé cómo describir la crueldad de dejarlo a mitad de la clase para estar a tiempo del control».

La hermana de Alaa, Mona Seif, que también es activista por los derechos humanos, comparó [20] las condiciones de prisión de su hermano con el «confinamiento en solitario».

Alaa has to turn himself in to Dokki police station every day at 6 pm and they let him go at 6 am.

When he turns himself in, they keep him isolated from all others in a small wooden kiosk within the police station. They lock him in for 12 hrs.

These are worst conditions than the ones he had to endure in prison for five years. Alaa is practically now spending half his day in solitary confinement in the police station, and he is looking at five years more of this nightmare.

Alaa debe volver a la comisaría de Dokki todos los días a las seis de la tarde y lo sueltan a las seis de la mañana.

Cuando se entrega, lo mantienen aislado de los demás en una pequeña sala de madera en la comisaría. Lo encierran durante 12 horas.

Son peores condiciones que las que tuvo que soportar los cinco años que estuvo en prisión. Alaa está pasando prácticamente la mitad del día en aislamiento en la comisaría y le quedan cinco años más de esta pesadilla.

Alaa también aprendió que protestar contra estas condiciones puede generar el riesgo de pasar más tiempo en la cárcel. Durante la noche del 9 de abril, los policías lo amenazaron [21] con volverlo a encerrar en prisión si seguía mostrando las condiciones de su libertad condicional.

Ahmed Maher, activista político del Movimiento Juvenil del 6 de abril, pasó tres años tras las rejas por manifestarse ilegalmente. Fue puesto en libertad [22] en enero de 2017 y tuvo [23] que mantenerse bajo control policial durante un período de tiempo igual que el que pasó en la cárcel. En Twitter, describió las condiciones de este período:

Bajo control policial, donde dormimos está mucho más sucio que la cárcel y hay mucha más arbitrariedad, a pesar de que, según la ley, no tienen el derecho de encarcelarnos en una comisaría o privarnos de nuestros hijos, nuestro trabajo, nuestros estudios o nuestra vida normal. Según la ley, la libertad condicional debería ser más amable y más humana, pero está claro que la motivación solo es el deseo de abusar y humillar.

La práctica de encerrar exconvictos durante la noche es un abuso de poder. Según analistas legales [26] y ONG que trabajan por los derechos humanos, se supone que quienes están bajo control policial pueden pasar la noche en su casa. Solo quienes no tienen donde vivir cerca de la comisaría tienen que pasar la noche bajo custodia policial.

Yasmin Omar y Mai El-Sadaby del Instituto Tahrir para la Política del Medio Oriente escribieron [27]:

After an individual is sentenced to a probation period decided by the judge at sentencing, the law empowers the sentenced individual to designate a residence at which to serve his or her probation period. However, the law additionally authorizes authorities to select a location for probation if no residence is provided, as well as to determine whether or not a location selected by the defendant is appropriate for police surveillance. This discretion has been used [28] to systematically erode the right of individuals to complete their probation periods at their stated residence—a right guaranteed to them under law—and instead force individuals who have residences where police surveillance can clearly occur to spend them at police stations.

Después de condenar a alguien a libertad condicional decidida por el juez en la sentencia, la ley faculta al sentenciado a designar un domicilio en donde cumplir la libertad condicional. Sin embargo, la ley también autoriza a las autoridades para seleccionar un lugar si no se proporciona uno, y determinar si el lugar seleccionado por el acusado es apropiado para el control policial. Este criterio ha sido sistemáticamente utilizado para mermar el derecho de las personas para completar su libertad condicional en su lugar de residencia –un derecho garantizado por la ley– y, en su lugar, obligar a quienes tienen casa, donde claramente se puede llevar a cabo el control policial, a dormir en comisaría.

De esta forma, al terminar el día, muchos egipcios son obligados a volver a su pequeña celda de la comisaría, lejos de sus familiares y del resto del mundo: están fuera de prisión, pero no son realmente libres. Muchos son activistas, manifestantes y periodistas, cuyo único crimen fue ejercer el derecho fundamental a la libertad de expresión, reunión y protesta.