Eslovenia no es muy conocida como refugio para la libertad de expresión. Sin embargo, cuando las autoridades húngaras expresaron su indignación sobre un dibujo caricaturesco del presidente húngaro Viktor Orbán que apareció en la portada de la revista política nacional Mladina, las autoridades eslovenas saltaron en su defensa.
El 22 de marzo, Mladina publicó un reportaje sobre el apoyo de los políticos conservadores eslovenos hacia Fidesz, partido que gobierna Hungría, bajo el manto del Partido Popular Europeo (PPE) de centroderecha. En una reunión reciente, el PPE suspendió la afiliación de Fidesz del grupo de partidos políticos más grandes y poderosos de la Unión Europea por sus prácticas autoritarias.
El titular de Mladina decía: «Dejaremos Europa, pero nunca a Orbán». El reportaje criticaba al Partido Democrático Esloveno (SDS) por «alinearse junto la autocracia húngara antes que con la Europa democrática».
El artículo también indicaba que el PPE había amenazado previamente a Fidesz con su expulsión en abril de 2017, a causa de varios esfuerzos del Gobierno húngaro de desmantelar las instituciones clave en la sociedad civil húngara, por su campaña por destruir la Universidad Centroeuropea (CEU) y por el uso del lenguaje antisemita en su campaña de Stop Bruselas.
Varios medios han destacado que Orbán continúa explotando el antisemitismo para conseguir beneficio político.
La portada de la revista presentaba una caricatura de Viktor Orbán con la mano alzada en referencia al saludo romano al estilo de las historietas de Astérix, aunque los fascistas usaban un gesto similar pero con la palma hacia el suelo. Tres autoridades del SDS charlan animadamente junto a Orbán. Uno sujeta una bandera con un diseño similar a la bandera de Eslovenia, pero con los colores de la bandera húngara.
Cuando las revistas aparecieron en los quioscos, la embajadora húngara en Eslovenia, Edit Szilágyiné Bátorfi, envió una carta a Mladina que la revista publicó íntegramente. Los acusaba de debilitar la amistad entre las dos naciones con sus artículos sobre Hungría. Dijo que era «inaceptable» sugerir que Orbán tenía alguna conexión con las «oscuras fuerzas del pasado» e insistió en que su gobierno nunca ha promovido el antisemitismo.
El 28 de marzo, Mladina publicó un artículo con una portada «simpática que intentaba arreglar la situación». Con una respuesta irónica, los editores aseguraron que su «tonto caricaturista» Tomaž Lavrič había decidido disculparse con una nueva imagen del «querido líder» de la embajadora.
«Esta vez es más bonita y simpática. ¡Que el amor entre Orbán y Janša dure mucho!», bromeaba el editorial.
La nueva caricatura muestra a Orbán sujetando una rama de oliva (símbolo de la paz) con una flor en el pelo, al estilo hippie. La bandera eslovena se modificaba en esta versión con los colores del arcoíris, en referencia a la bandera LGBTQ, símbolo de tolerancia.
En una nota enviada al ministro de Asuntos Exteriores esloveno el 29 de marzo, la embajada húngara en Liubliana protestó por la «irresponsabilidad política de la portada» semanal de Mladina y pidió ayuda para «evitar incidentes parecidos en el futuro».
Según Politico.eu, el ministro esloveno respondió que «[nosotros] respetamos totalmente la libertad de expresión y la libertad de prensa y nunca intervendríamos en la política editorial de ningún medio».
El 1 de abril, Zoltan Kovacs, portavoz del Gobierno húngaro, atacó a Mladina en una publicación en su blog y lo llamó un «triste ejemplo de intolerancia de la izquierda».
En un comentario del 5 de abril titulado «El intento de Hungría para controlar los medios eslovenos», Mladina indicaba que la nota diplomática mostraba lo seria que era la situación y que la influencia invasora de los intolerantes húngaros no era solo un problema para Eslovenia sino para toda Europa.
«Un país que se atreve a pedir al Gobierno de otro país que actúe en contra de periodistas significa una amenaza seria a la seguridad de toda la región», escribieron los editores.
Las investigaciones periodísticas en Eslovenia y Macedonia del Norte han demostrado que el régimen de Orbán ha intentado interferir en la política nacional y en las elecciones de estos dos países con apoyo a las fuerzas de extrema derecha. Figuras empresariales con vínculos demostrados con el Gobierno húngaro han dado respaldo financiero a los medios de comunicación conservadores en Eslovenia y a los medios cuyos propietarios son, parcialmente, los partidos de extrema derecha de ambos países. Y en Macedonia del Norte, Hungría ayudó a escapar del castigo penal al exprimer ministro Nikola Gruevski después de ser condenado por corrupción. Después de que diplomáticos húngaros lo ayudaron a atravesar otros tres países balcánicos, a Gruevski se le concedió asilo político en Hungría.
En un artículo de opinión titulado «La soberanía de Eslovenia en peligro», Grega Repovž, editor de Mladina, escribió:
Pismo je bilo še en kamenček v mozaiku, ki tako jasno kaže, s kakšno politiko imamo opravka v sosednji državi in kaj se je zgodilo v državi Evropske unije, ki naj bi bila nekakšna zveza demokratičnosti. In pismo je bilo še en dokaz, kakšna sramota je, da Evropska ljudska stranka ni zbrala moči, da bi izključila Fidezs Victorja Orbána iz svojih vrst – o čemer je govorila naslovna tema, ki je razburila madžarsko politiko.
La carta [del embajador] es solo otra baldosa en el mosaico que muestra la clase de políticos con los que tenemos que lidiar en el país vecino [de Hungría] y cuál es la situación de este país miembro de la Unión Europea, que alguna vez fue la unión de la democracia. La carta solo es otra prueba de que, por vergüenza, el PPE no reunió la fuerza para expulsar al Fidesz de Viktor Orbán de sus filas, tema del titular que disgustó a los políticos húngaros.
Un legado de 99 años de desafío
Después de su lanzamiento en 1920 como publicación de la Sección Juvenil del Partido Comunista de Yugoslavia en Eslovenia, Mladina (que significa «juventud») construyó su reputación de decir la verdad al poder. La revista fue prohibida en la dictadura del Reino de Yugoslavia, pero resurgió en 1943 como parte de la resistencia antifascista.
Durante la década de 1980, se convirtió en el periódico disidente más importante en la Yugoslavia socialista, retó al sistema, al culto a la personalidad del líder yugoslavo, Josip Broz Tito, y también al todopoderoso Ejército Yugoslavo Popular. En 1988, el Ejército llevó a juicio a cuatro trabajadores de Mladina por presuntamente filtrar documentos secretos. Esto no supuso la derrota de la revista. El juicio se convirtió en el centro de atención de la resistencia eslovena para reclamar, incitar protestas masivas e impulsar la independencia y pedir la democracia.
Después de que Eslovenia hubiera declarado la independencia, Mladina sobrevivió a la transición a la democracia y continúa pidiendo responsabilidad a la élite política. Por ejemplo, han escudriñado meticulosamente el trabajo de su antiguo reportero Janez Janša (uno de los cuatro condenados en el famoso juicio), que empezó a dedicarse a la política en 1989. Fue nombrado ministro de Defensa de Eslovenia en 1990 y primer ministro dos veces (2004-2008, 2012-2013). Hoy es el líder del Partido Democrático Esloveno, integrante del Partido Popular Europeo y cercano aliado del Fidesz de Orbán. Por eso formaba parte de la controvertida portada.
Los comentaristas de la antigua región de Yugoslavia se sorprendieron por la falta de conocimiento del Gobierno húngaro sobre la reputación de Mladina, lo que explicaría que no hayan podido prever el contragolpe. El portal de noticias croata Express indicó que «ni Tito pudo pararlos y ahora Orbán está cargando en su contra».
Los medios en Hungría también escribieron sobre el escándalo, lo que promocionó todavía más la caricatura. Hvg.hu escribió que Orbán fue «representado como un nazi» rodeado de «líderes locales de extrema derecha» en Eslovenia . El semanario Magyar Narancs escribió que la «hungarización de la bandera eslovena en la caricatura es un aviso de que el peligro real para Eslovenia es la Orbanización».
Las muchas reacciones al escándalo de los medios extranjeros también se alineaban con la exigencia de libertad de expresión:
Na Mladinin FB že cel dan pišejo Madžari, ki se bodisi opravičujejo za Orbana, bodisi prosijo za «zloglasno» 12. številko Mladine ali pa predlagajo prodajo majic z njenim motivom.
— Staš Zgonik (@SZgonik) April 5, 2019
Los húngaros han estado escribiendo en la página de Facebook de Mladina todo el día, o bien se disculpan por Orbán, solicitan la compra «de la infame» edición número 12 o proponen vender camisetas con la imagen.