Polémica por acciones tras bombardeos de Pascua en Sri Lanka: ¿Redes sociales ayudan o causan más daño?

El hotel The Kingsbury, en Colombo, Sri Lanka, uno de los lugares donde se produjeron los bombardeos el 21 de abril. Foto de AKS.9955, a través de Wikimedia Commons.

Mientras se desarrollaba la tragedia de los ataques a iglesias y hoteles el domingo de Pascua, el Gobierno de Sri Lanka tomó la medida inusual de bloquear de manera preventiva los sitios de distintas redes sociales.

El gabinete presidencial anunció el bloqueo de Facebook e Instagram con el argumento de que podrían usarse para difundir información falsa. Netblocks, grupo de investigación de censura en internet, informó que existen pruebas de que WhatsApp, YouTube, Viber, Snapchat y Messenger también dejaron de funcionar.

Bloqueos como estos son una clara violación a los derechos internacionales de libre expresión y acceso a la información. La protección de estos derechos es de especial importancia en situaciones de emergencia, donde las personas pueden tener la necesidad de pedir ayuda o comunicarse con sus familias o amigos para garantizar su seguridad. Pero mientras los Gobiernos usan cada vez más la táctica de cortar internet para controlar la expresión en línea, los cortes preventivos son muy poco frecuentes. Por ejemplo, Bangladesh justificó un bloqueo de Facebook, Viber y WhatsApp en 2016 como medida de seguridad pública.

Por desgracia, no resulta del todo sorprendente que el Gobierno de Sri Lanka haya elegido este camino, ya que la larga historia de violencia entre comunidades de Sri Lanka se ha reproducido repetidas veces en las redes sociales. En marzo de 2018, el Gobierno bloqueó Facebook, WhatsApp y Viber en un intento por reprimir la violencia sectaria luego de los enfrentamientos entre musulmanes y budistas en la ciudad de Kandy que resultaron en el incendio de una mezquita y ataques a propietarios de negocios musulmanes.

En el momento, Nalaka Gunawaredene, periodista del medio de comunicación ciudadano Groundviewssostuvo que estas prohibiciones fueron contraproducentes e inefectivas, ya que privaron a muchas personas de importantes recursos de información mientras que los expertos en tecnología o usuarios con alto poder adquisitivo simplemente cambiaron a redes privadas virtuales para eludir los bloqueos. Estudios independientes realizados por el investigador y novelista Yudhanjaya Wijeratne y Ray Serrato encontraron que muchas personas instalaron redes privadas virtuales para eludir los bloqueos y que los cortes perjudicaron a los negocios que dependían de las plataformas de redes sociales.

Estos análisis no han impedido que el Gobierno de Sri Lanka repitiera y expandiera la aplicación de bloqueos, esta vez con la aparente intención de impedir la circulación de información falsa o errónea y rumores que se esperaba, y evitar que la gente organizara represalias.

Wijeratne informó a través de Twitter que ha visto que son más las personas que están preparadas para eludir los bloqueos.

Las cronologías son muy diferentes, como los incidentes de bloqueo de respuesta. Más naturaleza de información equivocada. Estos asuntos entre otros son importantes cuando evalúan más efectividad rigurosa de bloqueo ahora contra bloqueo entonces. Pero los puntos generales son completamente válidos y se mantienen.
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Solo una observación general: en este momento, la gente parece mucho más preparada para eludir el bloqueo. Es claro que los ciudadanos aprendieron de la experiencia de marzo, y no así el Gobierno.

Otros aún recurren a las redes sociales para informarse y estar en contacto con sus comunidades.

¡Respeto?, esrilanqueses??!
Solidaridad masiva, ¡podemos estar orgullosos!
Los donantes de sangre desbordan los centros, un gran número de personas está donando sangre en hospitales a partir del pedido del Gobierno.

A pesar de que actualmente está bloqueado en Sri Lanka, Facebook lanzó su herramienta de respuesta ante emergencias para comunicar noticias y ayudar a los usuarios a informar y estar en contacto con sus comunidades.

Reacciones encontradas frente a la censura precipitada

La decisión del Gobierno de cerrar las redes sociales ha generado frustración porque estos bloqueos, por lo general, no son efectivos y privan a los usuarios de canales de comunicación esenciales en momentos de necesidad.

Pero otras personas han expresado su apoyo a la medida. The Guardian citó a un habitante de Colombo que dijo que «si no se cerraban las redes sociales, se habrían organizado ataques coordinados y motines contra musulmanes».

La respuesta en Sri Lanka, del Gobierno y de muchos habitantes, deja ver una ambivalencia colectiva sobre si estas plataformas pueden crear un efecto de red positivo en una situación de emergencia.

Esta narrativa es muy diferente de la que parecía predominar hace solo unos años, cuando se alababa a las redes sociales como poderosos medios para coordinar asistencia en tiempos de crisis. La herramienta de respuesta ante emergencias de Facebook se ha vuelto tema de controversia cuando no se puso a disposición de los habitantes de ciudades como Beirut tras los bombardeos de 2015.

Pero hoy en día, hay una clara y profunda incertidumbre respecto a la capacidad de la empresa de garantizar la seguridad de los usuarios vulnerables en una situación de crisis. Los discursos de odio y la desinformación parecen ser factores clave de este cambio. En años recientes, expertos y defensores de los medios digitales de Sri Lanka imploraban a las empresas de redes sociales que encontraran la manera de contener los discursos de odio, el acoso y la desinformación, sin mucho éxito.

En el informe Prospera lo digital: Medios sociales y violencia en Sri Lanka de 2018, Sanjana Hattotuwa explica que ni Facebook ni otras redes sociales ni el Gobierno de Sri Lanka lograron detener la proliferación de discursos de odio y desinformación sobre la violencia en 2018. Hattotuwa se centra en Facebook, ya que es la plataforma preferida para la comunicación en cingalés. Señala que si bien las «redes sociales no son una fuente de conflictos violentos», proveen un «canal para incitar al odio y la violencia de masas».

La respuesta de Facebook a los sucesos del domingo de Pascua en Sri Lanka ha sido silenciada de manera notable. La empresa puso la atención en la asistencia de los primeros intervinientes y el orden público, y simplemente afirmó que estaban al «tanto de las declaraciones del Gobierno respecto al bloqueo temporal de las plataformas de redes sociales» y que se comprometían a ayudar.

Así como una vez pudimos ver el bloqueo de redes sociales en tiempos de crisis como una feroz medida de censura, ahora podemos ver que un público cada vez mayor apoya los bloqueos si las empresas de redes sociales no logran controlar las amenazas y la circulación de información errónea en sus plataformas.

En este momento de horror y tristeza en Sri Lanka, el destino de las plataformas y su uso puede ser un tema menor. Pero la rápida decisión de bloquear el acceso a las redes sociales sugiere que, para el Gobierno de Sri Lanka, las plataformas pueden hacer que una situación mala empeore. Las empresas deberían tomar los próximos días y semanas para reflexionar dónde se han equivocado.

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