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Mujeres malgaches denuncian medida sexista que supuestamente impide agresiones sexuales

Categorías: África Subsahariana, Madagascar, Activismo digital, Derecho, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Mujer y género, Protesta
[1]

Captura de pantalla del reportaje de TV5 Monde sobre el movimiento «Mi Falda, Mi Derecho» en Madagascar.

Manpihena ny finan-dratsin'ireo lehilahy tia setrasetra ny fitaty tsotra sy maontina entin'ny ankizivavy. koa adidin'ny ny ray aman-dreny ny manoro sy manitsy ny zanany hanalavitra ny fitaty maneho fihantsiana sy mampitanjaka

Las prendas conservadoras que llevan las chicas disminuyen las necesidades diabólicas de los hombres, a quienes les gusta violentarlas. Es entonces deber de los padres llevar a sus hijas por el camino recto para alejarlas de prendas que llaman la atención.

Por causa de estas frases desacertadas, publicadas en la página de Facebook [2] del Ministerio de Educación Nacional (ya eliminadas), el Gobierno malgache pidió a las mujeres abstenerse de usar ropas ligeras para evitar agresiones sexuales. Para denunciar esta orden sexista, que culpa al modo de vestir de las mujeres y no al comportamiento agresivo de los agresores, muchas malgaches publicaron en redes sociales fotos en falda o en vestido, acompañadas de la etiqueta #MaJupeMonDroit [3] [Mi falda, mi derecho]. En una lógica social, cuyo objetivo parece ser no dejar que las violen en lugar de educar para no agredir sexualmente a las mujeres, el Ministerio de Educación malgache recomendó a las mujeres evitar los atuendos ligeros para que no las agredan. A continuación, la foto de esta publicación en Facebook en malgache, antes de que la eliminaran:

[3]

Captura de pantalla de la publicación en Facebook del Ministerio de Educación Nacional el 11 de abril, que invita a las mujeres a evitar el uso de atuendos ligeros.

El movimiento se extendió rápidamente en Madagascar a través de internet. El movimiento fue creado en las redes sociales por la ONG malgache Nifin’Akanga [4], que lucha por la despenalización del aborto, y enseguida recibió el apoyo de gran cantidad de activistas de Madagascar y de malgaches que viven fuera del país. El 11 de abril, día de la publicación del mensaje del ministerio en Facebook, la ONG reaccionó inmediatamente [5] en la misma plataforma, e invitó a los internautas malgaches a participar para denunciar esta medida:

/// Jupe challenge/// ? PARTAGEZ !!
Prenez un selfie dans la tenue qui vous plaît: jupe, robe, etc. ?
Mettez le
majupemondroit [6]
Ma jupe, mon droit…
Sa braguette, son problème avec la loi.
Mon corps, mon droit
Mon utérus…pas ta décision !

/// Desafío falda /// ? ¡¡COMPARTAN!!
Tómate una foto con la ropa que quieras: falda, vestido, etc. ?
Usa la etiqueta #MaJupeMonDroit [Mi falda, mi derecho]
Mi falda, mi derecho…
Su bragueta, su problema ante la ley.
Mi cuerpo, mi derecho
Mi útero… ¡no es tu decisión!

Numerosos activistas usaron también la etiqueta internacional que denuncia la cultura de la violación: #StopRapeCulture [7] [Alto a la cultura de violación].

Soa Anina, editora radicada en Antananarivo, capital de Madagascar, presenta en su blog personal [8] 30 respuestas a 30 prejuicios sobre la temática del movimiento. A continuación algunas respuestas:

Non, les « besoins sexuels des individus malfaisants » ne diminueront pas de cette manière, et certainement pas, s’ils reçoivent un soutien ministériel qui déplace le problème en accusant la victime, plutôt que le coupable. Non, ce n’est pas aux filles de gérer le comportement des hommes et des garçons : c’est aux hommes d’apprendre à se comporter honorablement, en toutes circonstances, et aux parents d’élever leurs garçons pour en faire des hommes. (..)  La vérité, c’est qu’aucun habit ne vous protège. Ce n’est pas le vêtement : le pervers réalise le crime, non parce qu’il est attiré par « le plaisir sexuel », mais parce qu’il tire son plaisir du rapport de pouvoir, de contrôle et de domination, sans aucun lien avec  le vêtement jugé « trop sexy ». Le mot malgache « fanolanana » décrit le viol avec exactitude : tordre jusqu’à ce que la résistance s’étiole.

No, las «necesidades sexuales de los individuos malvados» no disminuirán así, y claramente no ocurrirá si reciben un apoyo ministerial que desplaza el problema, que acusa a la víctima en lugar de al culpable. No, no son las chicas quienes tienen que manejar el comportamiento de los hombres y de los chicos: son los hombres quienes tienen que aprender a comportarse de forma honorable y en cualquier circunstancia, y son los padres quienes tienen que educar a sus hijos para hacerlos hombres. […] La verdad es que ningún vestido las protege. No es el atuendo: el depravado comete el delito no porque se sienta atraído por el «placer sexual», sino porque obtiene su placer de la relación de poder, del control y la dominación, y no está relacionado con el atuendo que se juzga como «demasiado sexy». La palabra malgache «fanolanana» describe la violación con exactitud: retorcer hasta que la resistencia se debilite.

De inmediato, se retomaron las protestas, que fueron ampliadas por los diarios nacionales y otras publicaciones en línea. Nasolo Valiavo Andriamiahaja, editor del diario L'Express de Madagascar, asocia todas las restricciones a la forma de vestir con un retroceso de los derechos de la mujer [9] y se basa en una anécdota del rey de Marruecos en una estadía en Madagascar:

En 1956, raconte l’écrivain marocain Tahar ben Jelloun, le roi du Maroc Mohammed V à son retour d’Antsirabe où l’administration coloniale française l’avait envoyé en exil, n’avait pas hésité à montrer ses filles sans voile. «Entre la fin des années cinquante et le début des années quatre-vingt, les Marocaines avaient dans leur majorité abandonné le port du voile. Elles portaient la djellaba et gardaient la tête non couverte. C’est avec la révolution iranienne et les discours démagogiques de Khomeyni que le voile a refait son apparition» («Maroc : voilés, dévoilées, les femmes sèment le trouble», taharbenjelloun.org)

Cuenta el escritor marroquí Tahar ben Jelloun que en 1956, el rey de Marruecos, Mohammed V, al regresar de la ciudad malgache de Antsirabe, adonde la administración colonial francesa lo había enviado al exilio, no vaciló en mostrar a sus hijas sin velo. «Entre finales de la década de 1950 e inicios de la década de 1980, las marroquíes habían abandonado el uso del velo en su mayoría. Llevaban la chilaba [10] e iban con la cabeza descubierta. Fue con la revolución iraní y los discursos demagógicos de Jomeini [11] que el velo apareció nuevamente» («Marruecos: con velo, sin velo, las mujeres siembran problemas [12]«, taharbenjelloun.org)

Luego de esta protesta generalizada, el Ministerio de Educación Nacional hizo una rectificación digna y se disculpó a través de un comunicado oficial [13], lo que puso fin a la polémica:

[14]

Comunicado oficial del ministerio publicado en Facebook para explicar el retiro de la medida contra el acoso sexual.

Sin embargo, para muchos activistas y periodistas, como Mbolatiana Raveloarimisa, que vive en Antananarivo, el combate no termina aún [15]:

Nombreux sont les commentaires qui, au lieu de soutenir l’indignation, cherchent encore à culpabiliser les femmes.  Le malheureux Ministère de l’éducation n’est qu’un élément déclencheur qui nous a fait découvrir une réalité toute autre. Dans la société Malgache, la violence faite aux femmes n’est que le bout d’un iceberg immense. L’administration toute entière n’est que la cristallisation d’un mutisme général.

Son muchos los comentarios que, en lugar de apoyar la indignación, buscan culpabilizar a las mujeres. El desacertado Ministerio de Educación no fue más que un elemento detonante que nos hizo descubrir una realidad completamente diferente. En la sociedad malgache, la violencia hacia las mujeres es solo la punta de un iceberg inmenso. Toda la administración no es más que la cristalización de un silencio general.