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¿Muy grande para ser anónimo? Periodista ruso desenmascara a popular bloguero contrario al Kremlin y suscita debate ético

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Activismo digital, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, RuNet Echo, GV Advox

Al escribir el original este artículo, el blog de StalinGulag en Telegram tenía 355 000 suscriptores. En una acción sin precedentes, el creador de Telegram, Pavel Durov, llegó a dar a StalinGulag un distintivo de verificación, algo de lo que muy pocos blogs selectos de Telegram presumen. Foto de Runet Echo.

StalinGulag es un bloguero político ruso inmensamente popular. Tiene más de un millón de seguidores en Twitter [1], y 347 000 suscriptores a su canal. Esto lo coloca entre los cinco blogueros más seguidos de Telegram, plataforma esencial para los rusos políticamente activos.

Sus críticas agrias y llenas de groserías al sistema político ruso generan miles de «me gusta» y retuits. Este es uno de sus comentarios típicos:

Mientras Kim Jong Un visita Vladivostok, se han dado cinco días de vacaciones a 23 000 estudiantes de la Universidad Federal del Lejano Oriente. ¿Imaginan Harvard cerrado por la visita de un dictador gordito? Porque en algunos sitios las personas son ciudadanas, y en otros, solo ganado.

Hasta hace poco, la identidad de StalinGulag era un misterio. Pero en julio de 2018, el medio de noticias económicas RBC, conocido por sus investigaciones y revelaciones [3] sobre la infame «fábrica de troles» de San Petersburgo, utilizó métodos de inteligencia de código abierto para rastrear la verdadera identidad de StalinGulag hasta un joven de 26 años, Alexander Gorbunov, comerciante en línea de Majachkalá, la capital de la república caucásica de Daguestán.

Cuando la investigación de RBC salió a la luz, StalinGulag tildó [4] el reportaje de «conjetura basada en rumores», y atacó a los periodistas por «culpar a una persona inocente de algo que no ha hecho».

No hubo más comprobaciones ni seguimientos de la historia de RBC, pero siguieron surgiendo teorías sobre los auténticos propietarios de StalinGulag y sus motivaciones.

Algunos se preguntaron si había una persona real tras la cuenta. Otros sugirieron que estaba administrada por un grupo de personas. Un exoficial de los servicios especiales ucranianos llegó a afirmar [5] que el blog StalinGulag estaba secretamente controlado por la SBU, principal agencia de inteligencia de Ucrania, sucesora de la KGB.

Las cosas tomaron un giro dramático en abril de 2019, cuando StalinGulag anunció [6] en su blog que la policía estaba registrando la casa de los ancianos padres de Alexander Gorbunov, con el pretexto de que su número de teléfono se había utilizado para un acto de «terrorismo telefónico». El autor de StalinGulag siguió distanciándose de Alexander Gorbunov, al tiempo que le ofrecía su apoyo e incluso promovía un canal aparte llamado «Sanya [apelativo de Alexander] de Daguestán».

Entonces, el 30 de abril, el medio de investigación Baza entrevistó [7] a la madre de Gorbunov, que confirmó que su hijo era la misma persona que gestionaba los blogs de StalinGulag, con lo que corroboró el reportaje original de RBC, y quedó confirmada la verdadera identidad de StalinGulag.

Resutló que StalinGulag ciertamente es Alexander Gorbunov, actualmente de 27 años que vive en Moscú, aunque nació en Majachkalá. Gorbunov está confinado a una silla de ruedas pues sufre una enfermedad crónica, de rápido progreso, conocida como síndrome de Werdnig-Hoffman, la forma más severa de atrofia muscular espinal.

Cuando quedó claro que era inútil seguir negando los hechos, el propio Gorbunov acabó por reconocerlo en una entrevista exclusiva con BBC Rusia [8]. Curiosamente, es el mismo medio donde trabaja actualmente Andrey Zakharov como reportero de investigación, periodista que expuso la identidad de StalinGulag.

Así describió BBC Rusia la primera aparición pública de uno de los blogueros políticos anónimos más buscados del país:

For someone whose pithy tweets frequently contain expletives and slang, Gorbunov in real life comes across as articulate, educated and thoughtful.

He arrives at the BBC office smartly dressed in a black polo-neck and tweed jacket. He speaks softly and with the quiet confidence of someone who is used to being listened to.

Para alguien cuyos escuetos tuits contienen con frecuencia groserías y jergas, el Gorbunov de la vida real es una persona elocuente, culta y respetuosa.

Llega a la oficina de la BBC elegantemente vestido con una camiseta de cuello cisne negro y una chaqueta de tela de lana. Habla con suavidad y con la callada confianza de quien está acostumbrado a que lo escuchen.

En la entrevista, Gorbunov habló de las dificultades de crecer con una discapacidad en uno de los lugares menos adaptados a sillas de ruedas de Rusia. Expresó su deseo de procurarse los mejores cuidados, y habló de sus incursiones en los negocios en línea, de vender suplementos dietéticos a sus sueños de poner en marcha su propio fondo de inversión. Según contó, estas ambiciones quedaron pulverizadas cuando se reveló la identidad real de StalinGulag en 2018 y sus socios potenciales retiraron sus ofertas por miedo a las repercusiones políticas.

Cabe preguntarse por qué eligió este nombre en particular. Su intención ─explicó─ fue trolear a los fans de Stalin, que se sentirían atraídos por el nombre familiar y el avatar de Joseph Stalin fumando en pipa, que esperaban leer alabanzas del dictador, pero que encontrarían algo radicalmente distinto.

La entrevista en BBC Rusia provocó una oleada de mensajes de solidaridad. Incluso quienes no aprecian el mensaje crudo y populista de StalinGulag aplaudieron su fortaleza de espíritu y su voluntad de vivir a pesar de su severa discapacidad física.

Después de todo, Stalingulag es un tipo genial. Si la vida me echara tanta mierda, no estoy seguro de tener fuerzas ni para respirar. Y él está haciendo algo, sigue adelante. Un respeto enorme, digo.

La primera entrevista con Alexander Gorbunov, autor del canal de telegrama de Stalingulag. Acá el video.
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Este hombre es un maldito héroe.

Muchos hablarían mal de StalinGulag por la porquería que ha estado repartiendo por ahí (y con toda la razón, porque a veces sus escritos son atrozmente malos), pero hoy ha resultado ser una persona fuerte e independiente que se gana la vida con algo que no tiene nada que ver [con su blog], y tiene una vida plena. Así que esas cosas pasan, sí.

El caso también provocó acalorados debates en la comunidad de medios rusa sobre la justificación de desenmascarar a los blogueros anónimos en un ambiente en el que cualquier crítico al Gobierno puede acabar como víctima de persecución y acoso.

Roman Volobuyev, experiodista y actual director de cine, escribió [13] en su página de Facebook a los editores de RBC, el medio que expuso la identidad de StalinGulag:

В чем ценность этих неполных анкетных данных фигуранта для общества? В чем та большая польза, которая перебивает приход ментов к маме, слежку и прочие радости, которые ему в итоге прилетели? Какое «информированное решение» общество не могло принять, не зная что человека зовут Саша? (Это даже если прекраснодушно предположить, что общество у нас способно на какие-то решения, а не просто жрет информацию и забывает о ней через день)

¿Cuál es el valor social de publicar estos detalles biográficos incompletos?¿Dónde está el bien público que compensa la visita de la policía a su madre, la vigilancia y los demás «adicionales» que le han caído encima? ¿Qué «decisión informada» se impedía tomar a la sociedad cuando no se sabía que el nombre del bloguero era Sasha? (aún asumiendo ingenuamente que nuestra sociedad puede actuar según la información que tiene, en lugar de limitarse a consumirla pasivamente y olvidarla al día siguiente).

Valery Igumenov, que era editor del RBC cuando se publicó la primera investigación sobre StalinGulag en 2018, respondió a Volobuyev con un comentario que dejó perplejos a muchos:

нам было интересно, кто это пишет, зачем и почему. самый популярный политический телеграм-канал, 300 тыс человек в среднем читает пост, и никто не знает, кто это. вопрос, который люди задавали друг другу все время. почему надо об этом рассказать? автор каждый день транслирует в мозг другим людям безусловно идеологически заряженные послания – вокруг пиздец, все плохо, все еще хуже, жить невозможно, головы не поднять, ложись и помирай. при этом сам человек находит силы как-то жить, зарабатывать деньги, интересоваться чем-то еще, кроме этого пиздеца, но на других вываливает только отчаяние и желчь, без просвета, без вариантов, без выхода. я не считаю, что такой человек имеет право на анонимность, потому что он просто умножает беспомощность и депрессию, оставаясь где-то там в тени за кадром.

Nos interesaba quién escribía eso y por qué. El canal más popular de Telegram, 300 000 visitas en cada comentario y nadie sabía quién era. Es una pregunta que la gente se hacía sin parar. ¿Por qué hablar al respecto? Un día tras otro, el autor envía esos mensajes, con una indudable carga ideológica, que entran en la mente de la gente: todo se va a la mierda, todo va mal y seguro que va a ir peor, la vida es imposible, ni siquiera puedes llevar la cabeza alta, solo tumbarte y morir. Mientras tanto, el propio autor, de alguna manera, encuentra la voluntad de vivir, de ganar dinero, de tener otros intereses fuera de este eterno torrente de miseria y desolación, pero sigue cargando a los demás de desesperación y bilis, sin esperanza, sin opciones, sin una salida a la vista. No creo que una persona como esa merezca el derecho al anonimato, porque no hace más que multiplicar la impotencia y la desesperación mientras se mantiene fuera de la vista.

Valery Igumenov argumentó que había un interés público en conocer a la persona que estaba tras un blog político tan tremendamente popular, aunque al final, no resultó ser obra de un siniestro equipo de profesionales inmersos en una guerra de información, contrariamente a lo que en un principio creía el reportero que lo investigó.

Puesto que la RBC es una publicación de negocios, los que estaban de acuerdo con Igumenov afirmaban que merecía la pena explorar el imperio mediático montado por un solo hombre que había generado a su propietario considerables beneficios en publicidad. StalinGulag también ofrecía comentarios patrocinados por precios de hasta 150 000 rublos, unos 2300 dólares.

No obstante, muchos colegas de Igumenov y miembros del público mostraron su disgusto con la idea de que se le negara el anonimato a una persona porque sus escritos fueran demasiado «deprimentes». Por la red comenzaron a circular capturas de los comentarios de Igumenov, y muchos profesionales de medios condenaron la falta de juicio que, en su opinión, llevó a poner en peligro a una persona vulnerable porque al editor no le gustaba su estilo.

Liusia Shteyn, política de la oposición y concejala del ayuntamiento de Moscú, escribió [14]:

Не люблю стиль недовольного постинга скринов комментариев, но не сдержалась! Это бывший главред РБК так обосновывает деанон Сталингулага прошлым летом. Не транслируйте в мир свою фрустрацию, а то справедливые журналисты решат, что вы не имеете права на анонимность, и к вашей маме придут с обысками

¡No me gusta el estilo de los escritos indignados sobre las capturas de pantallas de ciertos comentarios, pero no he podido resistirme! Así es como el exeditor de RBC justifica haber revelado la identidad de StalinGulag el pasado julio de 2018. ¡No transmitas tu frustración al mundo, no sea que un periodista justiciero decida que no mereces ser anónimo, y la policía acabe irrumpiendo en casa de tu madre!

Pero otros opinaron que, aparte de los peculiares argumentos emotivos de Igumenov, la investigación de RBC sobre la identidad de StalinGulag seguía teniendo valor periodístico.

Entre estos debates, algunos leales al Gobierno encontraron aspectos rescatables en la historia:

Después de todo, es irónico que un bloguero opositor como StalinGulag demuestre con su ejemplo personal que Rusia es una tierra de oportunidades, donde un discapacitado puede ganarse bien la vida con su propia inteligencia, aventurarse en política y llevar una vida plena en la ciudad más cara del país.

Los debates sobre si la identificación de StalinGulag sirvió al interés público siguen activos, pero ya está claro que este será un caso de referencia en la historia de los medios independientes rusos.