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Recepción mixta al plan de Trinidad y Tobago para regularizar situación de migrantes venezolanos

Categorías: Caribe, Trinidad y Tobago, Venezuela, Medios ciudadanos, Migración e inmigración, Mujer y género, Política, Refugiados, Relaciones internacionales, Respuesta humanitaria
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El pueblo costero Cedros es el más cercano al punto de entrada legal de los venezolanos a Trinidad y Tobago. Imagen de Grueslayer @Wikipedia Commons, CC BY-SA 4.0.

Mientras Venezuela sigue lidiando con la crisis política [2] y socieconómica, las islas Trinidad y Tobago también luchan con las formas de afrontar [3] el consecuente influjo de migrantes venezolanos.

Trinidad se encuentra justo al norte [4] de Venezuela y el punto más cercano [5] entre ambos territorios representa una distancia de tan solo 14 km (8,7 millas), por lo que para los venezolanos que huyen del sufrimiento y la violencia [6] es uno de los destinos más elegidos. Algunos llegan furtivamente, otros ingresan a través de puertos oficiales de entrada. Los informes estimativos sugieren [7] que el país ya ha dado asilo a una cifra que asciende a los 60 000 migrantes, y este número sigue en aumento. Además de ser cada vez más visible, la población venezolana local se hace escuchar y es políticamente activa, tal como se pudo ver con las últimas marchas [8] que se llevaron a cabo en la capital de Trinidad en apoyo al llamado por parte del líder de la oposición Juan Guaidó a los militares el último 30 de abril.

Hace un año, en abril de 2018, Trinidad y Tobago recibió criticas [9] del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) por la deportación forzada de 82 venezolanos que solicitaban asilo. En un comunicado [10] dirigido al ACNUR, el Gobierno declaró que a pesar de haber aceptado la Convención para refugiados de 1951 [11], y de haber firmado tanto el Convenio de Naciones Unidas contra la delincuencia organizada transnacional [12] como el Convenio sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y de sus familiares [13], la falta de leyes «ha dificultado la aplicación de principios de protección adecuados para los refugiados y quienes solicitan asilo».

Nueva política de registro

En la actualidad, la nación caribeña tiene el afán de rectificar la situación mediante la aprobación en abril por parte del Gobierno de una política de registro [14] para los refugiados venezolanos que les permitiría buscar empleo y también la posibilidad de una amnistía [15] para los migrantes indocumentados. La oposición sostiene [16] que el plan no está bien planteado, pero la Cámara de Industria y Comercio de Trinidad y Tobago destacó que de esta forma «se habilita un mecanismo para registrar y realizar un seguimiento de la decena de miles de migrantes» y «les otorga cierto nivel de dignidad al asegurarse de que sean reconocidos legalmente para así evitar que sean explotados».

Existe evidencia [17] de que los migrantes venezolanos y, en especial las mujeres, han sido víctimas de explotación, aunque lo que preocupa a los ciudadanos de Trinidad y Tobago son los delitos violentos, un problema que la nación ya se ha estado enfrentando. El 4 de abril de  2019, un venezolano recibió un disparo y murió [18] fuera del edificio del ACNUR ubicado en Puerto España, a las afueras de la capital. Una semana después, el 11 de abril, hubo otra víctima fatal como resultado de un disparo [19] de un venezolano, en esta ocasión cerca de un lugar de compras muy concurrido en la hora pico de la tarde.

Los incidentes de esta índole, las historias en las redes sociales [20] de que los venezolanos producen cédulas de identificación nacionales falsas de Trinidad y Tobago (historias cuya autenticidad fue refutada [21] por la Comisión de Elecciones y Fronteras del país) y advertencias [22] de que la llegada de delincuentes venezolanos tendrá como resultado un incremento pronunciado en las tasas delictivas locales han impulsado a Stuart Young, ministro de Seguridad Nacional, a aclarar [23] que la medida de registro no es «un comodín para permitir que los criminales salgan de la cárcel».

Un incidente que tuvo lugar a finales de abril puso destacó el amplio espectro de actitudes locales hacia los migrantes venezolanos. El 25 de abril de 2019, más de 30 venezolanos migrantes perecieron [24] en el mar picado luego de que su embarcación volcara [25] a casi cinco kilómetros de la costa venezolana. Los canales de redes sociales se llenaron de comentarios [26], algunos en solidaridad con el padecimiento de los migrantes, pero muchos otros que celebraban el hecho de que estas personas no lograron llegar a Trinidad.

David Abdulah, líder del partido político Movimiento por la Justicia Social, se cuidó de [27]no insinuar que el acuerdo de amnistía había contribuido a la tragedia. No obstante, sostuvo que la política «no fue presentada de forma correcta».

En una publicación en Facebook que recibió cientos de «Me gusta» y fue muy difundida, la usuaria Tillah Willah no pudo evitar señalar [28] lo irónico de que los ciudadanos de un país que se erigió sobre la esclavitud y la servidumbre se burle de un desastre como este:

What does it say for the education we receive, that the descendants of those who arrived here on boats can now watch and laugh at those who are drowning. What does it say for the unclaimed bones of the ones we lost in the many tragic terrible crossings, that we haven't the shame to weep or silently give thanks that we made it across unscathed.
I wish the Kala Pani [«Black Water», referring to a past prohibition of crossing of the ocean] could rise up and wash away this vicious nastiness we now possess.
I wish Olokun [An Orisha, considered the ruler of all bodies of water] would fling those unclaimed bones in our faces.

¿Qué dice de la educación que recibimos el hecho de que los descendientes de quienes llegaron aquí en barcos ahora puedan mirar y reírse de otros que se están ahogando? ¿Qué dice sobre los restos sin reclamar de quienes perdimos en tantas travesías espantosas y trágicas el hecho de que no tengamos la vergüenza de llorar o dar gracias en silencio de que logramos cruzar sin un rasguño?

Deseo que Kala Pani (el «Agua negra», en relación a una prohibición antigua a cruzar el océano) pudiera levantarse y llevarse esta fealdad atroz.

Deseo que Oloun (An Orisha, considerado el gobernante de todas las masas de agua) pudiera arrojarnos esos restos sin reclamar en nuestros rostros.