La siguiente publicación fue escrita originalmente por Kris Cheng y la publicó el diario Hong Kong Free Press (HKFP) el 12 de mayo de 2019. Global Voices vuelve a publicar la versión editada en virtud de un acuerdo para compartir contenido.
Antes del 30 aniversario de la masacre de Tiananmén, HKFP pidió a varios sobrevivientes de la represión que respondieran a una serie de preguntas sobre la tragedia y dieran sus opiniones sobre el futuro de China.
La masacre de 1989 puso fin a meses de protestas estudiantiles en China cuando el Ejército fue desplegado para reprimir a los manifestantes en Pekín. Se estima que cientos, quizás miles, de personas murieron.
Zhou Fengsuo era un estudiante de física de cuarto año en la Universidad de Tsinghua en 1989 que se convirtió en el líder estudiantil de la Unión de Estudiantes de la Universidad Autónoma de Pekín durante el movimiento. Ahora vive en Estados Unidos y HKFP habló con él por última vez en 2014 cuando visitó Hong Kong durante las protestas de la Revolución de los Paraguas. Zhou había trabajado anteriormente en el sector de las finanzas y actualmente es el presidente del grupo China Humanitaria.
HKFP: Cada vez es más difícil exigir responsabilidades por el 4 de junio. ¿Todavía tienen esperanzas?
Zhou Fengsuo: El Partido Comunista Chino debe asumir la responsabilidad, eso es lo más importante. Los responsable directos fueron, por supuesto, las familias de los exlíderes chinos Deng Xiaoping y Li Peng.
Tenemos nuestros puntos de vista sobre cómo buscar la responsabilidad –en mi opinión, si un gobierno democrático busca la responsabilidad, la riqueza de las dos familias debe confiscarse, incluyendo sus siguientes generaciones.
Buscar responsabilidad significa buscar justicia y el principio de esto consiste en buscar la verdad. Por ejemplo, ¿cómo decidieron cómo matar a la gente? ¿Por qué mataron a la gente? La verdad es importante para averiguar quién es el responsable.
Es un gran problema en China que quienes cometieron esos actos terribles no hayan asumido la culpa. Debemos dar ejemplo con los que cometieron tales actos terribles –independientemente de a dónde hayan ido– debemos buscar responsabilidad.
Tenemos pruebas que señalan claramente a las familias de Deng Xiaoping y Li Peng. Algunos han propuesto colocar dos estatuas arrodilladas en el Parque de la Estatua de la Libertad [en Estados Unidos] cerca del monumento del 4 de junio. Esto es lo que podemos hacer en el ámbito civil.
HKFP: ¿Hay alguna experiencia concreta que recuerde vívidamente después de marcharse de China?
Zhou Fengsuo: Estuve en prisión un año después de 1989. Estuve en el exilio en el condado de Yangyuan en la provincia de Hebei. Me fui de China a principios de 1995.
Luché por mi oportunidad para irme de China. Pasé por un proceso largo –conseguí una beca para estudiar física [en una universidad estadounidense] pero no un pasaporte. Protesté y marché y luché por mi pasaporte.
HKFP: Algunos activistas de 1989 todavía están en China. ¿Le preocupan sus condiciones? ¿Qué se puede hacer por ellos?
Zhou Fengsuo: China Humanitaria [un grupo cofundado por Zhou] ha estado ayudándolos, ofreciéndoles ayuda económica, recabando información sobre su situación y defendiéndoles. Por ejemplo, a las Madres de Tiananmén, a residentes [chinos] que estaban contra la represión y a estudiantes buscados. Hemos estado ayudándolos de muchas maneras.
Muchos sufren opresión por las protestas de 1989 y las subsiguientes conmemoraciones. Por ejemplo, los del caso de las botellas de alcohol del 89 y Zeng Guofan de la provincia de Jiangxi que fue arrestado en 2018 por conmemorar el 4 de junio –estas son algunas de las personas que nos preocupan.
Lo más importante es que necesitamos que más gente cuente sus historias. Las autoridades fueron bárbaras s en estos casos y no hay mucha gente en China dispuesta a hablar.
Otros ejemplos son el profesor Xu Zhangrun y Jiang Yangyong –necesitamos ocuparnos de ellos. Muchos han sacrificado su libertad. Liu Xianbin fue encarcelado durante más de 20 años en 1989. Tenemos que prestarles atención porque el Partido Comunista Chino espera que sean olvidados después de 30 años.
HKFP: Han pasado 30 años y muchos familiares y padres de las víctimas han muerto. ¿Se arrepiente de no haber podido visitar a su familia durante décadas?
Zhou Fengsuo: No me arrepiento de no haber podido ir a casa y visitar a mi familia. Lo he contado muchas veces –el Partido Comunista quería que volviera e hiciera una fortuna. Pero dije, si vuelvo, no visitaré a mi familia, no haré negocio. Hablaré sobre el 4 de junio toda mi vida en cualquier lugar y será mi prioridad cuando regrese a China.
El trabajo que hago en el extranjero continuará en China. No me gusta el sentimentalismo del tema de volver a casa. Es algo que el Partido Comunista Chino ha explotado. Quería hacer que volver a casa fuera algo sentimental –es inaceptable. Si vuelvo, haré todo lo posible para derrocar este régimen, lo he dicho muchas veces.
HKFP: Tras 30 años de grandes cambios, ¿dónde ve a China en el futuro? ¿Tiene alguna esperanza de que cambie para mejor políticamente?
Zhou Fengsuo: Tolerar la existencia del Partido Comunista Chino no solo es peligroso para la gente de Han en China, sino también para la gente del Tibet, Xinjiang, Hong Kong, Macau y el mundo entero.
Esta es la realidad a la que nos enfrentamos. Permitimos que este régimen –que mató a personas con tanques en 1989– continuara existiendo, Estados Unidos hizo negocio con eso. Fue –y es– la vergüenza de la comunidad internacional.
Nunca nos reconciliaremos, debemos resistir por completo.
HKFP: En relación con los recientes acontecimientos en China, dos son especialmente alarmantes: la represión de los abogados y el fenómeno de las confesiones forzadas. ¿Qué opina de estos hechos?
Zhou Fengsuo: No podemos ser optimistas respecto a la situación de China. La locura de Xi Jinping tiene su propio fundamento en la sociedad china, por ejemplo, la clase media finge ser ignorante y a la generación joven se le lava el cerebro.
Esto es muy aterrador para el futuro de un país y un gran desafío para el desarrollo de la paz mundial. La locura y la estupidez de Xi Jinping es una representación de este país. China tendrá que pagar un elevado precio en el futuro.
Creo que las fuerzas que presionan para conseguir un cambio dentro de China –de abajo hacia arriba o de arriba hacia abajo– apenas existían. Es probable que tengamos que obligar a China a cambiar a través de la confrontación entre países.
Sin embargo, nuestros principios no cambiarán, independientemente de si China cambia. Exigimos un régimen que respete la libertad, la dignidad y la vida. No importa lo mala que sea ahora la situación, persistiremos.