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Ataques contra musulmanes avivan tensiones e incitan temor entre esrilanqueses de luto

Categorías: Asia del Sur, Sri Lanka, Derecho, Derechos humanos, Desastres, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Medios ciudadanos, Política, Protesta, Últimas noticias
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Musulmanes en oración en Sri Lanka. Imagen de la fundación IHH Humanitarian Relief. CC BY-NC-ND 2.0.

El 12 de mayo de 2019, la violencia contra los musulmanes se esparció presuntamente por una publicación en Facebook de un comerciante musulmán en la ciudad costera de Chilaw [2] a 80 km de la capital de Sri Lanka, Colombo. Al cabo de horas, las turbas empezaron a atacar principalmente edificios y casas propiedad de musulmanes en otras ciudades de la provincia noroccidental. Al 13 de mayo, cerca de 500 casas, tiendas, mezquitas y otros centros religiosos quedaron con daños, una persona murió [3] y otras diez quedaron heridas. Las autoridades impusieron [4] un toque de queda en todo el país hasta la mañana del 14 de mayo, en medio de temores de que los ataques se expandieran.

Las autoridades también bloquearon temporalmente [5] varias redes de medios sociales y aplicaciones de mensajería, incluidas Facebook y WhatsApp, para controlar la situación.

La escala de la violencia contra los musulmanes en los últimos días es increíble. Como en episodios anterioes en el país, nada de esto es simplemente disturbios “orgánicos”.

Todo esto llega tras los atentados del 21 de abril de 2019 contra iglesias y hoteles durante las celebraciones de Pascua, en las que murieron 258 personas y sacudieron [9] al país. Cuando surgieron los detalles de los acontecimientos de Pascua [10], se identificó a grupos islámicos radicales locales como los atacantes y muchos autores murieron en los ataques suicidas. Muchos temieron [11] que la comunidad musulmana sería señalada como chivo expiatorio de las acciones terroristas, con los antecedentes [12] de centenaria violencia de la mayoría cingalesa contra las minorías tamil, musulmana y cristiana.

Publicación en Facebook presuntamente desencadenó los enfrentamientos

Tisaranee Gunasekara describe [13] en un artículo de Groundviews cómo empezó la reciente violencia:

The outburst of anti-Muslim violence began on 12th Sunday in Chilaw (the inciting incident seemingly was a Facebook post by a Muslim trader with deficient English and a cavalier attitude towards punctuation; it was translated into Sinhala by a Sinhalese whose knowledge of English was even poorer). Within hours, the violence spread to other parts of the North Western Province and to Gampaha district. Undeterred by the curfew or the presence of the security forces, the mobs attacked and burnt, as they did in Digana in 2018, Aluthgama in 2014 and nationally during Black July.

As of now, the worse of the violence seems over. Even so, this is only a reprieve. If the perpetrators of this week’s riots are not brought before the law, fast, a new outburst is bound to follow.

El estallido de violencia contra los musulmanes empezó el domingo 12 [de mayo] en Chilaw (el incidente que aparentemente lo desencadenó fue una publicación en Facebook de un comerciante musulmán con un inglés deficiente y actitud displicente hacia la puntuación. Fue traducida al cingalés por un cingalés cuyo conocimiento de inglés es aún más deficiente). Al cabo de horas, la violencia pasó a otras partes de la provincia noroccidental y al distrito de Gampaha. Decididos pese al toque de queda y la presencia de las fuerzas de seguridad, las turbas atacaron y quemaron, como hicieron en Digana en 2018, Aluthgama en 2014 y a nivel nacional en el Julio Negro.

Ahora, lo peor de la violencia parece haber terminado. De todas maneras, es solamente un alivio temporal. Si los autores de los disturbios de esta semana no se enfrentan a la ley, vendrá un nuevo brote [de violencia].

La publicación de Facebook citó al comerciante musulmán: “No rían más, un día llorarán” [14], que supuestamente causó que se entendió como advertencia de un ataque pendiente.

Imágenes y videos de la destrucción causada por la reacción de la turba han circulado en medios sociales:

Un vistazo a lo que los musulmanes de Sri Lanka ven al despertar. Varias casas, mezquitas y negocios [están] destruidos.

Turba budista extremista atacó un supermercado propiedad de un musulmán en Sri Lanka anoche.

Toma una vida de duro trabajo construir y momentos para quemarlo y dejarlo en cenizas…

Mayor fábrica de pasta de Sri Lanka propiedad de un musulmán, quemada hasta los cimientos por la turba. Las operaciones en esa fábrica habían empezado hacía apenas unos meses. Da empleo al 70 % de personal cingalés. Testigos dicen que un grupo de al menos 500 turbas destruyeron la fábrica.

Pedido de solidaridad

Hay indicaciones [27] de que grupos budistas de radicales están detrás de los ataques contra los musulmanes. La policía ha arrestado a 78 sospechosos [28] por la violencia y los disturbios, sobre todo en Kurunegala, Kuliyapitiya, Nikaweratiya y Chilaw. Según las autoridades, la situación ya está bajo control [29].

La policía revisa filmaciones de circuito cerrado para identificar a más sospechosos en las tensas situaciones de los últimos días. Hasta ahora, hay 78 arrestados y detenidos. Portavoz de la policía — portavoz de la policía de Sri Lanka.

En Groundviews, Gitendra E Chitty pide [33] a esrilanqueses Sri Lankans for peace and solidarity in these difficult times:

Sri Lanka must bring its communities together, no matter what race or creed. Because these attacks were not against Christians or tourists. These mobs were not against Muslims. They were against each and every one of us, and their damage to our mindsets and our morals and our sense of belonging is real – for Sinhalese, and Tamil, and Muslim, and Burgher, and every other ethnic and religious group.

Sri Lanka debe unir sus comunidades, sin importar raza ni credo. Porque estos ataques no fueron contra cristianos ni turistas. Fueron contra todos nosotros, y dañan nuestra mentalidad y nuestra moral y nuestro sentido de pertenencia es real – para cingaleses, tamiles y musulmanes y burghers y todos los demás grupos étnicos y religiosos.

La periodista Chathuri Dissanayake tuiteó:

Las llamas de odio no pertenecen a ninguna religión. Destruye todo a su paso, Minuwangoda, Sri Lanka, 14 de mayo de 2019

Afzal, especialista de tecnologías de la información, dice:

Nuestra bandera y nuestro himno nos une bajo el nombre de Sri Lanka, mientras nuestras comunidades luchan entre sí y olvidan que destruyen a todos. ¡Despierten y miren lo que significa ser uno!