«Todo está destruido»: Las ruinas de la ciudad filipina de Marawi

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Han pasado dos años desde que tuvo lugar la batalla de Marawi, entre mayo y octubre de 2017, y la mayor parte de esta ciudad, predominantemente musulmana de la isla filipina de Mindanao, permanece en ruinas y miles de habitantes siguen desplazados.

Arlene Brosas, cara visible del Partido de Mujeres Gabriela que representa a las mujeres marginadas en el Congreso filipino, publica fotos de su visita a la ciudad de Marawi del 21 de marzo de 2019 en una publicación abierta de Facebook. Escribe:

Sa laki ng pinsala ni wala halos clearing na nagawa. Mga binombang bahay at establishments plaza simbahan mosque sirang sira ang lahat. Malayong malayo sa richness at vibrant na lugar noon.

A pesar de la magnitud de la destrucción, casi no se ha hecho limpieza todavía. Casas y negocios bombardeados, plazas, iglesias y mezquitas: todo está destruido. Un grito lejano de la riqueza y la vitalidad que tuvo el lugar antes de la batalla.

Durante cinco meses, Marawi fue arrasada por violentas confrontaciones urbanas, bombardeos de artillería y ataques aéreos de las tropas del Gobierno cuando trataban de acabar con un grupo extremista Frente Islámico de Liberación Mora que ocupaba la ciudad y que contraatacó cuando elEejército trató de arrestar a sus líderes.

El presidente Duterte usó un ataque del grupo extremista Maúte para justificar la imposición de la ley marcial en toda la isla de Mindanao a fin de restablecer la seguridad pública y garantizar el progreso. Dos años después, los habitantes de Marawi siguen esperando volver a sus casas y reconstruir sus vidas.

El asedio militar del gobierno filipino obligó a más de 100 000 habitantes a abandonar sus hogares para escapar de los combates. Según un informe de Naciones Unidas, 66 000 personas siguen desplazadas en incómodos centros de evacuación o en casas de sus familiares en distintas partes del país.

La mayoría de la población de Mindanao era musulmana. La lucha por la autonomía de los musulmanes de Mindanao se ha prolongado durante muchas décadas, durante las cuales algunos grupos libraron un conflicto armado contra el Gobierno filipino. Hasta ahora, los acuerdos de paz lograron el apoyo de grandes grupos rebeldes para trabajar en una organización autónoma. Sin embargo, algunos grupos como los maúte siguen presionando para establecer un estado islámico separado.

Durante y hasta después del sitio, el ingreso a Marawi estuvo restringido. Solo permitieron entrar a la ciudad a algunos medios, funcionarios locales y habitantes seleccionados. Las fotos que siguen ofrecen una mirada excepcional sobre el alcance de la destrucción de la ciudad, las dificultades que enfrentan los habitantes desplazados y el enorme desafío que plantea reconstruir la comunidad.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Situación de los residentes desplazados

La visita oficial de la congresista Brosas ratificó los informes anteriores sobre la precaria situación de los habitantes en los centros de evacuación. Dice Brosas:

Nasilip din ang ilan sa mga bakwit area. Napakahirap ng kalagayan nila. Matapos ang 2 taon ang mga lumang tents ay nagdeteriorate na. Butas butas na napakainit pa. Kawawa ang kalagayan ng mga pamilya at mga bata. Walang tubig o malayo ang igiban. At may balita pang titigil na ng tuluyan ang rasyon ng tubig. Walang kuryente. May solar na naitulong ang kasama ko kaya may kaunting ilaw.

Visité las áreas de los refugiados. Están en muy malas condiciones. Tras dos años, las viejas carpas ya se deterioraron. No solo están llenas de agujeros, sino que hace demasiado calor adentro. La situación de las familias y de los niños es muy precaria. No hay agua, y las fuentes de agua potable están lejos. Incluso informaron que se cortaría indefinidamente el racionamiento de agua. No hay electricidad. Nuestros compañeros ayudaron a instalar un panel solar para que haya un poco de luz.

La zona comercial central, conocida como “zona cero”, es la más devastada de la ciudad. Sus residentes aún esperan que les permitan volver a sus propiedades, cuya reconstrucción sería a su propio costo, según declaró el presidente Rodrigo Duterte.

El gobierno de Duterte rechazó las acusaciones que alegan que no hace nada, y el Grupo de Tareas Bangon Marawi a cargo de reconstruir la ciudad afirma que las aparentes demoras se deben a los numerosos protocolos técnicos de las operaciones de limpieza y de las consultas con los habitantes.

A continuación, más fotos de los centros de evacuación de Marawi:

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

Foto tomada por Arlene Brosas, representante del Partido de Mujeres Gabriela. Usada con autorización.

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