Mujeres surfistas bangladesíes se resisten a conservadoras normas de género

Crédito de la imagen: Rashed Alam, Bangladesh Surf Girls And Boys. Usada con autorización.

Hace unos seis años, el surfista bangladesí Rashed Alam y su esposa, Venessa Rude, emprendieron una iniciativa para enseñar a surfear a un grupo de chicas. Ante las muy conservadoras ideas sobre normas de génerio, fue un gran paso para la pareja y las propias chicas. Hoy, Bangladesh Surf Girls and Boys ha crecido y es un club con 30 muchachos y 12 muchachas, y funciona en el pueblito costero de Bazar de Cox en el sureste de Bangladesh.

Según UNICEF, Bangladesh tiene la cuarta mayor tasa de matrimonio infantil del mundo. Cerca del 22 % de chicas se casan antes de cumplir 15 años. Fuera de las ciudades más progresistas, a las hijas se las considera una carga en lo referente a la seguridad financiera de las familias. Todos los días, docenas de mujeres son acosadas en las calles y algunas hasta se convierten en víctimas de ataques con ácido y otras formas de violencia. Para estas mujeres, el matrimonio precoz o encontrar empleo como trabajadora doméstica es el objetivo más pragmático en la vida.

Las tres muchachas de espíritu libre que se atrevieron a surfear y soñar en un Bangladesh dominado por hombres. Entonces y ahora.

Nasima Akter nació en una familia pobre y se quedó sin hogar a los siete años, u se negó al pedido de sus padres de ganarse la vida con la prostitución. Encontró esperanza al surfear las aguas de Bazar de Cox, y luego surgió como la primera musulmana en Bangladesh. Nasima se unió al club local Lifesaving and Surfing y su entrenador fue el surfista Rashed Alam. Su historia se hizo conocida a través del documental La más temeraria, realizado por la productora de documentales Heather Kessinger, que vive en California.

La mayoría de chicas de Bazar de Cox se queda sin estudiar desde muy niñas y terminan trabajando para sostener a su familias. Muchas trabajan duro para ganar algo de dinero con la venta de joyas o refrigerios a los turistas en la playa y el peso de su familia recae en sus hombros. Alam, que viene del mismo entorno, se encontró con un grupo de ocho chichas, de entre 11 y 14 años, que pasaban el día en la misma lucha diaria que él vivía. Se convirtió en un hermano mayor.

Rashed Alam entrena surfistas. Crédito de la imagen: Rashed Alam, Bangladesh Surf Girls And Boys. Usada con autorización.

Las chicas vieron asombradas de Alam cuando se deslizaba a través de las aguas de la Bahía de Bengala en su tabla, y cuando regresó a la costa, la menor de todas, de nombre Shoma Akter, se le acercó audazmente y dijo: «Quiero hacer eso». Alam dijo a L.A. Times que ese encuentro fue el comienzo de su proyecto.

Alam y Venessa pasaron a ser modelos a seguir para las niñas, las cuidaban y se aseguraban de que estuvieran seguras en la playa. Tuvieron que convencer a los padres de que sus hijas tenían futuro fuera del hogar.

❤️ Parece que fue ayer que Johanara vendía huevos para apoyar a su familia en la playa. ¡Y ahora surfea en una tabla corta y enseña a otras niñitas a surfear! Estamos muy orgullosos de ella y del coraje que tiene de superar los muchos obstáculos que enfrenta por ser una de las pocas mujeres que surfean en el país. ¡Gracias a todos lo que soñaron con nosotros y nos apoyaron!
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Las jóvenes surfistas empezaron a robar una hora o dos para practicar en las mañanas y lo mantuvieron en secreto duranre semanas sin decir a su familia. En la mayoría de casos, los padres reaccionaron con desaprobación cuando se enteraron del nuevo pasatiempo de sus hijas por temor a su reputación.

En febrero de 2015, tras llegar a Bangladesh para documentar sus historias, la fotógrafa Allison Joyce y Venessa Rude iniciaron una página en GoFund para cubrir el costo de la comida, transporte y clases particulares –un paso que permitió a las chicas a inscribirse en la escuela y a seguir surfeando sin la presión de su familias.

Alam dio lecciones a las chicas de resucitación cardiopulmonar y rescata para abrirles la posibilidad de convertirse en salvavidas cuando cumplieran 18 años. En las tardes, Venessa enseñaba inglés a las niñas, habilidad que les permitiría ejercer trabajos en turismo o de oficina.

Este es un video del blog Bangladesh Surf Girls And Boys:

Global Voices contactó a Venessa Rude para tener novedades sobre las surfistas y mencionó que hay cerca de 75 surfistas bangladesíes activos en Bazar de Cox, de los que 12 son mujeres (todas del club Bangladesh Surf Girls And Boys).

En varias ocasiones, las muchachas han sido subestimadas por los hombres en su comunidad, a quienes les parece inaceptable que practiquen un deporte en el agua. Sin embargo, el espíritu y temerisad de las niñas mostratron cómo las mujeres derriban las normas sociales. «Nadie está acostumbrado a ver muchachas que se sienten tan seguras como ellas», dice Venessa.

La atención de los medios ha abierto las ventanas a nuevas oportunidades como un taller de tecnologías de la información y la comunicación para mejorar sus habilidades en alfabetización digital organizado por el equipo de Microsoft Bangladesh:

Mira cómo Microsoft diseño un taller de tecnologías de la información y la comunicación Bangladesh para muchachas surfistas, para dotarlas de habilidades be alfabetización básicas.

Surfear no solamente les ha permitir conservar una parte de su niñez, sino que ahora sueñan con asegurarse un futuro brillante –trabajos dignos, educación y la capacidad de casarse con quien quieran. Hay una que aspira a ser doctora, y otras sueñan con ser surfistas profesionales o salvavidas en la playa.

Venessa tiene las últimas novedades:

Currently, our oldest girls are helping give surfing, lifesaving, and skating lessons to our younger girls and boys. Over the years, some of our older girls have been married off or sent off to garment factories to work. It just became too hard for them to pursue surfing and have people harass them, but we still have a few of our original girls left, and Rashed is having them train younger girls so that they have a bigger team and can work together.

Actualmente, nuestras niñas mayores ayudan a enseñar a surfear, salvamento y patinar a los más chicos. Con los años, algunas niñas mayores se han casado o han ido a trabajar a fábricas de ropa. Se les hizo muy difícil seguir con el surf y de que las personas las acosaran, pero aún nos quedan algunas niñas del grupo original. Y Rashed hace que enseñen a las menores para que puedan tener un equipo más grande y puedan trabajar juntas.

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