Cómo una periodista dio origen al movimiento #MeToo en Armenia

“Voces de la violencia”: la nueva etiqueta ha generado debate púbico sobre la violencia sexual en Armenia. Imagen de Tom Venner.

Advertencia: este artículo contiene relatos sobre agresión sexual que podrían ser perturbadores para algunos lectores.

El lunes 1 de julio de 2019, la periodista independiente de Armenia Lucy Kocharyan comenzó a publicar relatos personales de acoso y violencia sexual anónimos en su página de Facebook. Al finalizar del 2 de julio, se habían difundido más de 200 historias y su etiqueta asociada #բռնության_ձայնը («voz de la violencia») se convirtió en la tendencia más popular en Armenia.

La campaña surgió después de que Hetq.am, medio de periodismo de investigación, publicó un caso de agresión sexual contra una mujer checa llamada Eva. Eva, que vivió en Armenia por un año, realizaba un voluntariado en Vanadzor, la tercera mayor ciudad del país, cuando sobrevivió a un ataque e intento de violación. Tras escapar de su agresor, buscó refugio en las casas de sus vecinos, pero fue expulsada y le dijeron que «es imposible algo así suceda en Armenia».

La historia de Eva es relevante no solo por los problemas sociales que develó –particularmente culpar a la víctima y la negación generalizada del problema– sino porque Eva buscó obtener justicia y su agresor recibió una condena de tres años en prisión.

Después de publicar la historia de Eva en Facebook, varias armenias contactaron a Kocharyan pues querían que mostrara al público que la violencia sexual no es algo que solo experimentan las extranjeras en el país, sino también ellas mismas. Estas mujeres también quisieron combatir el estereotipo de que la mujer armenia es reservada, por lo que comenzaron a enviar a Kocharyan sus propias historia de agresión sexual, que publicó anónimamente en su página de Facebook. En un giro inesperado, miembros del público –principalmente mujeres, pero también hombres– confiaron en las credenciales de Kocharyan y su capacidad para mantener sus identidades en reserva, y comenzaron a enviarle sus historias a fin de que pudiera difundirlas. Esta ola de difundir historias aumentó, por lo que el tema capturó la atención del público armenio.

La campaña de Kocharyan obtuvo públicamente el apoyo de al menos dos miembros de Gobierno: la ministra de Trabajo y Asuntos Sociales, Zara Batoyan, y el ministro de Salud, Arsen Torosyan. Varios medios informativos entrevistaron a la periodista sobre la campaña, incluidos CivilNet, Radio Free Europe/Radio
Liberty Azatutyun y Petros Ghazarian, presentador de un popular programa de discusión política.

No obstante, algunas partes de la sociedad armenia son escépticas sobre la veracidad de las historias. Les es difícil creer que tantos incidentes pudieron haber sucedido realmente en Armenia, en especial que el agresor sea un miembro de la familia. Por ejemplo, Sofya Hovsepyan, parlamentaria del partido gobernante Alianza Mis Pasos, criticó la campaña en su página de Facebok pues considera que crea una imagen negativa e injusta del país. Kocharyan respondió al escepticismo en las entrevistas, y dijo que «el acoso sexual ocurre en todas las sociedades, incluso en la nuestra; nuestro desafío específico es qué hacemos al respecto». Tal como el periodista Samson Martirosyan mencionó en su página de Facebook, para las personas es difícil de aceptar la cantidad de historias que surgen puesto que realmente no estaban conscientes de la existencia del problema; no obstante, continuó, tendrán que aceptar la realidad en algún momento.

Las más de 200 historias difundidas documentan toda clase de abuso y acoso sexual. Hay relatos sobre abuso cometido por familiares, compañeros de clase, parejas sentimentales y desconocidos. La mayoría de testimonios son de mujeres, pero algunos hombres contaron los suyos, con la esperanza de que sus experiencias demuestren que los hombres también sufren de violencia sexual.

Kocharyan investigó y verificó los hechos de todas las historias, y en algunos casos contactó a los autores para verificar la información. Afirma que se sorprendió por la respuesta recibida, particularmente porque no hizo ningún anuncio ni solicitó la colaboración. Considera que las personas contaron sus historias por iniciativa propia, y lo ve como una señal de que quienes la contactaron solo quisieron que los escucharan.

La campaña podría compararse con un movimiento #MeToo armenio. Forzó un cuestionamiento bastante público de lo que está debajo de la superficie del entendimiento idealista de la sociedad armenia, cómo el poder interviene en la sociedad tradicional y patriarcal de Armenia, por qué muchas personas no hablaron al respecto anteriormente, qué obligación tiene la sociedad en general con los sobrevivientes, y qué constituye el consentimiento. Además, recalcó la importancia de una policía efectiva que pueda actuar cuando las personas enfrenten abuso y procesar a los perpetradores.

Quizá el aspecto más significativo de esta campaña ha sido la sorprendente reacción positiva del publico armenio. A pesar de que Kocharyan eliminó los comentarios que ridiculizan a los sobrevivientes y bloqueó a sus autores, los comentarios de los lectores validan de manera abrumadora el horror que los sobrevivientes experimentaron, por lo que expresan su compasión y apoyo.

Al menos, esta campaña generó una nueva comunidad en Armenia: una comunidad de personas que creen y apoyan a los sobrevivientes de abuso y que no ignorarán ni reprimirán esos sucesos. Esto quedó demostrado luego del relato particularmente desgarrador de una mujer, que fue abusada por la pareja de su madre de niña.

Tras describir el abuso la mujer escribió, «Ahora tengo el deseo de morir todos los días. Quiero preguntarle, ¿por qué me hizo esto, por qué arruinó la vida de una niñita? ¿Por qué me causó tanto sufrimiento? Yo era una niña, simpática, de cabello rizado, valiente y fuerte. ¿Por qué me convirtió en una cobarde agotada y aterrada?».

El primer comentario que apareció debajo del testimonio dice lo siguiente:

“Niña del cabello rizado, quiero que renazcas».

A continuación, cuatro historias de la página de Facebook de Kocharyan

Una joven escribió:

«15 տարեկան էի, շփվում էի ինձնից 2-3 տարի մեծերի հետ:
ընկերներիցս մեկի ծնունդն էր, 18 ամյակը որոշել էր փաբում նշեր, ես էլ ուրախացա որ ինձ մեծի տեղ են դրել կանչել 
գնացի, ծանոթացա իր ընկերների հետ, բարձր երաժշտություն էր, ալկոհոլ, իսկ ես չէի խմում: մի տղա առանձահատուկ ուշադրություն էր ինձ դարձնում, անընդհատ ուզում էր խմեի, իսկ ինձ դա տհաճ էր, որոշեցի որ տուն գնալուս ժամանակնա: 

հատուկ քննադատողների համար, չէ կարճ յուբկայով չէի, խմած չէի, ծխած չէի, տարիքս էլ բոլորը գիտեին: գնացի զուգարան, ինձ հարդարեմ ու գնամ տուն: իմ հետևից նա մտավ, ես սկսեցի վախենալ, իսկ ինքը մոտենում էր ավելի, ու ժպտում: գրկեց ինձ, ես լացում էի, ձեռքերով խփում, փորձում ազատվել: գոռում էի, բայց երաժշտությունն էր բարձր թե ինչ, տենց էլ ոչ ոք չեկավ:
ու վերջում եղավ բռնաբարությունը, իսկ ես կույս էի: նա արյունը տեսավ, վախեցավ: մազերս քաշեց ասեց «մեկը իմացելա կոկորդդ կկտրեմ, հասկացար?»:
ընտանիքս չիմացավ, ոչ ոք չիմացավ: դե որտև մայրս կասեր ես եմ մեղավոր, ինչի եմ գնացել ընդեղ: իսկ ես էդ դեպքից հետո 3 ամիս տանից դուրս չեկա:
փորձեցի ինքնասպան լինեմ, դեղեր խմեցի: արթնացա հիվանդանոցում, իսկ տնեցիք կարծեցին որ ուղղակի հիմար դեռահաս եմ որը որոշելա մեռնել:
անցավ գնաց: բոլորի հետ կապը կտրեցի, տղամարդկանց շրջանցում էի, չէի խոսում հետները: 2 տարի անց սկսեցի աշխատել որ հոգեբանի գնալու փող ունենամ, էլ ապրել չէի ուզում:
փորձում էի գեղեցիկ չհագնվեմ,չշպարվեմ, որ չնկատվեմ:
4 տարի անց, քիչ քիչ հաղթահարեցի վախս տղաների հետ շփվելու: բայց մեկա, շատ շատ լարված եմ, երբ շուրջս քիչ վստահելի տղամարդիկ կան:
շնորհակալ եմ որ հնարավորություն ունեցա թեկուզ 5 տարի անց կիսվելու: էն ինչ դու անում ես էս ամենը բարձրաձայնելով աննկարագրելիա»։

Tenía 15 años y tenía amistades que eran dos o tres años mayor que yo. Un amigo cumplía 18 años y lo celebró en una taberna. Estaba feliz de que me trataran como si fuera de su edad y me invitaron a participar. Fui al lugar y conocí a sus otros amigos. Había música estruendosa y alcohol, pero no ingerí bebida alguna. Un muchacho que parecía estar interesado en mí insistía en que bebiera algo, pero las bebidas alcohólicas no eran de mi agrado, así que decidí era hora de ir a casa. Para quienes gustan de juzgar: no, no vestía una falda corta, no estaba ebria, no había fumado, y todos sabían mi edad. Fui al baño para lavarme las manos e ir a casa.

Ese muchacho ingresó al baño atrás de mí. Estaba aterrorizada, y continuó acercándose sonriendo. Me abrazó y yo que estaba llorando, lo golpeé con los puños en un intento de liberarme de él. Estuve gritando, pero supongo que la música era demasiado alta y nadie vino. Me violó. Era virgen. Cuando vio la sangre, se asustó. Jaló mi cabello y dijo: «Si alguien se entera de esto, te cortaré el cuello. ¿Entendiste?». Mi familia nunca lo supo, a nadie se lo conté, porque mi madre habría dicho que fue mi culpa: «¿Por qué fuiste ahí?».

No salí de casa por tres meses. Traté de suicidarme. Ingerí una sobredosis de pastillas y luego desperté en el hospital. Mi familia pensó que solo era una adolescente estúpida que decidió quitarse la vida. Corté la relación con todos, evité a los hombres y no hablé con ellos. Dos años después, busqué trabajo para poder pagar las consultas con el psicólogo porque no quería vivir. Trataba de vestir de manera sencilla, no ser risueña, y pasar desapercibida. Ya han transcurrido cuatro años y ya estoy superando gradualmente mi temor de interactuar con hombres. Pero todavía me causa mucha ansiedad cuando a mi alrededor hay hombres en los que no confío. Agradezco la oportunidad de contar esta historia. Lo que estás realizando es increíble».

— Lucy Kocharyan, Facebook, 3 de julio de 2019

Otra mujer describió el abuso que sufrió de niña: 

«Ես 8տարեկան էի, մենք վարձակալներ ունեինք մեր բակում,կին ու ամուսին,միշտ իրանց հետ խոսում էի, իրանք էլ իբր ինձ շատ էին սիրում , որովհետև խելոք երեխա էի, դաստիարակված))))

Մի անգամ իրանց տան մոտով անցնում էի ամուսինը ասեց արի քեզ բան եմ ցույց տալիս, գնացի(որովհետև ինձ սովորեցրել էին, որ մեծերին չի կարելի հակաճառել) հարցրեցի բա կինն ուր ա, ասեց հեսա կգա։» Տես մեր առաստաղին ինչքան ճանճեր կան, վերցրու ես շլյոպկան ու ինձ օգնի սատկացնենք» վերցրեցի, ինձ գրկեց, իբր որ բոյս հասնի….գրկել էր տուտուզից, ու սկսեցի զգալ իրա մատերը ոտքերիս արանքում, ու զգում էի որ մի բան են չի ,զզվելի ժպիտով ինձ էր նայում ու ծանր շնչում, ասեցի ուզում եմ իջնեմ,գնամ դասերս չեմ արել, իջեցրեց նստեցրեց իրա գիրկը ու սկսեց վիզս համբուրել,զզվելի ծանր շնչելով ու ասում էր գիտես քեզ ինչքան եմ սիրում, քեզ ինչքան եմ սիրում…,
ես իջա , ու փախա….գնացի տուն, երևի դեմքիս լրիվ գրված էր, մամաս ասեց ուր էիր, ասեցի…»բայց կինը տանը չի…Ինչ գործ ունեիր ամուսնու հետ մենակ…» , «ինձ գրկել էր ու ճանճերին էինք սատկացնում..» , ես ինձ ետ ամենին մասնակից էի զգում, ոնց որ թե ես էի մեղավոր ու ետ տխմար հետ գաղտնի զզվել պակտի մեջ էի….են ինչ ասեց մամաս ինձ վերջնականապես համոզեց նրա մեջ , որ ես էի մեղավոր եղածի մեջ, ասեց «ԼԿՏԻ» ու են հայացքը որով նայեց մամաս, երբեք չեմ մոռանա…երբեք…»։

Tenía ocho años. Teníamos unos huéspedes en nuestro jardín trasero –una pareja de esposos… Yo siempre hablaba con ellos, y presuntamente les agradaba bastante porque era una niña con buen comportamiento.

Un día caminé alrededor de su casa y el esposo me dijo: ‘Ven para acá, quiero mostrarte algo’, y fui (porque me enseñaron a obedecer a mis mayores). Le pregunté: ‘¿Dónde está su esposa?’. Él dijo: ‘Está camino a casa. ¿Ves cuántas moscas hay en el techo? Toma el matamoscas y ayúdame a matarlas’. Lo agarré y él me sostuvo para alzarme. Me sujetó con sus manos en mi trasero, luego comencé a sentir sus dedos en medio de mis piernas y pude sentir que algo no estaba bien. Me observaba con una sonrisa desagradable y respiraba de forma acelerada. Le dije que quería bajar, porque quería irme para hacer mi tarea. Me dejó bajar y me sentó sobre su regazo y comenzó a besar mi cuello con su desagradable respiración acelerada, y me dijo, ‘sabes cuánto me gustas…’.

Me bajé de sus piernas y corrí a casa. Quizá todo estaba escrito en mi rostro porque mi madre me preguntó dónde estaba, y le conté. Ella dijo: ‘Pero su esposa no está en casa. ¿Qué estabas haciendo sola con ese hombre?’. Le dije, ‘Me sostuvo y estuvimos matando moscas’. Me sentí como cómplice del hecho, como si fuera mi culpa y que tenía un desagradable pacto secreto con ese estúpido. Lo que mi madre me dijo me convenció; lo que sucedió fue mi culpa.

Ella dijo ‘PERVERTIDA’ y nunca olvidaré la mirada que tenía en su rostro. Jamás».

— Lucy Kocharyan, Facebook, 3 de julio, 2019

Un hombre recordó lo que le ocurrió cuando era adolescente:

«Մի անգամ կանգառում սպասում էի, մեքենա մոտեցավ ու մի տղամարդ, հարցրեց ուր եմ գնում, ասեց նստեմ կտանի: Սկզբից մերժեցի, բայց համոզեց հետո, ասեց հարևան մարդ ա, ճանաչում ա ընտանիքիս ու նույն ուղղությամբ ա գնում, խնդիր չկա:
Հիմար երեխա էի, նստեցի: Սկսեց տարբեր բաներ պատմել ու խոսել, հետո գնաց սեռական թեմաներին: Պատուհանին կպած նստել էի, երազում էի արագ հասնենք գնամ: Մեկ էլ ձեռքս տարավ առնանդամին, ասեց «գիտեմ ուզում ես հետը խաղաս»: Մինչ ես քարացած ուշքի էի գալիս, ինքը պատմում էր որ կին ունի ու պետք ա մի օր կազմակերպել, որ երեքով հանդիպենք «լավ ժամանակ անցկացենք»:
Տեղ հասանք, գնացի ու փորձեցի կյաքում չհիշել դա: Էդ մարդուն էլ երբեք չհանդիպեցի մեր բակերում, բայց միշտ սովորություն էր աջ ու ձախ նայել: Մեկ էլ տեսար: Դեռ անչափահաս էի, տարիներ են անցել, ոչ ոքի չեմ պատմել:
Չեմ պատմել մի հրեշավոր պատճառով, անիծյալ պատճառով… Երբ մի հասարակությունում արական սեռի կենդանին մանկուց դաստիարակվում ա ոնց բռնարար ու բռնաբար դառնա, բայց զոհ ա դառնում, պատմի ավելի կթիրախավորվի: Նշանակում ա ինքը այլևս գայլերի ոհմակից չի, իրեն էլ կարելի ա «որսալ»:

Estaba en la parada del autobús cuando un automóvil se acercó y el conductor me preguntó a dónde me dirigía; me dijo que me subiera al vehículo y que me llevaría al lugar. Al principio me rehusé, pero luego me persuadió. Dijo que era mi vecino, que conocía a mi familia y que se dirigía a la misma dirección, por lo que no había ningún inconveniente. Era un niño estúpido, así que subí al carro. Comenzó a hablar de cosas diferentes y luego comenzó a hablar sobre temas sexuales. Me apoyé contra la ventana y recé para que llegáramos pronto y así poder irme. Después sujetó mi mano y la jaló hacia su pene y dijo: ‘Sé que quieres jugar’. Me paralicé y mientras intentaba recobrar la razón, me hablaba de que tenía una esposa y que un día los tres deberíamos reunirnos para ‘pasarla bien’. Llegamos a mi destino, me bajé del vehículo e intenté olvidar lo que sucedió de una vez por todas. Nunca vi a ese hombre cerca de nuestro edificio, tenía el hábito de mirar a mi alrededor. Nunca supe si lo vería de nuevo. Era todavía un niño; han transcurrido varios años desde ese suceso, pero no se lo he contado a nadie. No lo he hecho por una razón muy grotesca y vil. Cuando un hombre crece en una sociedad en donde le enseñan desde niño a ser violento, cómo ser un violador, pero después se convierte en víctima, si habla al respecto, será un objetivo. Esto significa que él ya no forma parte de la manada de lobos. Es decir, que él también puede ser una ‘presa’.

— Lucy Kocharyan, Facebook, 2 de julio, 2019

Un hombre escribió sobre un amigo que sufrió de agresión sexual en el Ejército:

«Դե լավ։ Որ հերթը հասավ տղաներին, ես էլ պատմեմ։
Ընկերոջս բանակ էին ճանապարհում, շատ պաթոսի հետևից չընկնեմ՝ օտպուսկ եկավ, շատ դեպրեսված էր, ես իրան ընդհանրապես էդ ձև չէի ճանաչում, ոնց որ մի տարի կուբախտում անցկարած լիներ։ Ինչ անում էի, մի բառ հետս չէր խոսում թե ինչի համար ա էդ վիճակում։ 2 տարի անցավ, ետ եկավ։ Գալու օրը լաաավ հարբել էր, ուզում էր իրան վնաս տար, ինքնասպան լիներ։ Մի ձև բրիտվեն ձեռքից վեկալեցի։ Հանգստացավ սկսեց խոսալ, ընկերոջս բանակում 3 հոգով բռնաբարել էին, որտեղից որ հնարավոր է։ ստիպել էին, որ կոշիկները լիզեր, անդամները 2 հոգով միանգամից մցրել էին հետանցքը ու բերանը։ Ահավոր ա հիմա որ հիշում եմ ինչ վիճակ էր իրա մոտ։ 5 տարի ա անցել, հիմա ուրիշ երկրոմ է։ Հետը շատ չեմ շփվում, բայց երևում է որ անդառնալի հետքեր չեն թողել, կամ էլ թողել են ես չեմ նկատում
Ինքը գյուղից էր, ոստիկանության մասին խոսք էլ չէր կարող լիներ։ Ավելի ուշ էլ իմացա, որ եռյակից 2ը դատվել են նույն բռնաբարության հոդվածով։ Էս անգամ զոհը չէր լռել։
Իմ սուբյեկտիվ կարծիքով, սենց դեպքեր ահռելի շատ են։
Անանուն, խնդրում եմ։ Չեմ ուզում ընկերս տեսնի, հասկանա որ իր մասին է խոսքը»։

Ahora que es el turno de los hombres, yo también quiero relatar una historia. Mi amigo fue al Ejército y tiempo después, cuando regresó tras solicitar un permiso, estaba muy deprimido. No lo conocía tan bien, pero fue como si hubiera salido de la prisión. No me mencionó nada de por qué estaba tan deprimido, sin importar lo que hiciera. Transcurrieron dos años y volvió. El día que regresó se embriagó e intentó suicidarse. De alguna manera, logré arrebatarle la navaja de la mano. Se tranquilizó y comenzó a hablar. Tres hombres lo violaron de todas las maneras que puedas imaginar. Le obligaron a lamer sus zapatos. Dos lo violaban simultáneamente por detrás y luego oralmente. Es terrible recordar la condición en la que estaba. Ya pasaron cinco años, y ahora se encuentra en otro país. No interactúo con él tan a menudo, pero aparentemente no le provocaron ningún daño irreversible, o quizá simplemente lo ignoro. Era de un pueblo. Denunciar esto ante la policía ni siquiera fue una opción. Luego me enteré de que uno de los tres hombres había sido declarado culpable de violación en otro caso. Solo que en esta ocasión la víctima no guardó silencio. En mi opinión subjetiva, la cantidad de estos sucesos es elevada. Por favor manténlo anónimo. No quiero que mi amigo lo vea y descubra que esto es sobre él.

— Lucy Kocharyan, Facebook, 2 de julio, 2019

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