Amenazado de demolición, el Teatro Nacional de Albania resiste pese a redadas policiales

Manifestantes en Tirana muestran una pancarta con la etiqueta #mbroteatrin [Protejan el teatro]. Foto cortesía de Rudi Erebara, utilizada con autorización.

En Tirana, las protestas contra los planes de demolición del Teatro Nacional revelan las profundas divisiones sociales y políticas que afectan a la sociedad albanesa, que sigue luchando con problemas como la corrupción y la violencia policial casi 30 años después de la caída del comunismo.

Decenas, y en ocasiones cientos de activistas y artistas organizan protestas desde marzo de 2018 en los alrededores del edificio principal del Teatro Nacional, en el centro de Tirana. Los manifestantes, que se reúnen a diario por la tarde, han convertido la plaza situada frente al teatro en un espacio para el debate público. Ciertamente, las discusiones y los lemas que muestran las pancartas no se limitan a oponerse a la decisión gubernamental de demoler el edificio, sino que se extienden a cuestionar la creciente autocracia, la falta de legalidad y la pérdida de independencia de numerosas instituciones estatales, que explicaría la enorme migración de albaneses al extranjero. En un marco de apatía social y de medios cautivos del Estado y los oligarcas, la plaza frente al teatro se ha convertido en un símbolo de la libertad de expresión.

Las protestas se convirtieron en una manifestación permanente el 18 de julio cuando dos importantes figuras del teatro, el director Robert Budina y el famoso actor Neritan Licaj, supieron por sus colegas de la Administración de los Teatros Nacionales que el Gobierno había dado la orden final de retirar todos los enseres del edificio con ayuda de las fuerzas policiales que rodearon el teatro. Aunque no se había contrastado esta información, Budina decidió no arriesgarse y pidió a la Alianza para la Protección del Teatro, grupo de seguidores activistas y voluntarios, que organizara equipos de 40 a 50 personas que patrullaran los alrededores del edificio las 24 horas para impedir que la policía entrara en el teatro.

La situación escala cuando los manifestantes se enfrentan a la policía

El 24 de julio, alrededor de las 7 de la mañana, se presentó en el lugar un grupo de entre 30 y 40 policías albaneses apoyados por diez guardias de seguridad pertenecientes a una empresa privada, según los activistas que fueron testigos de los hechos. Tras la intervención de la policía para vaciar el teatro de todo su contenido, los activistas entraron en el edificio, que según describen, actualmente tiene aspecto de haber sido «saqueado por talibanes».

Photo titled from its author, activist Elona Caslli

El actor Neritan Liçaj frente a las fuerzas policiales en la plaza situada frente al teatro. Foto cortesía de Elona Caslli, utilizada con autorización.

Edmond Budina, director y actor de cine con 20 años de experiencia en teatro, fue maltratado por la policía y entre sollozos, afirmó que «este edificio no es solo espiritual, también es testigo de la historia».

El artista y activista Robert Budina, golpeado por la policía en la puerta del teatro. Foto cortesía de la Alianza para la Protección del Teatro, utilizada con autorización.

Ese mismo día, alrededor de las 3 de la tarde, después de que la Alianza convocó a los ciudadanos a unirse a la protesta, la policía comenzó a rodear al edificio. Cientos de ciudadanos acudieron y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad. Varios miembros del teatro y simpatizantes enfrentaron a la policía, que respondió de forma violenta. Un manifestante resultó herido y tuvo que ser hospitalizado.

Balkan Insight publicó un video que documenta los enfrentamientos:

Artistas y activistas continúan ocupando el Teatro Nacional de Albania esta noche después de traspasar la línea de la policía y entrar en el edificio, por temor de que pronto prosperen los planes del Gobierno para demolerlo.

Más manifestantes se han concentrado fuera e intentan romper el cordón policial.

La situación empeoró cuando la policía que bloqueaba la entrada principal impidió que los manifestantes que quedaban en el interior recibieran agua y alimentos. Para entonces, las autoridades habían cortado el suministro de agua y electricidad al edificio. Al final, varios manifestantes consiguieron pasar la línea de la policía y entrar en el teatro.

La policía abandonó finalmente el lugar por la tarde, quizás porque al día siguiente, Thomas Greminger, alto funcionario de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), comenzaba una visita oficial al país y el Gobierno quería dar la impresión de estabilidad .

El destino del teatro se convierte en juego político y diplomático

Edi Rama, primer ministro de Albania, escribió el 24 de julio este tuit sobre la protesta:

Ninguna minoría puede tomar como rehén a nadie en este país. A pesar del respeto por una minoría de actores de teatro y políticos que nunca han entrado en el teatro, están acostumbrados a hacer teatro con todo, el nuevo Teatro Nacional se construirá como plan de gobierno y responsabilidad.
———
El nuevo Teatro Nacional es una exigencia del capital, el país, la nación y la mayoría de actores de la escena. Como el nuevo Estadio Nacional, será un hito en el camino de la Albania que queremos. Respetamos a los que discrepan, pero no tienen ni el mandato ni el derecho a obstruir ese camino.

Erion Veliaj, alcalde de Tirana, se burló en un tuit de su predecesor Lulzim Basha, actual líder de la oposición, por unirse a las protestas:

Una mirada al nuevo teatro UNStudio de Stoep en Spijkenisse, Países Bajos.
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Es una buena noticia que después de todos estos años de teatro en la política, Lulzim Basha visite el teatro por primera vez. ¡Y no creo que este se parezca a ningún teatro en los Países Bajos, donde el último es el teatro de Stoep!

Pero igual que en otros proyectos como la zona de juegos del parque del lago, el paseo y la plaza mayor, Tirana ganará de nuevo!

El 25 de julio, Basha se reunió con los manifestantes y firmó un acuerdo público con ellos en el que promete apoyar a la Alianza para evitar la demolición del teatro concediéndole el estatus de monumento protegido. Este paso creó una controversia que cuestiona la independencia de la Alianza.

Cuando los miembros de la Alianza supieron de la visita de Greminger, decidieron dirigirse a él públicamente por los medios sociales.

We, the Alliance for the Protection of the Theatre, a group of artists and citizens which have come together to protect the National Theatre building in Tirana, kindly request, and would be deeply honored, to have a meeting with your delegation during your visit here. While to the outside public the issue of the National Theatre might seem a local one, we can guarantee you that it is in fact the singular most concrete embodiment of the Albanian political crisis.

La Alianza para la Protección del Teatro somos un grupo de artistas y ciudadanos que nos hemos unido para proteger el edificio del Teatro Nacional de Tirana, nos sentiríamos profundamente honrados de concertar una reunión con su delegación durante su visita. Aunque el problema del Teatro Nacional pueda parecerle un tema local al público en general, le garantizamos que es la materialización más concreta de la crisis política de Albania.

Greminger respondió vía Facebook, dijo que es consciente de la situación, y que en relación con la ley especial sobre el teatro, todas las partes debían esperar la sentencia del Tribunal Supremo antes de avanzar en este asunto. También escribió su respuesta en Twitter etiquetando a la Alianza. No obstante, horas después, el comentario en Facebook y el tuit fueron eliminados. Al día siguiente, 26 de julio, escribió una nueva entrada en Facebook moderando sus comentarios previos, y alegando que su repuesta había sido sacada de contexto:

I am concerned to see that my response to a public invitation has been taken out of context. My advice to all parties was and is to show restraint and to give institutional procedures the time needed to allow for a decision on a sensitive and politicized issue. I am convinced that Albanian institutions will be able to solve this legal dispute, in full accordance with the rule of law and democratic principles. The OSCE, and I personally, remain committed to supporting the reform process in Albania.

Kind regards,
Thomas Greminger

Me preocupa ver que mi respuesta a una invitación pública se ha sacado de contexto. Mi consejo a todas las partes fue, y sigue siendo, que se contengan y den a los procedimientos institucionales el tiempo necesario para que tomen una decisión en un tema tan sensible y politizado. Estoy convencido de que las instituciones albanesas podrán resolver esta disputa legal, en plena conformidad con la ley y los principios democráticos. La OSCE, y yo personalmente, seguimos comprometidos a apoyar el proceso de reforma de Albania.

Atentamente,
Thomas Greminger

A pesar de los distintos intentos de apropiación política, la Alianza para la Protección del Teatro sigue su protestas 24 horas al día. El tema ha recuperado visibilidad por las imágenes de violencia policial que han circulado en los medios sociales, a pesar de la escasez de programas políticos en televisión durante el verano, y la ausencia de ciudadanos, que se encuentran de vacaciones.

En este momento, el debate público ha girado hacia el nuevo acuerdo firmado con la oposición, que lo utiliza para hacer promesas más amplias a otros grupos. La situación se complica aún más por el poco apoyo ciudadano al Gobierno, expresado en la escasa participación, de aproximadamente el 22 % (según fuentes gubernamentales) en las elecciones locales celebradas el 30 de junio. La oposición, que boicoteó estas elecciones, afirma que la participación fue incluso menor, aunque todavía no se han publicado los resultados oficiales.

El tema del teatro, y de la apatía de muchos residentes de Tirana, que no se han unido a los manifestantes en sus vigilias de 24 horas diarias por distintas razones, como la intimidación, se ha convertido en un microcosmos que refleja un problema general: el peligro en que se encuentra la democracia en Albania.

Nota del editor: La autora de este artículo es miembro activo de la Alianza para la Protección del Teatro.

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