Elecciones ponen de manifiesto problemas de discapacidad en Japón

Kimura Eiko and Funago Yasuhiko.

Representantes recién elegidos Kimura Eiko (izquierda) y Funago Yasuhiko (derecha) de Reiwa Shinsengumi se preparan para reunirse con la prensa. La leyenda dice: «Los miembros de la Dieta deben cubrir sus propios gastos de asistencia y cuidado personal.» Captura de pantalla del canal oficial de ANN en YouTube.

El 21 de julio de 2019, Japón eligió 124 de los 245 miembros de la Cámara de Consejeros, la cámara alta del Parlamento. Mientras que el gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) perdió nueve escaños, los partidos de la oposición no lograron el esperado avance. Aunque la situación políticoa  de Japón parece seguir en pie, las elecciones de julio pusieron de manifiesto las barreras que enfrentan las personas con discapacidad cuando intentan participar en la vida diaria.

Kimura Eiko y Funago Yasuhiko, representantes de un partido político recién formado, fueron elegidos para la cámara alta de Japón. Kimura vive con parálisis cerebral y está casi paralizada por debajo del cuello, mientras que Funago ha pasado casi 20 años con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad neurológica progresiva en la que los pacientes pierden gradualmente el control de la mayoría de sus músculos. Tanto Kimura como Funago dependen de sillas de ruedas motorizadas y de cuidadores para llevar a cabo sus tareas diarias.

Ambos fueron elegidos para el bloque de escaños de representación proporcional nacional de Japón, y no para un distrito electoral local. Se postularon como parte de Reiwa Shinsengumi, nuevo partido político dirigido por Yamamoto Taro, político populista que obtuvo más votos que cualquier otro candidato en el segmento de representación proporcional de las elecciones. Al nuevo partido político se le asignaron dos escaños y había dado prioridad a Kimura y Funago, por lo que Yamamoto, ya en parlamentario, perdió su escaño en la Dieta japonesa.

Las barreras que Kimura y Funago encontraron inmediatamente después de su elección dan un ejemplo concreto de por qué Kimura estaba luchando en su campaña, según su lema electoral, «para crear una sociedad donde las personas con discapacidad puedan vivir en la comunidad» (障害者が地域で生きられる社会に). Por ejemplo, sus sillas de ruedas motorizadas son demasiado grandes para entrar en las cámaras de la Dieta.

Los recién electos Eiko Kimura y Yasuhiko Funago no pueden asistir a la Dieta, y no se reduce al acceso para sillas de ruedas. Ambos reciben atención domiciliaria para personas con discapacidades graves que no se ofrece a quienes trabajan (y la asistencia a la Dieta califica como trabajo). La cuestión se está debatiendo.

Michael Peckitt, académico, comentarista sobre temas de discapacidad y colaborador de Global Voices, dice que el tamaño de las sillas de ruedas motorizadas de los legisladores electos pone de manifiesto una falta general de políticas y reglamentos gubernamentales que reduzcan de manera realista las barreras para las personas con discapacidad en Japón.

«¿Qué significa para el Gobierno japonés ‘libre de barreras’, o quizás más específicamente ‘accesible para sillas de ruedas'?, dice Peckitt. «Por ejemplo, en lo que respecta al Gobierno, cuando se trata de habitaciones de hotel, una habitación se considera «accesible» si sus puertas miden entre 70 y 80 cm».

Peckitt dice que las dimensiones oficiales descritas en las regulaciones del Gobierno japonés de ninguna manera se ajustan a todos los usuarios de sillas de ruedas, y por eso han estado constantemente sujetos a desafíos legales.

Además, los recién elegidos Kimura y Funago tampoco pueden manipular físicamente los botones que se utilizan para votar en la Dieta, y sus ayudantes no pueden entrar en el Parlamento para ayudarlos. Ambos legisladores pueden ser excluidos de la Dieta ya que técnicamente violan los estrictos códigos de vestimenta parlamentarios.

Tras las elecciones del 21 de julio, las comisiones parlamentarias prometieron rápidamente enmendarles el código de vestimenta y permitir que sus ayudantes los acompañen a las cámaras de la Dieta. Además, la Dieta rápidamente comenzó a trabajar para modificar sus instalaciones a las necesidasdes de Kimura y Funago.

No está claro si la Dieta Japonesa cubrirá el costo de los cuidadores cuya ayuda hace posible que Kimura y Funago hagan su trabajo –se estima que costará 1.3 millones de yenes (USD12 000) al mes. Hasta su elección en julio, Kimura y Funago recibieron un subsidio para los honorarios desus cuidadores a través de un seguro del Gobierno. Sin embargo, bajo el esquema de seguro, el empleo de Kimura y Funago como miembros de la Dieta constituye una «actividad económica», que no califica para recibir subsidios. Sin la ayuda de la Dieta, los legisladores tendrán que financiar su cuidado diario mientras llevan a cabo sus actividades como representantes electos.

So far, the Diet committee responsible for setting and administering rules that govern eligible expenses for Diet members has refused to reimburse Kimura and Funago for caregiver fees, and will instead consult with the government to find a solution for these costs.

Hasta ahora, el comité de la Dieta responsable de establecer y administrar las reglas que gobiernan los gastos elegibles para los miembros de la Dieta se ha negado a reembolsar a Kimura y Funago los pagos de sis cuidadores, y consultará con el Gobierno para encontrar una solución a estos costos.

Las dificultades que Kimura y Funago para financiar el apoyo que necesitan ponen de manifiesto un obstáculo común que enfrentan las personas con discapacidad en Japón cuando intentan participar en la fuerza laboral.

«En general, mientras que en el lugar de trabajo, la empresa es responsable del cuidado personal de los trabajadores discapacitados, es un obstáculo adicional los discapacidatados encontrar un lugar de trabajo que los acepte», dice Josh Grisdale, ciudadano japonés nacido en Canadá y consultor en accesibilidad que realiza una encuesta sobre accesibilidad en Japón en nombre de la Agencia de Turismo de Japón, en entrevista en línea con Global Voices.

«A medida que los responsables de la formulación de políticas examinen más de cerca las realidades del empleo con discapacidades, es de esperar que las leyes cambien y que sea más fácil para las personas con discapacidad participar más plenamente en la sociedad», agregó.

Grisdale dice que cualquier política que reduzca la carga financiera de empleadores y de trabajadores para pagar por los cuidados creará un sistema más equitativo que ayudará a más personas con discapacidades a participar en la fuerza laboral.

La ley exige a las empresas japonesas que garanticen que el 2,2 % de su mano de obra esté compuesta por trabajadores discapacitados. Sin embargo, mientras que el número de empleados discapacitados ha aumentado año tras año, menos de la mitad de las empresas japonesas afirma haber alcanzado el objetivo del 2,2 %. Además, en 2018 se descubrió que algunas empresas –incluidos 28 ministerios y organismos gubernamentales– probablemente están aumentando o declarando más trabajadores discapacitados, lo que hace que las estadísticas sean sospechosas.

«Nuestros dos legisladores aún no han entrado al Parlamento, pero ya están haciendo que (la cámara) no tenga barreras», dijo el líder del partido Reiwa Shinsengumi, Yamamoto Taro, en una entrevista después de las elecciones. «Aunque seamos más pequeños que el segundo partido de la oposición, creo que podemos tener un gran impacto».

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