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«Soy hongkonés»: Artista Ai Weiwei explica por qué apoya el movimiento de protesta de la ciudad

Categorías: Asia Oriental, China, Hong Kong (China), Arte y cultura, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Política, Protesta

Ai Weiwei. Foto: Ai Weiwei Studio.

Este artículo fue escrito originalmente por Tom Grundy y se publicó [1] en Hong Kong Free Press el 30 de julio de 2019. Esta es una versión editada que se reproduce en Global Voices gracias a un acuerdo para compartir contenido.

El artista contemporáneo chino Ai Weiwei [2] se hizo de un nombre en artes visuales, cine y arquitectura antes de su comentario crítico contra el Gobierno chino que llevó a su persecución y juicio por acusaciones de evasión fiscal. Ai se mudó a Berlín en 2015 y se ha vuelto un abierto defensor de derechos de los migrantes. En el momento más duro de las protestas contra la ley de extradición en Hong Kong, HKFP conversó con el influyente artista sobre su trabajo, derechos humanos y China en el régimen del presidente Xi Jinping.

HKFP: Los disidentes chinos suelen decir que China se está volviendo más totalitaria con el presidente Xi Jinping. ¿Qué crees del gobierno de Xi? ¿Es delicado o seguirá hasta que muera?

Ai: La política de China no ha cambiado desde que el Partido Comunista Chino estableció la nación en 1949. A veces se vuelve más extremo, y otras veces puede haber algo de espacio para la tolerancia. Si la política china es extrema o tolerante es un reflejo de la propia condición del partido. Si la condición es de fragilidad o urgencía, la política y los métodos de control se volverán más extremos.

China es como un bebé grande que todavía no tiene conocimiento ni es racional. Su juicio suele ser incomprensible. China es también una nación que puede sostener esta condición cien años. La única posibilidad que tienen los competidores de China de impedir que se convierta en una amenaza es reconocerla como tal y salvaguardar un futuro para una sociedad civilizada.

La manera en que China ha logrado su rápido crecimiento claramente está en conflicto con los llamados valores occidentales —los derechos humanos que se han establecido en los últimos cien años que nos han traído al momento presente, y del que China también se ha beneficiado mucho. Sin embargo, China no reconoce las normas establecidas y prefiere conservar métodos bárbaros de gobernar y controlar, lo que presenta un peligro para el mundo entero.

HKFP: Sobre Hong Kong – has tenido varias exhibiciones acá (en 2015 y 2018). En tu opinión, ¿cómo ha cambiado la escena artística de la ciudad durante ese periodo, sobre todo en términos de libertad de expresión?

Ai: He tenido actividades artísticas en Hong Kong. Es una sociedad con una energía especial, moderna. Al mismo tiempo, siento que el arte en Hong Kong debería ser mucho más agresivo o tener un impacto más global. Hong Kong se sigue beneficiando de ser la ciudad más internacional en Asia. Tiene una población que ha recibido educación. La ciudad necesita más arte que refleje su energía, esperanza e imaginación.

HKFP: ¿Te preocuparía tu seguridad si visitaras Hong Kong más adelante?

Ai: Sí. Con “Un país, dos sistemas [3]”, si el pueblo de Hong Kong no lucha para proteger sus derechos puede fácilmente caer en las mismas sombrías condiciones que enfrenta Shenzhen [4] o cualquier otra ciudad china. Las violaciones a los derechos humanos serían generalizadas e incontrolables. Caería en el mismo defectuoso sistema judicial chino que está sujeto a los intereses del partido. Cuando un sistema judicial pierde su independencia, cualquier cosa puede ocurrir y nadie está seguro.

HKFP: Llamaste a las manifestaciones contra la extradición de Hong Kong la “protesta más hermosa del mundo». ¿Por qué lo crees? ¿Prevés una mayor represión de Pekín en el horizonte?

Ai: Mi impresión de Hong Kong viene de un tiempo anterior. Después de que me liberaron de detención secreta en 2011, supe que el pueblo de Hong Kong había hecho un gran esfuerzo para apoyar mi liberación. Hubo muchas manifestaciones y jóvenes artistas que colocaron afiches con mi foto y nombre en toda la ciudad. Hasta se proyectó mi retrato y nombre en la fachada del edificio Garrison del Ejército Liberación Popular. Fueron actos de personas. Nunca supe quiénes eran y nunca intentaron contactarme. Me sentí muy conmovido por esas acciones.

Solamente saber que otra persona compartía mis valores me recordó que la humanidad aún existía hasta en las condiciones más extremas. Es una de las razones por las que apoyo totalmente a esos jóvenes que ahora se están expresando. No tienen nada que ocultar. ¿Por qué ocultarían su voz? Si no tuvieran voz, ¿cómo sobrevivirían? Creo que todos pueden tener juicio propio, sobre todo los jóvenes en Hong Kong. Son astutos y valientes. Algunos han dicho que el pueblo de Hong Kong es muy práctico. Sí, los derechos humanos son muy prácticos. Se trata de todo lo que nos importa. Todas las noches tenemos el mismo sueño: vivir como seres humanos libres, más que vivir bajo una dictadura o la violencia del autoritarismo.

Es por eso que creo que las manifestaciones en Hong Kong son las más hermosas. Son muy pacíficas, racionales, y quienes participan son jóvenes. Es muy diferente a la mayoría de manifestaciones en otras partes. Suelen orientarse en torno a una agenda política compartida. Pero quienes marchan en las calles de Hong Kong están ahí por la libertad. Es abstracto, pero al mismo tiempo se relaciona con todos y definitivamente se relaciona con los valores que más aprecio.

Ya antes he dicho que soy hongkonés. Hoy lo reitero. Soy hongkonés. Los admiro y me entristece profundamente ver que cuatro jóvenes ya han perdido la vida en esta lucha. Claramente han afirmado de qué se trata la lucha en Hong Kong, que la libertad es tan valiosda como la propia vida y estaban dispuestos a sacrificar su vida para demostrarlo. Nada puede ser más hermoso.

Muro Lennon en Hong Kong. Foto: Kris Cheng / HKFP

China enfrenta un enorme problema si los jóvenes de Hong Kong siguen protestando. Es un desafío que alarma al resto del mundo sobre la clase de sociedad que es China. Si no detienen las protestas, la voz democrática se volverá más fuerte y habrá mejores condiciones con la libertad. Pero ¿cómo pueden detenerlas? Hong Kong no es simplemente otra ciudad china. De ser el caso, los militares hubieran entrado y los hubieran reprimido inmediatamente. No había cobertura de los medios ni atención internacional. Esto ya pasa todo el tiempo en China. Hong Kong es diferente. Aún tiene su historia reciente como colonia británica, reflejada en su adherencia al estado de derecho, su Poder Judicial independiente y un amplio rango de libertades políticas.

De otro lado, Reino Unido no ha mostrado visión ni voluntad para defender sus valores más importantes y vemos el deterioro de esos valores globalmente. El fracaso de Reino Unido nos da razones más fuertes para apoyar la democracia y los derechos humanos en Hong Kong.

HKFP: Las protestas por la extradición de Hong Kong han dado a los artistas espacio para crear arte: los manifestantes decoran muros con papeles autoadhesivos, pintores que trabajan en el lugar, manifestantes que dibujan paraguas con mugre que savan de los muros de túneles. ¿Por qué crees que la personas sienten el impulso de crear arte durante tiempos de crisis?

Ai: La libertad de expresión es el arma más importante para combatir el autoritarismo. Los autoritarios simplemente no tienen imaginación, y sin eso, no tienen futuro. A menudo vemos manifestantes que también carecen de imaginación, pero las protestas de Hong Kong han demostrado capacidad de adaptación. Están aprendiendo de la lucha. No hay otra manera de lograr esta educación que estar en el medio.

Correrá sangre, como vimos en el ataque organizado por la turba en blanco [5] hacia fines de julio. El enemigo es agresivo que tomará cualquier medio necesario para reprimir el movimiento. Entonces, los manifestantes deben tener no solamente claridad mental, sino también una estrategia definida. Deben anunciar explícitamente sus ideas y movilizar a la gente, pero también tener tácticas claras para desenmascarar las vulnerabilidades del oponente. Ese es el arte del disidente y toda una generación de jóvenes aprenderá de esto porque tienen un oponente formidable.