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Comisión de la Verdad de Gambia sigue enfrentando abusos del régimen de anterior presidente

Categorías: África Subsahariana, Gambia, Derecho, Derechos humanos, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Historia, Medios ciudadanos, Respuesta humanitaria

Expresidente de Gambia, Yahya Jammeh. 1 de septiembre de 2003. Foto cortesía de IISD/Earth Negotiations Bulletin vía Wikimedia Commons.

Al igual que la Comisión para la verdad y la reconciliación [1] de Sudáfrica establecida tras el fin del apartheid, Gambia ha establecido su propia Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparaciones [2] (CVRR) para investigar las generalizadas violaciones de derechos humanos durante los 22 años [3] que duró el régimen del expresidente Yayha Jammeh.

La CVRR se inició el 15 de octubre de 2018, en el Hotel Dunes, en  Banjul, la capital del país. El 7 de enero de 2019, empezaron oficialmente [4] las audiencias ante una comisión de once personas. El plan es escuchar testimonios durante dos años.

En julio de 2019, continuaron los testimonios de los directamente involucrados en los crímenes más serios ante la comisión, que revelaron los horrores por los que pasaron los gambianos durante el régimen de Jammeh —incluidas las consecuencias de un fallido intento de golpe de Estado en diciembre de 2014 [5] para derrocar a Jammeh.

The Law Hub Gambia, organización legal independiente, explica [6] que la comisión de la verdad se estableció porque los autores aún no han comparecido ante la justicia:

As a direct result of 22 years of authoritarian rule, human rights violations were widespread. In most cases, there was no effective investigation and perpetrators have not been brought to justice. On December 13, 2017, the Truth, Reconciliation and Reparations Commission Act was adopted by the National Assembly and assented to by the the president on January 13, 2018.

Como resultado directo de 22 años de gobierno autoritario, las violaciones de derechos humanos fueron generalizadas. En la mayoría de casos, no hubo investigación efectiva y los autores no han comparecido ante la justicia. El 13 de diciembre de 2017, la Asamblea Nacional aprobó la ley de la Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparaciones y fue aprobada por el presidente el 13 de enero de 2018.

Article19.org, organismo no gubernamental de derechos humanos, explica [7] la clase e intensidad de violaciones de derechos humanos en el régimen del expresidente Jammeh entre 1994 y 2016:

Between 1994 to 2016, under President Yahya Jammeh’s regime, Gambian citizens suffered numerous human rights violations. These included murder, extrajudicial killings, torture, enforced disappearances, physical assaults, arbitrary arrests and detention, the arbitrary closure of media outlets and the systemic intimidation and harassment of influential and critical voices who spoke out. These violations were perpetrated by the security forces and condoned by a compromised judiciary with blatant disregard for international human rights standards. There were no mechanisms for access to justice for victims of human rights violations and the perpetrators were not punished.

Entre 1994 y 2016, durante el régimen del presidente Yahya Jammeh, los ciudadanos de Gambian sufrieron numerosas violaciones a los derechos humanos, que incluían asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, tortura, desapariciones forzadas, ataques físicos, arrestos y detenciones arbitrarios, cierre arbitrario de medios e intimidación y acoso sistemáticos de voces influyentes y críticas que se expresaron. Estas violaciones fueron perpetradas por las fuerzas de seguridad y condonadas por un Poder Judicial comprometido con abierto desprecio por las normas de derechos humanos internacionales. No había mecanismos de acceso a la justicia para las víctimas de las violaciones de derechos humanos y los perpetradores no recibieron castigo.

En las elecciones presidenciales de diciembre de 2016, Jammeh fue sorprendentemente derrotado por el actual presidente Adama Barrow y ahora vive exiliado [8] en Guinea Ecuatorial.

‘No hay límite a lo que se revelará’

El 26 de julio, el periodista Mustapha K. Darboe escribió [9] sobre el «infame escuadrón de la muerte» del presidente Jammeh — The Junglers (algo así como los selváticos):

There seems to be no limit to what will be revealed before Gambia’s Truth, Reconciliation and Reparations Commission. This week, the first three members of former president Yahya Jammeh’s infamous hit squad – the Junglers – testified. They claimed responsibility in a number of high-profile murders, including the execution of dozens of migrants in 2005. And they said the chain of command leads to Jammeh himself…

Parece que no habrá límite a lo que se revelará ante la Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparaciones de Gambia. A fines de julio, dieron testimonio los primeros tres miembros del «infame escuadrón de la muerte» del presidente Jammeh — The Junglers. Se atribuyeron responsabilidad en varios asesinatos destacados, incluida la ejecución de docenas de migrantes en 2005. Y dijeron que la cadena de mando llega hasta el propio Jammeh…

«Parece que no habrá límite a lo que se revelará ante la Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparaciones de Gambia» — Mustapha K. Darboe, periodista

Algunos hombres que rinden testimonio parecen no darse cuenta de la seriedad de sus acciones. El brigadier general Alagie Martin, importante oficial del Ejército de Gambia acusado de graves abusos de derechos humanos, sostiene haber golpeado a las víctimas —pero niega haberlas torturado.

Presuntamente, Martin torturó a Sana Sabally [10], entonces vicepresidente de las Fuerzas Armadas, junto con otros soldados entre mediados de la década de 1990 y comienzos de los años 2000.

El periodista Lamin Njie informa [11] cómo respondió Martin a las preguntas de Essa Faal, presidente de la comisión:

…[Sana Sabally] was ‘beaten, butt-stroked slapped, all those things have been done to him because he refused to talk.’ When Faal [asked] him if he was satisfied to call it ‘beaten’ but would not call it ‘torture,’ the top general shook his head and said: ‘No. No. It’s not torture.’

…[Sana Sabally] fue ‘golpeado, le pegaron en el trasero, y le hicieron todo eso porque se negó a hablar’. Cuando Faal le [preguntó] si le satisfacía que se dijera que eran ‘golpes’ pero que no lo llamaría ‘tortura’, el importante general sacudió la cabeza y dijo: ‘No. No. No es tortura’.

El periodista Sheriff Bojang Jr. brindó un relato [12] de la audiencia de julio de Omar Jallow, alias Oya, el primer jungler que confesó, quien reveló haber matado ciudadanos de otros países africanos, incluidos ghaneses:

Jallow confessed that he participated in the extrajudicial killing of dozens of Ghanaians and other nationals who were reportedly arrested while attempting to go to Europe through the so-called back-way. He also confessed to torturing Imam Baba Leigh, Imam Bakawsu Fofana, another person he couldn’t remember and the December 30 [2014] alleged coup plotters [13].

Jallow confesó haber participado en las matanzas extrajudiciales de docenas de ghaneses y ciudadanos de otros países que supuestamente fueron arrestados mientras intentaban irse a Europa a través del llamado camino secundario. También confesó haber torturado a Imam Baba Leigh, Imam Bakawsu Fofana, otra persona que no podía recordar, y supuestos involucrados en el golpe [13] del 30 de diciembre de 2014.

¿El pasado alcanzará al presente?

Fatou Bom Bensouda, procuradora de la Corte Penal Internacional, ejerció con el presidente Jammeh durante muchos años, lo que deja a los críticos preguntándose si su pasado la atrapará con la CVRR de Gambia.

A Bensouda se la conoce por «cazar tiranos» [14] en su rol como procuradora de la Corte Penal Internacional. Además, Darboe y su colegia periodista Thierry Cruvellier expresa [15] que en 1995, Bensouda ejerció como subdirectora de procesos y Jammeh la ascendió a consejera principal del Estado. En 1998, asumió el rol de abogada general y secretaria legal de Jammeh, que reportaba directamente a él, seguido de designaciones como fiscal y ministra de Justicia —puesto que ejerció dos años:

…During the first six years of the dictatorship, Fatou Bensouda enjoyed a meteoric and remarkable career to reach the highest national judicial and political positions in the field of justice, under a regime in which the judicial system was marked by multiple and serious violations of the law, the systematic practice of torture, the fabrication of evidence, illegal detentions, enforced disappearances and deaths in custody.

…En los primeros seis años de dictadura, Fatou Bensouda gozó de una carrera meteórica y destacable para llegar a los puestos más altos judiciales y políticas nacionales, en un régimen cuyo sistema judicial se vio marcado por múltiples y graves violaciones a la ley, práctica sistemática de tortura, fabricación de evidencias, detenciones ilegales, desapariciones forzadas y muertes de detenidos.

Didier Gbery, jefe del programa de Gambia del Centro Internacional de Justicia Transicional, detalla [16] el rol y propósito de institucions como la CVRR:

Truth-telling is not a sport for victors and losers. The public hearings should be a safe space where victims can finally share their stories, not one granted to the perpetrators, or to a public that is impatient only to hear perpetrators speak. Countries grappling with cycles of violence and repression have placed victims at the center of a truth-telling exercise; this is so that the nation can acknowledge, heal, learn from their suffering and restore their dignity.

Otherwise, the TRRC could become a platform for perpetrators to be lionized and victims to once again be relegated to second place.

Decir la verdad no es un deporte para vencedores y vencidos. Las audiencias públicas deben ser un lugar seguro en el que las víctimas finalmente cuenten sus historias, no uno que garanticen a los autores ni a un público impaciente solamente por escuchar hablar a los perpetradores. Los países que luchan con ciclos de violencia y represión han puestos a las víctimas en el centro de un ejercicio de decir la verdad. Es para que el país pueda reconocer, sanar, aprender de su sufirmiento y restaurar su dignidad.

De otra manera, la CVRR se convertiría en una plataforma para que los perpetradores fueran idolatrados y las víctimas se vean, otra vez, relegadas a un segundo lugar.

Cibernautas, como Pasamba Jow, el activista de derechos humanos, estuvo de acuerdo:

Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparaciones de Gambia, muestro mi total solidaridad de esta importante institución. Ningún chanchullo puede desacreditar a la Comisión de la Verdad, Reconciliación y Reparaciones del pueblo. Justicia para las víctimas. Nunca más.

Las extensas violaciones de derechos humanos en el régimen de Yahya Jammeh han dejado a los gambianos con numerosos casos para procesar. Hasta un pequeño impacto en esos casos costará dinero y mayor sufrimiento humano —pero los sobrevivientes y las familias de las víctimas cuentan con eso.