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¿Conseguirá Zimbabue revocar la prohibición del comercio de marfil?

Categorías: África Subsahariana, Zimbabue, Ambiente, Derecho, Desarrollo, Medios ciudadanos, Relaciones internacionales
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Foto de Pawan Sharma [2] en Unsplash [3].

Zimbabue, junto con otros tres países sudafricanos, ha presentado una propuesta [4] para que la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES [5], por su nombre en inglés) sea enmendada para permitir el comercio de marfil. La propuesta se debatirá durante la reunión [6] de la Conferencia de las Partes de la CITES (CoP, por su ombre en inglés) en Suiza entre el 17 y el 28 de agosto. Zimbabue ha insinuado [7] que se retirará de la CITES si se rechaza la propuesta.

El argumento de los defensores de la propuesta es que el sur de África tiene muchos elefantes (Zimbabue tiene la segunda población mayor del mundo) y se debería permitir que el comercio de marfil continuara. Zimbabue, con pocos recursos económicos, también tiene una reserva de marfil incautado a los cazadores furtivos [7] por valor de 300 millones de dólares, que no se puede comercializar según las normas actuales. La enmienda propuesta [8] tiene como objetivo permitir el comercio de tallas de marfil y de «marfil en bruto registrado», incluidos «colmillos enteros y trozos», sujeto a algunas condiciones. Incluye una disposición que establece que los ingresos del comercio de marfil se «utilizarán exclusivamente para la conservación de elefantes y para programas comunitarios de conservación y desarrollo dentro del hábitat de los elefantes o en zonas adyacentes».

A nivel mundial, no existe consenso sobre la mejor solución para proteger a los elefantes. También existe un acalorado debate político sobre si el comercio de marfil podría beneficiar o no a los animales. Algunos países y organizaciones abogan por el «uso que no sea para consumir», mientras que otros (incluido Zimbabue) creen que la fauna debería pagar sus propios costos de protección.

Para entender el contexto, es importante examinar el estado actual de los elefantes en el marco de la CITES [9] y las soluciones que se están explorando actualmente para protegerlos de los cazadores furtivos y de la extinción.

En el marco de la CITES, los elefantes africanos están incluidos en dos apéndices diferentes [10]; el Apéndice I y el Apéndice II. Las especies incluidas en el primero pueden ser objeto de comercio internacional, pero no con fines comerciales. Las especies del Apéndice II no se consideran necesariamente «en peligro» y pueden comercializarse con fines comerciales, incluidos animales vivos y caza deportiva, pero son controlados por si se producen cambios en el impacto del comercio sobre su supervivencia. Ambos apéndices prohíben el comercio del marfil.

Demanda de marfil fuera de control

Hace apenas unas décadas, más de un millón de elefantes deambulaban por el continente africano. Actualmente, debido a la demanda de marfil, los elefantes caminan hacia la extinción; se estima que la población actual es de unos 625 000 ejemplares.

Para averiguar cómo se llegó a ese punto, es necesario retroceder hasta la década de 1970, cuando la demanda de marfil se disparó. En respuesta, la CITES prohibió oficialmente el comercio de marfil en 1989, pero en 1990 y 2008 permitió la venta excepcional [11] de reservas de marfil propiedad de los Gobiernos de los países del Apéndice II a los socios comerciales designados de Japón y China.

El objetivo del proceso era inundar el mercado de marfil con la esperanza de reducir la demanda, pero ocurrió todo lo contrario, provocó una escalada en la caza furtiva de elefantes [12]. Es muy probable que esta nueva propuesta, si se acepta, provoque lo mismo, pues los países del sur de África ya están experimentando una crisis de caza furtiva y un aumento del comercio ilegal.

¿Puede Zimbabue retirarse de la CITES?

No hay nada que impida que Zimbabue se retire de la CITES si se rechaza la propuesta. Pero la afirmación del Gobierno de que se retirará no ha sido de agrado de los conservacionistas, especialmente cuando se consideran las razones subyacentes.

Zimbabue podría retirarse del acuerdo de especies en peligro para vender 300 millones de dólares de marfil.
Zimbabue evualará retirarse de la Convención de Comercio Internacional de Especies en Peligor porque la organización no le permite vender sus reservas de marfil
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Mientras que Botsuana ha sido el blanco de mucha preocupación últimamente respecto a los elefantes… también llegan malas noticias de Zimbabue. Quieren vender sus reservas de marfil y dejar la CITES para hacerlo. ¡Terrible!

El artículo XXIV [15] de la CITES dispone que cualquier parte podrá retirarse de la Convención mediante un proceso de denuncia. En toda la historia de la Convención solo un país lo ha hecho: Emiratos Árabes Unidos, que se retiró en 1988 y volvió a firmar en 1990.

Si Zimbabue se retira, teóricamente podría vender sus reservas de marfil sin la interferencia de las regulaciones de la CITES, pero también se enfrentaría a serios obstáculos. Por ejemplo, Zimbabue podría descubrir que los posibles compradores han prohibido el comercio de marfil (como hizo [16] China en 2017) o que la CITES los ha sometido a suspensiones [17] que prohíben el comercio.

Además, la dinámica de poder en el marco de la CITES es tal que las naciones ricas y poderosas podrían castigar a las más pequeñas. Sin embargo, no son solo los países occidentales los que argumentan contra la enmienda propuesta por Zimbabue. La Coalición del Elefante Africano (AEC, por su nombre en inglés), consorcio de 32 países africanos liderado por Kenia, también se opone firmemente.

Para que se apruebe la propuesta de comercio de marfil, Zimbabue necesitaría una mayoría de dos tercios de los votos en la reunión de la CoP18. Ya se han rechazado propuestas anteriormente y se podría argumentar que es aún más probable que esta fracase porque el comercio ilegal subsiste.

El director general de Zimparks, Fulton Mangwanya, implora que se haga todo lo posible para involucrar a la comunidad internacional a fin de bloquear el intento de abuso del proceso de la CITES a través de la interferencia en la gestión sostenible de la fauna, especialmente de los elefantes, cuya población es de 84 000 ejemplares en Zimbabue.

Ser parte de la CITES significa que el estado renuncia a invocar sus derechos soberanos y queda obligado legalmente por las decisiones de la CITES. Sin embargo, no es ningún secreto que la conservación es muy cara. La Autoridad de Gestión de Parques y Fauna de Zimbabue (Zimparks) carece de recursos financieros y no tiene financiamiento del Gobierno. La escasez de personal, especialmente de guardabosques, hace que la fauna sea altamente vulnerable a la caza furtiva.

«Que los que nos prohíben vender (marfil) nos den dinero para gestionar nuestros parques», dijo el portavoz de Zimparks, Tinashe Farawo, en una reciente entrevista con Agence France Presse. «La CITES debería regular el comercio de especies en peligro, si no hay comercio, ya no es útil».

El argumento es que en lugar de simplemente prohibir a Zimbabue vender su marfil, se debería ofrecer una solución viable. Una solución podría ser la creación de un fondo específico para ayudar a las naciones pobres a gestionar sus poblaciones de elefantes. En tal caso, las partes de la CITES tendrían que acordar cómo se adquirirían los fondos y establecer medidas para garantizar que las partes receptoras usaran los fondos para la conservación de los elefantes.

¿Una moción de censura?

Hay mucho debate en línea sobre este tema en Zimbabue, con algunos que piden que se apruebe una moción de censura contra la CITES por razones de ineficacia; aunque la Convención ha estado en vigor desde 1975, el comercio ilegal de fauna sigue muy vivo actualmente, argumentan los peticionarios.

QUEREMOS PROTECCIÓN, NO COMERCIO
Voto de no confianza en las ciudades
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Moción de censura… Durante mucho tiempo han facilitado los delitos de China contra la naturaleza. Petición. Actúa. CITES. Por favor firma retuiteando… CoP18, el mensaje debe ser fuerte y claro.
?????

Pero la gente también necesita entender cómo funcionan las convenciones internacionales y el derecho internacional. La CITES es un acuerdo global entre Gobiernos, no una organización. Su alcance es muy limitado, ya que se limita a la regulación del comercio internacional de especies incluidas en la lista y no a proteger los hábitats. No se puede simplemente aprobar una moción de censura en la CITES y esperar que la Convención se disuelva, ya que su disolución se rige por un tratado.

En el marco de la CITES, la Unión Europea ejerce una gran influencia como voto en bloque, con sus 27 Estados miembros, y bien podría ser un factor decisivo en cualquier propuesta. En las reuniones anteriores de la CoP, la Unión Europea ha expresado [30] la opinión de que se debe adoptar una «posición equilibrada» y que se debe respetar a los países de los hábitats, y sugiere que no se opone totalmente al comercio de marfil mientras no facilite el comercio ilegal de la fauna.

Respecto a la propuesta actual, sin embargo, la Unión Europea ha dejado muy clara su posición en un reciente comunicado de prensa [31]:

“On 8th June the Council of Environment Ministers agreed to support the transfer of the African elephant to Appendix I of CITES and called on the Commission to propose measures for an immediate import ban on ivory.”

El 8 de junio, el Consejo de Ministros de Medio Ambiente acordó apoyar la transferencia del elefante africano al Apéndice I de la CITES y pidió a la Comisión que propusiera medidas para una prohibición inmediata de la importación de marfil.

Si la propuesta de comercio de marfil se aprueba y si Zimbabue se retira o no de la CITES se verá cuando la reunión de la CoP concluya el 28 de agosto. Pero en el centro de todo esto está la disminución de la población de elefantes de África, para quienes el comercio de marfil es literalmente una cuestión de vida o muerte.