En lo que va del año, la malaria ha afectado a 5 738 661 millones de personas en Burundi —cifra que representa a la mitad de su población, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). Hasta el 21 de julio, 1801 personas han muerto por el virus, según el Ministerio de Salud Pública de Burundi.
La malaria, enfermedad causada por un parásito y transmitida por mosquitos, ha aquejado por mucho tiempo a los burundeses y a toda la región de África Oriental, pero desde principios de año se ha registrado un importante aumento de casos, un 97 % más de casos comparado con el mismo período de 2018.
Los síntomas que presentan los enfermos son fiebre alta, molestias y dolencias corporales, escalofríos, náuseas y en algunos casos deshidratación y delirios.
La OMS da frecuente seguimiento a los brotes e indicó que el número de casos de malaria había alcanzado dimensiones epidémicas en mayo, cuando hubo cerca de tres millones de casos. La OCHA informó que grandes áreas del país habían alcanzado la condición de epidemia, en 34 de 46 distritos sanitarios, particularmente en el norte.
Sin embargo, el Gobierno no está listo para reconocer la situación crítica de la malaria como una epidemia:
Authorities in #Burundi must swallow their pride and declare malaria as a national disaster. People are dying and no one seems to care. When will wake up, it will be late. Mark this tweet.
— Ngendakumana J. Patrick (@ngendapatrick) August 6, 2019
Las autoridades de Burundi deberían dejar de lado su orgullo y declarar a la epidemia de malaria como desastre nacional. La población muere y pareciera que a nadie le importara. Cuando abran los ojos será tarde. Fijen este tuit.
Kacaman, niño burundés estrella de YouTube, hizo visible el sufrimiento de miles de enfermos de malaria con su muerte por la enfermedad. Tenía seis años:
Does it have to take tragedy to drive change? The death of 6 year old YouTube star Kacaman draws attention to #Burundi, where more than 1,800+ people have died from #malaria this year according to #WHO #EndMalaria. https://t.co/ywD3ks1ylj
— Reaching the Last Mile (@RLMglobalhealth) August 12, 2019
Kacaman: estrella de YouTube de Burundi muere de malaria a los seis años.
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¿Hace falta una tragedia para que las cosas cambien? La muerte de Kacaman de seis años, estrella de YouTube, visibilizó a Burundi, donde más de 1800 personas han fallecido a causa de la malaria este año de acuerdo con la OMS.
Radio France Internationale informó que un trabajador de la salud anónimo dijo que los centros de salud están colapsados por la demanda y que si el Gobierno declarara la epidemia de malaria sería más fácil brindarle asistencia a la población con gastos sanitarios.
El periódico Iwacu detalló la situación de una clínica en Giheta, en la provincia de Gitega, en julio, que luchaba por hacerle frente a la gran cantidad de casos, donde el 90 % de los pacientes padecían malaria, en su mayoría niños. Miles de pacientes por mes han estado ocupando lugares, compartiendo camas y esperando en largas filas, lo cual pone bajo una gran presión al personal.
La OMS dijo que entre los factores causales se encuentra la escasa utilización de medidas preventivas como mosquiteras, el cambio climático que hace que los mosquitos lleguen a mayores altitudes (en un país montañoso), el aumento de cultivos de arroz en los últimos años (donde hay aguas estancadas que facilitan la reproducción de mosquitos), problemas de salud pública en áreas urbanas y cambios en el comportamiento de mosquitos. La OMS llamó a todos los interesados a dar una «respuesta contundente».
Franck Arnaud Ndorukwigira, bloguero burundés dueño del sitio web Yaga, informó que los médicos de Burundi señalan que la pobreza es otro factor que impide la prevención. Hizo referencia a la estadística del Banco Mundial, que indica que el 74,7 % de burundeses vive en la pobreza y tienen dificultades para acceder a un seguro médico. La desnutrición y sistemas inmunológicos débiles también dificultan la supervivencia frente a un brote de malaria. A veces se utilizan las mosquiteras para pescar.
El Gobierno ha intentado abordar el asunto con reparto gratuito de repelentes de mosquitos, algunos medicamentos, particularmente para niños menores a cinco años y clínicas móviles que llegan a áreas rurales de difícil acceso. El Gobierno espera poder distribuir mosquiteros en todo el país para 2020. Sin embargo, la OMS dio cuenta de «falta de recursos humanos, de logística y financieros para lograr una respuesta efectiva».
No obstante, el Ministro de Salud, Thaddée Ndikumana, evitó la declaración de la epidemia. Contrarrestó dichos informes al compararlos con los altos índices registrados en 2017, cuando el Gobierno declaró el estado de emergencia. El bloguero de Yaga, Honoré Mahoro y otras personas criticaron enérgicamente la demora del Gobierno. Y ahora, Ndikumana ha estado evitando el interrogante sobre la epidemia.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) escribió que en junio hubo algunas mejoras en la situación humanitaria pero todavía es precaria ya que 1.7 milliones de personas se encuentran en situación de necesidad. La situación se podría agravar debido a desastres naturales, como inundaciones y la amenaza del ébola proveniente de la vecina República Democrática del Congo, donde el ébola ha perdurado por más de un año. También persisten otros desafíos como la inseguridad alimentaria que tiene un impacto en el 44 % de la población de acuerdo con UNICEF y brote de cólera reciente en Bujumbura.
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La presente crisis sanitaria se desarrolla dentro del contexto de los próximos comicios del 2020 y es posible que el Gobierno se niegue a declarar formalmente el estado de emergencia ya que esto podría afectar su imagen negativamente. La seguridad política continúa siendo tensa desde las polémicas elecciones de 2015.
Muchos ciudadanos han huido en calidad de refugiados o han sido desplazados dentro del territorio, inclusive políticos y periodistas. Por otro lado, se ha criticado al Gobierno por recurrir al autoritarismo, al enfrentar a Gobiernos, organizaciones internacionales como Naciones Unidas y la Unión Africana y por estar bajo investigación de la Corte Internacional Penal por posibles violaciones graves de derechos.
La situación crítica de la malaria ha desestabilizado y agravado más la situación, ha agudizado la pobreza, la inseguridad alimenticia y dificultades económicas como la recurrente escasez de alimentos y el incremento en el precio de combustibles.
Debido a las restricciones impuestas a medios de comunicación y a organizaciones no gubernamentales, los periodistas luchan por trabajar, lo que complica responder a la crisis y dificulta la obtención de información.