Este artículo es la segunda de una serie de dos partes sobre desinformación en línea, bloqueos y crecientes tensiones políticas y étnicas en Etiopía. Se puede leer la primera parte acá.
El 18 de junio de 2018, en su segundo discurso parlamentario, el reformista primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, anunció que su gestión ya no bloquearía publicaciones en línea. En el término de un día, su entonces jefe de gabiente, Fitsum Arega, publicó un tuit en el que reconocía el desbloqueo de más de 250 blogs y sitios web, en su mayoría del extranjero y a favor de la oposición.
En su momento, la decisión fue celebrada como un importante paso hacia la libertad en internet en un país donde el partido gobernante, Frente Revolucionario Popular Etíope (EPRDF), ha controlado el flujo de información desde hace años.
Cuando el ambiente político se relajó, comediantes, periodistas, blogueros y activistas de oposición expresaron ideas y críticas que habían estado encerradas por décadas. Sin embargo, esta aceptación de Etiopía de las libertades civiles se ha reducido pues han resurgido desavenencias políticas entre las élites no gobernantes de los dos principales grupos étnicos de Etiopía: amharas y oromos. Con tensiones étnicas y políticas entre los dos grupos que se expresan en línea en forma de discurso de odio y desinformación, el Gobierno respondió —en diversas ocasiones— con la imposición de restricciones al acceso a redes y plataformas de medios sociales.
Antes de las reformas políticas presentadas por el primer ministro Abiy Ahmed, las interrupciones a la conexión de internet, servicios de telefonía celular o medios sociles se daban por razones que iban desde contener las manifestaciones masivas a evitar trampas durante los exámenes.
Aunque esta vez la política está en el centro de los bloqueos de internet, la dinámica es más complicada que antes del inicio de las reformas políticas.
Letal violencia comunitaria y un bloqueo
En septiembre de 2018, apenas dos meses después del compromiso del Gobierno de abrir internet, surgió mortal violencia comunitaria en Burayou, pueblo ubicado en las afueras de la capital de Etiopía, Adís Abeba, tras el regreso de dos grupos políticos exiliados en contienda. Ginbot Patriótica 7 y Frente de Liberación de Oromo (OLF). En respuesta, el Gobierno recurrió a deliberadas interrupciones de conexión a internet, servicios celulares y medios sociales.
Las autoridades consideran que los medios sociales —sobre todo Facebook— tuvieron un papel destacado en atizar la tensión comunitaria, y no son las únicas. El hecho de que la tensión comunitaria haya aumentado en Burayou justo cuando los medios sociales se usaron en la zona hizo que muchos empezaran a especular que la violencia era atizada por mensajes que se difundían en medios sociales.
Sin embargo, una mirada más cercana a la violencia revela que también hay otros factores bien arraigados.
En años recientes, las tensiones comunitarias han sido realidad en Etiopía. Entre las muchas tensiones étnicas que dominan la política etíope, tal vez ninguna ha sido más corrosiva que el problema de Adís Abeba, la capital de Etiopía, alrededor de la cual el conflicto y la tensión han aumentado durante años.
En Adís Abeba, ubicada geográficamente en Oromia, predomina la población que habla amhárico y sigue expandiéndose a Oromia, la mayor región administrativa de Etiopía.
En reacción a la persistente expansión de Adís Abeba en Oromia hasta 2014, en 2015 empezó un movimiento de protesta. Tras años de lucha, estas protestas redujeron la velocidad de la ciudad en expansión.
Pero el pedido inicial del movimiento de protesta de poner un alto a la descontrolada expansión de Adís Abeba a expensas de los granjeros oromo llevó finalmente a demandas nacionalistas definidas en términos de propiedad étnica de la ciudad.
En los días antes del estallido de violencia en Burayou, partidarios de los dos bloques políticos rivales se difunden con una filosofía de «nosotros contra ellos» por diversos medios de comunicación. Izaron y ondearon banderas de los grupos rivales en las calles de Adís Abeba. Hasta hubo enfrentamientos físicos y algunos choques violentos en la capital.
Aunque muchos factores contribuyeron a la violencia en Burayou, como las divisiones étnicas y lingüísticas y falta de fe en el Gobierno, se culpó a internet como la principal razón.
Fue la segunda vez (según la información disponible) que los servicios de internet quedaron suspendidos después de que las autoridades prometieron que el Gobierno ya no bloquearían internet ni restringirían el acceso a aplicaciones o sitios web específicos.
Las autoridades también cerraron internet por razones de seguridad o medida de orden público cuando la violencia étnica estalló en el este de Etiopía en agosto de 2018. Las autoridades solamente cambiaron esta decisión tras un efímero giro positivo — luego de las reformas políticas que empezaron en abril de 2018 en el mandato de Abiy.
Y estos bloqueos fueron señal de las cosas que vendrían.
Múltiples bloqueos en junio
Desde entonces, cuando la violencia comunitaria y los estallidos empezaron a proliferar también aumentaron los bloqueos de internet y restricciones a medios sociales por seguridad o de orden público.
El 13 de junio de 2019 empezaron los tres grandes bloqueos que incluyeron una interrupción preventiva por un examen nacional que duró tres días, un bloqueo de internet no explicado que duró cien horas y una interrupción por la violencia política en el estado Amhara, la segunda mayor región de Etiopía.
Estos incidentes no reflejan casos de afectación a banda ancha (reducción de la calidad de las señales de celulares o de la velocidad de internet) y restricciones al acceso a sitios de medios sociales o sitios web específicos que duraron varios días o continúan.
El 23 de junio de 2019 se dio la interrupción más prolongada, tras varios asesinatos políticos de destacados oficiales militares en Adís Abeba y el presidente de la región Amhara, junto con sus principales asesores en Bahir Dar, capital de la región Amhara. Internet estuvo disponible intermitentemente en los días posteriores a los asesinatos, pero el bloqueo de la red se levantó después de diez días.
¿Quién está detrás de los bloqueos en Etiopía?
No está claro qué agencias gubernamentales ordenaron los bloqueos mencionados.
Dado que hay dos principales agencias regulatorias de las telecomunicaciones gubernamentales, las órdenes de bloqueo pueden haber provenido a la Agencia Etíope de Telecomunicaciones o la Agencia de Seguridad de las Redes de Información (INSA).
Es difícil ver a la Agencia Etíope de Telecomunicaciones como organización capaz de ordenar bloqueos de internet, pues no tiene la competencia ni las facilidades técnicas pas ejecutar los bloqueos de internet. De otro lado, INSA —agencia sumamente impopular por su abierto ciberespionaje e censura de internet— se ha visto sacudida por reformas políticas que obstaculizan las capacidades de la organización.
Sin embargo, circunstancias y declaraciones de autoridades gubernamantales sugieren que las decisiones de bloqueo pueden haberse originado y ejecutado por alguna comisión ad hoc u otros entes que combinan miembros de diferentes ministerios y la principales agencias de seguridad y militares del país. Este procedimiento no tiene proceso legal formal para autorizar bloqueos y reduce la capacidad de las instituciones formales. También fomenta un opaco sistema administrativo plagado de irregularidades.
Etiopía tiene su propia peculiar arquitectura de redes en la que su tráfico internacional fluye a través de tres entradas internacionales. Puntos de control tan centralizados han permitido que el Gobierno etíope ejerza control sobre la internet del país de manera efectiva.
Las principales plataformas de medios sociales con bases de usuarios relativamente grandes como Facebook y WhatsApp siguieron bloqueadas hasta el 15 de agosto de 2019, casi dos semanas después del cese de las tensiones.
Las autoridades gubernamentales, incluido el primer ministro Abiy, invariablemente sostienen que estos deliberados bloqueos de internet y restricciones en medios sociales son útiles para controlar la información equivocada y el discurso de odio. En una reciente conferencia de prensa, Abiy expresó su opinión sobre las tres grandes interrupciones de internet. Cuando se le preguntó cuánto tiempo más se interrumpirá la conectividad a internet en Etiopía, su respuesta de seis minutos abarcó muchas razones. Enfatizó la seguridad y el orden público. También sostuvo que otros países, como India, también actúan así de ser necesario.
Las funcionarios gubernamentales sostienen que estas medidas ayudan a proteger la seguridad nacional, pero estas afirmaciones suelen llegar sin evidencia. Estas interrupciones representan una infracción al derecho de acceso a la información y libertad de expresión en línea de los etíopes.
Las interrupciones ocurrieron sin anuncios oficiales, razones ni duración estimada, ni información sobre quién dio las órdenes o qué redes y plataformas de medios sociales se verían afectadas. Esta falta de transparencia hace que sea imposible para el público etíope impugnar las decisiones de bloqueos.
Whenever there is internet shutdown in #Ethiopia, #Instagram is the last one to be free. Photographers like myself use it as a professional portfolio and gallery. It is an online office. We present our works for potential clients following our page. Fix it #Ethiopia
— Martha T. (@Marthinolly) August 5, 2019
Cada vez que hay un bloqueo de internet en Etiopía, Instagram es la última que liberan. Los fotógrafos, como yo, lo usamos como portafolio y galería profesional. Es una oficina en línea. Les presentamos nuestros trabajos a nuestros potenciales clientes que siguen nuestra página. Arrégalo, Etiopía.