Pese a afirmaciones de Gobierno serbio, iniciativa de verificación de datos muestra que periodistas no están «a salvo»

Nebojsa Stefanović, ministro del Interior de la República de Serbia. Foto de Zoran Drekalović/Istinomer, usada con autorización.

Este artículo apareció originalmente en Istinomer (Verdadómetro), iniciativa de verificación de datos del Centro para la Investigacion, Transparencia y Rendición de Cuentas (CRTA). Una versión editada se publica a continuación como parte de un acuerdo para compartir contenido.

El equipo de Istinomer (Verdadómetro), iniciativa de verificación de datos, demostró que es falsa la afirmación del ministro serbio del Interior de que «ahora todos los periodistas están a salvo». Desde 1991, Serbia ha presenciado muertes de periodistas ordenadas por altos funcionarios gubernamentales.

Según la investigación de Istinomer, las amenazas contra periodistas individuales o equipos editoriales se han vuelto bastante frecuentes en los últimos meses. La Asociación de Periodistas Independientes de Serbia (NUNS) dice que entre el 1 de enero y el 10 de abril de 2019, se registraton 12 amenazas verbales en comparación con 23 a lo largo de todo 2018.

Las amenazas (a veces hasta de muerte) suelen llegar por internet: con comentarios en publicaciones, mensajes a bandejas de entrada en Facebook a periodistas, mensajes directos a su teléfonos móviles o hasta mensajes de correo electrónico, como la dirigida el equipo editorial de la televisora indepeniednte N1 en febrero. Los periodistas que trabajan en N1, que está afiliado con CNN, a menudo son catalogados como partidarios del régimen y troles como «agentes extranjeros».

La estación también fue blanco de ataques en los artículos del sitio web Istraga.rs. El sitio empezó en febrero de 2019, y sus autores (desconocidos y anónimos, mientras el sitio web tampoco tiene información de la publicación) ha publicado «revelaciones» de reputados medios independientes como KRIK y NIN, y de organizaciones de la sociedad civil y participantes destacados de protestas antigubernamentales, como el movimiento «Uno en cinco millones».

Algunos artículos presentan información sobre los donantes de las organizaciones como prueba de que son agentes extranjeros, mientras otros publican datos personales de muchachas, con fotos de sus vacaciones de medios sociales para retratarlas como viviendo con lujos gracias a sus supuestos altos salarios. En el contexto balcánico, este tipo de artículo tiene doble propósito: intimidación de personas, pues se les hace saber que están bajo vigilancia, e incitación al público en general contra los medios.

Una página de Facebook llamada Srbija naša zemlja (Serbia, nuestro país) usa tácticas similares, califica a los periodistas como “extremisas”, “odiadores de serbios» y los acusa de demoler el orden constitucional, aunque también pone a los políticos de oposición en un contexto negativo.

La impresión de los representantes de la Asociación de Periodistas Independientes, que integra la Federación Internacional de Periodistas, es que la propia atmósfera en la sociedad estimula las amenazas contra periodistas. Dicen que son altos funcionarios estatales quienes presionan a los periodistas.

Debido a las frecuentes amenazas emitidas contra la ya mencionada estación N1, en una declaración emitida el 28 de marzo, la Federación Europea e Internacional de Periodistas instó a las autoridades a dejar de atacar y calificar a los periodistas. El 23 de marzo, Zeljka Caki, jefa de investigación para Europa y Euroasia de Freedom House, dijo que los “políticos serbios deberían abstenerse de decir que los periodistas son traidores y mercenarios extranjeros”. Agregó que el “Gobierno tiene el derecho de proteger la libertad de los medios y no estimular rabia y odio contra periodistas que hacen su trabajo”.

A pesar de estas afirmaciones, el ministro del Interior, Nebojsa Stefanović, dijo el 24 de marzo de 2019 que “ahora, todos los periodistas están a salvo” en N1 TV:

The period from 2002 to 2008 was marked by assassinations of journalists in Serbia, but today all journalists are safe. Anyone who threatens a journalist is automatically and expediently brought to justice. These people are arrested, processed and brought before prosecutors’ offices and courts. Every threat, any violence, each strike. We are making the prescribed penalties more severe.

El periodo entre 2002 y 2008 estuvo marcado por asesinatos de periodistas en Serbia, pero ahora todos los periodistas están a salvo. A todo el que amenace a un periodista se le lleva automática y expeditivamente ante la justicia. Estas personas arrestadas, procesadas y comparecen ante oficinas de abogados y tribunales. Todas las amenazas, violencia, cada golpe. Estamos haciendo que las penas prescritas sean más severas.

Dijo que “periodo entre 2002 y 2008 estuvo marcado por asesinatos de periodistas en Serbia”. Sin embargo, no hubo asesinatos de periodistas en Serbia en ese periodo. Todos los asesinatos registrados ocurrieron antes de 2002: a Slavko Ćuruvija, propietario y periodista de las revistas “Dnevni telegraf” y “Evropljanin”, lo mataron en 1999; a Milan Pantić, corresponsal de Jagodina para “Večernje novosti” lo mataron en 2001. Todavía hay sospechas sobre la muerte de Radislava Dada Vujasinović, ocurrida en 1994. Se sospecha que esta periodista de “Duga” murió asesinada.

En el periodo mencionado por el ministro hubo un ataque grave contra un periodista, que no llegó a asesinato –lanzaron una bomba a la casa del periodista Dejan Anastastijević, del semanario Vreme, a través de una ventana mientras estaba en casa con su esposa. El caso sigue sin resolverse.

Un ataque similar ocurrió en diciembre de 2018, cuando arrojaron dos cócteles molotov a la casa de Milan Jovanović, periodista del medio independiente Žiginfo.rs. Jovanović había investigado casos de corrupción que involucraban a autoridades locales en la municipalidad de Grocka. Toda su casa se incendió.

El expresidente de la municipalidad de Grocka, Dragoljub Simonović, es el principal sospechoso de haber ordenado el ataque. El fiscal pidió la máxima sentencia para él y otras tres personas. El juicio por sus acciones se inició en mayo de 2019. El político acusado llevó a una multitud de seguidores para aclamarlo en su primera audiencia. Este hombre fuerte local también está demandando al periodista y su editor en una corte civil por difamación y por «causar daño emocional». Jovanović tiene ahora escolta las 24 horas del día de dos policías vestidos de civil.

El periodista Milan Jovanović escapó un intento de asesinato que incluyó el incendio de su casa. Foto de Zoran Drekalovic/Istinomer, usada con autorización.

En este caso, al menos se identificó a autores y sospechosos. La periodista Dragana Pećo de la Red para Informar de la Delincuencia y la Corrupción (KRIK) no ha tenido tanta suerte –en julio de 2017, su apartamento fue asaltado y saqueado, y los autores siguen libres.

¿Qué tan rápida es la justicia en Serbia?

Stefanović también dijo que todo aquel que amenace y ataque periodistas “será llevado rápidamente ante la justicia”. Sin embargo, según NUNS, la “justicia no es tan expeditiva y, en algunos casos, ni siquiera se logra justicia”. Marija Vukasović, abogada de la Asociación de Periodistas Independientes de Serbia dijo a Istinomer en abril:

Što se tiče prethodnih nekoliko godina, još je veliki broj nerešenih slučajeva koji se i dalje nalaze u postupcima pred tužilaštvom i gde počinioci nisu identifikovani. U poslednjih nekoliko meseci imamo slučajeve gde su policija i tužilaštvo brzo reagovali, ali to svakako nije dovoljno da bi se situacija poboljšala, a pogotovo ne da bi se reklo da se svaka pretnja, svako nasilje i udarac procesuiraju.

Con respecto a los últimos años, aún hay una gran cantidad de casos sin resolver que siguen pendientes en las oficinas de los fiscales en los que no se ha identificado a los autores. En los últimos meses, ha habido casos en que policías y fiscales actuaron rápidamente, pero ciertamente no basta para mejorar la situación, sobre todo, no basta para decir que toda amenaza, violencia y ataque se procesa.

En cifras, de 31 casos de ataques y presiones contra periodistas ocurridos en 2018, se han resuelto cuatro, 16 siguen pendientes ante la fiscalía y la policía, y en un caso se ha iniciado un procedimiento de delito menor, según muestran los datos de NUNS.

“En cinco casos, se estableció que no había elementos de delito para procesar de oficio, y dos casos están en procedimiento judicial. No se han denunciado dos casos de amenazas, y no tenemos información sobre un caso”, dice Vukasović.

En 2017, la cantidad total de presiones y ataques registrados contra periodistas fue el mismo que en 2018 –31. De ese total, 13 siguen pendientes ante la fiscalía (en un caso, la aplicación del principio de oportunidad está en curso).

“En nueve casos, se determinó que no había elementos para proceso, pues no hay elementos delictivos para un proceso de oficio. Seis casos han sido resueltos –tres por sentencia, dos por aplicación de principio de oportunidad y en caso, otro estado asumió la responsabilidad por proceso penal. En dos casos, el procedimiento está en curso, y en otro, la corte rechazó los delitos”, explica al abogado de NUNS.

Con respecto a disposiciones penales más estrictas, que también anunció el ministro, Vukasović comentó que los representantes de NUNS no sabían de ninguna reforma en curso de legislación penal. Dijo:

Ukoliko jeste, bilo bi dobro da se uključe i relevantna novinarska i medijska udruženja, s obzirom na to da učestvujemo u radu Stalne radne grupe za bezbednost novinara a imamo i Podgrupu za analizu krivičnog zakonika u okviru koje je urađena analiza krivičnih dela koja se mogu izvršiti na štetu novinara. NUNS je zajedno sa pravnim stručnjacima i advokatima uradio predloge za izmene krivičnog zakonodavstva koji bi trebalo da unaprede položaj novinara kada je u pitanju pravo na bezbedan i nesmetan rad.

Si está en curso, sería recomendable involucrar a asociaciones periodísticas y de medios relevantes, considerando que participamos en el trabajo del Grupo de Trabajo Permanente en Seguridad de Periodistas, y también hay un subgrupo para analizar el Código Penal, en el que se ha preparado un análisis sobre delitos que pueden cometerse en detrimento de los periodistas. Junto con expertos legales y abogados, NUNS ha preparado las propuestas para las reformas de disposiciones penales que mejorarían la condición de los periodistas con respecto a su derecho a un trabajo seguro y sin perturbaciones.

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