Regulador de radiodifusión de Turquía está asumiendo supervisión de contenidos en línea

Con las nuevas normas, los servicios de transmisión como Netflix están sujetos a la supervisión del regulador de transmisiones de Turquía. Foto del usuario Robin Dogan en Behance (CC BY-NC-ND 4.0).

Al regulador de las transmisiones de Turquía, el Consejo Supremo de Radio y Televisión (RTÜK), se le ha concedido supervisión de gran alcance a todo el contenido en línea.

Según una nueva regulación aprobada por el Parlamento que está vigente desde el 1 de agosto, los proveedores de contenido en línea estarán sujetos a la supervisión de la entidad de radiodifusión. Todos los proveedores de contenido en línea deben obtener licencias de transmisión de RTÜK. La nueva regulación es aplicable a servicios de transmisión internacional y local, como Netflix y BluTV, proveedores de contenido que emiten contenido periodístico audiovisual en Periscope o Youtube Live, y sutios web de noticias con publicidad.

Además de conceder las licencias, RTÜK supervisará el contenido de los proveedores. En caso de incumplimientos, los servicios podrían enfrentar multas o perder sus licencias. A los proveedores de contenido que no cumplan con la regulación y pautas de RTÜK se les dará 30 días para adaptar su contenido a los parámetros requeridos.

Pitidos por los valores morales

Las audiencias turcas están bien acostumbradas a las escenas borrosas y borradas en películas y series de televisión. Las escenas de sexo y besos son consideradas obscenas y contrarias a los valores morales, mientras que las escenas con alcohol y cigarros se ven borrosas desde hace años. Algunas series de televisión han recibido multas por sobrepasar estas regulaciones, mientras otros pensaron en migrar a YouTube para eludir los requisitos. Turkish Airlines también censura las películas que incluye en sistema de entretenimiento.

Las autoridades sostienen que el objetivo de la nueva regulación es establecer los «métodos y principios para regular la presentación y provisión de radio, televisión y servicios de transmisión sobre pedido», y también el «manejo de las licencias de transmisión a los proveedores de servicios de medios, el otorgamiento de las autoridades de transmisión a los administradores de las plataformas y la supervisión de las transmisiones en cuestión”.

Los críticos dicen que la nueva regulación solamente fortalece el control del Gobierno sobre el contenido en línea, mientras dejan a los proveedores de contenido en cuestión poco espacio para evadir la censura, sobre todo con legislación imprecisa que penaliza una amplia gama de delitos de expresión como “insultar” al presidente o la “nación turca” o producir “propaganda para organizaciones terroristas”.

Yaman Akdeniz, profesor de leyes y experto en ciberseguidad en la Universidad Bilgi de Estambul, dijo a LA Times en una entrevista que este era un «nuevo control adicional y régimen de censura» que solamente hará que sea más fácil bloquear contenido en línea que sea crítico del Gobierno, incluidos medios extranjeros.

En una entrevista con Bianet, Kerem Altiparmak, profesor asociado en derechos humanos y derecho constitucional, expresa:

If the RTÜK applies the rules it applies to the television channels, it becomes impossible for Netflix to broadcast in Turkey. Netflix would have to remove all its series to broadcast. With RTÜK standards, you can't save Netflix with ‘bleeping’.

Si RTÜK aplica las reglas que aplica a los canales de televisión, se vuelve imposible para Netflix transmitir en Turquía. Netflix debería retirar todas sus series para transmitir. Con las normas de RTÜK, no puedes salvar a Netflix con ‘pitidos’.

Altiparmak ve esta medida como el mayor momento en la historia de la censura en Turquía.

La nueva regulación existe desde febrero de 2018, cuando el Gobierno propuso el proyecto por primera vez. Entonces. muchos temieron la potencial escala de la censura. En ese momento, en un artículo de opinión para Daily News turco, Melike Karakartal escribió que la nueva regulación no debería ser evaluada individualmente, sino como parte de una imagen más grande de la actual censura de medios en Turquía.

Any news about a political trial or coverage of a journalist […] could easily be considered as “terrorist propaganda” by government authorities, so the mass media has begun to exercise serious caution in covering the trials of journalists and politicians. A journalist may write the truth, but in our kind of democracy, nobody can promise what happens afterwards.

Las autoridades gubernamentales podrían fácilmente considerar como “propaganda terrorista” cualquier noticia sobre un juicio político o cobertura de un periodista, así que los medios masivos han empezado a ejercer mucha cautela al informar sobre juicio periodistas y políticos. Un periodista puede escribir la verdad, pero en nuestro tipo de democracia, nadie puede prometer qué ocurre después.

Karakartal también expresó que muchos periodistas independientes migraron a plataformas en línea para continuar su trabajo después de dejar organizaciones de medios más more tradicionales. Sus proyecciones del avance de RTÜK para silenciar las voces críticas en espacios en línea se han vuelto realidad, con un serio impacto a la libertad de expresión y libertad de los medios.

Silenciar por la seguridad nacional y el orden público

Antes de la inclusión de esta nueva regulación, la censura ya estaba extendida en Turquía.

Según un informe de la Asociación de Libertad de Expresión sobre sitios web bloqueados en Turquía, más de 245 000 sitios web y más de 150 000 URL fueron bloqueados a fines de 2018. Son bloqueos según la ley de regulación de publicaciones en internet y la supresión de delitos cometidos por medios de esa publicación (conocida como ley 5651). Específicamente, el artículo 8/A de la ley permite el bloqueo de sitios web por causales imprecisas de protección del derecho a la vida y la seguridad de personas y propiedad, seguridad nacional y orden público, prevención de delitos o protección de salud general a pedido de los ministerios pertinentes o la presidencia.

Y la lista de sitios web y URL bloqueados sigue creciendo.

Citando el artículo 8/A de la ley 5651, el 6 de agosto, una corte de Ankara dispuso bloquear el acceso a 136 sitios web, incluidas cuentas de medios sociales en Twitter, Facebook, Instagram, Pinterest y YouTube. La primera de la lista era Bianet, plataforma independiente, bilingüe de noticias en línea, y la agencia noticiosa de izquierda, ETHA (Etkin Haber Ajansı).

Al día siguiente, la misma corte revirtió su decisión de desbloquear Bianet. Ya fuera resultado de un clamor internacional o un error, Bianet vuelve a ser accesible en el país. Pero la decisión general de bloquear el resto de las plataformas plantea preguntas.

En una declaración, Amnistía Internacional describió la decisión judicial como un «ataque frontal total» a la libertad de expresión que «señala la profundización de un ya restrictivo estado de censura». El grupo de derechos humanos señaló que la «decisión no brinda justificación alguna de cómo recaen en esta disposición las direcciones enumeradas en la decisión».

De manera similar, Reporteros sin Fronteras declararon que, aunque la «orden dice que [los sitios web bloqueados] ‘amenazan la seguridad nacional’, no hay explicación específica para esta decisión ni evidencia que la sustente».

Las nuevas regulaciones de RTÜK y el bloqueo masivo de direcciones web van contra lo que el presidente Recep Tayyip Erdoğan dijo en mayo cuando presentó el nuevo paquete de estrategia de reforma judicial. En ese momento, Erdoğan dijo que ya no sería posible bloquear todo un sitio web por un solo artículo. Entre los objetivos enumerados en el paquete está fortalecer el estado derecho, la efectiva promocion de derechos y libertades, acceso a un juicio justo, y más.

Hasta ahora, mucha de estas palabras quedan en el papel. Un buen punto de inicio seríe desbloquear muchas sitios web y URL, por no mencionar levantar la prohibición de Wikipedia y permitir a los medios prosperar en línea y fuera de línea. En septiembre, plataformas como BlueTV deberán solicitar sus licencias. Netflix ya solicitó su licencia para transmitir en el país, pese a los temores de censura de los activistas.

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