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Padres cameruneses temen enviar de vuelta a sus hijos a clases en medio de conflicto armado

Categorías: África Subsahariana, Camerún, Derechos humanos, Desarrollo, Educación, Etnicidad y raza, Gobernabilidad, Guerra y conflicto, Juventud, Medios ciudadanos, Política, Protesta

Salón de clases vacío en Camerúnm 17 de junio de 2007, vía Pixabay (CC BY 2.0) [1].

En julio de 2019. los funcionarios de Camerún lanzaron una campaña masiva [2] para reabrir las escuelas en las regiones noroeste y suroeste del país, golpeadas por la crisis, en medio de crecientes tensiones entre las fuerzas gubernamentales francoparlantes y los separatistas angloparlantes.

La mayoría de escuelas, sobre todo en zonas rurales, ha estado cerradas desde 2016, cuando los separatistas angloparlantes empezaron un movimiento para crear un estado independiente llamado Ambazonia, de la mayoría francoparlante del país. Llamaron a un boicot escolar como parte de sus protestar contra las injusticias en el sistema educativo liderado por los francoparlantes, según The Guardian [3].

Los camerunenses angloparlantes sostienen que el Gobierno, liderado por francoparlantes, discrimina sistemáticamente [4] sus regiones, idioma y cultura.

Los rebeldes angloparlantes insisteron en que habría “pueblos fantasmas” [5] a partir del 2 de septiembre –fecha del inicio del nuevo año escolar, si las escuelas intentataban reabrir, con lo que insinuaban que sus boicots contra el Camerún francoparlante continuará. Esto llega después de la condena a cadena perpetua [6] del líder separatista Sisiku Julius Ayuk Tabe y nueve personas más en la prisión de Kondengui en Yaundé, la capital del país.

Pero Bernard Okalia Bilia, gobernador de la región suroeste de Camerúnm ha asegurado a la población que la vuelta a clases es segura y efectiva.

“Se han puesto en marcha medidas de seguridad. Podemos tomar como ejemplo el año pasado, logramos organizar exámenes en esta región, y muchos candidatos que aprobaron lo celebraron. Cada persona puede mantener la sefuridad en esta región; si no colaboras con las fuerzas de orden público, no se garantiza la seguridad”, dijo Bilia a Global Voices en una entrevista en agosto, durante una campaña para retomar las clases en Buea, Camerún.

El homólgo de Bilia en el noroeste, Adolf Lele L’Afrique, también la restó importancia al conflicto armado [7] de manera similar. “Se han tomado medidas de seguridad, así que los niños pueden ir a la escuela el lunes”, dijo L’Afrique al medio público Cameroon Radio TV (CRTV).

A pesar del compromiso del Gobierno, las regiones con problemas han visto el cierre de casi el 80 % [8] de sus escuelas como resultado de amenazas y ataques separatistas. La agencia de Naciones Unidas para la infancia, UNICEF, informe que más de  4400 escuelas están cerradas, y que 600 000 están privados de educación en Camerún.

Presuntamente, los combatientes secesionistas han matado y secuestrado maestros [9] en las regiones angloparlantes como parte de su movimiento para que las escuelas sigan cerradas como ventaja para su movimiento.

Un delegado del sudoeste para educación secundaria, Hannah Etonde Mbua, dijo a CRTV el 28 de agosto:

Many of our teachers were kidnapped and taken to the bushes; they were only released after ransoms were paid. A good number of them were shot in their offices, some died and others were amputated. Students and staff were so frightened because of these. But we succeeded to have some children in classes, thanks to the education ministry.

Muchos maestros nuestros fueron secuestrados y conducidos a los arbustos. Solamente los dejaron en libertad después de que se pagaron rescates. A una buena parte les dispararon en sus oficinas, algunos murieron y otros quedaron amputados. Estudiantes y personal estaban muy asustados por esto. Pero logramos tener niños en las clases, gracias al Ministerio de la Educación.

La sociedad civil y funcionarios gubernamentales siguen haciendo campaña para volver a clases a nivel nacional en programas de televisión y radio, y medios sociales. El primer ministro Joseph Dion Ngute, que es angloparlante, fijó el tono en mayo cuando visitó las regiones afectadas por la crisis y dio un discurso en Buea, que se emitió por radio:

I am a prime minister today because my father sent me to school. Is that not so? If my father did not send me to school, I wouldn’t have become prime minister.

Hoy soy primer ministro porque mi padre me envió a la escuela. ¿No es así? Si mi padre no me hubiera enviado a la escuela, no me hubiera convertido en primer ministro.

El gobernador Bilia dijo que las personas en su región están preparadas para empezar a aprender:

The entire population in the southwest region are determined to resume school [this September]. … Three years of sacrificing our children’s generation should stop.

Toda la población en la región sudoeste están decididas a retomar las clases [este septiembre]. … Tres años de sacrificar la generación de nuestros hijos debe terminar.

Sin embargo, los separatistas angloparlanets, que ven los boicots a las escuelas como una manera de presionar al Gobierno, han advertido los padres —a menudo a través de los medios sociales— que no envíen a sus niños a la escuela.

En una publicacion, Tapang Ivo Tanku, que vive en el extranjero, escribió [10] en Facebook:

More bullets have been ordered to protect our civilians [of Ambazonia] as they boycott schools next week. If you dare their rights to boycott, you will face forces.

Se han ordenado más balas para proteger a nuestros civiles [de Ambazonia] en su boicot a las escuelas la próxima semana. Si te atreves a ejercer tu derecho al boicot, enfrentarás a las fuerzas del orden.

Cibernautas preocupados también hicieron preguntas sobre reabrir escuelas en lo que Rebecca Enonchong describio en Twitter como «zona de guerra»:

Todos queremos que nuestros niños vayan a la escuela. El nivel máximo de hipocresía de este gobierno es la campaña ‘vuelta a la escuela’ en una zona de guerra mientras la matanza continúa a diario y donde la causa de la crisis no se enfrenta y más bien se ha exacerbado.

En respuesta, Derick Deci tuiteó:

Todos queremos que nuestros niños vayan a la escuela. El nivel máximo de hipocresía de este gobierno es la campaña ‘vuelta a la escuela’ en una zona de guerra mientras la matanza continúa a diario y donde la causa de la crisis no se enfrenta y más bien se ha exacerbado.
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Durante la campaña para volver a la escuela la semana pasada (finales de agosto), conocí a una madre que me dijo (simplificado) «Prefiero tener un hijo analfabeto que un hijo muerto». Esta afirmación me hizo reflexionar en lo que estaba haciendo. Necesitamos paz, entendimiento mutuo y diálgo inclusivo antes de volver a la escuela.

En medio de esta incertidumbre está Matanga Hans Hilary Hamza, padre de dos hijos y tutor, que quiera dialogar para resolvar el problema para que sus hijos puedan ir a clases de manera segura.

Hamza habló con Global Voices a fines de agosto, durante during Eid al-Adha, cuando más de cien musulmanes angloparlantes se reunieron en Buea, para pedir paz.

Hamza dijo a Global Voices:

I am begging both parties to understand the importance of education. Our children are not animals, so they have to go to school.

Ruego a ambas partes que entiendan la importancia de la educación. Nuestros niños no son animales, así que deben ir a la escuela.