Plantación masiva de árboles bate récords en Etiopía pero el impacto tomará tiempo

Habitantes plantan árboles de palta en Katbare, Ethiopia, el 23 de junio de 2011. Fotografía de Trees for the Future en Flickr (CC BY 2.0).

Nota del editor: Esta historia es de la colaboradora invitada Sheila Halder, administradora de granjas de la organización Send a Cow.

No caben dudas, los árboles son buenos para el planeta. Su importancia ha predominado en los titulares a mediados de 2019.

A finales de julio, Etiopía aseguró haber establecido un récord mundial al plantar 350 millones árboles en un solo día. La iniciativa formó parte del proyecto de reforestación impulsado por el primer ministro etíope Abiy Ahmed, cuyo plan es hacer frente a la deforestación y al cambio climático plantando 4700 millones de árboles para octubre de este año.

También en julio, el Laboratorio Crowther de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich publicó un estudio que revelaba que la plantación de miles de millones de árboles en el mundo es la forma más económica y eficaz de hacer frente al cambio climático.

Los árboles no solo limpian el aire y ayudan a luchar contra el cambio climático, también promueven la biodiversidad. Un estudio llevado a cabo en Costa Rica demostró que un solo árbol puede aumentar la cantidad de especies de pájaros de 0 a cerca de 80.

Los árboles también proporcionan beneficios infinitos y tangibles a los granjeros. Mejoran la calidad del suelo, reducen su erosión y proporcionan refugio al ganado y a cultivos. Esto cobra importancia si se tiene en cuenta cuantas hectáreas de suelo fértil poseen los granjeros a nivel global, lo cual implica un gran potencial de la plantación de árboles.

El hecho de plantar 350 millones de árboles en un día es un logro increíble pero la maduración de los árboles hasta que alcanzan su completo potencial de captura de carbono lleva su tiempo.

Send a Cow, organización no gubernamental que trabaja en seis países africanos, incentiva a los granjeros a plantar árboles multiuso que tienen más de un beneficio. Por ejemplo, árboles que dan frutos para comer y vender, pero de los cuales también se obtiene leña o fijan nitrógeno en el suelo. Estos beneficios dan a los granjeros más razones para plantar y cuidar árboles, aún en lugares de espacios limitados.

Etiopía sigue los pasos de otras iniciativas de plantación de árboles masivas impulsadas en China e India. Los proyectos son apasionantes pero la solución nunca es tan simple como parece. Durante el tan preciado período de crecimiento, se debe proteger a los árboles de su extracción o destrucción y a la vez proteger los bosques ya existentes de árboles maduros.

Otros ecosistemas, incluidos los árboles, son fundamentales para la absorción de carbono. La quema de combustibles fósiles y la deforestación han dado como resultado la liberación de una cantidad alarmante de dióxido de carbono a la atmósfera, que resulta en cambios rápidos e irreversibles en el clima.

Los árboles eliminan el dióxido de carbono del aire, lo almacenan entre la planta y el suelo, y liberan oxígeno a la atmósfera. Sin embargo, el permafrost (capa subterránea gruesa que permanece a menor temperatura del punto de congelación) la turba y los pastizales (se encuentran en regiones montañosas y áridas de Etiopía) también son efectivos para capturar el carbono y es necesario preservarlos y recuperarlos.

¿Cuáles son los mejores árboles?

Algunos críticos de la iniciativa de plantación de árboles masiva del «Green Legacy» de Etiopía han advertido que la plantación de especies no nativas en realidad puede destruir ecosistemas en vez de mejorarlos.

Históricamente, Etiopía ha utilizado el eucalipto, original de Australia, para reforestar con rapidez áreas que han sido utilizadas para la agricultura. Se introdujo la planta a fines del siglo XIX y se ha plantado más de una docena de especies de eucalipto en Etiopía durante el último siglo, principalmente para utilizarlo como fuente de combustible y para la construcción. Aunque son de rápido crecimiento, las especies comúnmente utilizadas agotan los recursos hídricos, aumentan la erosión del suelo y agotan los nutrientes del suelo.

Sin embargo, esta vez, según consta, los habitantes plantaron semillas de especies autóctonas y también semillas eucalipto y palta, especies no autóctonas. Las especies autóctonas han evolucionado en su país de origen a través de los milenios y son resistentes a enfermedades actuales. El enfoque del Gobierno de Etiopía parece mostrar un cambio acerca de la mera plantación de eucalipto.

No obstante, a veces las especies no autóctonas son beneficiosas. Por ejemplo, una especie de arbusto llamado calliandra, originario de América Central, es muy eficaz en la producción de forraje para animales alto en proteínas en el este de África. Las semillas de calliandra se consiguen con facilidad y a bajo costo para los pequeños granjeros. Del mismo modo, cuando se necesita obtener madera, los árboles más adecuados y que más rápido crecen pueden no ser los autóctonos. En estos casos, los granjeros deben tener en cuenta el uso que planean darle al árbol que plantan y el medio ambiente local y a su vez también deben basarse en un buen planeamiento ecológico.

En los valles expuestos a inundaciones, los árboles absorben el agua y evitan que otras plantas estén en condiciones desfavorables. También se puede utilizar la técnica coppice en resistentes eucaliptos, se trata de una técnica de manejo en la que se reduce a los árboles a nivel del suelo para que crezcan con mayor rapidez. Por ende, es una de las opciones preferidas para el uso de madera debido a la reposición continua del suministro.

No hay solución milagrosa para la crisis climática, pero la plantación de árboles es parte de la solución.

El hecho de proteger los bosques ya existentes y otros ecosistemas es tan importante como la plantación de nuevos árboles. Los urbanistas también pueden contribuir si limitan la expansión urbana y si evitan que se use el terreno para hacer construcciones artificiales. Los jóvenes en el área rural del este de África ve un futuro prometedor en la agricultura y se han comprometido a proteger la tierra.

Es imprescindible reducir el uso de combustibles producidos a partir de carbono, tales como el carbón, el petróleo y el gas.

La reforestación también puede tener un impacto a gran escala en el mundo: Un grupo comunitario activo en Etiopía recientemente estuvieron trabajando como voluntarios y donaron fondos para regenerar ocho hectáreas. Los voluntarios pasaron horas trabajando la tierra y plantaron en total 5000 árboles y 1200 semillas de césped y planean plantar árboles frutales en breve.

Imagina el impacto que tendría el espíritu de esta comunidad si se extendiera por el mundo.

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