Amenazan con arresto a periodista nigeriano por denunciar corrupción en la policía y en las cárceles

‘Fisayo Soyombo, imagen de Facebook.

El periodista de investigación ‘Fisayo Soyombo corre el riesgo de ser arrestado por una indagación encubierta que realizó en julio de 2018 que reveló corrupción en el sistema de justicia de Nigeria —particularmente entre la policía y el servicio de prisiones.

El diario The Guardian de Nigeria informa que Soyombo iba «a ser arrestado en el recinto» de un taller donde tenía programada una conferencia el 22 de octubre en Lagos, la capital económica de Nigeria. Le alertaron del posible arresto, por lo que se retiró del lugar. Posteriormente, Soyombo ha «ido a la clandestinidad» después de huir de su casa el 21 de octubre.

Resulta que Fisayo Soyombo se ha visto obligado a salir de una conferencia en la que iba a hablar esta noche porque le dieron el aviso de que las autoridades quieren arrestarlo por sus historias en nuestras prisiones.

‘Soborno, fianzas a la venta, abuso de drogas, sodomía, proxenetismo’

Con el pseudónimo de Ojo Olajumoke, Soyombo armó su propio arresto y detención para exponer la corrupción en el sistema de justicia. Cometió un ‘delito’ que le valió ser arrestado, detenido, acusado judicialmente y encarcelado. El delito fingido se cometió en noviembre de 2018, cuando Soyombo adquirió un auto por el valor de 2.8 millones de naira [cerca de 8000 dólares] por el que pagó un depósito de 300 000 naira [cerca de 800 dólares]. Pero después de este pago, Soyombo empezó a evitar a quien le vendió el auto. El propietario del auto lo denunció a la policía, lo que llevó al arresto de Soyombo el 8 de julio.

Con la comisión del ‘delito’ y consecuente arresto, Soyombo tuvo la oportunidad de investigar la policía y la prisión desde adentro.

Este galardonado periodista documentó sus experiencias durante los cinco días que pasó bajo custodia policial y ocho como interno en la prisión Ikoyi, Lagos. Pudo exponer una monumental corrupción en la policía nigeriana y funcionarios del Servicio Nigeriano de Prisiones (recientemente llamado Servicio Correccional Nigeriano).

En la primera parte de su historia, que se publicó simultáneamente el 14 de octubre en los dos periódicos en línea, CableNG y el Centro Internacional de Periodismo de Investigación (ICIR), Soyombo explicó cómo reveló la corrupción en el sistema de justicia del país:

Of course they didn’t know I was a journalist; I had assumed a pseudonym and grown my hair long enough — for 10 months — to blend with artificial dreads. My locks were tinted in gold and almost all my facial hair removed. I cut the profile of the kind of youth the police indiscriminately railroad into their notoriously ramshackle vans for no reason, for onward transfer to their cells. One look at me and the typical policeman would have mistaken me for a compulsive hemp smoker, an incorrigible internet fraudster or a serial drug abuser.

Por supuesto que no sabían que era periodista; asumí un pseudónimo y me dejé crecer el pelo lo suficiente —diez meses— para mezclarlos con trenzas artificiales. Me pinté las trenzas de dorado y me rasuré casi todo el vello facial. Saqué el perfil de los jóvenes que la policía lleva indiscriminadamente en sus conocidas destartaladas camionetas sin razón alguna para transferirlos a sus celdas. Una mirada y el típico policía me hubiera confundido con un compulsivo fumador de marihuana, un incorregible delincuente de internet o un consumidor de drogas.

La segunda parte de la investigación de Soyombo, publicada el 21 de octubre, reveló el «abuso de drogas, sodomía y proxenetismo…», y la corrupción en la prisión Ikoyi, Lagos, Nigeria: 

Seeing the lack of restraint with which they discuss acts of bribery and corruption, I approach them for guidance on the allocation of accommodation in prison. Apparently, it’s a high-wire fraud involving prison officials in court and those in the yard proper. “You can get a cell for N30,000 [naira]” [US$ 83], one of the warders tells me. “You can also get for N100,000 [US$ 277] or N150,000 [US$ 417]. You can even get a N1.5million [US$ 4,170] cell.”

“A million and five hundred thousand? [naira]” I protest…

Another warder cuts in. “Don’t worry, you can never suffer in the prison yard,” he says. “As long as you have your money.”

Al ver la falta de limitación con la que discuten actos de soborno y corrupción, me acerqué para pedirles consejo sobre la distribución de alojamiento en la prisión. Aparentemente, es un fraude arriesgado que involucra a funcionarios de la prisión en la corte y en la prisión. “Pueden darte una celda por 30 000 naira” [83 dólares], me dijo uno de los guardoas. “También puedes tener una por 100 000 nairas [277 dólares] o 150 000 [417 dólares]. Hasta puedes tener una celda de un millón de nairas [4170 dólares]”.

“¿Un millón y quinientos mil [naira]?”, protesto…

Otro guardia interviene: “No te preocupes, nunca sufres en el patio de la prisión”, dice, “en la medida que tengas tu dinero”.

En la tercera parte, publicada el 23 de octubre, Soyombo relata cómo compartía celda con un recluso ‘demente’ y las diversas reacciones de los funcionarios de la prisión cuando se reveló su verdadera «identidad» como periodista encubierto:

Over the course of my seven days in prison, it was, quite simply, too easy for me to separate the corrupt warders, who were in the majority, from the clean ones. The corrupt ones were usually pensive and jittery whenever they came in contact with me, and they were the ones who were most vicious during the initial attempt to unravel my identity. I could see the apprehension in the eyes of two of those filmed demanding and receiving bribes from me in court. The corrupt ones in the prison yard who didn’t appear in the videos were nevertheless furious, knowing it could have been them as well. The blameless ones wanted to know my mission quite alright, but they were calm and civil with me. No violence; their strategy was to engage with me and look out for any loopholes in my answers. Fair enough.

Durante los siete días de mi prisión, simplemente me fue bastante fácil separar a los guardias corruptos, que eran la mayoría, de los limpios. Los corruptos eran usualmente pensativos y agitados cada vez que se ponían en contacto conmigo, y fueron los más agresivos en el intento inicial de desentrañar mi identidad. Pude ver la aprensión en los ojos de dos filmados exigiéndome y recibiendo sobornos en la corte. Los corruptos en la prisión que no aparecen en los videos estaban molestos, sabían que podía haber sido ellos. Los inocentes querían saber bien mi misión, pero eran calmados y educados conmigo. Sin violencia; su estrategia fue participar conmigo y buscar vacíos en mis respuestas. Me parece bien.

De ser arrestado, a Soyombo lo acusarán de acuerdo con la sección 29 de la ley del servicio correccional de Nigeria [subsección 1 (d)] por poseer y usar “dispositivos de comunicación» dentro de la prisión para grabar «conversación entre un teléfono móvil u otros dispositivos» sin autorización. Si lo condenan, corre el riesgo de que le impongan una multa que no excedería los dos millones de naira [cerca de 5500], dos años de prisión, o ambos.

Capturado por exponer la ‘podredumbre en la sociedad’

En línea, los nigerianos están furiosos con la noticia, y fue tendencia la etiqueta #KeepFisayoSafe [que Fisayo esté bien] en Twitter.

Chris Akor, expresidente de la junta editorial del diario BusinessDay de Nigeria, afirmó que el periodismo era la «pasión de la vida» de Soyombo:

Fisayo Soyombo, uno de los mejores periodistas de investigación de Nigeria, se ha fugado actualmente porque su historia ha arrojado luces a la cueva de ratas furiosas en el sistema de justicia de Nigeria.

Si les preocupa tener un país medio decente para vivir, ¡no permitan que pongan en peligro a Fisayo!
———–
Desde sus días de estudiante, Fisayo ha sido un apasionado periodista — y esa resultó ser la pasión de su vida. ¡Rezamos por su seguridad!

Es un «día triste» que a un periodista lo capturen y lleven a prisión por exponer la «podredumbre» social, lamentó la activista Chioma Agwuegbo:

Es triste un día en que a los periodistas se les captura y lleva a la cárcel por exponer la podredumbre en la sociedad. A Fisayo Soyombo se le debería festejar y se debería usar sus informes para expulsar a los corrupto que están entre nosotros, pero que es más fácil callarlo que hacer lo mejor por Nigeria.
Que Fisayo esté bien.
El periodismo no es un delito.

Y en vez de recibir elogios, el periodista ahora «se esconde para cuidar su vida»:

Alguien se va encubierto, revela una podredumbre y la siguiente reacción lógica es encontrarlo y enseñarle una lección. ¿Así es como avanzamos? Fisayo Soyombo no debería estar escondiéndose para salvar su vida, pero ahora está oculto por amenazas creíbles.
El periodismo no es un delito.
Que Fisayo esté bien.

El movimiento Enough is Enough (EiE, ¡Ya es suficiente!), coalición juvenil que promueve la buena gobernabilidad y participación ciudadana en Nigeria, instó al Gobierno nigeriano a «garantizar» la seguridad de Soyombo:

Según información recibida, la seguridad personal del periodista de investigación Fisayo Soyombo puede estar amenazada.
Instamos al Gobierno nigeriano a «garantizar» su seguridad.
Libertad de prensa.
Que Fisayo esté bien.
Al contado.

«No pueden silenciar a los medios», tuiteó Kiki Mordi, que dirigió una investigación de la BBC sobre acoso sexual en universidades de África Occidental, en apoyo a Fisayo:

El periodismo no es un delito.

¡Nigeria necesita parar su constante amordazamiento a la prensa! ¡NO PUEDEN SILENCIAR A LOS MEDIOS!

Pedimos a nuestros periodistas que hagan de todo para informar las noticias, y cuando lo hacen, ¡los atacan y convierten en víctimas!

Es nuestro DEBER colectivo asegurarnos de que Fisayo esté bien.

El cibernauta Chuba Ugwu dijo que Soyombo se volvió un blanco de ataque por exponer un «sistema de justicia penal irremediablemente putrefacto»:

#KeepfiSayoSafe [que Fisayo esté bien] es tendencia ne Twitter.

Un joven periodista pasa meses, ¡arriesga su vida para revelar lo que ahora parece ser el sistema de justicia más corrupto e irremediablemente más putrefacto del mundo! Fisayo Soyombois ahora está en peligro.

La intimidación a Soyombo ejemplifica el precario estado de la libertad prensa y la libertad de expresión en Nigeria. Desde Jones Abiri a Omoyele Sowore a Agba Jalingo el Gobierno nigeriano ha reprimido flagrantemente a periodistas y voces discrepantes.

Ja’afaru Ahmed, jefe del servicio de prisiones de Nigeria, ha iniciado un panel de investigación para «establecer la autenticidad» de las revelaciones de Soyombo, y «llevar a los culpables a que rindan cuentas si se les encuentra culpables de las acusaciones». También negó todo plan de «arrestar o acosar a» Soyombo.

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