El 22 de octubre de 2019, en un informe sobre la ratificación del protocolo para el ingreso de Macedonia del Norte a la OTAN en el Congreso de Estados Unidos, el sitio web estadounidense The Hill afirmó erróneamente que Yugoslavia fue aliado de la Unión Soviética. Muchos ciudadanos de países de la antigua Yugoslavia consideran que esta falacia histórica, hallada con frecuencia en los medios occidentales, es un estereotipo ofensivo.
The Hill es una influyente publicación en Washington DC que leen personas que toman decisiones en Estados Unidos. Es más, el artículo fue tuiteado por el senador Joe Biden, exvicepresidente estadounidense:
I strongly support the Senate's approval of North Macedonia's NATO membership. The countries of the Western Balkans deserve to be part of a Europe whole, free and at peace and we should be supporting Euro-Atlantic integration across the region. https://t.co/UUyOWL20z7
— Joe Biden (@JoeBiden) October 24, 2019
El Senado vota para que Macedonia del Norte se una a la OTAN.
El martes [22 de octubre], el Senado votó su apoyo a que Macedonia del Norte se una a la OTAN, lo que allanó el camino para que el país balcánica integre la alianza.
———–
Apoyo decididamente la aprobación del Senado a la integración de Macedonia del Norte. Los países de los Balcanes Occidentales merecen ser parte de Europa como un todo, libre y en paz, y apoyaremos la integración euroatlántica a través de la región.
Aunque el artículo es certero en su mayor parte, la sección de antecedentes incluye la siguiente oración:
Previously part of Soviet ally Yugoslavia, North Macedonia, was formally invited by NATO in July 2018 to start accession talks and 22 countries have since ratified its accession.
Macedonia del Norte, antes parte integrante de Yugoslavia, aliado soviético, recibió invitación formal de la OTAN en julio de 2018 para iniciar charlas de accesión, y 22 países han ratificado su accesión.
En la mayor parte de su existencia, la República Federativa Socialista de Yugoslavia no fue aliado soviético –al contrario, su independencia del bloque oriental y occidental fue una característica clave de su idendad nacional.
Yugoslavia se estableció en 1943 en el momento culminante de la Segunda Guerra Mundial por los partisanos yugoslavos, la resistencia antifascista comandada por comunistas que tuvo el apoyo de los Aliados. Mientras recibieron asistencia de Estados Unidos. Reino Unido y la Unión Soviética, los partisanos yugoslavos liberaron por su cuenta grandes áreas del país ocupado por el Eje. Yugoslavia fue aliado formal de la Unión Soviética solamente en el sentido más amplio – junto con los otros aliados.
Después de la guerra, las relaciones entre los dos países comunistas se deterioraron. En 1948, los yugoslavos abandonaron el stalinismo para crear una forma distinta de socialismo. Y entre 1948 y 1955, durante el periodo Informbiro, Yugoslavia estuvo en directa oposición a los soviéticos, al punto de prepararse para rechazar una invasión del Pacto de Varsovia.
Como lo evidencia información publicada por la Biblioteca Presidencial John F. Kennedy, Yugoslavia dependía mucho de la ayuda estadounidense durante el periodo de la posguerra –por ejemplo, con suministro de alimentos de la Administración de las Naciones Unidas para el Auxilio y la Rehabilitación, que evitó una hambruna masiva en 1945. En parte de su historia, Estados Unidos concedió a Yugoslavia la condición de “nación más privilegiada” en comercio, lo que impulsó el crecimiento económico del país balcánico.
Como parte de su acto de equilibrar a los bloques, Yugoslavia fue uno de los países fundadores del Movimiento de Países No Alineados en 1961. A diferencia de Alemania Oriental, Polonia, Checoslovaquia, Rumania y Bulgaria, estaba en el lado occidental de la Cortina de Hierro, como se conocía a la línea que dividía la zona de dominación soviética del resto de Europa.
La afirmación incorrecta que equipara a Yugoslavia con la Unión Soviética ha aparecido de tanto en tanto en los medios occidentales, sobre todo en su esfera de derecha. Cuando es intencional, integra un discurso de temor rojo moderno que degrada la reputación de los actores políticos de la región. Ese discurso suele dirigirse a audiencias occidentales conservadoras que aún son sensibles a la «amenaza comunista».
Por ejemplo, en octubre de 2015, The Hill publicó un artículo de un grupo de presión pagado por VMRO-DPMNE, partido nacionalista afín al Kremlin que gobernó Macedonia del Norte entre 2006 y 2017, que intenta calumniar a sus oponentes afines a la Unión Europea y a la OTAN como si fueran afines a Rusia. Dice que Macedonia es un «país del exbloque soviético» cuyo «partido opositor, SDSM, está dirigido por Zoran Zaev, sucesor del expartido gobernante durante la Guerra Fría».
Un artículo de 2016 en la misma publicación, lleno de discursos complacientes con preocupaciones de derecha sobre la migración, malinterpretó a Zaev como el «culpable» de la inestabilidad de los Balcanes y la «cabeza del Partido Socialista SDSM, de tendencia rusa».
Estos términos hablan con audiencias tradicionales conservadoras en Occidente, para quienes el término «socialista» está cargado de connotaciones negativas y está asociado inherentemente con la Unión Soviética y, por extensión, con Rusia. Sin embargo, esos términos no tienen nada que ver con la propia Macedonia del Norte. SDSM significa Unión Democrática Social de Macedonia, y su plataforma de centroizquierda es explícitamente afín a la OTAN y afín a Europa. La prueba de esto es que Zaev suscribió el Acuerdo de Prespa en 2018, que terminó con la histórica disputa por el nombre con Grecia, y cuyo principal resultado sería el ingreso de Macedonia del Norte a la OTAN y la Unión Europea. Por su parte, un Partido Socialista integraba VMRO-DPMNE, coalición de nacionalistas populistas, que abarcaba el espectro político.
Yugoslavia entre bloques
Además de no ser verdad, muchos ciudadanos de países de la antigua Yugoslavia consideran que equiparar a Yugoslavia con la Unión Soviética o su bloque es un estereotipo ofensivo. Casi tres décadas después de la desintegración de la federación en 1992, la independencia de la Unión Soviética sigue siendo una señal de orgullo para muchos ciudadanos de los países de la antigua Yugoslavia. Cuando se habla de esto, las personas de la región suelen tener apasionadas discusiones para defender la naturaleza única de la experiencia socialista yugoslava, con su apertura a Occidente, libertad de viajar y trabajar en el extranjero, y un nivel de vida relativamente alto.
Algunos exyugoslavos que han tenido la oportunidad de visitar el bloque soviético en ese tiempo alardearán, con algunos grados de arrogancia, de que «¡para ellos, éramos como estadounidenses!». A veces, ignoran el hecho de que parte de esos países antes oprimidos, como Estonia y Polonia (ambos integrantes de la Unión Europea), han hecho avances inconcebibles en los Balcanes Occidentales modernos.
El debate va más allá de riñas con un café o una cerveza. Las pasiones se encienden al máximo cuando figuras políticas ponen a los exyugoslavos en el mismo saco a que a otros europeos del centro y del este. Un caso a señalar se dio cuando el secretario del Exterior británico, Jeremy Hund, catalogó incorrectamente a Eslovenia como “estado vasallo soviético» durante una visita a Liubliana en febrero de 2019, un error que tuvo furiosas reacciones en el público esloveno, entre otros.
Yugoslavia was not behind the iron curtain. Yugoslavia was not behind the iron curtain. Yugoslavia was not behind the iron curtain. Yugoslavia was not behind the iron curtain. Yugoslavia was not behind the iron curtain. (repeat ad libitum) https://t.co/8RIYABloQV
— Tena Prelec (@tenaprelec) February 23, 2019
«Estado vasallo soviético», Jeremy Hunt mete la pata en Eslovenia.
Critican a secretario del Exterior británico después de afirmación que muestra falta de conocimiento de que el país era parte del movimiento de no alineados.
————
Yugoslavia no estuvo detrás de la Cortina de Hierro. Yugoslavia no estuvo detrás de la Cortina de Hierro. Yugoslavia no estuvo detrás de la Cortina de Hierro. Yugoslavia no estuvo detrás de la Cortina de Hierro. Yugoslavia no estuvo detrás de la Cortina de Hierro. Yugoslavia no estuvo detrás de la Cortina de Hierro (repetir a voluntad).
Hubo estallidos similares en julio de 2017, cuando la periodista estadounidense Joy Reid, considerada de izquierda, confundió a la Unión Soviética, Yugoslavia y Checoslovaquia mientras analizaba los orígenes nacionales de las esposas del presidente estadounidense, Donald Trump. Aunque tuiteó una corrección poco después, las consecuencias han durado años.
Yugoslavia was never a part of the Soviet Union, and during the Tito years very heavily opposed Soviet influence.
This is precisely why one needs to be by default skeptical of journalists and be changed of the skepticism solely on the merit of the veracity of arguments https://t.co/PrJotSOrsI
— sid (@SuspiciouslySid) March 28, 2019
Donald Trump se casó con una estadounidense (su segunda esposa) y dos mujeres que eran de la Yugoslavia soviética: Ivana-Eslovaquia, Melania-Eslovenia.
———-
Yugoslavia nunca fue parte de la Unión Soviética, y durante los años de Tito, se opuso enérgicamente a la influencia soviética.Por eso precisamente es que hay que desconfiar por defecto de los periodistas y dejar de lado el escepticismo solamente por mérito de la veracidad de los argumentos.
En mayo de 2018, un artículo de Business Insider sobre una teoría de la conspiración de que Melania Trump es una espía rusa distorsionaba la historia de Eslovenia, lo que volvió a generar reacciones furiosas:
Slovenia was a part of Yugoslavia until that country broke apart. Never a part of the Soviet Union or Russia. Where was the editor for this story? I trust the reporter has been fired for incompetence.
— Evan (@EvaninScotland) May 18, 2018
Hay una disparatada teoría de la conspiración de que Melania es una espía rusa.
La única «evidencia» que los comentariistas de internet parecen tener es que habla seis idiomas y que se reunión con el [presidente] ruso Vladimir Putin en la Cumbre de G-20 de este año.
———
Eslovenia fue parte de Yugoslavia hasta que ese país se desintegró. Nunca fue parte de la Unión Soviética ni de Rusia, ¿Dónde estaba el editor de este artículo? Espero que el reportero haya sido despedido por su incompetencia.
Otro ejemplo ocurrió en periodismo deportivos. En octubre de 2018, un artículo sobre la historia del fútbol croata-estadounidense del sitio web Protagonist Soccer fue corregido rápidamente después de que un lector alertó a la publicación que Croacia nunca fue parte de la Unión Soviética:
Thank you for this piece on Croatian soccer. Please make one correction. Yugoslavia was not a «Soviet nation.» It was a communist state, but was never part of the Soviet Union. I would like to RT your article, but don't want the focus to be on this point. Many thanks.
— Luka Misetic (@MiseticLaw) October 26, 2018
Me desperté con un nuevo artículo de Dominic Jose Bisogno sobre la influencia histórica croata en el fútbol del Medio Oeste. Nadie más tiene este tipo de informes. Nadie..
Somos un pueblo. Estamos vivos. Una mirada a la historia del fútbol croata-estadounidense.Uno de los mayores factores del fútbol estadounidense a través de sus más de cien años de historia es la siempre creciente inspiración de inmigrantes en la comunidad futbolística.
———–
Gracias por este artículo sobre fútbol croata. Por favor, hagan una corrección. Yugoslavia no fue una «nación soviética». Fue un estado comunista, pero nunca fue parte de la Unión Soviética. Me gustaría retuitear el artículo, pero no quiero que la atención vaya a ese punto. Muchas gracias.