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Australianos responden a campaña de medios de comunicación que desafía «furtiva cultura del hermetismo»

Categorías: Oceanía, Australia, Censura, Derechos humanos, Libertad de expresión, Medios ciudadanos
Redacted front pages for Your Right to Know campaign [1]

Portadas censuradas para la campaña Your Right to Know (Tu derecho a saber) – Cortesía de Media, Entertainment & Arts Alliance.

La campaña Your Right to Know [2] (Tu derecho a saber), lanzada por las principales organizaciones australianas de medios de comunicación el 21 de octubre de 2019, ha provocado reacciones variadas, desde un amplio apoyo de la comunidad hasta la negación por parte de los ministros del Gobierno y altos cargos públicos. También ha enfrentado un cinismo predecible en las redes sociales.

La cuestión de la libertad de prensa había llegado a un punto crítico en junio con las redadas [3] de la Policía Federal Australiana (AFP) contra miembros de dos de las mayores empresas de comunicación, ABC y News Corp.

Australia no tiene estatuto de derechos ni disposiciones constitucionales que garanticen la libertad de expresión ni la libertad de prensa. El Tribunal Superior reconoció [4] recientemente una estrecha libertad de comunicación implícita en asuntos gubernamentales y políticos.

Los defensores de derechos humanos saben lo que quieren:

«Toda democracia menos Australia brinda protección legal a la libertad de expresión en una ley nacional de derechos o de derechos humanos».
– George Williams

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Un estatuto australiano de derechos humanos y libertades ayudaría a salvaguardar la libertad de prensa y nuestro derecho a saber. Sigue a Charter of Rights para saber más.

Jennifer Robinson, abogada australiana que vive en Londres que ha participado en la defensa de Julian Assange, presentó un sólido argumento a favor de la reforma:

La libertad de los medios de comunicación está amenazada en Australia: desde no defender a Assange, pasando por las redadas policiales en Abc News, hasta nuestro fallido sistema de libertad de información. Estoy encantada de contribuir con [el diario] The Sydney Morning Herald sobre por qué es necesaria la reforma para marcar el lanzamiento de la campaña Right to Know.

La respuesta del Gobierno federal a las críticas anteriores consistió en remitir la cuestión de la libertad de prensa a una investigación [18] de la Comisión Parlamentaria Mixta de Inteligencia y Seguridad (PJCIS, por su nombre en inglés), que ha estado realizando audiencias públicas.

Las respuestas del Gobierno a la campaña Right to Know consisten en minimizar las preocupaciones o atacar las demandas de los medios de comunicación:

Hoy, en la Comisión del Senado, el ministro Reynolds se negó a reconocer que existe un problema con la libertad de prensa en Australia, argumenta que el hecho de que los periodistas estén hablando al respecto significa que no hay ningún problema.

La Comisión del Senado es una comisión permanente del Senado australiano, que periódicamente consulta a los ministros y cargos públicos sobre los asuntos y la administración del gobierno.

El primer ministro, Scott Morrison, acusó [24] a los medios de comunicación de querer estar «por encima de la ley», una afirmación que refutaron rápidamente.

We are not seeking anything like the ‘blanket exemption’ that some have claimed. We are asking for common sense changes to laws so that, like politicians, the unique role journalists have in serving society is acknowledged.

No estamos buscando nada parecido a la «exención general» que algunos han afirmado. Pedimos cambios de sentido común en las leyes para que, al igual que los políticos, se reconozca el papel único que desempeñan los periodistas al servicio de la sociedad.

En una entrevista con Hamish Macdonald [25], de ABC Radio National, Campbell Reid, ejecutivo de News Corp y portavoz de la campaña, acusó al Gobierno de buscar deliberadamente la «desinformación». Sostuvo que los medios de comunicación no han solicitado una exención general. También sacó a relucir lo que considera una «cultura furtiva del secretismo», como el número cada vez mayor de órdenes judiciales de supresión [26] y procesos ineficaces sobre libertad de información. El audio completo está disponible aquí [27].

William Summers [28], periodista independiente y bloguero, expresó una creencia generalizada sobre la dificultad de acceder a los procedimientos sobre libertad de información:

La libertad de información es realmente importante para la democracia, pero difícil para los periodistas e investigadores que a menudo pasan más tiempo persiguiéndolos que informando sobre ellos.

¡Recuerda, toda esta información la realizan en nuestro nombre personas que trabajan para nosotros!

Sin embargo, muchos en redes sociales no se solidarizan con News Corp o su propietario, Rupert Murdoch. Publican el único diario nacional de Australia, The Australian, y varios periódicos estatales y regionales y Sky News Australia en la televisión por suscripción. Las acusaciones de hipocresía incluyen la falta de objetividad y profesionalismo, información equivocada y periodismo sin principios. Muchos tuits fueron incisivos:

Me gustaría apoyar la campaña Right to Know, pero me resulta difícil cuando tiene su sede en News Corp, la misma organización que no cree que el público tenga derecho a saber sobre la corrupción y los escándalos del Gobierno liberal, ocultos para obtener beneficios políticos. Lo siento, la confianza se gana.

Al menos, no están engañando a los australianos sobre ninguna mierda esta mañana. ?

Sinceramente, realmente desearía no ser tan cínico sobre la campaña Right to Know, en teoría, estoy de acuerdo, pero… estos grandes jugadores han usado su «libertad de prensa» para «informar equivocadamente» activamente al público. ?

Eso es trágico, [caricaturista] Alan Moir, has dado en el clavo.
Tu derecho a saber
«No publicaremos datos centíficos del clima
.
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Esto resume el problema fundamental de que News Ltd entre en el terreno de la alta moral. Uno por otro para Right to Know debería ser un código de ética vinculante de los medios de comunicación.

Paul Bongiorno, miembro de la Galería de Prensa de Camberra, también criticó a sus colegas de los medios de comunicación [36] por su falta de crítica a muchas de las nuevas leyes:

After mostly cheerleading the 75 or so increasingly more draconian national security laws introduced over the past 18 years, they now realise they have unwittingly encouraged an erosion of their freedom to report, inform and hold government to account.

Después de aplaudir las 75 leyes de seguridad nacional, cada vez más draconianas, introducidas en los últimos 18 años, ahora se dan cuenta de que, sin saberlo, han fomentado la erosión de su libertad para informar, denunciar y pedir cuentas al gobierno.

En un gesto positivo, el nuevo director de la Policía Federal Australiana, Reece Kershaw, anunció una revisión [37] de cómo su organización investiga las filtraciones y los asuntos «sensibles» relacionados. No será un examen de las dos redadas, sino que será más «holístico».

Sin embargo, algunos internautas necesitarán mucho para convencerse:

Los policías, hombres y mujeres, tienen un rol vital en garantizar a sus ciudadanos que están seguros y protegidos y hacen un trabajo asombroso.
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La policía común y corriente hace un trabajo excelente, en general. (Excepto una o dos veces). Sin embargo, la Policía Federal Australiana parece haberse convertido en el escuadrón privado de matones del Gobierno.

Aunque la campaña cuenta con el apoyo de la opinión pública, muchos de quienes están de acuerdo con sus objetivos tienen dudas:

Los medios se unen para manifestarse por la libertad de prensa, llevan la campaña a portadas y ondas radiales.
Principales diarios de la nación censuran sus portadas
.
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Me preocupa el enfoque de esta noticia sobre la campaña Right to Know.
A la gente no le gustan los periodistas, casi menos que los políticos. La noticia parece centrarse en la difícil situación de los periodistas.

Mientras tanto, el autodenominado «jefe recaudador de impuestos», Chris Jordan, encendió el debate [41] sobre los informantes anónimos durante una audiencia del Comité del Senado con la afirmación de que dos de sus empleados no fueron despedidos por chivarse a la Oficina de Impuestos australiana. Ha sido acusado de abusar del privilegio parlamentario:

«Lanzaron una granada de mano». Critican a jefe de Oficina Australiana de Impuestos, Chris Jordan, por lanzarse ‘irresponsablemente’ contra informantes.
El comisionado tributario, Chris Jordan, ha socavado la confianza en el Parlamento con el privilegio parlamentario para discutir los asuntos de las personas
.
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Un precedente malvado y peligroso.

«Tiró una granada de mano»: Critican a jefe de Oficina Australiana de Impuestos, Chris Jordan, por hablar «irresponsablemente» contra los informantes anónimos.

El último boletín en línea de Whistleblowers Australia, The Whistle [48], explora muchos casos recientes:

TIMOR L’ESTE whistleblower Witness K, his lawyer Bernard Collaery, the Afghan Files whistleblower David McBride and ATO whistleblower Richard Boyle have become proxies in the government’s war on us, the people.

El testigo informante K de Timor Oriental, su abogado Bernard Collaery, el informante anónimo de los Archivos Afganos, David McBride y el informante Richard Boyle se han convertido en apoderados en la guerra del Gobierno contra nosotros, el pueblo.

No hay duda de que las recomendaciones sobre la revisión de la libertad de prensa de la Comisión Parlamentaria Mixta de Inteligencia y Seguridad y cualquier legislación posterior serán cuidadosamente examinadas, especialmente en las redes sociales.