En el campus de Diliman de la Universidad de Filipinas (UP), la primera universidad estatal, se impartirá una nueva asignatura de Educación General (EG) que estudiará los sombríos años de gobierno militar en Filipinas durante la dictadura de Marcos.
Estudios filipinos 21 (PS 21) aborda la experiencia histórica de la represión y la resistencia bajo la ley marcial con el fin de contrarrestar los intentos de los aliados políticos del fallecido dictador Marcos —entre ellos el gobierno en funciones de Rodrigo Duterte— de blanquear los delitos, la corrupción y la vulneración de derechos durante el régimen militar.
La nueva asignatura se centrará en el lenguaje, cultura y literatura de la época dictatorial. El título de la asignatura PS 21 se tomó de la fecha de la declaración de la ley marcial, el 21 de septiembre de 1972. El entonces presidente Ferdinand Marcos impuso un gobierno dictatorial durante 14 años, hasta su destitución por un levantamiento popular, la Revolución EDSA, en 1986.
La asignatura ha causado controversia, ya que la familia de Marcos opina que podría decantarse en su contra, al tiempo que las fuerzas armadas advirtieron de que podría utilizarse como herramienta para reclutar «rebeldes comunistas».
Institución de PS 21
PS 21 se ha estado gestando desde 2014, cuando varios profesores de Estudios Filipinos la propusieron al departamento de Filipino y Literatura Filipina (DFPP).
Pero los esfuerzos por institucionalizarla experimentaron un ímpetu renovado a finales de 2018, cuando en los medios apareció Danilo Concepcion bailando con la senadora Imee Marcos, hija mayor del dictador, en una fiesta en la universidad.
El Consejo de la UP Diliman emitió una declaración en la que pedía un mayor esfuerzo para educar al público sobre los horrores que provocó la dictadura de Marcos, incluyendo la creación de asignaturas nuevas en la universidad.
Tras superar los controles del riguroso proceso académico para la aprobación de asignaturas, PS 21 consiguió el beneplácito del Consejo Universitario de la UP en septiembre de 2019. El programa académico de PS 21 se ha publicado en la red.
A la pregunta de los medios sobre este tema, la senadora Imee Marcos reclamó que se incluya en el curso la versión de su familia. Los promotores de PS 21 le aseguraron que por supuesto, los discursos y escritos del fallecido dictador, en los que legitima el gobierno militar, forman parte de la materia.
El portavoz presidencial Salvador Panelo, abogado de los Marcos en los casos judiciales sobre su mal ganada fortuna, dijo que la asignatura es una buena idea: «Todos los estudiantes deberían estudiar y aprender cualquier materia que se ocupe de la gobernanza».
Historia controvertida
La época de la ley marcial sigue siendo hoy un tema polémico en Filipinas. Por una parte, muchos filipinos continúan pidiendo justicia para los que vieron sus derechos violados —los miles de personas encarceladas, torturadas y desaparecidas— por el régimen de Marcos.
Numerosos economistas importantes culpan a los programas de desarrollo implementados por Marcos a base de aumentar la deuda, y a la corrupción masiva en favor de su familia y compinches, de los muchos problemas que enfrenta la sociedad filipina en la actualidad.
Por otra parte, activistas de derechos humanos dicen que el hecho de que las administraciones posteriores a Marcos no fueran capaces de procesar judicialmente a la familia y amigos del dictador permitió que los Marcos volvieran al poder. El hijo y tocayo del dictador, Ferdinand «Bongbong» Marcos Jr., estuvo a punto de conseguir la vicepresidencia en las elecciones de 2016. Su hermana Imee Marcos ocupa actualmente un escaño en el Senado.
El presidente Duterte, que no esconde su admiración por Marcos, y su administración han sido claros, pidiendo a la gente que «olvide» los horrores de la dictadura, al tiempo que definen esos años como la «época dorada» de la historia filipina.
Por ejemplo, un vídeo de propaganda contra organizaciones activistas, publicado por la Agencia de Noticias Filipina (PNA), de gestión estatal, dentro de la campaña antiinsurgencia del gobierno, elogia la era de Marcos, calificándola de punto culminante de la economía del país.
Además, el 18 de noviembre de 2016, Duterte permitió el entierro del dictador en el Libingan ng mga Bayani (Cementerio de los Héroes), provocando indignación y protestas en todo el país.
Marcada en rojo
Irónicamente, la asignatura que estudia los abusos de la dictadura ha sido víctima de una represión digna de la época de Marcos. Aún no ha empezado a impartirse PS 21, pero la asignatura ya está en la mira del gobierno Duterte y de sus fuerza armadas.
La red UP Contra la Tiranía y la Dictadura (UPRISE) denunció recientemente las diatribas del ejército filipino sobre la asignatura, que ha etiquetado falsamente como herramienta de reclutamiento de «rebeldes comunistas» en una conferencia en el campus Cauayan de la Universidad Estatal de Isabela.
Amidst nationwide crackdown, state forces hold third «peace forum» inside campus to warn students against joining progressive groups Kabataan, ACT, Anakbayan, LFS. UPD's Philippine Studies 21 GE on Martial Law was also tagged as tool for recruitment. pic.twitter.com/vgqHxOvOTz
— Sky Lukewalker (@sio_mai_rai_) November 11, 2019
En medio de una represión nacional, las fuerzas del Estado organizan el III «foro de la paz» en el campus para advertir a los estudiantes de que no se unan a los grupos progresistas Kabataan, ACT, Anakbayan, CFS. La asignatura PS 21 de la UPD sobre la ley marcial también ha sido etiquetada de herramienta de reclutamiento.
UPRISE afirma que las acusaciones están en consonancia con la Orden ejecutiva n.° 70 del presidente Duterte, que decreta la sincronización nacional de las actividades de todas las agencias civiles dentro de la campaña antiinsurgencia del ejército:
This presentation was made in line with Executive Order no. 70, fronted as a talk on ensuring student safety and security, but is in essence a massive smear campaign against nationalist and critical education espoused by schools and legal organizations.
Esta conferencia está en línea con la Orden Ejecutiva n.° 70. Presentada como una charla para garantizar la seguridad de los estudiantes, es en esencia una enorme campaña difamatoria contra la educación nacionalista y crítica apoyada por centros educativos y organizaciones legales.
El senador Bato dela Rosa, que como antiguo jefe de policía fue el principal ejecutor de la «guerra contra la droga» de Duterte, lidera una cruzada para «salvar a los estudiantes» de la «infiltración comunista» en colegios y universidades.
Su Informe de Comité Sentorial n.° 10 propone que las administraciones escolares tomen medidas drásticas contra la «radicalización» mediante una mayor presencia policial y militar en los campus, revisiones regulares de los programas académicos, supervisión de eventos escolares e incluso el procesamiento judicial de profesores.
Concienciación en medio de la represión
El pasado 31 de octubre, 56 activistas de Bacolod (isla Negros) y 2 de Manila fueron arrestados en redadas perpetradas por las fuerzas de seguridad de Duterte en oficinas de organizaciones legales y en sus propias casas.
Más tarde se produjo el registro a primeras horas del 5 de noviembre en las oficinas del grupo Bayan en el distrito de Tondo (Manila), y amenazas de represalias estatales contra oficinas de organizaciones progresistas y defensores de los derechos humanos.
La represión de activistas legales que han sido los más firmes críticos de la administración Duterte no ha parado, y en la lista de «grupos comunistas terroristas» del ejército se han incluido varios grupos humanitarios y religiosos.
Mientras la actual administración intensifica la represión de espacios democráticos en el país, la nueva asignatura PS 21 pretende ser una plataforma para concienciar a una nueva generación de jóvenes filipinos de la importancia de los derechos humanos, la justicia social y la lucha continua por la libertad y la democracia de verdad.
El profesorado de otros campus de la UP está gestionando la institución de la misma asignatura en sus respectivas regiones. Los promotores esperan que en otras escuelas y universidades del país se lleven a cabo esfuerzos similares.
Aclaración: El autor imparte Estudios Filipinos en el departamento de Filipino y Literatura Filipina de la UP Diliman.