El gobierno «antioligárquico» de Moldavia queda atrás, pero al parecer la agitación recién comienza.
A mediados de 2019, tras elecciones parlamentarias inconclusas, Moldavia tuvo una de las novedades más impactantes de Europa del Este en 2019. Las extensas negociaciones para formar un gobierno culminaron en una coalición entre el bloque ACUM –junto a otros partidos proeuropeos– y el Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSRM), agrupación prorrusa, que dejaron de lado sus diferencias geopolíticas para derrotar al Partido Demócrata de Moldavia (PDM). El gobierno supuestamente corrupto del PDM ha recibido críticas dentro del país y desde el exterior. Maia Sandu, líder de ACUM, asumió como primera ministra de Moldavia y declaró rápidamente que la «desoligarquización» sería la nueva prioridad del país.
Mientras que los colegas de Sandu tomaron el control de la mayoría de los ministerios, el PSRM, que ya controlaba la presidencia y vocería del Parlamento, quedó a cargo del Ministerio de Defensa y Departamento de Reintegración, ministerio que supervisa la regulación del conflicto congelado de la región de Transnistria. El trato era que ambos partidos accedieran a implementar el acuerdo de asociación con la Unión Europea, lograr reformas estructurales, aplicar mano dura contra el lavado de dinero y llevar a cabo elecciones locales justas. La Unión Europea, incentivada por estas señales de progreso, finalmente dio luz verde a la entrega de un paquete de ayuda financiera que se hacía muy necesario pero cuya negociación se había visto afectada por preocupaciones sobre el estado de derecho.
La alianza que gobernaba Moldavia era temporal e incómoda, muchos la consideraban una alianza forzada pero necesaria. La gran pregunta era: ¿cuánto tiempo duraría?
La respuesta llegó el día 12 de noviembre, cuando 63 de los 101 legisladores destituyeron al nuevo gobierno a través de una moción de censura. Fue uno de los debates parlamentarios más acalorados del país, que incluyó acusaciones, datos y números incriminatorios, junto a una venganza y coraje desatados de ambas partes. Sin embargo, al parecer todo venía planificado de antes: incluso los socios de coalición de Sandu en el PSRM junto con el PDM votaron en su contra. Dos días después, legisladores de ambos partidos votaron por un nuevo gabinete.
La primera ministra Sandu, que generalmente llama la atención por su falta de carisma, tuvo su mejor momento durante un debate, luchó contra la crítica y protegió su agenda reformista. En un discurso al Parlamento, Sandu hizo graves acusaciones contra el PSRM, afirmó que sus políticos intentaron arruinar el programa de gobierno desde un principio. Sandu afirmó que el PSRM junto al presidente Igor Dodon no tenían interés real en luchar contra la corrupción y que incluso continuaron con los antiguos esquemas de corrupción y trataron de capturar el estado de la misma forma que el régimen anterior.
Además, Sandu indicó que el PSRM había elegido la lealtad política por sobre las capacidades cuando se trataba de nombrar a funcionarios públicos; muestra de ello, declaró, fue el nombramiento del Fiscal General. Sin duda, el nombramiento de un nuevo Fiscal General y un nuevo presidente del Tribunal Constitucional han sido los grandes catalizadores de los eventos ocurridos recientemente.
Los candidatos a estos puestos serían preseleccionados por el Consejo Superior de la Magistratura (o CSM, organismo que previamente estaba influenciado por el PDM) y el elegido sería nombrado por el presidente por un período de siete años. El 29 de octubre, una comisión independiente presentó cuatro candidatos para ser presentados ante el CSM. Cuando el ministro de Justicia invalidó la propuesta de la comisión, Sandu encontró otra alternativa. A principios de octubre, el Gobierno modificó la ley sobre el fiscal general, y permitió a la primera ministra seleccionar al menos dos candidatos para el cargo. Esto es exactamente lo que Sandu intentó hacer con la propuesta de una nueva lista de candidatos seleccionados. La razón de esto, según dijo, es que algunos miembros de la comisión independiente, leales al PSRM y al presidente Dodon, manipularon el proceso de selección.
El PSRM se mostró muy molesto por esta acción de Sandu y le siguieron varios días de recriminación y debates furiosos. Ellos declararon que la iniciativa de Sandu con respecto al fiscal general violaba el acuerdo que tenían ambos partidos y que ella era la única responsable del colapso del gobierno. Sandu declaró en su discurso final, antes de la moción de censura del 12 de noviembre, que los parlamentarios rebeldes eran unos traidores.
La tensa relación laboral de Sandu con Dodon también tuvo un rol importante en los acontecimientos recientes. A pesar de que Dodon tuvo que renunciar a su cargo como líder del PSRM cuando asumió la presidencia, aún ejerce informalmente una gran influencia en los socialistas moldavos. A su vez, con la gran influencia de su posición política, ha llegado al límite en reiteradas ocasiones para provocar a sus socios de coalición. Estos incidentes tienen directa relación con la política externa. En agosto, el presidente Dodon, invitó al Ministro de Defensa ruso Sergey Shoigu a Moldavia ignorando la declaración de la primera ministra que indicaba que Shoigu podría visitar Moldavia únicamente a título privado. Además, cuando Dodon dio un discurso en la Asamblea General de la Unión Europea en septiembre, se alejó completamente de la posición diplomática oficial de Moldavia al hablar del conflicto congelado en Transnistria, elogiando a todos sus socios extranjeros (incluida Rusia, quien mantiene presencia militar en la disputada región). El Ministro del Exterior, Nicu Popescu, reprendió fuertemente a Dodon a través de Facebook.
También han ocurrido cambios importantes en el área de los medios. Desde mediados de 2019, el PSRM ha llegado a controlar cuatro de las cadenas de televisión mas influyentes del país, y adquirió un canal adicional (uno nacional). Organizaciones de la sociedad civil que dan seguimiento a la situación han advertido públicamente al consejo audiovisual del estado (órgano que supervisa los medios de comunicación financiados por el estado) que dejen de favorecer al PSRM y al presidente Dodon.
Debido a cambios como estos, el pensamiento general entre los observadores en Chisináu ha sido que ACUM quedó mal parado y perdió la confianza pública. Más importante aún es que no han logrado limpiar las instituciones públicas, de hecho, muchas personas le pidieron a gobierno terminar con la competencia abierta y comenzar a hacer nombramientos políticos para los trabajos públicos importantes.
Además, los líderes de ACUM pueden haber estado considerando si continuar con la alianza podría haber aumentado las posibilidades de su candidato durante las elecciones presidenciales. Dodon ganó las elecciones presidenciales el año 2016 y le ganó con una estrecha diferencia a Sandu en una intensa campaña. ACUM dan todas las señales de estar preparados para una nueva lucha por la presidencia el año 2020.
El segundo catalizador en el quiebre de la alianza fue el resultado de las elecciones locales llevadas a cabo el 20 de octubre y el 3 de noviembre. Estas fueron una prueba importante para el PSRM para medir su popularidad en el país. A pesar de que ACUM recibió gran apoyo en algunas regiones, el PSRM salió ganador. Lo crucial fue que el candidato del PSRM, Ion Ceban, ganó la votación por la alcaldía de Chisináu, puesto muy importante en un país tan pequeño como Moldavia. Pero el PDM también tuvo una importante participación en las elecciones. Luego de que el partido perdiera el poder cinco meses antes, contó con suficiente tiempo para reorganizarse y hacer reformas. El PDM ganó 261 de las 766 alcaldías, siendo este número mayor a las que consiguió el PSRM; esto garantizó el regreso de la antigua dominancia de los Demócratas y Socialistas, al menos en la política local.
Al ver que aparentemente regresa la política antigua a su Gobierno, los moldavos reaccionaron molestos.
Ion Sturza, ex primer ministro de Moldavia en 1999, agradeció a Maia Sandu por un «gobierno corto y sincero» que estaba «lleno de enseñanzas». Sturza instó a ambos partidos a debatir y llegar a un compromiso, en una reflexión sobre la forma en la que dejó el cargo.
Retorica mea a fost exact ca a Maiei Sandu astăzi – se va prăbuși tot, nu se vor plăti salarii, nu vor veni bani din exterior, vor avea de suferit reformele în interesul poporului etc. Nu s-a prăbușit nimic. Succesorii comuniști au păstrat reformele, au revenit la programe cu FMI și BM și a început procesul de asociere cu UE. Cu România a fost o perioadă de maximă dragoste. Dar… Risc să afirm că, dacă aș fi făcut politică, dar nu tehnocrație și nu mă încăpățânam să fie așa cum vreau eu (moft juvenil), Moldova astăzi arata altfel. Poate că eram membri ai UE și NATO.
— Ion Sturza, Facebook, 11 de noviembre, 2019
Mi retórica fue exactamente igual a la de Maia Sandu el día de hoy: todo colapsará, no se pagarán sueldos, no habrá inversion extranjera, no se harán reformas a favor de la ciudadanía, etc. Pero nada colapsó. Mis sucesores comunistas mantuvieron las reformas, se adhirieron a los programas con el FMI y el Banco Mundial, y comenzaron un proceso de asociación con la Unión Europea. Con Rumania hubo un período mucho amor. Llegaría a decir que si yo hubiese hecho política en vez de tecnocracia, si hubiese entendido que las cosas no siempre salen como yo quiero (capricho juvenil), Moldavia sería diferente a lo que es hoy. Quizás hasta seríamos miembro de la Unión Europea y la OTAN.
Sturza hizo comentarios similares en medios moldavos durante ese tiempo.
El analista político Dumitru Minzarari escribió en Facebook que Sturza no logró construir un estado democrático en Moldavia ya que pertenecía a la generación soviética, y argumentó que los tratos en secreto no eran mejores que los políticos de los que Moldavia se quiere deshacer.
Formula e urmatoarea – valorile in primul rand, si politica apoi. Pentru ca altfel, revenim in cercul vicios. Dl Sturza greseste cand se teme de revenirea lui Plahotniuc. Plahotniuc reprezinta un fenomen raspandit in state ca Moldova – corupt si impartit intre cleptocrati si stapanii acestora din business. Se duce Plahotniuc, dar daca sistemul nu este schimbat, vine altul in locul sau. Si cetatenii Moldovei pierd inca un deceniu de viata in zadar.
Maia Sandu are dreptate cand se axeaza pe valori. Pentru ca anume aceasta o face deosebita in Moldova, o face unica, si o face sa reprezinte o speranta pentru cetatenii Moldovei. Daca Maia Sandu urmeaza sfatul lui Sturza si jertveste valorile, atunci ce diferenta va fi intre ea si Dodon? Ea nu va mai fi unica, nu va mai fi deosebita, si nu va mai crea speranta. Ea va deveni un element nou al unui sistem corupt vechi.
— Dumitru Minazari, Facebook, 8 de noviembre, 2019
La fórmula debe ser la siguiente: primero los valores, luego la política. Porque de otra manera, caemos en un círculo vicioso. El señor Sturza se equivoca cuando dice que teme el regreso de [Vlad] Plahotniuc [líder del PDM y el hombre más poderoso de Moldavia durante su gobierno]. Plahotniuc es un fenómeno que se propaga en estados como Moldavia, lugares que son corruptos, divididos entre cleptócratas y dueños de empresas. Si se va Plahotniuc pero no cambia el sistema, llegará otro a reemplazarlo. Los ciudadanos de Moldavia pasarían casi una década más de sus vidas en vano.
Maia Sandu tiene razón al centrarse en los valores. Porque es un tema especial para Moldavia, es única, y representa esperanza para los ciudadanos moldavos. Si Maia Sandu sigue los consejos y valores de Sturza, ¿qué diferencia existiría entre ella y Dodon? Ella ya no sería única, no sería especial y no daría esperanza. Ella simplemente sería una cara nueva en un sistema de corrupción viejo.
El ánimo entre los activistas en Chisináu es que, luego de tan solo cinco meses de gobernancia responsable, vuelven los viejos al poder.
Июль – ноябрь 2019 года – это время в Молдове мы будем вспоминать как период оптимизма, ощущения наступившей свободы и…
Geplaatst door Илья Тромбицкий op Maandag 11 november 2019
En Moldavia recordaremos el período entre julio y noviembre de 2019 como un período de optimismo, una sensación de que se acercaba la libertad y la esperanza de un futuro mejor. Pero los moldavos no merecíamos libertad porque esta ibertad, al igual que la independencia, se nos impuso desde afuera. Mañana regresaremos a una época de reajuste a nuestra realidad tradicional: como una zona gris junto a las fronteras de la Unión Europea.
— Ilya Trombitsky, Facebook, 10 de noviembre 2019
Sin embargo, ACUM y sus aliados declararon que se reorganizarán. Igor Grosu, líder de PAS en el Parlamento, dijo que el partido continuará su lucha.