Por qué debe desaparecer la peligrosa costumbre nepalí del «chhaupadi»

Mass Community Health Teaching - Street Theater discussing Chhaupadi. Image from Flickr by Possible/Nyaya Health. CC BY 2.0

Educación sanitaria comunitaria, debate teatral callejero sobre el chhaupadi. Imagen de Possible/Nyaya Health en Flickr con licencia CC BY 2.0

Cada año, numerosos países, incluido Nepal, se unen a la campaña internacional de 16 días de activismo contra la violencia de género, y al mismo tiempo, algunos pueblos remotos de las regiones del oeste de Nepal siguen perdiendo mujeres y muchachas a causa de una tradición centenaria llamada chhaupadi.

El 1 de diciembre de 2019, Parwati Budha, de 21 años de edad, apareció muerta en una pequeña cabaña de menstruación sin ventilación en el distrito de Achham, al oeste de Nepal, después de haber sido apartada de su casa por tener la regla. La policía sospecha que murió de asfixia provocada por el excesivo humo por los repetidos intentos de calentar su refugio en la gélida noche. Más de 15 chicas han perdido la vida en la última década por esta mala práctica.

Nuestras canciones desde la selva.
Encontrar la libertad de los tabúes menstruales en el regazo de la naturaleza
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A pesar de las leyes que criminalizan el chhaupadi, la tradición se mantiene, alentada por una sociedad profundamente arraigada en nociones patriarcales. Cualquier desafío por parte de la mujer se castiga inmediatamente con el aislamiento social.

El chhaupadi es una forma de tabú menstrual que prohíbe a las hinduistas practicantes participar en actividades familiares habituales mientras menstrúan. Durante su periodo, a las mujeres se les considera «impuras» y están obligadas a vivir solas en chozas o establos. No se les permite entrar en su casa, tratar con su familia —especialmente hombres— y tienen prohibido el acceso a los templos. No están autorizadas a consumir leche, yogur, mantequilla, carne y otros alimentos nutritivos, no pueden usar mantas cálidas en los meses de invierno y solo se les permite utilizar un pequeño cobertor.

Durante la menstruación, las mujeres que observan el chhaupadi viven en chozas mal construidas, poco higiénicas y sin ventilación. Estas mujeres afrontan riesgos que ponen en peligro su vida, como diarreas, neumonía y enfermedades respiratorias. También se enfrentan a la amenaza de ataques de animales salvajes, e incluso a agresiones y violaciones.

La discriminación durante la menstruación es ilegal e inhumana. Un 44 % de las mujeres nepalíes de las zonas occidentales más remotas la sufren cada mes.

Vamos a aprovechar los próximos 16 días de activismo para usar los datos y hablar sobre la violencia de género en Nepal.

Esta práctica ha sido muy criticada, ya que viola los derechos humanos básicos de las mujeres por el trauma físico y mental que les inflige.

El Tribunal Supremo nepalí prohibió la costumbre del chhaupadi en 2005, pero se sigue practicando, y las mujeres continúan muriendo año tras año, aunque lamentablemente muchos casos pasan desapercibidos. En agosto de 2017, el país se vio obligado a anunciar una nueva ley después de una serie de muertes de mujeres practicantes del chhaupadi que recibió una gran atención mediática. Según la nueva ley, cualquiera que obligue a una mujer a seguir esta costumbre será condenado a tres meses de prisión, una multa de 3000 rupias (30 dólares) o ambas. No obstante, nunca se ha impuesto ninguno de estos castigos. A pesar de su criminalización, la práctica sigue existiendo hoy a causa del analfabetismo, la superstición y el apoyo de las comunidades.

Algunos informes indican que muchos representantes del pueblo, activistas de derechos humanos y profesores participan en esta práctica criminalizada en varias zonas de los distritos nepalíes de Achham, Bajura y Bajhang.

¿Cuántas mujeres más van a entrar en este lista?
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Una triste realidad de la sociedad en la que vivimos, donde las mujeres pierden la vida solo porque menstrúan, se les discrimina solo por su ciclo biológico normal.
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La tradición es más fuerte que la ley

El caso de Parwati no recibió tanta atención de las instituciones afectadas ni de los medios. Con anterioridad se han puesto en marcha varias campañas y programas de sensibilización, pero el esfuerzo no ha sido suficiente para acabar con este problema. El proyecto Abolición del chhaupadi en las regiones del oeste de Nepal, financiado por Naciones Unidas Mujer e implementado por la ONGI Restless Development afirma que el programa llegó a más de 45 000 mujeres y redujo la proporción de mujeres y niñas confinadas a una choza de chhaupadi de un 19.4 % a un 5.5 %. No obstante, cada año siguen muriendo chicas como Parwati.

La labor de erradicar el chhaupadi exige la voluntad de actuar en un abanico de áreas políticas. Además, la ley debe mostrar tolerancia cero para que se pueda implementar de forma efectiva. También es necesaria la participación y colaboración de diversos actores de los sectores público y privado, educación publica por parte de organizaciones de derechos humanos, campañas de concienciación y apoyo a las víctimas.

Rewati Raman Bhandari, exlegislador y firmante del borrador de la ley que criminaliza el chhaupadi, declaró que la tradición parece ser más fuerte que la ley, ya que «la ofensiva para erradicar la práctica —por parte de los lugareños, la policía y los políticos locales— aún pasó demasiado desapercibida».

El chhaupadi sigue prevaleciendo en muchas partes de Nepal. Durante siete días todos los meses, se confina a las mujeres en chozas llamadas chhaugoths mientras dura su menstruación. Este documental fotográfico intenta echar un vistazo a su mundo. https://tkpo.st/2OcaAV9 — por Uma Bista.
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Debemos actuar para acabar con la práctica del chhaupadi en Nepal.

Parvati murió en el campamento.
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A pesar de las reformas legales y la reivindicación de los derechos de las mujeres, el cáncer del chhaupadi sigue cobrando vidas de mujeres y niñas nepalíes. Un serio problema a tratar.

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